Contrario a la mayoría de las abuelas, o por lo menos así pienso yo, mientras mis nietos estuvieron pequeños, evitaba tener el menor contacto con ellos. Ya que mi hija, tenía la mala costumbre de tratar de dejármelos para que yo se los cuidara, mientras se iba a divertir con su esposo. Pero como yo si trabajo, no como ella, que se conformó con ser ama de casa. Cuando me venía con el cuento, de que se los cuidara un rato, ya iba saliendo yo de mi casa, con cualquier excusa relacionada con mi trabajo…
Relato
Bueno actualmente ya llegué a ser la directora de personal de la empresa, para la que trabajo, mientras que mi hija, ya se ha divorciado par de veces, y vuelto a casar una tercera. Razón por la cual, cuando mis dos nietos varones, producto de su primer matrimonio, que ya son mayores de 18 años se presentaron en mi casa, por lo que me llevé tremenda sorpresa. La idea era que se venían a quedar conmigo, mientras su mamá y su muevo padrastros, en lugar de irse de Luna de Miel, a un hotel cercano. Decidieron irse a un lujoso hotel fuera del país. Ya que mi hija tontamente, decidió vender su casa. Y mientras ella, y él disfrutaban de su mutua compañía, me enviaron a mis dos nietos, para que se quedasen en mi casa, durante esa semana. Lo malo de todo eso, fue que nadie me consultó a mí.
Bueno no me quedó más remedio que permitir que mis dos nietos, se quedasen en mi casa por esa semana. Lo que me trajo, un sin número de inconvenientes. Como por ejemplo, yo como vivo sola acostumbro andar completamente desnuda en mi casa. Bueno desde que los chicos llegaron, tuve que dejarlo de hacer, ya que esa primera noche, al terminar de ducharme, sin pensar o acordarme, que ellos dos se encontraban, salí de la ducha tal y como estaba. Me dirigí a la cocina, calenté un té, y cuando tomé asiento, en la sala, y me disponía a ver la TV. Que me doy cuenta que los dos, me estaban observando. Lo cierto es que me sentí tan avergonzada, y muy incómoda por la situación, y sobre todo por la manera en que ambos me miraban.
Desde esa noche, me vi obligada a andar vestida, dentro de mi propia casa. Pero si eso fuera todo, quizás lo hubiera pasado por alto. Pero no que va, al siguiente día, después de que llegué de mi trabajo, me los encontré a los dos, muy amables, y sobre todo serviciales, lo que me extraño mucho, ya que eso me pareció muy raro en ellos. Por lo general se dirigen a mi simplemente como Abuela Ana, pero esa noche, comenzaron los dos a llamarme abuelita, linda y preciosa. No dejaban de decirme lo bien conservada que me mantengo, además me dijeron que su mamá siempre había envidiado mi esbelta figura, ya que contrario a mí que voy al gimnasio, y llevo una dieta de cero grasas, ni azucares. Mi hija Jenny es del tipo de personas que nada más de ver la comida, engordan, bueno verla, y tragársela.
El detalle fue que dejé de ver la TV, por estar más interesada, en lo que mi hija les había dicho a mis nietos. Y en medio de la conversación, uno de ellos sugirió que nos tomásemos algo, supuestamente para refrescarnos. Bueno yo pensé que con eso se les soltaría mucho más la lengua a los dos, y como además el menor de ellos, ya tiene 18. No pensé que nada malo fuera a suceder. Por lo que acepté, y casi de inmediato, René el mayor de mis dos nietos que tiene 19 años, al escucharme decir que si, de inmediato se levantó fue a la cocina, y sacó varias cervezas de la nevera, y comenzamos a tomárnoslas mientras charlábamos, o mejor dicho, yo trataba de sacarles más información, a ese par de sinvergüenzas.
