Raúl me lleno mi vagina de semen

Un cordial saludo a todos los lectores, me llamo Brenda, soy una mujer mexicana y tengo treinta y tres años. Soy blanca, mis ojos son de color negro, mi pelo está pintado de castaño claro y mis pestañas son remangadas, igual gozo de unos labios muy sensuales los cuales los decoro casi diario con labial rosa. Estoy en perfecta forma y gozo de una cintura sensual al igual que unas seductoras curvas, mis senos no son tan grandes pero si luzco en mi cuerpo mis excitantes piernas y mis nalgas bien paraditas y sensuales. Estoy casada desde hace tres años con Adrian un profesor de preparatoria, sin embargo aunque estoy casada no le he hecho fiel hasta ahora pues les confesare que me encantan las aventuras y disfruto mucho del sexo casual siempre con hombres guapos e igual casados pues ellos son de más experiencia. Mi vagina a cada momento pide a gritos un buen y carnoso pene e igual me mojo con facilidad. En fin gracias a la buena economía de mi marido yo visto y maquillo muy bien para verme siempre hermosa, a parte asisto al gimnasio y al salón de belleza. A mí me encanta que los hombres sean románticos con migo pero también me gusta mucho el sexo duro y salvaje pues en mis treinta y tres años ya han entrado en mi vagina un sinfín de penes que ya hasta perdí la cuenta. Por parte de Raúl él es un caballero de treinta y cinco años. Es un poco moreno, sus ojos son cafés y su cabello negro muy bien peinado siempre, también les diré que su rostro representa un mucho carácter y dulzura a la vez. Su cuerpo es lo mejor de él pues gracias a que de joven fue boxeador posee unos muy formidables músculos principalmente en brazos y un abdomen perfectamente esculpido es lo que lo define como todo un caballero perfecto. Su pene no es tan grande pero si grueso y muy Duero cuando se le para. El es abogado y muy amigo de mi marido, desde que lo vi supe que deseaba que él mi hiciera el amor algún día pues deseaba sentirme entre sus brazos fuertes y con su verga dentro mi raja vaginal.

Ambos nos hicimos amantes unos meses atrás pero por mala suerte no habíamos tenido la oportunidad de tener sexo pues siempre estaba presente mi marido y la mayoría de veces él iba con él a los brandis en fiestas y yo con mis amigas. Así que por unos meses nos limitamos a únicamente besos y algunos manoseos sobre la ropa. Cada ocasión que nos amábamos él me confesaba que moría por hacerme el amor pero no podía pues también está casado y tiene una hija de tres cuatro años. No me costo que se fijara en mí pues sin presumir diré que soy más mujer que su recatada y religiosa esposa de él pues sólo tuve que darle unas miraditas para que callera rendido a mis pies, pero como ya mencione aunque moríamos por tener sexo ninguno encontraba la oportunidad adecuada hasta el día que nos invito a su fiesta de cumpleaños de su hija.
Esa ocasión lleve puesta un vestido de noche color negro. El vestido era muy sensual, con escote cuadrado y tirantes a los hombres, la falda era a las rodillas pero recortada con una franja debajo de las rodillas y así el recorte subía hasta mis muslos. Me puse una preciosa gargantilla y unas zapatillas negras muy sensuales que combinados con mi fragancia favorita yo fui una de las damas más hermosas de la fiesta. Esa noche me sentía muy atractiva y excitada pues sabía que sin duda iba a tener sexo con él esa misma noche. Bien yo y mi marido después de estar preparados nos dirigimos a casa de Raúl que celebraba el cumpleaños de su hija, al sólo verme note como su mirada se lleno de lujuria y se le paró la verga, a casa de esto tuve que quedarse sentado para que nadie lo notara por unos minutos, toda la fiesta estuve dándole miradas seductoras que por fortuna ni su esposa ni mi esposo notaron. Raúl estaba muy guapo con un traje color beige, una camisa rosa y una corbata muy fina que hacía de él el caballero más guapo de la noche. En el momento de los abrazos casi cometo el descuido de besarlo en la boca pero por discreción tuvimos que besarnos en las mejillas como simples amigos. En fin entregamos nuestros obsequios a su niña, ella estaba muy feliz a lado de sus padres y otros niños que invitaron, en total eran como veinte invitados entre hombres y mujeres incluidos yo y mi esposo a parte de los niños. La fiesta comenzó a las cinco de la tarde y ya se había prolongado hasta las ocho de la noche pero todo inicio en la mesa pues discretamente y cuidando que nadie lo notara yo misma tocaba con mi zapatilla el pie de Raúl, esto ocasiono que la excitación de ambos aumentara hasta ya no poder más, sin embargo aun no teníamos oportunidad.
Al terminar la cena nuestros maridos se retiraron a su brandi mientras nosotras seguíamos chismeando y bromeando en la mesa, los niños con junta la hija celebrada estaban jugando a fuera de la casa en el patio. Yo desde mi lugar seguía seduciendo a Raúl y con mordiendo mis labios lo miraba muy románticamente y con mis dedos le dije ¡Ven mi amor! Raúl a ver esto se retiro de sus amigos yendo hacia el interior de la casa, por mi parte para no levantar sospechas espere otros cinco minutos y luego pedí permiso para ir ficticiamente al baño. Como constantemente los visitábamos ya conocía su casa muy bien así que me dirigí hacia el interior, ahí me encontré con Raúl y ambos por un momento nos miramos fijamente sin palabras hasta que yo tomando le iniciativa me lance a él a besos. Así estuvimos besándonos hasta que me él mismo me llevo de la mano hacia una habitación para huéspedes que tenían en su casa.
Al entrar no espero más y con rapidez me subió mi falda tocándome entre mis piernas mientras me seguía besando, yo con voz llene de lujuria le dije ¡Hazme el amor! El con sus manos me bajo mis bragas completamente en ese momento me retranco a la puerta, separo mis piernas e inicio a comerme el coño, yo comencé a gemir de placer pues fue en verdad deleitante sentir como me chupaba mi vagina ya bien mojada bebiéndose mis flujos vaginales como miel.

