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Quien me diría que ese jovencito me convertiría en su amante puta. Parte V y fin

Relato enviado por : narrador el 31/01/2011. Lecturas: 10000

etiquetas relato Quien me diría que ese jovencito me convertiría en su amante puta. Parte V y fin   Maduras .
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Resumen

Después de ese día no volví a ver a su primo por un buen tiempo, pero Jorge días después lo único que no terminaba de agrádame del todo, es que él me había estado proponiendo en varias ocasiones, que le permitiera que invite a varios de sus amigos, para compartir con nosotros, sin nada de sexo, solo que los recibiríamos en casa, para que los conociera.



Relato


Como soy mal pensada, no se me quitaba de la mente que él quería hacerme el centro de una orgía con sus amigos, digo pensé eso por varias insinuaciones que me hizo en un principio hasta que finalmente lo complací como ya les conté, y en una ocasión me comentó que me divertiría mucho si hiciéramos una orgía en casa. Por lo que como ya les dije siempre me estuve negando a recibir a sus amigos en mi casa.



Hasta que un día insistió tanto y tanto, diciéndome que únicamente era para presentármelos, que finalmente acepté que alguno de sus amigos, lo visitaran en mí casa. En el fondo pensé que Jorge quería lucirse con sus amigos, presentándome como su amiga, su mujer, o su amante, lo que no me incomodó realmente. Yo esperaba que vinieran tres a lo sumo cuatro de sus amigos, pero se presentaron seis muchachos más o menos de la misma edad de él.


Yo procuré vestirme de la manera más elegante que pude, para lucir sofisticada y distinguida, realmente quería causarle una buena impresión a todos eso chicos, ya que realmente pensé que no pasaría nada raro ni extraordinario. Con lo que no conté fue que Jorge les había dicho que trajeran su propia bebida, además él no sé de dónde sacó el dinero para comprar par de cajas de cerveza, además de una botella de coñac, del que a mi tanto me gusta.


Al principio, todos, tanto Jorge, como sus amigos y hasta yo misma, nos encontrábamos algo tensos, un poco cortados. Pero a medida que los chicos comenzaron a beber, y a soltarse poco a poco, el ambiente mejoró bastante. Al punto que en cierto momento ya dejaron de llamarme señora o doña Josefina, para comenzar de decirme Fina mi amor, y cosas así por el estilo. Lo que a mí también me agradó, desde luego.


De momento Jorge puso algo de música, y él mismo me sacó a bailar, y después de él, creo que la mayoría de ellos bailó conmigo, sin propasarse. Además Jorge no dejaba momento en que mi copa de coñac estuviera vacía, y si poco a poco a pesar de mi alta tolerancia al alcohol, comencé a sentirme ligeramente mareada. Pero no le di la menor importancia, es más continué bailando con el primero que me lo pedía, hasta que el calor que sentía fue en aumento, como en aumento fue mi borrachera. No es que me estuviera cayendo, no que va, es que cuando bebo de más, me porto medio zafada.


Jorge en varias ocasiones me comentó, que parecía que yo me estaba muriendo de calor, para luego nada más insinuarme que como estaba en mi propia casa, si yo lo quería podía ponerme más cómoda, quitándome ese caluroso vestido. No hizo falta que me lo repitiera dos veces, cuando yo frente a todos sus amigos, bien alegre, me quité el hermoso traje que estaba usando para quedarme únicamente en pantis y sostén. Aunque se asombraron al verme así, seguí bailando, con Jorge que descaradamente comenzó a besarme metiendo su lengua dentro de mi boca al tiempo que comenzó a introducir sus manos dentro de mis pantis, agarrándome las nalgas frente a todos ellos, y lo mejor de todo es, que yo me estaba dando cuenta de eso, y aun y así lo dejé que continuase, ya que en ese mismo momento pensé, que terminaría acostándome con todos.


Nada más bastó que Jorge hiciera eso, para que el resto de los chicos que quisieron seguir bailando conmigo lo imitasen, mientras que yo me reía como una verdadera tonta, dejando que me agarrasen por encima de mis pantis, las nalgas, mis senos, y hasta mi coño, a medida que continuaba bailando con el resto de los chicos.


En cierto momento todos hicieron una rueda a mí alrededor, y bajo la dirección de Jorge comenzaron a pedirme que me quitase el resto de la ropa intima que aun tenía puesta, como si fuera una bailarina exótica. Así que mientras me apuraba otro trago de coñac, al ritmo de la música comencé a moverme como he visto en la tele que lo hacen ese tipo de bailarinas, y lo primero que me quité frente a esos chicos, fue mi sostén. No dudo que antes hubieran visto en alguna ocasión un buen par de tetas, pero no tan grandes como las mías, las que orgullosamente en más de una ocasión le restregué a algunos de sus amigos en la cara.



