Recordando a la mejor amante trato de arreglarme solo

Desde hace unos días que mi libido se encuentra en un punto muy alto, no sé si es por la perspectiva de que mi mejor amante ha decidido cortar la relación, con lo que se avecinan tiempos de sequía y remembranzas solitarias o porque hace un lindo calorcillo, estoy solo y también me gusta la actividad solitaria. Déjenme decirles que esta amante poseía tal atractivo para mí que he besado, lamido y explorado cada rincón de su cuerpo con mi boca, mi lengua, mis dedos y mi pene. He disfrutado de mojar nuestros dedos entrelazados en su perfumada vagina, empapándolos con sus jugos y luego lamérnoslos. Nada ha sido suficiente entre nosotros y ella me ha hecho lo mismo, me ha besado, lamido y explorado cada rincón mío. Sus dedos me acariciaron pero también entraron en mí, al igual que su lengua ávida, para hacerme delirar de placer y pedirle más a cada instante. Ser penetrado por una mujer es algo que todos debieran experimentar. Pero al parecer ese placer pronto será recuerdo en el mejor de los casos y en el peor, será una permanente fantasía que solo podrá reemplazar otra amante como ella, difícil de encontrar, o bien, ciertos placeres deberé sustituirlos por excitantes sesiones de masturbación. En esa práctica me encuentro en estos días y excitado, me encerré en el baño de la quinta, donde tengo el confort de un hidromasaje, provisto de paraguas de mango recto, de mango curvo, manguerones, frascos plásticos de diferente grosor y abundante lubricante. Los comandos de la ducha y del bidet igualmente resultaron aptos para penetrar mi ansioso agujerito. El paraguas de mango recto tiene la ventaja que con él apoyado en el piso, puedo hacerlo entrar y tan solo una ligera flexión de las piernas es suficiente para hacerlo entrar y salir a gusto. Las acanaladuras hacen que la sensación sea más intensa y el largo es ideal ya que al llegar a lo más profundo siento como las varas del paraguas acarician el borde de mi insaciable ojito. El de mango curvo es ideal para tomarlo desde arriba y literalmente enganchar el hoyito y jugar en él penetrándolo y tirando desde arriba sentir una sensación distinta, o bien desde abajo, penetrarlo y luego moverlo desde adelante dando la sensación que no es uno mismo el que lo hace. Los consoladores, llegado un estado de éxtasis, pueden entrar junto con uno de los mangos, estirando la boquita del culo para volar a alturas de placer inimaginables. Apoyé el primero en el piso y lentamente, totalmente desnudo, mojándome con la transpiración de la excitación y con lubricante en mi agujero y sus alrededores y entre mis piernas, comencé la penetración gimiendo para mí como lo haría para mi amante. Disfruté cada centímetro que entraba y lo detenía y sacaba una y otra vez para volver a sentir lo mismo con mayor intensidad. Me encanta gemir para mi amante y me excita gemir para mí. Pronto cerré los ojos y apreté mis nalgas contra el asta, como resistiendo su penetración, mientras me recargaba con más fuerza para que sin importarle la resistencia igual hiciera suyo mi desesperado agujero. También apretaba mis muslos y sacaba mi cola para afuera, para sentir el deslizar de uno contra otro y ofrecer mi hoyito más generosamente. Asi pase un tiempo que no supe cuanto fue porque entré en un éxtasis que me llevó a cambiar el palo por un consolador, con sensaciones y posición distintas, para volver al mango curvo, y vuelta al recto, todos penetrándome hasta el fondo por igual. Como las manos me quedaban periódicamente libres, aprovechaba para pasarme el consolador por delante, friccionándome el pene. El delicioso olor de mis fluidos, que venían de mis limpitos intestinos, cuidadosamente revisados antes para evitar cosas desagradables, me llevaba a meter mis dedos y luego lamérmelos, con un sabor tremendamente sensual y excitante. Poco a poco la excitación fue subiendo hasta que casi rogaba, con mi imaginación a mil, que por arte de magia llegara hasta mi un pene real, grueso, caliente y palpitante, para llenar mi boca mientras buscaba mi orgasmo y en la más loca de las fantasías, que estuviera puesto en el monte de venus de mi amante y que ella me penetrara con esa gruesa verga hasta hacerme estallar en un orgasmo incontrolable. Creo sinceramente que alguna vez deberé encontrar un lindo travesti para hacer realidad esta fantasía. Los hay que parecen nenas de verdad. Asi, entre fantasias y paraguas, ya sin control, agregue a mi visitante con mango un consolador, sintiendo como se tensionaba el esfínter y renovando las oleadas de placer. Por fin, había reservado para el orgasmo el Gordo de Reyes, un lindo envase de champú, de varios centímetros de grosor, más que cualquier pene conocido, y apoyándolo en la lubricada y desesperada entrada a mi túnel del placer fui empujándolo mientras me acariciaba todo el cuerpo, me frotaba los pezones, me acariciaba el pene y lo sacudía con fuerza creciente. Cuando pasó el primer anillo, que me llevó a la máxima dilatación, lo dejé ir hacia adentro sintiendo que me partía en dos y desesperadamente comencé a masturbarme sin el menor control ya que mis manos estaban temblorosas, mi ojetito estirado como una cuerda de violín, mi mente perdida y mi boca gimiendo como una gata en celo y clamando por mi amante con su imaginaria verga para que llene mi boca de su lechita deliciosa. Llegué a mi orgasmo y antes de que la excitación bajara lamí mi mano para sentir el sabor de mi lechita, imaginándome que era de la verga de ella, y lo que me quedó me lo refregué por el ardiente hoyito que ya reposaba recuperando su tamaño de siempre. Cuando logre calmar mi temblor, me metí en el hidromasaje, que ya estaba listo, y reposé en él por largo rato. No creerán si les digo que luego de esta maratón masturbatoria, al darme vuelta, sentí como uno de los chorros pegaba entre mis nalgas e instantáneamente se prendió en mí el deseo nuevamente. Fui acercando y alejando mi cuerpo al chorro, intensificando la presión y dejando que el agua penetre mientras… bueno, creo que eso debería contarlo en otra historia. Ojalá la disfruten porque sucedió ayer y es bien real. Seguiré explorando. Mis cariños a todos los lectores de este inigualable foro erótico.