salir de pobre no siempre cuesta

Díganme Ana, tengo 20 años mido 1,54 de altura, delgada cintura de avispa y lindas piernas, piel blanca, ojos marrones, pelo muy largo hasta debajo de la cola rojizo, es mi gran orgullo lo cuido desde chica. Mis medidas son 90 de tetas, 50 de cintura y 80 de cola. Boca chica y carita de tonta. Tengo los pezones muy chicos de color claro y un lunar con forma de triangulo entre los pechos que a quien lo ha visto le encanto. Mi historia amorosa es patética, solo tuve dos novios y lo máximo a lo que llegue con ellos fue a sexo vaginal rápido, no me atrevía a más y por eso me dejaron ambos. Yo soy de las típicas calienta braguetas que hay por todos lados, ropa re ajustada y siempre buscando miradas, pero en realidad soy muy tonta en eso. Me gustan los hombres simples y buenos, pero me buscan los boludos.
Como verán soy muy normal, me gustan los animales y estoy estudiando para veterinaria, pero como soy poco inteligente necesito mucho tiempo de estudio. Por eso en los trabajos duraba poco, me enfocaba en estudiar y no rendía en el trabajo o al contrario. Mi familia es de plata y por la carrera que escogí me dejaron de lado, apenas me hablaban. Pero mi abuelo si era el de siempre o eso pensaba yo, unos días antes de cumplir los 19 mi abuelo apareció en mi departamento, del que estaban a punto de echarme, con plata para mí. Con eso pague la deuda y me mantuve casi un mes mientras buscaba trabajo. Mi abuelo volvió a llevarme plata, esta vez menos, pero como tenía el alquiler al día me alcanzo para pagar el mes y estar tranquila.
Me mantuvo por casi 4 meses y de pronto me dijo que necesitaba decirme algo. Fue a mi departamento, prepare un té y hablamos. El se sentó en el sofá al lado mío y tras hablar de tonterías un rato me dijo.
- Mira Ana, no podre seguir dándote más plata… no es porque me falte, solo que tu padre me está molestando con ese tema, no tengo forma de convencerlo de que tenemos q ayudarte.
- Está bien Abu - dije yo- no es tan importante, con lo q me diste alcanza, solo tengo q conseguir un trabajo bueno, gracias abuelo.
Me acerque para darle un beso y sin darme cuenta el me agarro un pecho, yo llevaba una remera suelta y una calza negra. Intente apartarme pero no pude ya me tenia agarrada de la cintura y mirándome a los ojos me beso en la boca.
- Disculpa nena pero sos hermosa, muchas veces soñé con esto – me beso otra vez – y creo que al menos podes pagarme la ayuda con unos mimos – me beso otra vez y yo me sentí obligada a dejarlo – solo unos mimos hija, no pido mucho.
Yo lo pensé y no sabía qué hacer, solo lo miraba mientras me apretaba el pecho izquierdo y me sostenía de la cadera. Decidí darle un gusto, total no podía ser para tanto ¿verdad?, tenía 52 años mucho no podía hacer. Le agarre la mano de la cadera y la baje hasta mi muslo, lo mire y le dije.
- Está bien Abu, me ayudaste mucho y te hare unos mimos que te gusten… pero solo esta vez.
- ¿De verdad nena? – yo asentí – gracias Ana, espero te guste a vos también.
La cara de mi abuelo era puras ganas de cogerme, esa mirada de deseo era increíble, yo pensé que tal ves seria unos besos y manosearme un poco. Me equivoque en eso y verán cuanto.
Me pidió ir a la evitación y si podía sacarme la ropa, que solo quería disfrutarme en ropa interior. Me pareció un poco mucho pero acepte, le debía meses de mantenerme y no pedía nada más que un gusto, eso creí yo. En cuanto me saque la calza vi como se fijaba en mi cola, no movía la mirada y yo como haciendo un chiste empecé a zarandearla. Me empecé a quitar la remera muy sensual, para que se excitara y lo disfrutara. Me recosté en la cama y le dije.
- Abuelo ¿estás seguro de que no pasara nada malo si hacemos esto? No quiero que te haga mal Abu – y me mordía las uñas como una nena – sos mi abuelito y te quiero cuidar- le dije con mi mejor voz de puta. Yo pensaba q seria gracioso.
- No te preocupes nena – dijo él casi babeando – hace años que no veo un cuerpo tan perfecto Ana, gracias por darme gusto y hare lo mejor para que no te arrepientas hija – se sentó sobre la cama y me pregunto - ¿Qué tanto pudo tocarte hija?.
- Déjame pensar – dije yo pasando la mano sobre el cuerpo despacio – tocar todo, besar también Abu, solo no me dejes marcas.
