Desde que llegue de mi pueblo, ya hace varios años, el único trabajo que conseguí fue el de limpiar oficinas. Y después de que me case, seguí haciéndolo. El Inocencio, mi marido todos los días me dice que no hace falta que trabaje yo tanto, pero yo le respondo que no es precisamente por el dinero que lo hago, sino más bien por distraerme, pasar el rato, y hacerle un favor a esa gente.
Relato
Bueno la verdad es que, en ocasiones es más lo que me distraigo, y paso el rato, que lo que limpio realmente. Por ejemplo la semana pasada, me tocó limpiar la oficina de uno de los tantos abogados, que son mis clientes. Y en ocasiones hay días, que no sé qué es lo que les sucede, o su mujer les ha cerrado las piernas, y como no tienen a dónde ir, aprovechan que estoy yo disponible. O se han ganado un buen caso y de alguna manera lo quieren celebrar. Bueno quien sabe. Lo que yo sí sé es que, de nada más de verlos ya sé la que se traen.
Y aunque no lo crean se las ingenian, como el día en que apenas llegué, me di cuenta que el abogado se encontraba sentado tras su escritorio con los pantalones abajo. Yo hice como que no me había dado cuenta de ello, y al agacharme para recoger algo de polvo bajo su escritorio, me pidió que diera la vuelta, y ahí estaba con toda su verga por fuera. Nada más le bastó hacerme una pequeña mueca con su boca, para que yo gustosa me pusiera a mamar.
De eso a que me follara sobre su propio escritorio, no tardó mucho. Esa noche sentí como su verga estaba y salía una y otra vez de mi coño, al tiempo que más que gustosa yo movía mis caderas. Cosa que de seguro el pobre de Inocencio mi marido no entendería, razón de más para no decirle nada. Así que entre su mete y saca, y mis fuertes gemidos, yo le pedía que me diera más y más duro. Al tiempo que divinamente me chupaba mis tetas, sin descansar.
No conforme con todo eso, apenas le di la espalda, sin tapujos me lo ha metido por el culo, y la verdad es que no me dolió tanto, pero como se que le gusta que yo chille de dolor, exagero un poco para que se sienta más feliz. Luego se la volví a mamar, para finalmente quedarme sola limpiando la oficina.
El Sr. Araneda es un importante empresario, 50 años, casado, adinerado y muy califa.
Kendra tiene 19 años y es su primer día de prostituta en un lujoso club.
¿Qué pasará cuando Kendra encuentre que su primer cliente es este exigente hombre? El cual sin duda buscará la manera de tenerla de esclava solo para él.
Relato erótico enviado por casadocaliente7 el 25 de July de 2014 a las 00:01:11 - Relato porno leído 360799 veces
Hola, soy Yuli, tengo 26 años, viuda con un hijo de 8 años. Mido 1.68 y peso 60 kgs. Tengo un trasero excelente y firme, piernas torneadas,
reconozco que tengo un busto pequeño pero también muy firme…..
Relato erótico enviado por Anonymous el 07 de February de 2009 a las 23:16:12 - Relato porno leído 61746 veces
mi jefe me hizo agacharme y me tomo de las caderas y me penetro....
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de March de 2007 a las 00:18:52 - Relato porno leído 41851 veces
Si te ha gustado Por qué me gusta trabajar limpiando oficinas…. ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
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narrador
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:48) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:24) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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