Hace unos cuantos años atrás, para ser exacto casi a mediados del siglo pasado, yo tenía un amigo en el instituto, Saúl. Era a quien yo más admiraba, y apreciaba mucho, tanto que cuando me pidió que lo masturbase, yo lo hice…
Relato
Aunque ya en el instituto donde ambos estudiábamos, ocasionalmente a la hora del receso jugábamos, y nada más por bacilar él se colocaba tras de mí, y frente a todos, tomándome por la cintura, hacía como si me estuviera dando por dé tras. Lo que yo, cuando Saúl me decía, no te vayas a molestar que esto es tan solo un vacilón. Simplemente me reía, y no le daba importancia.
Pero como de costumbre en ocasiones nos íbamos a su casa, para pasar el rato. Ya que de tras de su casa, su familia tenía una vieja fábrica, de no sé qué. El local era inmenso, lleno de viejas maquinas, así como de un gran tanque de agua, varios pequeños almacenes, los cuales siempre estaban vacios. Y lo que en un tiempo de seguro fueron las oficinas, y los baños.
Bueno desde niños jugábamos en ese lugar, pero a medida que fuimos creciendo, fue nuestro mejor escondite, ya que su familia jamás entraba a ese sitio. Era donde Saúl, y varios de nuestros amigos del instituto, y de nuestro barrio, nos escondíamos para ver un montón de viejas revistas pornográficas, en las que salían un sinfín de fotos mujeres desnudas, y en algunas de las revistas, se les podía ver teniendo relaciones ya fuera con hombres, y hasta con otras mujeres.
Así que se pueden imaginar, que hacíamos algunos de nosotros, cuando nos poníamos a ver aquellas viejas revistas. Desde luego que nos hacíamos la paja, pero en una ocasión al venirme, toda mi leche cayó sobre mi pantalón, por lo que cuando llegué a casa, mis padres se dieron cuenta, y me dieron tremendo regaño. Aparte de que me castigaron, sin dejarme ver la TV, y sin salir de casa, por casi un mes. Así que cuando terminó mi castigo, apenas pude fui a visitar a Saúl, que al verme me dijo, que otro de los chicos, había traído unas nuevas revistas.
Yo estaba tan deseoso de echarles un vistazo, que ni me acordé de lo que mis viejos, me habían dicho, de no volver a ponerme hacer esas porquerías, y que si volvía a ensuciar mi ropa me enviarían a un internado. Pero justo cuando abrí la primera revista, me acordé, y resignado la tiré a un lado. Fue cuando Saúl me pregunto qué era lo que me pasaba. Bueno yo le conté, lo que me había sucedido la última vez que vi una de esas revistas, y como se me manchó todo el pantalón, después de haberme hecho una tremenda paja. Por lo que mis padres, cuando se dieron cuenta me castigaron, y me tenían amenazado con meterme en un internado de curas. Fue cuando a mi amigo Saúl como que de momento se le prendió el bombillo, diciéndome. Bueno quítate toda la ropa, la dejas colgada en uno de los percheros, de las oficinas, y haces lo que te dé la gana.
La verdad es que la idea a mi me pareció magnifica, al fin y al cabo, los únicos que entrabamos a ese sitio, éramos nosotros, y ocasionalmente alguno de nuestros amigos. Además en ocasiones nos bañábamos desnudos en el tanque de agua, y nadie se daba cuenta de eso. Bueno yo me quité casi todo, pero me quedé con los interiores puestos, hasta que Saúl me dijo que mejor que me los quitase, no fuera a ser que los ensuciara, y mis padres me volverían a castigar. Por lo que siguiendo la recomendación de mi amigo, también me quite los interiores, y hasta las medias. Quedando completamente desnudo. Luego nos pusimos a ver varias revistas, y comenzamos hacernos cada uno la paja.
Pero como al segundo o tercer día, en que yo estaba ya del todo desnudo, vi que Saúl también se quitó toda su ropa, y mientras veíamos las revistas, nos volvimos hacer la paja, solo que en esos momentos, al él no tener su ropa puesta, me fijé que el miembro de Saúl era mucho más grande, grueso, y largo, que el mío. Así continuamos reuniéndonos, hasta que como a la tercera o cuarta vez, Saúl me propuso que yo le hiciera la paja a él, al mismo tiempo que él me la hacía a mí. Al principio le dije que no, pero ante su insistencia, termine diciéndole que sí.
