Historia de una venganza de una mujer engañada - Comienzo de una saga.
Relato
PROSTITUTA I
Uno de los primeros libros leídos por mi en mi temprana adolescencia, y que me despertaron el amor por ellos, fue "Sinhue el egipcio", de Mika Waltari, maestro admirado de la literatura de ficción histórica, y que en uno de sus capítulos, relata la historia de una bella reina egipcia, futura esposa en forma obligada del en ese momento Faraón, un general triunfante que había llegado al poder, y quería legitimar su sangre plebeya, con ese matrimonio, ya que ella era la hermana del Faraón asesinado por el militar vencedor. Y que me marcó para siempre en mi fantasía, con la sutil y terrible venganza perpetrada por la misma.
I
Esa mañana, como todos los días, después de dar el desayuno a su familia, y terminar de despacharlos, previo beso a cada uno (al colegio los chicos y a tribunales su esposo), Maria José se ducho, se maquilló y se vistió, dio instrucciones a la chica de la limpieza respecto del trabajo en la casa del día, y salió, tomo el ascensor, en el hall, en gran espejo que cubría una de las paredes en su totalidad se observó, y el cristal le devolvió su imagen, a sus 32 años, aún parecía adolescente, era delgada, pero con agraciadas curvas, y ese liviano y corto vestido si bien era sencillo, era muy elegante y la hacia muy sexy, sus piernas eran realmente lindas, sus caderas perfectas, y su cintura delgada y sin un rollo, y sus pechos no grandes, redondos y bien plantados, altos y erguidos naturalmente, se notaban sus pezones a través de la delgada tela, ella no usaba sostén, no lo necesitaba, y nunca lo necesito, era de estatura mediana, su cabello era rubio oscuro, y su cara era joven y fresca, pero un lejano dejo de amargura lo ensombrecía, después de lo sucedido, era otra.
Y salió, era un día de sol brillante, el cielo azul, la temperatura estaba templada, caminó una cuadra, llego a la avenida, paró un taxímetro, le indico la dirección donde tenia que ir. Durante el viaje, practico un juego que ahora le encantaba, abriendo las piernas como distraídamente, dejaba a la vista del conductor (un hombre joven), prácticamente todo (no usaba ropa interior), o se inclinaba para que de su escote se viera todo (hasta los pezones), dejando al pobre conductor que la veía por el espejo de retrovisión totalmente acalorado, todo sin dirigirle una sola palabra, y con cara de seria, le encantaba hacerlo desde que había descubierto la reacción que causaba en los hombres, (que eran unos cerdos, le encantaba turbarlos, dejarlos excitados) generalmente nunca nadie le decía nada, solo alguno que otro murmuró una proposición que ella ignoro como si no hubiera escuchada nada. (todos eran cobardes)
Al llegar a su destino, toco el portero eléctrico, y le franquearon el paso, entro en el gran salón, atravesó el lugar donde estaban los grandes sillones con las mesitas donde ya había varios hombres, tomando café o alguna bebida, paso la barra del bar y la pasarela, al llegar al fondo, abrió la puerta y paso a donde estaban las habitaciones privadas, siguió por el pasillo, pasó por la gran habitación del desfile, y al llegar al termino del pasillo, ingresó en la oficina, donde detrás del escritorio, estaba el encargado, lo dio un beso en la mejilla, mientras este como distraídamente le dio unos golpecitos en la cola de bienvenida, el mismo le dijo que se apurara porque había clientes, y estaba un poco atrasado, porque había faltado una de las chicas...
Fue a la habitación que le habían asignado tiempo atrás cuando había empezado todo, y se cambió, se puso la "ropa de trabajo", que era una pequeña camisola azul trasparente, sin nada abajo, salvo unos ligueros que salían de su medio muslo, se miro y vio que todo estaba bien, se veían perfectamente sus senos, adornados con los pezones rosados, y el pequeño triangulo perfectamente delineado de su corto vello púbico.
Se reunió con otras seis compañeras también vestidas en forma similar a ella , en las sala común de espera, y el encargado les dio la señal, saliendo de a una a la sala de desfile con un intervalo de un minuto, en cuyos sillones, sentados habían tres hombres esperando, cuando le llegó el turno a ella, caminó lentamente frente a ellos, inclinándose frente a cada uno, para que observen mas de cerca sus tetas, y con un giro se mostraba entera. (inclinándose un poco para que le vieran bien la cola, y la línea de su sexo que venia de adelante, desde que había empezado todo, tenia permanentemente irritados los labios superiores vaginales, quizás del uso intensivo)
Desfilaron las siete frente a los hombres, que observaban detenidamente a cada una de ellas que pasaban frente a ellos y ellas volvían a la sala común de espera , y cuando terminó de pasar la última de ellas, esperaron la elección de los hombres.
