Siempre estuve caliente con mi bella hermana, y por suerte ella también esta caliente conmigo. Desde tiempo atrás que lo descubrimos, y ya no nos quedaba mucho por explorar de nuestra sexualidad. Tampoco voy a decir que esta era nuestras primeras vacaciones sin nuestros padres. Pero hay algo que vale la pena referir de estas vacaciones y paso a contarles.
Relato
Mi hermanita perversa
Estábamos de vacaciones en nuestra casa de Pinamar, solo mi hermanita y yo. Llegamos el primero de Enero, y nuestros padres vendrían el 17 del mismo mes. Somos una familia acomodada, mi padre es el director de una importante cadena de supermercados, y mi mama es jueza criminalista.
Tanto yo (Julio) como mi hermana Romina estamos muy bien en nuestra familia, tal vez por eso yo con 25 años y mi hermana con 18 años, jamás tuvimos apuro por independizarnos. Ambos estudiamos en la Facultad, yo sigo la carrera de ingeniería y mi hermanita la carrera de abogacía.
Siempre estuve caliente con mi bella hermana, y por suerte ella también esta caliente conmigo. Desde tiempo atrás que lo descubrimos, y ya no nos quedaba mucho por explorar de nuestra sexualidad. Tampoco voy a decir que esta era nuestras primeras vacaciones sin nuestros padres. Pero hay algo que vale la pena referir de estas vacaciones y paso a contarles.
Nuestra casa en la costa tiene mas de 20 habitaciones, y en apenas una semana, habíamos tenido sexo en cada una de ellas. Romi tiene un culito respingon que me vuelve loco, por supuesto que ya estaba hecho por mí ese espectacular pavito, el cual yo había logrado convencerla que me lo entregue, desde el tercer encuentro sexual que tuvimos. Mi hermanita es la mujer mas gauchita que se pueda encontrar. Era experta en sexo oral y yo la convertí en profesional del sexo anal (le desvirgue ese monumental orto), por desgracia el pelotudo que tenia de novio se llevo su virginidad.
Resulta que al décimo día de vacaciones nos pusimos de acuerdo para ir a la mañana bien temprano a la playa mas desierta que encontráramos. A las 8 de la mañana ya estaba yo listo, con los cuadriciclos cargados. Fui a apurar a Romi que estaba en la cocina terminando de desayunar. Cuando entre con solo verla me excite, tenia puesto su uniforme de la escuela secundaria, ese que ella sabia que tanto me calentaba. Su camisa blanca estaba casi toda abierta salvo por un nudo en las puntas de abajo, dejando prácticamente sus tetas a la vista, permitiendo ver sus redondos senos y ocultando apenas sus rosados pezones. Su pollerita tableada tapaba solo lo mínimo, sus rubios cabellos estaban atados con dos coletas a los costados. Y remataba con unas sandalias que tenía tiras hasta las pantorrillas.
Reconozco que me quede duro, y mi short tenia terrible carpa. Mi hermana se levanto y me dio un pico y acaricio mi miembro sobre la tela del pantalón. Y comenzó a caminar hacia fuera. Cuando llego a la puerta tomo su pollerita con ambas manos y la levanto, dejando ante mis ojos sus blancas nalgas, la muy zorrita no llevaba ropa interior.
Salí tras ella, puse la alarma y nos pusimos en marcha. Nos dirigimos al sur y cuando llegamos a la playa, armamos un refugio de 2 metros cuadrados. Casi una hora nos había llevado llegar hasta el lugar más solitario que encontramos.
Paramos y yo me puse a armar la carpa, torpemente ya que no podía quitar los ojos del cuerpo de mi hermanita. La cual se aplicaba el protector solar con exagerada lentitud por todo su cuerpo, con movimientos circulares, asegurando que cada lugar que pasaba sus delicados dedos estuviera al alcancé de mi vista. Y sus ojos siempre se dirigían a mi bien formado cuerpo. Ella me había confesado muchas veces que se mojaba mucho cuando veía la excitación que me provocaba su perfecto cuerpo.
Por fin termine, de armar el refugio.
Y rápidamente me dirigí hacia donde estaba ella, la senté sobre la parte trasera del cuatro, abrí sus piernas, baje mi short y la penetre con mi enorme verga, estaba tan caliente ella como yo. Entro sin ningún problema. Saque su camisa mientras me la follaba, y le chupe sus sabrosas tetas, era yo un animal hambriento quería comer todo su firme cuerpo.