Por lo que a medida que él manoseaba mi pene, yo manoseaba su verga, y cuando él comenzó a masturbarme, yo también comencé a masturbarlo a él. Y así seguimos haciéndolo, hasta que en cierta ocasión, mientras estábamos mutuamente haciéndonos la paja. Saúl comenzó a tocar mis nalgas, yo no le presté mucha importancia, hasta que sentí uno de sus dedos, rozando el hueco de mi culo. Y cuando se lo reclamé, lo que me dijo fue. Es que Mauricio tú tienes unas nalgas tan lindas, tan bien formadas, y tan redonditas, que provocan agarrarlas. Contrario a las mías que son planas.
No se pero esa tonta excusa, como que me bastó para que yo lo dejase seguir tocándome las nalgas. Además yo disfrutaba tanto agarrando su caliente verga, entre mis manos, que le dije que estaba bien. Y así seguimos, yo dejándome agarrar las nalgas por mi amigo, al mismo tiempo que lo masturbaba. Pero como a la semana siguiente cuando nos volvimos a ver en nuestro escondite, cuando ya habíamos comenzado a disfrutar de nuestro juego, de momento que Saúl me pidió que le mamase su verga, a lo que de inmediato le dije que no. Que además, ni tan siquiera se la había lavado. Fue cuando me condujo a uno de los baños, que aun funcionaban, y frente a mí, en uno de los lavamos, se lavó con bastante jabón, y agua toda su verga.
Aunque yo seguí diciéndole que no, que una cosa era que le hiciera la paja, y me dejase agarrar las nalgas, y otra muy diferente, el que me pusiera a mamar. Fue cuando Saúl sacando una lata grande de leche condensada, de esa que es bien azucarada, que a mí me gustaba mucho en ese tiempo, me dijo. Bueno si quieres lo endulzo, y de inmediato con una gran abrelatas, que sacó de no sé de donde, le quitó la parte superior, y regando una buena cantidad sobre la colorada cabeza de su verga, me volvió a proponer que le mamase la verga.
Bueno la verdad es que yo como que no me pude resistir, y comencé a chupar, y chupar, hasta que dejé su verga sin una sola gota de leche condensada. Apenas quité mi boca, Saúl enterró gran parte de su verga dentro de la lata de leche condensada, y al sacarla de la lata me dijo, si quieres chúpamela otra vez, pero ahora hazlo más lento. Eso lo hicimos como dos veces más, hasta que de momento, sentí un raro sabor dentro de mi boca, la cosa es que en ese momento terminé tragándome todo el semen de Saúl.
Bueno eso lo volvimos a repetir en varias ocasiones, pero no solamente con leche condensada, sino que también con otro producto, a base de chocolate y avellanas que es como una pasta, que también me encanta. Así que mientras yo mamaba su verga, Saúl se las ingeniaba para seguir agarrándome el culo, e ir penetrándome con sus dedos, a lo que yo no me oponía. Hasta que finalmente, cuando un día me dijo, a ver si hoy, me dejas que te lo meta. Yo no pude decirle que no. Al fin y al cabo, le había hecho un sin número de veces la paja, lo había dejado que me agarrase las nalgas, y hasta me había puesto a mamar su verga, al tiempo que me introducía sus dedos dentro de mi culo.
Esa tarde él estaba bien preparado, trajo algo como grasoso, y por un buen rato antes de enterrarme su verga, primero se dedicó a dilatar mi culo, con sus dedos. Así que cuando se colocó tras de mí, y comencé a sentir la cabeza de su verga, como se iba enterrando dentro de mi culo, el dolor no fue tan grande. Pero el placer que luego sentí si lo fue.
Bueno con el tiempo, Saúl siguió haciendo conmigo lo que le daba la gana, mientras que yo disfrutaba de todo lo que él me hacía, ya fuera moviendo mis nalgas, o chupando su verga. Hasta que una tarde, justo cuando él me tenía bien clavado, llegó otro de nuestros amigos, y me encontró dejando que Saúl me diera por el culo, bueno, se lo podrán imaginar, a ese al principio se lo tuve que mamar, y luego dejarlo que me penetrase, y así poco a poco, la mayoría de nuestros amigos fueron descubriendo, lo que seguramente ya fuera Saúl, o cualquiera de los otros les debieron haber dicho sobre mí.