II
(La historia)
Se habían conocido en una reunión de la Juventud Católica, ella era estudiante de Literatura y letras, y él ya recibido de Abogado, con un master en los EEUU, ambos eran muy creyentes y practicantes de la religión, y habían comenzado a noviar luego de salir varias veces en compañía de otros amigos, él se le declaró en un restaurant, mientras comían, y el noviazgo había sido perfecto, jamás trató de sobrepasarse, siempre demostró un autocontrol que ella admiró, aún en las despedidas del zaguán, donde él, jamás había pasado de un roce en sus pechos, arriba del vestido.
Y se casó de blanco (ella de 19 y él de 26 años), y era virgen, lo había guardado para Ricardo, y realmente se entregó a él , en aquella primera noche, que por primera vez conoció el sexo, y si bien le gustó, no le pareció nada del otro mundo, pero a eso estaba destinada, al placer de su esposo.
Fue desde el primer momento un matrimonio bien avenido, Ricardo siempre había sido un poco autoritario, pero el padre de ella era igual, ambas familias de la alta burguesía católica, integrantes del Opus Dei, ambos tenían sus destino trazados, él ser un exitoso , y ella ser la esposa de un exitoso, a una buena vida, a ser la bella decoración de su hombre, a tener y criar hijos, y a cultivar las relaciones del entorno, con mujeres similares y de igual destino, a la caridad, a las obras de la iglesia, tal como había sido el destino de su madre, y de todas la mujeres de la familia, y de eso no había posibilidad de discusión, así era y así seguiría siéndolo.
Al principio habían vivido en un departamento de tres ambientes, regalo de los padres de Maria José, y ella quedó embarazada del primero de sus hijos, que nació a los nueve meses y diez días del casamiento (los que habían guardado las participaciones de la boda, para controlar la fecha, debieron tirarlas, ya que no había lugar para el chismorreo)
Él progresó en su trabajo, un estudio cuyo titular era un abogado, cuyo apellido era nombre de una exclusiva localidad del norte de la ciudad, y que en los años 60 y 70 había introducido en el País a "Patria, familia y tradición", una especie de brazo político del Opus Dei. y cuando el bebé (Hernán) tenia solo un añito, lo nombraron asociado del estudio, y pudieron ahorrar para la compra de un departamento mas grande.(él estaba desarrollando una extraordinaria carrera, producto de su capacidad en parte y en gran parte las relaciones del Opus, que estaba interesado en él, y como siempre deseoso de hacer ingresar en lugares claves integrantes prometedores del grupo, y Ricardo era algo así como una estrella en ascenso )
Y se pudieron mudar, cuando Hernán tenia dos años y ella estaba embarazada de siete meses de su segundo hijo. El nuevo departamento era mucho mas grande, y tenia tres dormitorios, dos baños y dependencia de servicio, ella estaba en la gloria, su familia crecía y eran felices, ella por supuesto, no trabajaba se dedicaba a sus hijos, y a su rol, nunca había pasado por la cabeza de los dos, que ella tuviera empleo (aún cuando se había recibido, y tenia un titulo universitario), la función era la casa, donde debían estar las mujeres Católicas Apostólicas Romanas de bien.
Tenían amigos, y la vida social era bastante agitada, y todos los domingos y fiestas de guardar, iban a la iglesia, donde se mostraban a los demás como ellos, y agradecían a Dios su felicidad, y sus logros, además de relacionarse mas y mas con el Opus, que controlaba la asistencia de sus integrantes y su comportamiento.
Sexualmente, no tenían mayor inconveniente porque ella no sabia de otra cosa, y desde el principio las relaciones eran como se esperaban, y siempre el amor lo hacían en la posición del misionero, que según el mandato no escrito pero acatado por todas la gentes católicas y de bien, era la única que se permitía, y el sexo era para reproducción, y si alguna vez había placer, era tomado con culpa, era el pecado original, ensuciaba el alma, jamás hubieran tolerado el uso de anticonceptivo o preservativo, eso era para los pecadores, para aquellos que consideraban al sexo como algo lindo y gratificante, para gente baja y bárbara, herejes de la Santa Fe, gusanos asquerosos, que habría que eliminar, contaminantes de la moral y las buenas costumbres..
Pero Ricardo algunas veces fue un buen amante, y en contadas oportunidades (en medio de una calentura extraordinaria), en el juego previo, supo acariciarla y llevarla a la alta excitación, y ella había descubierto que era muy sensible a eso y para colmo, multiorgasmica. Pero era pecado, que se lavó en las confesiones, con contrición, en oraciones y rezos a Jesús y a Maria, y en la mente pidiendo perdón a su mentor principal, el padre Escrivá.