Chupe, lamí y mordí sus duros pezones. Ella arqueo su cuerpo y acabo. Eran inconfundibles los orgasmos de Romina, ella se aflojaba y aparecía en su precioso rostro angelical una sonrisa dulce. Que me hacía enamorar de mi hermana cada vez más. Su sexo palpitaba, comprimiendo mi pija. Empujé mi pene hasta que nuestro bellos pubicos se juntaron. Y acabamos un buen polvo al unísono, mientras nos besábamos apasionadamente.
Luego de nuestro primer encuentro del día nos quitamos toda la ropa, y nos zambullimos en el mar. Ambos nadábamos muy bien. Nos internamos más de 100 metros mar adentro y jugamos como cuando éramos chicos, la única diferencia era que cada vez que podíamos tocar el ardiente cuerpo del otro, lo hacíamos disfrutando al máximo el placer que nos daba el calentarnos mutuamente. Nos besamos muchas veces apasionadamente, pegando nuestros cuerpos, fundiéndonos en un ardiente abrazo. Y seguimos jugando con mi amada hermana por mucho tiempo.
Luego salimos del agua, jugando una carrera hasta la playa. La deje ganar solo para poder ver sus blancas nalgas asomadas rítmicamente, entre las olas, ante mis ojos.
Decidimos tomar sol desnudos, nos tumbamos en unos toallones y mi hermanita me hizo poner boca abajo y aplico el protector en todo mi cuerpo dándome un masaje relajante, casi me duermo cuando me dio un manotazo en mi culo y me dijo, que me de vuelta. Siguió aplicando el protector por mis hombros, en los que se llevo su tiempo ya que cuando acerco sus pechos a mi cara yo me puse a chupárselos. Bajo por mi vientre lentamente, evitando mi pene, siguió descendiendo por el exterior de mis muslos hasta mis pies y luego volvió a subir por el interior de mis vibrantes muslos hasta que llego a mi sexo, limpio sus manos con una toalla, y tomo mi verga, con dulzura, como si fuera la primera vez que agarraba esa palpitante y ardiente herramienta, me masturbo, con delicadeza, llevándome hasta el borde del orgasmo, luego se detenía y tomaba mis bolas con su mano, logrando detener mi corrida, a pesar de esto algunas gotas de semen brotaban de mi pene. Y ella con el dedo índice de su otra mano, lo juntaba y llevaba cada gota a su boca. Chupando su dedo sensualmente.
Finalmente para mi deleite, llevo su boca hacia mi pito, y me realizo terrible mamada, algo que me vuelvo loco cuando me la chupa mi hermanita es el que siempre ella me mira a los ojos. Sacaba mi miembro de su boca para pasar su ágil lengua desde los huevos hasta la punta para volver a tragarse toda mi verga, alojándola, sin la menor arcada, dentro de su garganta. Cuando sentí que iba a acabar la interrumpí (cada vez que lo deseo hago que Romi trague toda mi leche, pero esta vez quería acabar en ese culo apretado)
Tome el pomo de protector, la puse boca arriba y comencé a aplicárselo desde los pies hasta sus hombros mientras ella se masturbaba con su dedo índice. Luego la puse boca abajo aplique el frió liquido por su espalda y piernas, logrando que su piel se ponga como de gallina. Limpie mis manos con el toallon y puse mi mano en su mojada vagina, llevando sus jugos hasta su ano rosado. Apoye la cabezota de mi pene, en su apretado esfínter. Ya sabia yo, que ese culo era capaz de comer todo mi aparato, es por eso que solo me dedique a empujarlo dentro de ella centímetro a centímetro, sin apuro hasta que lo tuvo todo dentro. Entonces comencé a moverme rítmicamente con los movimientos de mi candente hermanita. La cual se seguía masturbando. Acabo luego de mi cuarta envestida dejando caer su cuerpo inerte en la arena. Cerré entonces sus piernas, y puse mis piernas envolviendo las suyas y así logre mas presión sobre mi pene, ya que sus nalgas se cerraban sobre mi verga, yo le besaba el cuello, y a ella se estremecía de placer. Jadeaba ante cada uno de mis embates, finalmente acabe dentro de su culo. Y caí con todo el cuerpo sobre el cuerpo de ella. Ambos nos dormitamos por algunos minutos…. (Continuara)