Yo continué bailando, y lentamente comencé a quitarme las pantis, hasta que mi depilado coño quedó ante los ojos de todos ellos. Los muchachos no dejaban de decirme lo buena que yo estaba, lo bien que me movía, y un sinfín de cosas más que desde luego me fueron haciendo sentir la mujer más deseada del mundo, por lo menos en esos momentos.


Jorge se paró frente a mí, y colocando sus manos sobre mis hombros, hizo que me fuera agachando, hasta que mi cara se detuvo frente verga que ya se encontraba fuera del pantalón, y sin reprimirme en lo más mínimo, la agarré con una de mis manos, y la dirigí directo a mi boca. Poniéndome a mamar la verga de Jorge frente a todos sus amigos, eso fue tan solo en principio, ya que cuando a sola le mamaba la verga, yo al mismo tiempo acariciaba mi coño, sin miramiento alguno, así que nada más bastó que me lo insinuase, para que yo sin importarme nada comenzara hacerlo frente a todos los presentes.


Me acuerdo que después de un corto rato, Jorge se separó de mí, y uno de sus amigos tomó su lugar, mientras que él agarrándome por las caderas, hizo que levantase mis nalgas, de igual manera frente a todos, me introdujo su verga dentro de mi coño, mientras que yo, por costumbre cuando Jorge me penetraba colocándose a mis espaldas, comencé a mover mi culo restregándolo contra su cuerpo.


Eso tan solo fue el principio de una larga noche de sexo, por todas las partes de mi cuerpo. En mi vida había participado ni tan siquiera soñado, en estar en medio de una orgía. Pero en el momento en que realmente tomé conciencia de lo que sucedía a mí alrededor, decidí disfrutarlo al máximo.


Así que cuando Jorge a medio camino, retiró su verga de mi coño, en cosa de segundos otra verga ocupo su lugar, sus amigos se fueron desvistiendo completamente, y mientras uno me obligaba a mamar su verga, dos de los chicos discutían por ver quién de ellos dos, sería el próximo en penetrarme.


En ese instante voluntariamente sacándome de la boca la verga que estaba mamando les dije, que aun tenía mi culo disponible, así que mientras uno de ellos se echó para atrás, el otro sin perder tiempo aprovechó la posición en que me encontraba siendo penetrada por el que me daba divinamente por mi coño, para enterrarme su verga por completo dentro de mi culo.


Ya en la condición en que ellos y yo nos encontrábamos, ni tan siquiera me lavaba, así que apenas me sacaban una verga, de inmediato era remplazada por otra, ya fuera entre mis nalgas, mi boca, mi culo o poniéndome hacer una cubana. Perdí la cuenta de la infinidad de orgasmos que disfruté, de las veces que me pusieron a mamar, y de las tantas veces que terminé ya fuera tragándome el semen que me dejaban en mi boca, o regándomelo por toda mi cara y gran parte de mis tetas.


Jorge se había desaparecido, pero no le di mucha importancia, por lo menos en esos momentos, ya que entre sus amigos y yo estábamos disfrutando desenfrenadamente. Hasta que agotada de tantas cosas que hice y que me hicieron, quedé completamente rendida en el medio de la sala. Al día siguiente al despertarme, estaba con un fuerte dolor de cabeza, me encontré sola en casa, por todo mi cuerpo tenía rastros secos de semen, tanto mi coño como mi culo, chorreaban de ese liquido lechoso, mi cuerpo apestaba a sudor y sexo. Así que después de que me bañé y me lavé profundamente mi coño y hasta mi culo. Seme pasó la resaca. Después con calma y recordando el montón de locuras que había realizado la noche anterior, me dediqué a limpiar y recoger el gran desorden que Jorge y sus amigos habían dejado.


Después de ese día, no volví a ver a Jorge, nunca más. Hasta que un día cuando iba de compras, me encontré con un jovencito que de manera muy confianzuda me saludo, realmente no me costó trabajo reconocer que era uno de los amigos de Jorge, pero al terminar de saludarnos, me comentó que Jorge se había casado con una chica que había embarazado, yo me hice la desentendida, y aproveché para invitarlo a mi casa, cuando él quisiera, para que me contase sobre la vida de Jorge. El joven ese, esa misma noche, pasó por casa, pero realmente hicimos de todo menos hablar de Jorge. Ahora prácticamente Jesús y algunos de sus amigos han ocupado el lugar de Jorge, al cual a pesar de que se fue sin tan siquiera despedirse de mí, le estaré por siempre agradecida, por las muchas cosas que pude descubrir y disfrutar.

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Comentarios enviados para este relato
wilmer r. Andrade G. (5 de April de 2011 a las 21:35) dice: Muy Bueno

enigmatico45 (23 de April de 2011 a las 23:14) dice: nena veo que aprendiste hacer verdaderamente feliz a pesar de noestar tu grantutor

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:15) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

jose13 (15 de April de 2011 a las 01:34) dice: hola muy buen relato


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