Por un olvido me hicieron sentir mujer. I

Durante el trayecto de regreso a casa y haber dejado a mis padres en el aereopuerto, mi cabeza no dejaba de dar vueltas, las indicaciones de mi padre de revisar bien las puertas por la noche, pagar los recibos de los servicios, alimentar a las mascotas y todo un listado interminable de obligaciones que no pude recordar a la perfección, no me quitaban la idea placentera de ser realmente como soy y con total libertad.

Siempre he tenido breves espacios de tiempo para disfrutar plenamente mi sexualidad, períodos cortos donde me puedo disfrutar como mujer, utilizar mis faldas preferidas, blusas ajustadas y escotadas, tacones altos, me he visto presionada por el tiempo para disfrutar de mi femineidad.

Hace algún tiempo, y poco a poco, me hice de ropa que resaltare mi figura, tengo piel blanca, mi cabello es corto (por lo cual me tuve que comprar una peluca de color castaña rizada que llega a mis hombros), mi estatura es 1.60m, realmente me veo divina cuando me pongo miz zapatos negros abiertosde tacón alto, desde hace varios años decidí depilarme completamente y cuido mucho mi piel; en fin.

Ese día decidí vestirme fresca y provocativa (aunque sea solo para mí), tome un baño largo en la tina y me unté mi crema favorita, olor a frambuesa, por todo mi cuerpo; me puse una blusa negra con escote provocativo, una mini que llegaba a medio muslo y mis zapatos negros favoritos.

Realmente estaba disfrutando aquella tarde paseando por toda la casa siendo lo que realmente soy, una mujer coqueta; el timbre de la casa sonó, yo espantada (pues no esperaba a nadie) no sabía que hacer, abrir la puerta ? ignorar los llamados insistentes del timbre ? estaba confundida y atemorizada.

Decidía abrir temerosa, era el mecánico, lo había olvidado !!!
Mi padre me había dejado instrucciones de recibirlo y pasarlo al garage para reparar la camioneta.

-Buenas tardes señorita (saludó).

Me dijo señorita, mi cabeza daba vueltas, realmente parecía mujer !!!

-El señor Augusto me contrató para reparar una camioneta (continuó diciendo).
-Si, pase al garage (respondí suavizando mi voz).

Durante el trayecto, mi corazón estaba a mil por hora, sentía que reventaría en cualquier momento.
Dejé al mecánico que hiciera su trabajo en el garage, reportandome cada quince minutos para ver di se le ofrecía algo, realmente era una excusa para que me devorara con su mirada, pues desde que abrí la puerta noté como recorría mi cuerpo con ojos lascivos. Su nombre era Manuel. De aspecto robusto, como de 1.80 de estatura, manos grandes y de trabajo (me volvía loca por sentir esas manos recorrer mi cuerpo), su aspecto era desaliñado, realmente muy poco atractivo, pero me atraía esa figura de Hombre.

Cuando por fin termino de reparar la camioneta habían pasado dos horas, yo envuelta en un torbellino de pasiones, le ofrecí una bebida para refrescarse, accedió, entro a la cocina y ahí empezó el frenesí...