Por lo que ya al finalizar ese año, todos en el instituto, o sabían por referencias, que a mí me gustaba que me dieran por el culo, o personalmente ya me lo habían metido, o puesto a mamar. La verdad es que nadie nunca me decía nada, hasta que llegó un nuevo estudiante, alto, moreno, con un cuerpo bien atlético, y estando en el baño de varones, vi que también era dueño de una tremenda verga. De la cual me enamoré, pero no me atrevía ni tan siquiera a insinuarle nada, por miedo a que me rechazase. Pero como Saúl había hecho muy buena amistad con el recién llegado, un día en que me tenía bien ensartado por el culo, le dije que me gustaría sentir la verga de aquel chico entre mis nalgas. Mi amigo me dijo que él se encargaría de todo, y como a la semana me dijo que al llegar a nuestro escondite, después de quitarme la ropa, me pusiera un viejo vestidito de su hermana, y que esperase acostado, sobre un viejo sofá que había en ese lugar. Ha y que me hiciera el dormido, por lo menos hasta que ya tuviera la verga de ese chico dentro de mi culo.
Yo obedecí a Saúl, y apenas llegué me desnude, y me puse únicamente aquel vestidito, sin más nada abajo, luego me acosté, y cuando sentí que ellos habían llegado, me hice el dormido, o mejor dicho la dormida. Saúl levantando la falda del vestido se dirigió al chico y le dijo, vez como te dije, se quedó dormido, y le puse este vestidito de puta. Así que si tú quieres comerle el culo, antes de que se despierte, es todo tuyo. Pero eso sí, me pagas lo acordado antes de hacerlo. Yo no podía creer, el muy hijo de la gran puta de Saúl, le estaba cobrando al chico ese, para dejarlo que me diera por el culo.
Me imagino que pago lo acordado, ya que a los pocos segundos, comencé a sentir como él separó mis piernas, me agarró las nalgas, y comenzó a enterrarme su tremenda verga. Aunque yo procuré aguantar lo más que pude, llegó un momento en que fue tanto el dolor, que comencé a pedirle que me lo sacase. Pero eso lejos de quitarle al nuevo chico las ganas, como que lo excitó más y más, al punto que sin consideración alguna terminó de enterrarme toda su verga dentro de mi apretado, y adolorido culito. Yo lloré, grité, y hasta supliqué que me lo sacase, pero que va era como si le hubiera dicho todo lo contrario. Sentí como su tremenda verga, se abrió paso entre mis nalgas, y después de un rato, yo mismo comencé a mover mis caderas, y a pedirle que me diera más y más duro. Después de esa ocasión, en muchos otros momentos me volvió a enterrar toda su sabrosa verga.
Cuando terminamos de estudiar en el instituto, mis padres, que al aparecer se enteraron, de mis deslices, sin tan siquiera consultarlo conmigo, me exigieron que entrase a un seminario, en la isla de Puerto Rico, en el pueblo de Arecibo, y que para llegar a ser sacerdote. Lo que por lo visto ellos ignoraban es que, como que fue peor el remedio que la enfermedad.
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140722 veces
Aventuras en Paris
Jesús y Pablo marcharon a Paris para poder vender el video. Dejaron a sus tres amigos en una casa que habían alquilado en un pueblo muy pequeño en Huesca. Los dos habían quedado con Pierre, un ejecutivo muy interesado en esta clase de material.
Relato erótico enviado por mena55 el 24 de August de 2008 a las 13:55:00 - Relato porno leído 114311 veces
Si te ha gustado Por pendejo, mi amigo Saúl me pervirtió… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Por pendejo, mi amigo Saúl me pervirtió… ( CON fotos).
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:31) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:02) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Por pendejo, mi amigo Saúl me pervirtió… ( CON fotos).
Vota el relato el relato "Por pendejo, mi amigo Saúl me pervirtió… ( CON fotos)" o agrégalo a tus favoritos