Yo la verdad es que como no acostumbro a beber, ya que con tres o cuatros cervezas, la lengua se me traba, y comienzo a reírme como una verdadera tonta. Razón por la cual, como ya les dije, no acostumbro a beber. Pero como estaba en casa, era viernes, y estaba acompañada con mis dos nietos, no pensé que nada malo pudiera suceder. Así que no bien terminaba de tomarme, una cerveza, cuando gracias a uno de mis nietos, ya tenía la otra cerveza en la mano. Así que seguimos bebe que bebe, de repente la conversación, cambio de tema, y ellos los dos comenzaron a decirme lo hermosa que yo era, lo bien que me conservaba, que parecía ser más una hermana de su madre, que la propia madre de ella. Bueno en fin me halagaron tanto, y tanto. Que yo a todo lo que ellos me decían, lo que hacía era reírme, como una tonta, y decirles que sí.
Cuando de momento uno de ellos, se puso y que a discutir con su hermano, diciendo que yo tenía mucho mejor cuerpo que la tal Jennifer López. Bueno no tienen idea, de lo bien que yo me sentí, al escuchar a uno de mis nietos decir eso. Mientras que el otro decía que si, que yo tenía un hermoso cuerpo, pero que la tal J. Lo tenía unas nalgas tremendamente llamativas, y así seguimos bebe, que bebe, hasta que al ver que mis dos nietos seguían discutiendo, y procurando que se calmasen, se me ocurrió decirles. Bueno si quieren se las puedo modelar par ustedes, y honradamente me dicen quien las tiene mejor.
Así que frente a los dos, me puse de pie y comencé a modelar frente a ellos dos, fue cuando el mayor de ellos René comentó. Lo que pasa Anita es que, Jennifer López casi no lleva nada puesto encima, por lo que a diferencia tuya a ella se les pueden ver fácilmente sus nalgas. Yo me quedé pensando, por unos instantes, hasta que lo único que se me ocurrió fu quitarme el vestido, quedando únicamente en pantis y sostén. Y no es por nada, pero yo me la paso metida en gimnasio cada vez que tengo una oportunidad. Y dejando la falsa modestia a un lado, les puedo decir que a mis cincuenta y tantos años, aún conservo mejor que muchas mujeres de 40 o hasta de 30.
Mis dos nietos quedaron impresionados, maravillados con mi cuerpo, y mis firmes músculos. De inmediato me pidieron que les modelase, cosa que seguí haciendo de lo más orgullosa. Quizás por lo mareada que me sentía, volví a tomar asiento, en el sofá, entre ellos dos. Y así sin dejar de alabarme, y decirme lo bien que yo me veía, mis nietos continuaron alagándome. Al tiempo que de manera muy cortes, y caballerosa me volvían a entregar otra botella de cerveza, para que yo siguiera bebiendo.
En ese momento Esteban que es el menor, ya que tiene 18 años, sacó un raro cigarrillito, y sin tan siquiera pedir permiso, lo prendió. Al poco rato, después de darle unos cuantos jalones, se lo pasó a su hermano mayor, que de igual manera también fumó. Pero fue René quien me lo pasó a mí, y aunque no acostumbro a fumar, por la insistencia de mis dos nietos, hice lo mismo que ellos hicieron, y así los tres seguimos fumando, hasta que finalmente se terminó.
Yo después de unas cuantas jaladas que le di a ese cigarrillito, me fui sintiendo muchísimo más alegre. Y como mis nietos no dejaba de alabar mi piel, mis seños, y en fin todo mi cuerpo. Cuando comencé a sentir sus manos, sobre mí, no les dije nada. Seguí ya fuera fumando o bebiendo, mientras que ellos dos no dejaba de decirme cosas bonitas. Así de momento, cuando Esteban me pidió, que les mostrase mis tetas, en lugar de decirle que no, y dejar por terminado todo.
Muerta de la risa, hasta le pedí al mismo Esteban que me soltase el sostén, cosa que hizo de inmediato, dejando mis tetas al aire. Y de igual forma o sea de inmediato, tanto él como su hermano mayor, continuaron diciéndome que mis senos eran sumamente hermosos. Y al irlo diciendo, de manera sutil y delicada, René por un lado y Esteban por el otro, casi al mismo tiempo, entre los dos comenzaron acariciar mis tetas, sus aureolas, y mis pezones.
