La historia de como compartí la última noche del 2004 con un amigo al que no veía desde hace varios años... y al que sentí plenamente por primera vez.
Relato
R E G A L O D E F I N D E A Ñ O
Por estas fechas empiezan a llegar los llamados y saludos y tarjetas de familiares y amigos con deseos de bien y felicidad. Muchas fueron a casa de mis padres, de gente que todavía no estaba enterada de que vivo sola, pero algunas otras las recibí en mi departamentito. De la misma manera, aquellos que conocen mi teléfono me llamaron para saludar y hasta recibí una buena cantidad de correos electrónicos y postales de gente que conozco y que se fue al exterior hace tiempo.
Sin embargo, la que más me llamó la atención la recibí por correo postal, en un sobre blanco común y corriente.
Sentada al lado de mi modesto arbolito navideño me dediqué a leer las líneas que Julián me envió, a quien hace mucho que no veía.
Solía salir a bailar con él y otros amigos cuando todavía era soltero, y debo decir que con él no podía parar de reírme. No importaba donde fuéramos, su forma de ser tan divertida le sacaba sonrisas hasta a una piedra. Además, estuvimos juntos tanto tiempo que casi llegamos a salir, pero meses después conoció a la que sería su futura esposa y todo se diluyó, excepto nuestra fiel amistad.
Tengo los mejores recuerdos de él y de aquellas noches, pero luego se casó y las cosas fueron diferentes. De vez en cuando me escribía para contarme cómo iban sus cosas, que tuvo dos hijitos, en fin como era su nueva vida.
Desafortunadamente la carta que tenía en mis manos esa tarde no era tan agradable como las anteriores.
Estaba pasando por un principio de divorcio y por si fuera poco la situación de sus hijos en la escuela no era la mejor. A pesar de que esto último se solucionó, lo del divorcio todavía seguía en pie y aunque todavía podía reconocer en la carta su inquebrantable buen humor, sabía que era sólo para ocultar lo de su matrimonio.
El tema era, que debido a esto su esposa y los chicos se irían a pasar el Año Nuevo no sé a donde, y él quedaría solo. Yo por mi parte estaba sola también, ya que mis padres lo pasarían en la estancia de unos parientes.
Terminé de leer la carta y me la quedé mirando un rato, al cabo del cual decidí levantar el teléfono y ver que podía hacer por él. Me costó un poco localizarlo, pero al final obtuve su teléfono actual (se había mudado de la casa que yo conocía) y nos pusimos en contacto. Hablando nos pusimos medianamente al día sobre el otro y sin querer volvieron a mi todos aquellos recuerdos de años anteriores, y sin rodeos lo invite a casa a pasar el Año Nuevo juntos. Aceptó gustoso, y quedamos para el treinta y uno de diciembre a las diez de la noche.
El día llegó al fin, y yo ya tenía todo preparado para la cena, así como un par de botellas de champagne helado. Además, cumpliendo con lo que indica la costumbre navideña, nosotras las mujeres estrenamos bombachas rosas, por lo que aproveché la ocasión para estrenar con él algunas de las prendas nuevas que me había comprado por esos días: un camisoncito rosa apenas hasta la mitad de las caderas de largo y completamente transparente, con una especie de "Y" hecha de voladitos, que bajaban desde los breteles y se unían entre mis tetas para formar un pronunciado escote; luego se hacían uno y caían hasta la altura del ombligo. De la unión de los voladitos salían dos aros tipo corpiño, que le daban un poco de sostén a mis desmesurados pechos, pero sólo eso: mantenerlos parados, porque realmente no me los sostenían en absoluto.
Abajo llevaba una cola less también rosa y del todo transparente, con finos bordados de rosas un poco más oscuros en todos los bordes. Para terminar, ligas de lycra rosa, que llevaba abrochadas a su correspondiente portaligas, a tono con la bombacha y el camisoncito. Pero no era el momento de darle a July todas esas sorpresas, por lo que quedarían para más tarde.
Para la cena me había puesto una bombacha y un corpiño blancos comunes pero agradables.