Cuando nació María de las Mercedes, en un golpe de suerte, el había conseguido se nombrado socio del estudio, y ahora sus ingresos se habían elevado al triple, con otros beneficios, como el uso de automóvil provisto por el bufete, y acceso a el exclusivo country de las altas esferas del Opus, donde pudieron comprar primero el lote y luego edificar un chalet, y en ese lugar, ambos conocieron lo que era el roce con el poder, y las vacaciones pasaron a ser de tres meses. En la casa de Punta del Este .
Ricardo debía viajar mucho, al interior y al exterior, y cuando fue nombrado abogado director a cargo del cuidado de cuentas de grandes empresas, mucho mas, y fue cuando ella comenzó a notar cambios en él, y al principio no les dio mucha importancia, él comenzó a llegar muy tarde a casa, y fines de semana enteros debía dedicarlos a reuniones con los altos ejecutivos de las empresas, y las ausencias por los viajes se hicieron cada vez mas prolongadas.
Cuando estaba en casa, él era como siempre, pero ella notó que cada vez menos tenían relaciones, él parecía estar cansado, estresado, o simplemente la ignoraba al momento de acostarse, llegaron a pasar varias semanas sin contacto sexual. Pero como estaba establecido que el que comenzaba el tema sexual era el hombre a ella no se le pasó siquiera por la cabeza, el iniciar, o tratar de seducir, las cosas eran así, no había otra vuelta.
El no desperdiciaba la ocasión para proclamar sus elevados principios morales, su puritanismo, la función de la mujer, de la iglesia, de los hijos, de la familia, tal como lo había hecho su padre, y el padre de su padre, y ella comenzó a ver a su esposo con una aureola, sin duda era un santo, y ella debía estar feliz de ser su esposa, de alguien que había abrazado el apostolado de la fe, en forma laica.
Ella creía ser feliz, tenían un nivel económico envidiable, autos, casas, e incluso una gran embarcación, un velero que llegó como bono de un caso que origino millones de dólares de ganancia al estudio, y que Ricardo había manejado en forma maestra, insuperable, y el grado de influencia, ingresos y nivel de vida se incrementaban a medida que ascendía Ricardo en el estamento del Opus.
Algunas veces, se sentía algo inquieta, sentía que algo le faltaba, quería muchísimo a sus hijos, y a su marido, y a la vida que llevaban, pero estaba como vacía, tenia una profesión que le gustaba, y nunca la había podido ejercer, pero de inmediato esto era desechado, porque, el deber de ella era su marido, sus hijos y su casa (en ese orden), y nada podía sustraerla de tal cosa, y menos una ocupación o empleo, que todos modos no necesitaba porque dinero no le faltaba.
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Y ella lo acepto de forma natural, al igual que su madre lo había aceptado y su abuela, acostumbradas a subordinarse al marido, jefe del hogar y figura intocable y admirable, prohombre del bien, de la moral y de su familia a la cual dedicaban todos sus esfuerzos y desvelos.
Y después de todo, era la esposa de un socio del estudio mas importante del País, y miembro estrella para el Instituto (el Opus), en las fiestas del estudio o en reuniones sociales, todos la trataban con respeto y reverencia, como si ella también fuera una figura destacada, era la esposa de abogado estrella y campeón del catolicismo, y por encima de todos.
La palabra de Ricardo era santa, las cosas en el Estudio y en su casa se hacían a su forma y proceder, y ella llego a creer que lo miraba de abajo, tenia que elevar su mirada para verlo, cada vez mas imponente, mas perfecto, infalible, una especie de dios vivo.
III
(La revelación)
Ricardo llevaba a sus subordinados con eficiencia y mano dura, no toleraba la menor falla, y es más educado al estilo americano, promovía la competencia entre ellos, que se hizo feroz, sucia, y cuando en una lugar pasan cosas así, cualquiera puede quedar manchado, incluso el que manda más.
Y una de esas mañanas, luego de controlar al personal domestico y dar las correspondientes ordenes para la tarea del día, bajó a la cocina para tomarse un café, cuando tocaron el timbre del gran departamento donde vivian, era el encargado que le entregó la correspondencia.
Entre multitud de cartas para Ricardo, un pequeño paquete le llamó la atención, y estaba dirigido a ella, lo abrió y era un disco de DVD, acompañado con una esquela, que decía "las cosas nunca son como parecen", sin ninguna firma.
Al principio no le dio mayor importancia, y continuó con sus cosas, se vistió y salió de compras con tres de sus amigas, y con la excitación de las compras en el shoping, y el almuerzo con ellas, y los chismorreos, se olvidó de lo que había recibido.
Al volver a su casa, el pequeño disco aún seguía sobre la mesada del desayunero que separaba la cocina con el comedor diario, y lo volvió a ver, y con curiosidad, y lo llevó a la sala de TV , prendió el gran aparato, e inserto el disco en el reproductor de DVD. Sentándose en uno de los cómodos sillones para verlo. Con las piernas cruzadas sobre el sillón, apretó el botón de play .