Yo con prisa igual desabroche su cinturón y lo bajo al igual que su bóxer. El me tome de mis nalgas y me cargo, yo con mis piernas bien abiertas y sin bragas. Así abrace su cintura con mis piernas, yo misma tome su verga y sin esperar lo metí en mi vagina, al instante que sintió su verga dentro mi vagina inicio a metérmela y sacármela, al principio con lentitud y delicadeza pero al poco tiempo aumento la velocidad de penetración ocasionándome múltiples orgasmos y gritos de placer, más tuve que contenerme pues mis gritos podían escucharse hasta la sala donde estaban todos. Ahí supe que sin duda no me había equivocado púes Raúl si era todo un amante perfecto y me estaba haciendo el amor como nunca antes me lo habían hecho, el me besaba y mordía mi cuello en círculos mientras suspiraba y me decía al oído ¡Cielos te amo, te amo! Sentía que su verga estaba haciendo gozar mi vagina como nunca antes pues a cada embestida una sensación muy hermosa recorría mu cuerpo. Luego bajo los tirantes de mi vestido y comenzó a chuparme mis senos, gracias a la fuerza de sus brazos y como no peso mucho con una sola mano me seguía sosteniendo mientras que con la otra pellizcaba mis nalgas, aun mucho más placer sentí cuando introdujo su dedo entre mis nalgas y así comenzó a metérmelos en mi culo mientras seguía penetrando mi vagina con su verga.

Más tarde sin retirar su pene de mi vagina el me acostó en el piso y continuo penetrándome con toda su pasión. Para este momento ya estaba en las nubes de tanto placer indescriptible que para mí era la gloria misma pues a pesar de la velocidad en que estaba metiéndomela ya habían pasado casi media hora sin que se agotara, yo le susurraba ¡Más mi amor, métemela más adentro! Estas palabras ocasionaron más morbo en su mirada e incremento su fuerza.
Y sin duda la mejor parte fue nuestro orgasmo. Al paso de otros minutos él tenso su pene y clarito sentí como un líquido bien caliente inundó toda mi vagina, en ese instante retiro su verga de mi raja y ambos quedamos cesando de tanto placer, sin embargo en ese momento nos acordamos de los invitados y rápidamente yo quise vestirme. En ese momento el saco como un trozo de tela de un guardarropa ahí en la habitación y me dijo ¡Permíteme! Me puso de pie separo de nuevo mis piernas y el mismo limpio perfectamente mi zona vaginal del semen con esa tela. Al terminar me subí mis bragas y acomode el vestido, antes de salir ambos nos besamos de nuevo y cuidando que nadie me viera me fui de nuevo en la mesa con mis amigas donde estaba también su esposa, al verla una sonrisa sarcástica me salió y en mi pensamiento dije ¡Si supieras que acabo de hacer el amor con tu querido maridito! Más tuve que portarme lo más natural posible, a los pocos minutos el apareció y acercándose a la mesa beso a su esposa y volvió con sus amigos que ahora ya estaban viendo el televisor. En fin esa fiesta termino y yo y mi marido regresamos a casa sin saber él que le puse los cuernos esa noche con su propio amigo Raúl.