Por fuera algo más bien sencillo pero como para estar arreglada: una pollerita de color beige y una camiseta blanca ajustada fueron lo elegido, terminando con un par de suecos de plataforma color cremita no muy altos y medibachas de lycra color piel. Hasta había pensado en hacerme un peinado, pero al final decidí quedarme con mis ondulaciones naturales, dejando caer mi roja y larga cabellera suelta hasta la cintura.
Puntualmente sonó el timbre y salí a recibirlo con una cálida sonrisa, que me correspondió al momento, y tras saludarnos con un beso lo invité a pasar, pidiéndole las botellas de champagne y de vino que el pobre se había molestado en traer.
Julián no podía conservarse mejor: alto y de un físico trabajado y muy cuidado, se mantenía en muy buena forma. Sus ojos marrones eran tan cálidos como en aquel entonces y su pelo, que hace años era largo y medio descuidado, ahora era corto y prolijamente ordenado, pero siempre con ese aire jovial y divertido que lo identificaba. Su aspecto general no aparentaba los cuarenta y pico de años que ya tenía.
A pesar de nuestra diferencia de edad siempre fuimos buenos amigos, como amiga sabía que esa noche tenía que acompañarlo... y como mujer sabía que necesitaba algo más.
La cena transcurrió alegremente y llegada la medianoche brindamos con las botellas que July había traído más las que yo había comprado, y entre copa y copa por mi falta de costumbre a la bebida me emborraché. No mucho, pero sí lo suficiente como para llevar a cabo mi plan con mucha más soltura que lo normal.
Aproveché un momento en el que Julián me había pedido permiso para ir al baño antes de irse para correr a mi habitación a cambiarme y deslumbrarlo cuando saliera. Y así fue.
Me saqué todo lo que llevaba puesto y me puse mi camisoncito, el portaligas y las medias y descalza me paré a esperarlo en el marco de la puerta de mi habitación, hasta que al fin salió. Pensé que se sorprendería de verme así pero pareció tomarlo como algo natural, lo que me daba la idea de que ya venía con eso en mente, pero lo que sí le sorprendió fue ver el tamaño de mis tetas sueltas a través del camisón. Parado él en el comedorcito cerca de la mesa, caminé tambaleándome del mareo hasta donde estaba para terminar cayendo en sus brazos, que luego de atajarme me dejaron caer de rodillas quedando justo a la altura de su cierre. Le bajé lentamente los pantalones hasta el suelo mientras Julián se sacaba la camisa, dejándome a escasos centímetros de un abultado slip, que podía contener su enorme órgano tan poco como lo poco que hacía mi camisón por sostenerme los pechos a mi.
Era una enorme masa de carne apretadísima y casi sobresaliendo que salió entera con todo y huevos en cuanto agarré el slip con las manos y lo bajé un poco.
Lo bajé hasta el pantalón y al subir la vista me encontré con un largo y grueso chorizo colgando, de cuya base pendían dos enormes y coloradas bolas que en conjunto hacían de eso un órgano tan tentador como enorme. Sabía que el pobre necesitaba una mujer, y viendo lo que se estaba perdiendo su esposa cerré los ojos y con una sonrisa me lo metí entero en la boca, sintiendo como se iba parando dentro de ella con cada chupada que le daba. Naturalmente era de un tamaño generoso, y a calcular por como se estaba poniendo era terrible, lo que me hizo chuparla más y más hasta ponerla como una piedra y que me la diera por el culo. Julián no paraba de gemir mientras escuchaba los ruidos de mi saliva y mis labios al chuparle la pija, así que se sacó con un poco de dificultad los pantalones y el slip, ya que yo me desprendía de su pito en ningún momento. Finalmente me sacó el camisón, dejando mis tetas a la vista y viendo como yo me masturbaba mientras se la chupaba con toda mi dedicación.
Me agarraba un pecho y lo apretaba a gusto mientras gozaba de mis mamadas.
Minutos después me sacó la verga de la boca y tomándome de los hombros me acercó hacia a él, y agarrándome fuerte de los pezones con ambas manos se las acercó a la verga hasta hundirla entre ellas. Mis senos son demasiado grandes, lo reconozco, pero la pija de él tapada por completo entre las dos todavía dejaba la enorme y colorada cabeza sobresalir sobre la unión.