Y esa simple acción, cambió su vida, destruyo todo lo que había creído de pies a juntillas hasta el momento, vio que todo era mentira, y que su ídolo tenia los pies de barro, un barro fangoso, pegajoso y maloliente, y que la imagen que le habían vendido era falsa, absolutamente falsa.
Las primeras imágenes del video, eran las del frente de una gran casa, que ella identifico como la de un poderoso industrial que asesoraba el bufete de Ricardo, incluso ella había estado en una fiesta en ella, era terriblemente lujosa, ostentosa, de la simple vista a ella se respiraba el poder del dinero.
La toma pasó luego al interior de la misma, a un amplio salón comedor, donde se estaba desarrollando un banquete, los cinco comensales de la misma le fueron conocidos, los hombres eran poderosos empresarios integrantes del Instituto, y de un plano apareció el sexto, Ricardo, al lado de cada uno de ellos, beldades que ella no reconoció, todas ellas muy elegantes, con vestidos de grandes escotes, y conversando animadamente con sus parejas.
Salta la escena, a un salón con grandes sillones, donde los mismos hombres estaban tomando coñac, y fumando grandes puros, sentados, mirando todos fijamente a un costado donde aún no tomaba la cámara.
Lentamente, la vista se va trasladando a ese lugar, donde aparecen dos de las beldades, bailando entre ellas, muy sensualmente, y se comienzan a desvestir la una a la otra, morosamente, lentamente, mientras seguían su danza, hasta quedar completamente desnudas. Y cuando así estaban, la cámara vuelve a dirigir su vista a los invitados, dirige, cuatro de los cuales estaban muy ocupados magreando a sus parejas, mientras las ya desnudas se dirigen a los dos restantes, que las esperan con los brazos abiertos.
La cámara, lentamente hace un paneo de lo que estaba pasando, y se detiene con fruición en los senos de cada una de las hermosas muchachas (bellísimas) , que estaban siendo chupados, mordidos sus pezones, y despojadas de todas sus vestimentas ( las cuatro que aún no estaban desnudas), y sus cuerpos acariciados y explorados por las manos de los hombres, deteniéndose en las entrepiernas de ellas, que ya eran comenzadas a ser besadas, y acariciadas, y por último penetradas por uno, dos y luego varios de dedos, deteniéndose la vista, al ese extraídos, y golosamente chupados por la boca del dueño de la mano invasora.
Y mientras Maria José con los ojos muy abiertos, de los que desbordaban lagrimas, que recorrían su hermosa cara, y su corazón estallaba de dolor, seguía corriendo el video..
Ricardo, era uno de los que esperaba a las muchachas que se habían desnudado ante todos, y la cámara registró la recepción a la misma, y espantada Maria José vio como su esposo, el noble y devoto, el campeón de la Santa Madre Iglesia, el Cid Campeador de la moral, recibía en sus brazos a la hermosa muchacha que pronto metió uno de sus senos en la boca ansiosa del prohombre .
Y a medida que el video seguía, con mas y mas imágenes, de cuerpos ardientes entrelazados, miembros penetrantes y vaginas recipientes, y la imagen de su esposo fornicando, en posiciones que ella ni siquiera había soñado existían, ( Ricardo hacia poner en posición de perro a la mujer, y la penetraba, y luego la bombeaba y bombeaba, y mas adelante, como Ricardo penetraba analmente a otra de las mujeres, y como era participe de un trío en el que quedaba la mujer adentro, penetrada en sus dos orificios, y luego vio como Ricardo eyaculaba en las tetas de otra, mirando fijamente a la cámara con expresión de placer y sonriendo luego. (esa sonrisa tan peculiar de el, que iluminaba su rostro)
Y mientras ella petrificada en el sillón, sin mover un solo músculo, mientras su rostro estaba empapado en llanto, corría el video....
Que después de un largo tiempo con imágenes detalladas de la orgía, (grabación hecha con perfección, evidentemente por un profesional del cine) una voz en off, dirigiéndose a ella decía: – Maria José, como veras tu marido no es el santo varón que pensabas, si quieres saber mas de esto, mañana, a las 10 horas en la fuente frente a la Iglesia.
Cesó toda imagen, hubo un fondo azul, y luego lluvia en la TV, y ella siguió petrificada, en la misma posición mirando en dirección a la pantalla, dentro de ella fuertes tormentas se desataron, dolor, desesperación, descreimiento, dolor, dolor, dolor desgarrante.
Navegante (susurroido@yahoo.com.ar)
A Horny, adorada autora bogotana,. La del sabor de almendras con chocolate, con un gustito lejano cítrico de naranja.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513554 veces