Mientras que yo no dejaba de reírme, como una verdadera tonta, disfrutando de las mutiles caricias que mis dos nietos me prodigaban. De momento sentí los labios de René contra los míos, y casi de inmediato su lengua introduciéndose dentro de mi propia boca. Por un instante, hasta pensé en separarnos, pero a medida que me fue besando de esa tan particular manera, las caricias de Esteban alcanzaron mi vulva, apenas cubierta por las pantis que estaba usando. Por un segundo instintivamente, comencé a cerrarlas, pero al sentir sus dedos más dentro de mí coño, terminé por abrir más mis piernas.
Así que mientras mis nietos continuaron haciéndome disfrutar de todas esas atenciones y caricias, yo prácticamente me entregué, ya que no opuse la menor resistencia a todo lo que me estaban haciendo. René continuó besándome, y acariciando mis senos, mientras que Esteban centró su atención, sobre mi coño. De manera calmada, me fue bajando las pantis que yo tenía aun puestas, y una vez que me las bajó, hasta los tobillos, yo misma me las terminé de quitar, al igual que las sandalias que estaba usando en esos momentos.
No podía creer que los hijos de mi propia hija, me estuvieran haciendo todas esas cosas, tan sabrosas. Yo estaba de lo más entusiasmada, cuando Esteban separó un poco más mis rodillas, suavemente comenzó a besar, y lamer todo mi depilado coño. Para mí fue algo tan inesperado, que a los pocos minutos de él estar mamado tan sabrosamente todo mi coño, disfruté de un magnifico y único orgasmo.
Por un largo rato, disfruté de todas las atenciones, que mis dos nietos me daban, yo estaba tan y tan envuelta, que cerré mis ojos por un corto rato, y al volverlos abrir, me encontré que ambos ya se encontraban completamente tan desnudos, como lo estaba yo misma. Fue en esos instantes, al ver sus parados miembros, que no pudiendo aguantar más las ganas, de tenerlos dentro de mí, les pedí que me los metieran, por donde fuera. René se recostó sobre el sofá, y rápidamente coloqué mi coño sobre su parado miembro, y lo fui sintiendo como se deslizaba hasta bien adentro de mí.
Por lo que por un buen rato, mientras el miembro de René penetraba divinamente mi coño, Esteban nos observó, hasta que decidió colocarse tras de mí, y separando mis nalgas, sentí que su verga me penetraba por el culo. Desde ese instante, comencé a disfrutar de múltiples orgasmos, y no bien ellos dos, me pusieron a mamar sus paradas vergas. Esa noche entre los tres, seguimos bebiendo, y teniendo sexo de manera indiscriminada, dejando que tanto uno como el otro, me hicieran su mujer, en varias ocasiones.
Cuando desperté el sábado en la mañana, aparte de que me sentí, aun algo mareada, confundida, y hasta con dolor de cabeza. Mientras me duchaba, apenas recordé todo lo que había llegado hacer con mis propios nietos, al principio me dio mucha vergüenza, pero a los pocos minutos, como que comprendí que tanto ellos como yo lo disfrutamos intensamente, fue como que por arte de magia el dolor de cabeza, así como la tonta vergüenza que sentía, desaparecieron.
Salí de la ducha, y tal como estaba me dirigí a sus habitaciones. René que se había marchado para sus clases, mientras que Esteban aun se encontraba en su cama durmiendo. Me le acerque y al verlo completamente desnudo, lo que me provocó fue seguir con lo que la noche anterior habíamos comenzado….
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
Si te ha gustado Prácticamente me convertí en la esclava de mis nietos… ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
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narrador
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:27) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:59) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF tcojorico
(1 de January de 2015 a las 09:29) dice:
WOW
Felicidades
Me encantara contactarte, enviame mensaje privado...
BESOS
Jorge...
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