Empecé a fregarlo así durante varios minutos viendo como la enorme cabeza se me acercaba a la boca en cada subida, así que decidí chupar la punta mientras mis tetas hacían el trabajo, pero la verdad, yo tampoco me contuve y enseguida dejé de moverme para aprisionar ellas cuanto pude de su miembro y poder seguir chupándolo tranquila.
Ahora, sus sensaciones eran más intensas. Le había sacado las gomas del pito para quedarme sólo chupándolo mientras me tocaba la concha como una cerda hasta que su desesperación le hizo agarrarme de la cabeza y traerla hacia si, lo que me hizo comerme una buena porción más de ese terrible chorizo a punto de reventar. Yo por mi parte había acelerado notablemente mi forma de mamarlo, sujetándome de sus piernas mientras me babeaba al engullir esa enorme tranca, hasta que July no pudo más y gritando como un loco me le hizo tragar de golpe hasta donde le permitió mi garganta, dejándomela atorada en lo más profundo y con la boca muy abierta y los labios bien pegados a sus bolas.
Lo siguiente fue un terrible chorro de esperma caliente que me empastó la boca y empezó a manar en buena cantidad hasta llenarla mientras él gritaba, obligándome a tragar cuanto podía para no ahogarme. De todas formas me resultó imposible tragar toda esa leche de golpe, por lo que me ahogué y quise sacarme el pito de la boca pero las fuertes manos de Julián todavía me sujetaban la cabeza impidiéndome moverme.
Ya babeaba semen puro junto con mi saliva, y sin poder aguantarme más tosí y al fin pude soltarme, regurgitado parte de esa leche que todavía tenía en la boca y que dejé caer sobre mis inmensas tetas como una catarata. Los pocos restos que Julián todavía eyaculaba en mi caían en gotas sobre mis tetas, junto con lo anterior.
Fue espectacular; no sólo había dado la mamada de mi vida sino que además había terminado con la pancita llena de esperma y hasta había alcanzado para empaparme las tetas también.
Con los ojos entrecerrados y jadeando del placer, me dio una media sonrisa mientras me pasaba el pito todavía con leche pero erecto por la cara, como acariciándome.
Le dejé hacerlo mientras lo miraba a los ojos con el deseo pintado en la cara, hasta que sin sacarle la mirada de encima esperé a que una de sus caricias pasara cerca de mi boca para metérmelo de nuevo y chuparle sólo la cabeza, lentamente, mientras me acariciaba los pechos y esparcía todo ese semen sobre ellos.
El sólo verme haciendo eso empezó a calentarlo de nuevo, cosa que supe enseguida al sentir su pito hincharse lentamente sobre mis labios, y sin dejar de tocarme los senos los agarré de los pezones y levanté ambas tetas de esa manera hacia él, como ofreciéndoselas. Enseguida, luego de jugar durante unos segundos con la gran cabezota entre mis labios, la dejé coloradísima y tras posarla sobre ellos le pedí que me la diera por el culo.
Pude ver en sus ojos como se enardecía por dentro, pero no dijo nada, y ayudándome a levantarme me llevó a los tumbos hasta la mesa del comedorcito, donde previamente habíamos cenado y sobre la que quedaban las copas del brindis.
