Tres hombres nos invitaron a Verónica y a mi a una discoteca a bailar y beber. Otra chica que ellos querían llevar dijo que no podía asistir por asuntos familiares. Así que Verónica y yo estábamos dispuestas para divertirnos con esos tres hombres.
Relato
Nos llevaron a una discoteca con poca luz, mucha música y mucho licor. Rápidamente Verónica y yo nos mareamos aunque bebimos cerveza mientras que ellos tomaron ron. Cuando nos sentábamos a la mesa con ellos siempre nos abrazaban y acariciaban nuestras piernas y a veces nuestros traseros aprovechando la poca luz que había en la mesa donde estábamos. Pasada la medianoche les dijimos que teníamos mucho frío y mucha hambre. Ellos nos llevaron a comer pizza y luego nos llevarían al apartamento de uno de ellos a tener sexo. Cuando llegamos ellos siguieron bebiendo ron y aunque nosotras no bebimos más ya estábamos suficientemente mareadas.
No se hicieron bailar mientras nos desnudábamos y quedamos bailando totalmente desnudas para ellos. Nuestras tangas las agarraron y las manoseaban y las besaban, las olían y se las restregaban en sus bultos.
Alguno de ellos dijo:
-Así es como me gustan, putas y borrachas.
Los hombres se rieron a carcajadas, mientras que uno de ellos, no recuerdo cuál, se acercó a mí y se agachó y manoseando mi vagina con una mano y con la otra mis tetas, dijo:
-A mí también me gustan así.
El hombre metió un dedo en mi vagina y me dijo:
-Venga mamita a aquel sillón que nos la vamos a culiar
Sin sacar el dedo en mi vagina entre él y otro hombre me ayudaron a llevar y me acostaron en un sillón ancho color marrón, en donde me imaginé que ellos ya habían acostado a otras chicas que llevaban para sus diversiones sexuales.
El tercer hombre que estaba con ellos había desaparecido. Se fue a la habitación para tener sexo con Verónica. Mi amiga se escuchaba gemir porque ellos habían dejado la puerta abierta y yo alcanzaba a ver al hombre con mi amiga. El hombre estaba encima de mi amiga haciéndola gemir montado sobre ella y haciéndolo rápido y fuerte. A pesar de mi borrachera lo recuerdo perfectamente, porque mientras los otros dos hombres estaban conmigo en la sala yo podía ver todo lo que hacía con mi amiga.
Acostada en el sillón uno de los hombres se montó sobre mi y me penetró por la vagina, era un hombre que tenía mirada de depravado. El otro se montó prácticamente sobre mi cara y me hizo mamárselo, agarrándome la cabeza para ayudarme a empujar. Yo gemía aún con la boca llena, no me importaba, pero también me gustaba. En algún momento los hombres se intercambiaron, porque de pronto cuando abrí los ojos noté el intercambio. Quizá me alcance a dormir algunos instantes. El tipo que estaba en mi cara follándome por la boca era el que tenía cara de depravado y me miraba con mucho morbo. Creo que es porque sus ojos son un poco brotados y con la mirada de borracho parece depravado. Yo sentía los golpes de las caderas del otro hombre y no dejaba de gemir. Los hombres se intercambiaban muchas veces. De pronto me pusieron en cuatro sobre el sillón, uno de escupió el ano para lubricar, metió uno o dos dedos para y dilatarme y me penetró por el ano mientras que el otro se puso de pie por delante de mi cara al otro lado del sillón para que yo se lo mamara mientras tanto
Luego empezaron a intercambiarse en mi ano para penetrarme. Yo me agarraba del sillón para sostenerme y gemía fuerte, me gustaba sentir como me agarran de las caderas y sentía sus golpes de sus caderas en mis nalgas. Yo no conocía a ninguno de esos dos hombres, los conocí esa noche porque el amigo de Verónica, el que estaba con ella en la cama, era el que me los había presentado. De pronto los hombres empezaron a gemir y yo sabía que estaban eyaculando primero uno y luego el otro. En pocos segundos terminaron y bastante borrachos se tiraron en el mismo sillón a dormir su borrachera, sin siquiera quitarse los condones llenos de semen
Me toqué mi ano y estaba bastante dilatado, pero no me dolía mucho. Los hombres tenían vergas bonitas pero no muy grandes y eso me gustaba porque yo podía complacerlos pero no me dolía mucho. Momentos después salió Verónica de la habitación mientras que su hombre había quedado dormido en la cama.
Verónica y yo decidimos irnos. Aunque estábamos bastante borrachas preferíamos irnos a dormir a nuestras camas. Al día siguiente me llamó uno de los hombres que había tenido sexo conmigo, era el que tenía mirada de depravado, y me dijo que quería volver a estar conmigo, porque yo le había gustado mucho. Una hora después me estaba recogiendo en una esquina en donde me puso cita para llevarme primero a comer unas hamburguesas porque los dos teníamos mucha hambre y luego me llevó a un motel en donde tuve que mamárselo de rodillas, lamer sus bolas, me puso en cuatro y me dio varias palmadas por mis nalgas y me dijo que a él le gustaban mucho las putas borrachas como yo. Esa noche yo no estaba borracha, aunque un poquito mareada porque en el motel me había hecho beber dos cervezas mientras se lo estaba mamando. El quería verme borracha. Me hacía mamárselo un rato y el mismo me hacía beber cerveza. Cuando terminé la primera botella de cerveza y de me iba a dar la segunda le dije que no quería beber más, pero me dijo que a él le gustaba verme borracha. Viví la segunda cerveza poco a poco mientras se lo mamaba.
Me practicó sexo vaginal y luego anal. No me dejó descansar mucho cuando terminó la primera vez y tuve que mamárselo de nuevo para qué no se le cayera totalmente y luego me hizo sentar sobre su verga en la vagina de frente a él y así me tuvo cabalgando sobre él mucho tiempo, mientras manoseaba mis nalgas y mis tetas, y me decía que yo le gustaba mucho por ser puta y borracha. Me moví mucho sobre él y gemía mucho. Cuando terminó, salimos del motel y me dejó cerca a mi casa
Antes de despedirse me dijo que a todos sus amigos también les gustaban las chicas borrachas y que seguramente también me llamarían. No le dije nada porque ese tipo me trataba bien y era muy generoso, aunque yo prefiero tener sexo sin emborracharme. Mi amiga Verónica me dijo que a ellos les gustaban las chicas borrachas porqué se las podían comer más fácil sin que ellas protestaran tanto. Verónica me dijo que conoció el caso de una chica universitaria que emborracharon cinco hombres y cuando ella ya no podía oponerse a ellos, todos tuvieron sexo con ella varias veces. Ella lo supo porque uno de ellos se lo contó. El problema estuvo en que ella quedó preñada y nunca supo de quien fue. Tuvo problemas en su casa con su familia, tuvo que irse a vivir sola con la niña que tuvo, y como es bonita siguió en la Universidad estudiando y los fines de semana asiste a un burdel de lujo y tiene muy buenos clientes.
FIN
Autorizo a publicar mi correo: camilitarod@live.com para quieres quieran escribirme y enviarme sus comentarios morbosos.