Recientemente recibí en casa una llamada telefónica, en la que para no entrar en detalles, me ofrecían el negocio del siglo. Contenta por haberme ganado esa oportunidad, se lo dije a mi esposo, quien de inmediato me regaño preguntándome que si yo era o simplemente me hacía la pendeja. Que todas esas llamadas eran algún tipo de estafa. Yo aunque bien molesta con él por su falta de fe en mí, cuando me volvieron a llamar, más o menos les dije lo que mi esposo me había dicho.
Relato
Fue cuando la persona que me hablaba por el teléfono, me manifestó que estaba sumamente ofendida, que me pondría una demanda civil por injurias, daños y perjuicios, yo la verdad es que me asusté. Y cuando arrepentida de haberle comentado lo que mi esposo me había dicho, le pregunté que si habría alguna manera subsanar mi error. Cuando esa persona me dijo que sí, me sentí sumamente aliviada. Por lo que asistí a una entrevista, en sus oficinas, claro sin decirle nada a mi esposo.
Apenas llegué me recibieron dos hombres, y casi de inmediato me informaron de todos los datos míos y de mi esposo que ellos tenían, hasta de un terreno que yo no sabía, que mi esposo había comprado. Al terminar de decirme eso, uno de ellos que me dijo que era abogado, sacó un sin número de papeles, y hasta me puso una grabadora frente a mí, diciéndome. Aquí tenemos todas las pruebas de que nos ha injuriado, nos produjo daños y perjuicios.
Yo me quedé sorprendida, no podía creer que todo eso, me estuviese pasando a mí. Ya estaba yo a punto de llorar, cuando se me ocurrió preguntarles si había alguna manera de que yo pudiera hacer algo para evitar la demanda, ya que también me dijeron que hasta nuestra casa la íbamos a perder por todas las cosas que yo les dije por teléfono.
Sumamente asustada lo único que se me ocurrió volverles a repetir fue. Que si había alguna manera de que yo pudiera hacer algo, para evitar la demanda. Los dos hombres se quedaron en silencio, se apartaron un poco de mi, y entre los dos consultaron, y uno de ellos, el abogado dijo, deja que llamé al Juez para estar seguro de que lo que ella nos propuso es legal.
Agarró su celular y al parecer el Juez le dijo que si yo lo hacía de manera voluntaria, no había problema alguno. Así que tras terminar de hablar con el Juez me dijo el abogado. Señora aceptaremos su oferta, yo como que no entendí, hasta que el mismo abogado me dijo. Usted dijo, y cito. Que si había alguna manera de que yo pudiera hacer algo, para evitar la demanda. Y bueno señora si la hay. Es bien simple y sencilla, usted hace voluntariamente todo lo que le pidamos, y ya. De lo contrario ya para mañana en la mañana debe irse buscando a donde mudarse usted y su marido.
Cuando escuché eso, me quedé de una sola pieza, cuando lo siguiente que me dijeron fue. Desnúdese. Que por el resto de la tarde, o nos obedece, o le pondremos una demanda como no tiene idea. Yo la verdad es que no se mucho de eso de las leyes, pero el que pudiéramos perder nuestra casita, y el terreno que mi marido había comprado sin que yo supiera me asustó tanto, que la verdad, es que aunque tenía ganas de mandarlos al carajo, no me quedó más remedio que obedecerles, y comenzar a desnudarme. Sabiendo o imaginándome todo lo que me iba a pasar.
Casi al momento en que me quedé del todo desnuda, los muy desgraciados me han puesto a mamar sus vergas, al tiempo que fueron agarrándome por todas partes, lo malo de todo eso es que a medida que yo les iba mamando sus vergas, el que entre ellos dos me estuviesen tocando y agarrando por todas partes, lejos de incomodarme me comenzó a gustar, y con más fuerza le mamaba sus vergas, hasta que a uno de ellos se le ocurrió la idea de que mientras yo seguía mamando, el otro me la fuera enterrando. Y así sucedió. Hasta que llegó el momento en que el mismo abogado, me dijo que preparase mi culo. Cosa que ni a mi marido le había dado.
El resto de la tarde, entre los dos me hicieron de todo, y aunque la verdad es que yo también en parte los disfruté, decidí no decir nada, no fuera a ser que también por eso debería pagarles a los dos. Desde luego que no le dije nada a mi esposo, pero si a mi hermano, que lo único que me dijo, fue. Cada día sale un pendejo a la calle, en tu caso una pendeja, y quien lo agarré es de él.
Yo al principio no entendí, del porque me dijo eso, hasta que mi propio hermano me dijo. Bueno bonita, vete quitando toda la ropa, y haciendo todo lo que yo te ordene, cuando yo puse cara de no querer obedecerle, me siguió diciendo. O le cuento a tu marido que le fuiste infiel con dos estafadores. Así que ya se lo habrán imaginado, mi propio hermano también me cogió por pendeja….
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513552 veces