Apartó a los manotazos las pocas cosas que encontró y tras sacar el mantel me hizo inclinar sobre la mesa. Pegué la pelvis al borde de la mesa como él pidió luego de agarrarme de los costados empecé a acercar el torso a la mesa hasta quedar completamente inclinada sobre ella, con la cara apoyada en una mejilla y las tetas aplastadas entre la mesa y mi torso. Acto seguido empecé a abrirme bien de piernas hasta quedar bien expuesta y mostrarle mis cuevas de placer. Se me acercó por detrás y comenzó a acariciarme la espalda y el cuello, y todo lo que sobresalía de mis tremendas tetas apretadas contra aquella tabla, hasta que sus manos fueron bajando por mi cintura hacia mis caderas, las que acaricio un poco para después seguir adelante. Se había agachado mientras sus manos bajaban por mis piernas sintiendo la suavidad de mis medias al tiempo que yo me calentaba cada vez más del gusto. De repente empezó a pasarme la lengua justo desde donde tenía enganchadas las medias al portaligas subiendo hasta mi entrepierna, a donde llegó para comerse mi vulvita húmeda de un solo bocado. Sentía con todo placer como su lengua mojaba y acaricia los labios de mi vagina suavemente para meterse en ese agujero que ahora tenía hecho una fuente de flujo de tanta excitación. Repitió eso varias veces y tras habérmela chupado lo suficiente se paró y empezó a fregarse la verga entre mis labios babosos. Entre ida y venida se le fue poniendo como un garrote de nuevo y excité tanto que le pedí que me la metiera en la concha al menos una vez. Me dio el gusto y luego de apoyar la punta entró en mi rosada y húmeda feminidad de un buen tirón que me hizo suspirar del gusto, dándome algunos empujones para sentir mi concha y para dejarme el recuerdo de su tremenda verga dentro de ella, hasta que al final la sacó para satisfacer mi verdadero y más bajo deseo. Mientras Julián se masturbaba para ponérsela todavía más dura yo aproveché el momento para meterme los dedos en mi concha recién penetrada y untarme en el ano los jugos que sacaba de ella, preparándolo para la enorme verga que lo llenaría. Fui mojando un poco el ano y tocándolo con los dedos, tratando de meterlos de a poco para relajarlo y cuando logré que se abriera un poquito y me sentí en condiciones, me relajé y me separé las nalgas mostrándole su negro fondo; entregándoselo totalmente indefenso y a su merced.
Hecho esto, pude ver con cierta discreción en el vidrio de la puerta como su cara se transformaba de la lujuria ante semejante ofrecimiento y como se disponía a abalanzarse encima de mi desde atrás para sodomizarme.
Cerré los ojos, tragué saliva, y con un ligero temblor esperé el momento. Sus manos se afirmaron en mi cintura y sentí sus piernas apoyadas en parte sobre las mías, hasta que al final la gran cabeza se posó sobre mi ano medio abierto. Julián empezó a empujar, traspasando mi ano lentamente y disfrutando cada centímetro al sentir como mi esfínter se dilataba al paso de su magnifica verga, mientras yo entre gemidos y con el pulso acelerado era penetrada por detrás. Cuando ya sentí toda la cabeza adentro, sujetándose bien de mi cintura terminó de metérmela entera con un fuerte envión que me la hizo sentir en lo más profundo, dejándome con la boca y los ojos abiertos como platos, apenas boqueando por haber sido empalada de semejante manera. Se quedó inmóvil por unos segundos que me parecieron eternos para disfrutar de la (según él) muy agradable estrechez de mi culo y para grabarme en la mente la indescriptible sensación de tener tan tremenda pija atorada en el culo.
Me sentía completamente llena por dentro y con el culo muy tirante, y por fuera sentía como sus gordas y rellenas bolas se pegaban a mi entrepierna como besándome la vulva.
Debo reconocerlo, fue uno de los momentos más gratos y excitantes que recuerdo.
Me desperté de mi nube de placer con el primer empujón que me dio al empezar a cogerme, cosa que hizo como un verdadero maestro logrando arrancarme gemidos y expresiones de toda clase. Llevaba un buen ritmo; ni muy lento ni muy rápido, y me hacía sentir casi toda la pija en cada entrada. Los dos gozábamos como locos de esa cogida tan estupenda que me hizo soltar la mesa para agarrarme un pecho y estrujármelo del gusto mientras me chupaba los dedos. Julián se calentaba cada vez más viéndome hacer eso mientras me cogía, mirando con lujuria como mis nalgas temblaban de gusto en cada empujón al recibir aquella verga enorme y dura en el agujero del culo, que él mismo me estaba dilatando hasta lo impensado y donde nos hacía disfrutar a ambos en ese momento.
Ahora estábamos realmente ardiendo y July aceleró el bombeo haciéndome gritar y gemir más alto, con sus contínuas y fuertes embestidas poniéndome eufórica y una de sus manos dándome sonoras palmadas en las nalgas cada vez que yo gritaba. Todo ese placer que empezó con su verga entrando y saliendo de mi enrojecido culo se expandió enseguida por todo mi cuerpo, poniéndome las tetas como globos y los pezones duros como piedras. Tanto ardor me hizo clavarme las uñas en la teta que me apretaba mientras me llevaba a la boca el pezón de mi otra teta para chuparlo como loca y descargar en él mi gran ansiedad por mamarle el pito a Julián otra vez.
