Tengo una amiga con la cual compartí derecho a roce durante un buen tiempo .
Nos consolabamos juntos hasta que un buen día a los dos nos surgió el amor.
Relato
Y claro no había necesidad de tener tanta relación si los dos teníamos pareja.
Eso estaba claro , pero el rescoldo queda.
Y un buen día después de más de doce años mi amiga nos invitó a su casa para celebrar sus 40 años.
Nos saludamos efusivamente y debo reconocer que la ví muy bien , un poco más entradita en carnes pero sensata , guapa y muy refinada .
Se había casado con un gran empresario y la vida le sonreía.
Me comentó que su marido sabía de lo nuestro porque ella se lo había contado.
Así que puesto en antecedentes no había sorpresas .
Las parejas nos cruzamos para no parecer pardillos pero noté que su marido atendía especialmente a mi esposa.
En la comida hubo bromas, risas y un poco de morbo . Sacaron la conversación de alguna relación anterior por parte de todos .
Lo nuestro con la amiga lo sabía tanto mi mujer como el marido de la amiga .
Pero desvelar algo más parecía algo precipitado pero el marido se arrancó y contó alguna hazaña que tuvo en sus comienzos que no fructificó.
Mi mujer aturdida no sabía qué decir . Sabía de un morenazo que la había atendido y pensé , no lo contará.
Pero lo contó . Y el morenazo resultó ser amigo del anfitrión y conocía él todos los detalles .
Bueno , comentó con estos antecedentes no hay excusa para no relajarnos .
Y tomando la mano de mi esposa la invitó a dar un paseo por la finca.
Mi amiga y yo nos quedamos en la casa y tuvimos un arrebato de calentón total y nos dimos un meneo donde accedí a sus bragas mojadas y le hice una limpieza de la concha que le dejó contenta.
Ella de pie y yo de rodillas , sin hablar pero concentrados en el fragor de la batalla y después culminar con una apoteosis fantástica.
Pero ¿ y ellos ? . Mi mujer que la conozco bien y que le va la marcha había ido al paseo por la finca pero allí tiene un pequeño chiringuito picadero donde cayó en sus brazos y el morbo acumulado hizo el resto .
Se entregaron completamente sin compasión y de allí salió una nueva amistad que la fomentamos con visitas fructuosas para ambas partes .
No visualizamos a la pareja propia pero cada uno sabe lo que hace el otro.
Y entre nosotros ha crecido el respeto a la libertad del otro y a su derecho al placer.
Le dije ¡esto! He inmediatamente le subí la falda metiendo mi mano entre sus piernas tocando su zona vaginal, puso resistencia y trato de gritar pero yo le dije severamente que o me entregaba su cuerpo o la denunciaba.
Relato erótico enviado por reycolegial el 30 de July de 2009 a las 12:08:52 - Relato porno leído 100254 veces