Tengo un fetiche que es la ropa interior de mi tía, ella me descubrió
Relato
Para empezar a situaros, soy un chico de 27 años. Vivo en un pueblo muy pequeño. Desde siempre me he sentido muy atraído por la ropa interior de mi tía. Os describo a ella, no es como en otros relatos, alta, delgada, morena…, no, ella tenía, por aquel entonces unos 40 años, y es gordita, no se deciros pero con mucha carne, con un culo muy grande, y unas tetas también muy muy grandes, siempre la he visto soltera, sin pareja. Ella vive en Madrid pero tanto fines de semana como vacaciones las pasa en mi pueblo. A mi siempre me gustó ir a su casa porque me encantaba rebuscar en su ropa interior, probármela, olerla, disfrutar de la ropa. Aprovechaba los sábados por la tarde que sabía que ella no estaba en casa para entrar con alguna excusa, “no funciona la tele”, “esta rota la calefacción”, “un enchufe va mal”… y entrar en su cuarto, abrirle y disfrutar muchísimo.
Recuerdo probarme bragas de color carne, tipo faja, bragas blancas con mucha putilla, bragas transparentes, bragas con muchísimo encaje, nunca vi ningún tanga. Otras prendas que me entusiasmaban era camisetas interiores que tenía, a mi me quedaban super ajustadas al cuerpo por lo que a ella, que es mucho mas grande que yo, no me lo puedo ni imaginar. Es una camiseta de estas que parece todo como de encaja o puntilla, no se exactamente. A mi me encantaba probármela. También perdía mucho tiempo viendo y poniéndome sus sujetadores. Como os imagináis eran gigantes. Siempre blancos y con una copa exagerada. No la faltaban medias, de todos los colores, blancas negras, pero con muchísima suavidad. Y otra cosa que siempre me ponía eran sus fajas. Al estar gordita, supongo que siempre las llevaba, me encantara como se ajustaban. Estas siempre eran de color carne, y como si fuesen pantalones de ciclistas.
También tenía creo que se llaman Bodys, que son como camisetas que se abrochan como en el coñito, no se bien como explicaros, espero que todos lo conozcáis. Estos siempre eran de color blancos y la suavidad que tenían era ….
Mi cometido era ir a su casa los sábados que podía para no delatar mi actitud. Siempre era cuando me decía que necesitaba arreglar alguna cosa, yo decía que podía ir el sábado por la tarde que sabía que a ella le gustaba ir con sus amigas. Lo que solía hacer era ir a su casa un poco antes que ella se fuera, intentar arreglar lo que fuera, y cuando ella se iba yo me dedicaba a mi. Entraba en su cuarto, abría su cajón y “felicidad”, me desnudaba entero, me ponía las bragas mas bonitas que encontraba, las medias a juego, una camiseta interior y un sujetador. Muchos días me ponía también una faja. Me tiraba en el sofá y me encantaba sentir toda esa suavidad de seda rozando todo mi cuerpo. Siempre me pregunté porqué tenía esa ropa tan bonita y estaba soltera. Cuando ya estaba muy caliente marchaba al baño a terminar mi faena, a tocarme hasta correrme.
Hubo un día que manché un poco una braguita de semen, y me preocupe bastante por si ella pudiese descubrir algo, por lo que me la llevé a casa. Fue mi juguetito sexual mucho tiempo, me la ponía por las noches, la olía, me las comía, me corría en ellas…
Temiendo que esto pudiese volver a ocurrir, lo que descubrí fue si me protegía con una compresa ya no manchaba nada, ni la braga, ni nada. Por lo que poco a poco descubrí otro mundo el mundo de las compresas. Mi tía tenía siempre de tres tipos, unas que eran para dormir, que eran como gigantes, te cubrían desde el culo, hasta prácticamente el pene. Estas eran divinas ya que podías estar muy tranquilo, ponerte las bragas que quisieses, y estar tranquilo de no manchar nada, ni en la zona del culo ni en la zona de la polla, además con esto descubrí que al usar las bragas siempre dejaba restos de algún pelo y con esto lo evitaba. Otro tipo de compresa que usaba mi tía eran como mucho mas corta que la otra, a ella no se como la iría, no soy mujer, pero igual de goda. Y por último tenía otras que son muy muy finitas y cortitas. A mi estos dos tipos de compresa no me gustaban ya que no me protegían bien.
Entonces mi ritual era siempre el mismo, cuando iba a su casa y podía disfrutar de soledad, me desnudaba entero, me ponía siempre una braguita blanca y le acompañaba la compresa grande. Luego dependiendo del día, añadía unas medias, o un simple pañuelo, jugaba a ponerme el body abrochado justo en la compresa, esto me encantaba, me ponía una faja, o simplemente unas medias…, me sentaba en el sofá y cuando ya tenia la polla bien dura, acudía al baño a terminar mi trabajo. Soy una persona que me di cuenta que sin tocarme la polla podía llegar a manchar bastante simplemente con mi líquido pre-seminal, o como se llame y la compresa ahí hacía una función muy buena, que era no manchar sus bragas. Me corría en el baño como nunca me corrí en mi vida, unas pajas increíbles y unos orgasmos grandísimos, todo esto acompañado de unas corridas bestiales. Y una vez mas la compresa me ayudó mucho.
En uno de mis días de placer, fui a casa de mi tía para dejar unos bidones de gasoil, y mientras los descargaba, ella me dijo, “yo me voy, cuando termines cierras la puerta y esta”. Entonces, en cuanto terminé de hacer mi trabajo, me fui a su cuarto. Me vestí como mas me gustaba ese día, no se me puede olvidar. Unas bragas blancas todas llenas de puntilla, y un body. Me fui al baño y cogí una compresa de las grandes, para hacer de protección y que mis pequeños deslices no se vieran reflejados en las bragas. Vestido fui al sofá a disfrutar de mi nueva vestimenta. A pesar que esto se lee en muchos relatos, esto ocurrió así, oí la puerta y yo no sabía donde meterme ni que hacer, estaba vestido con unas bragas, y un body de mi tía, y no podía ni cambiarme ni taparme porque toda mi ropa estaba en su cuarto, ya que fue allí donde me desnudé. Me pillo mi tía de lleno. Su cara fue todo un poema aunque la mía no se que fue. Me dijo “que haces con mis cosas, no me lo puedo creer, tengo toda mi confianza en ti, bla bla bla,…..y dando voces y lo que no era capaz de entender fue lo de la compresa ya que se veía bastante. “Y que es eso una compresa mía, para que la quieres, degenerado, …..
A pesar de que no suele ser muy común en este tipo de relatos, todo lo contado hasta aquí es completamente cierto. Lo que pasó posteriormente será objeto de comentar otro día.