Julián estaba como loco cogiendome de esa forma tan brutal y yo no pude resistir más de unos pocos minutos así, hasta que exploté en un terrible orgasmo anal que pareció infinito y durante el cual disfruté plenamente del macho que me cogía el culo y de la increíble verga que tenía. Con el culo reventado y casi sangrando por esas embestidas infernales que me daba, gozaba y gritaba como una marrana con el corazón desbocado y casi lagrimeando, pero con una gran sonrisa de gusto pintada en la cara hasta que caí rendida sobre la mesa, justo en el momento en que escuché gritar a Julián un orgasmo como pocos.
Bombeó y bombeó, cada vez más cortito y profundo hasta que finalmente mi esfínter no resistió más sus duros embates y me desfondó el culo, dándome unas puntadas terribles de dolor pero también mezcladas con un intenso placer. Ahora me dolía y me ardía un poco, y en ese momento July gritó y dándome una última estocada muy profunda llegó al fondo de mi culo donde entre gritos y gemidos de los dos, me soltó unos cuantos chorros de semen prácticamente hirviendo. Largos y espesos chorros de esperma fluían dentro de mi culo, que tragaba cuanto podía, juntándose cada vez más en mi interior a medida que los gordos huevos de July vaciaban de a poco todo su contenido en dentro de mi. A medida que mi colita se tragaba la leche de Julián yo sentía con una sonrisa de placer como me iba llegando a las tripas además de aquella que se acumulaba en mi culo, pero al sentir que su esperma se derramaba por mi ano aún estando penetrada me quedé de piedra. Espesos y blancos hilitos de semen, algunos finos y otros gruesos, caían por mis piernas temblorosas; unos mojando mis medias rosas y siguiendo su camino al suelo y otros fundiéndose con los abundantes jugos de mi entrepierna.
Julián había deseado tanto cogerme el culo que ahora que lo había hecho y ya me había acabado adentro de una manera más que abundante, todavía me tenía penetrada y, aunque en mucha menor medida, todavía seguía eyaculando lenta y pausadamente dentro de mi, hasta que al final paró.
Más que rendida, volví a mi posición inicial apoyando el torso en la mesa y aplastando mis enormes y rechonchas pechugas debajo de él, al tiempo que july, aún más agotado por haberme cogido tanto y tan duro, me sacó su implacable cipote del culo y así como estaba desde atrás se inclinó y me abrazó por la espalda.
A pesar de no tener más su pija adentro, mi ano seguía abierto y de vez en cuando excretaba pequeños chorritos de esperma que me caían por las medias o directamente al suelo.
Gretel entretenida mirando una película de dibujitos animados porno, aceptó que le hiciera el culito, al principio costó bastante, pero al final pude meterle mi badajo hasta los huevos. Fue el comienzo de una maravillosa relación, que hoy, ocho meses después está en todo su esplendor.
Relato erótico enviado por crayzzygary1 el 19 de September de 2018 a las 00:00:01 - Relato porno leído 262645 veces
Las cosas no siempre salen como uno las planifica, fue culeda de manera salvaje por nuestro joven invitado quien le dio con todo por donde ella no lo esperaba,
Relato erótico enviado por Anonymous el 10 de August de 2007 a las 09:27:54 - Relato porno leído 227738 veces
Uno de los momentos mas deliciosos de mi vida y tambien el mas pecaminoso porque sin importar que estoy casada le fui infiel a mi esposo con un albañil. Espero disfruten esta historia tal y como yo disfrute como me hizo el amor, espero sus opiniones.
Relato erótico enviado por Anonymous el 19 de December de 2011 a las 00:16:04 - Relato porno leído 217670 veces
Si te ha gustado Regalo de fin de año vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Regalo de fin de año.
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:46) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:21) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
Registrate
y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Regalo de fin de año.
Vota el relato el relato "Regalo de fin de año" o agrégalo a tus favoritos