Yo creía que era divertido hacerle esas cosas, ver como se ponía cada vez más caliente me daba gracia, convencida de que se animaría 10 minutos y pasaría horas cansado. Pero el tenia otras ideas. Seme tiro al cuello y empezó a besarlo y lamerlo como si fuera un vampiro, no sé cómo fue que en unos minutos yo estaba agitada. El ya tenía sus manos recorriendo mis piernas y cadera, yo me vi tentada en sacarlo, empujarlo, pero no me atreví. Le avía prometido un gustito y él me estaba comiendo el cuello y los hombros. Sus manos cada vez me acariciaban más fuerte y más tiempo, cada vez tocaba zonas más intimas. Aun no avía llegado a mi ropa interior pero sus besos estaban acercándose a mis pechos, sus manos a mi entrepierna y mis nalgas.
Yo ya tenía que ahogar algún gemido, el viejo tenía mucho talento y avía pasado no más de 20 minutos que sentí su mano encima de mi conchita, abrí los ojos y lo mire diciendo.
- Abuelo, espera ¿Qué piensa hacer? – el me miro y con una sonrisa muy lasciva dijo.
- Voy a darme el gusto hija, abrí las piernas que quiero saborearlo.
No sé porque razón hice lo que pidió y termine bien abierta de piernas. El ya no estaba encima de mí sino q avía hundido su cabeza en mi conchita. Sin sacar mi ropa interior empezó a mamármela, yo no sabía q hacer y trate de incorporarme. El se levanto un poco y me dijo “no te muevas pendeja que aun no termino” corrió un poco la prenda y metió sin más dos dedos. Yo solté un gemido ahogado y el rio con placer, metió otro dedo y empezó a moverlos. En mi vida me avían echo algo así tan bien hecho, yo estaba en el cielo y me olvide q era mi abuelo. Me saque el corpiño y busque a tanteas su mano asta q la puse en mi pecho. En eso empezó a pasarme la lengua sin sacar los dedos.
Pensé, dios q esta chupada no termine nunca. Yo ya ni pensaba q era mi abuelo, solo sabia q me hacia gozar y el estaba divirtiéndose con migo. Se levanto y se volvió a poner encima de mí, me agarro del pelo y me llevo la cara hacia él. Me beso más profundo q antes y cuando me soltó solo me deje caer. El empezó a mover los dedos sin piedad asta q me hico acabar. Se bajo de la cama y me dijo.
- Nena esto fue hermoso, me gustaría repetirlo, pero ya no tengo con q convencerte.
Se acomodaba la ropa y yo pensé “no me puede dejar tan caliente” asique me acerque guiando en la cama y dije como poseída.
- Abuelo ¿de verdad te tienes que ir tan pronto? – le frote el pantalón con la mano buscando el cierre – no acabaste de darte el gusto Abu.
Mi abuelo me miro y agarro mi mano, la saco y me hiso arrodillarme en la cama. Sobándome las ya desnudas tetas dijo.
- No creo a verte entendido hija – me beso suave y rápido – decime bien claro que es lo que quieres.
- Yo quiero que te des gusto abuelo – le clave la mirada y dije sin saber porque lo hacía – quiero chupártela bien Abu, que te vayas satisfecho.
El se sentó en la cama y se desabrocho el pantalón, mientras lo bajaba yo me arrodille en el piso. Metí la mano y saque su verga que tenía un muy buen tamaño, la puse entre mis pechos y la frote, mientras se ponía más dura yo me preguntaba que estaba haciendo, pero no quería parar. Decimaba chupársela a toda costa, empecé a masturbarlo con mis pechos como una poseída. En eso mi abuelo me dice tan solo “chúpala de una vez pendeja” y yo me tire atrás agarre su verga y la metí toda en mi boca.
Chupe y chupe como si quisiera gastarla, en ningún momento salió de mi boca y yo me hacia el festín, mi abuelo me tenia de los pelos pero me dejaba moverme libre. En medio de la mamada me di cuenta que era lo que estaba haciendo y trate de sacarla. Mi abuelo lo noto y no me dejo, me empujo la cabeza y me hiso quedarme así un rato diciendo.
- Mira nena, vos la quisiste chupar, yo estaba más q satisfecho, pero vos buscaste esto… no seas infantil ahora y acaba, trágatela como bien sabes, chúpamela y dame un gusto pendeja no seas boluda.
Yo no podía creer lo que estaba pasando, pero mi abuelo me tenía la cabeza y empezó a hacerme moverla, yo no sabía cómo llegue a eso. Pero él tenía razón, se estaba lleno y yo busque su verga, me tuve que aguantar. Asique decidí hacerle la mamada bien para q no volviera a tener ese antojo, seguí con mi labor. Empecé a mamarla más fuerte y rápido, con todo mi esfuerzo. Tarde casi 20 minutos hacerlo acabar al viejo y largo bastante más de lo que yo imagine. Al principio la iba a escupir, pero al verle la cara de gusto y placer me dije “ya que importa, que le dure el recuerdo” me la trague sonoramente y haciéndome la puta, para que vea como la disfrutaba.
El fue al baño a limpiarse, yo me puse solo la remera y me enjuague la boca. Hablamos otro ratito sin sentarnos ni acercarnos mientras el se recuperaba, yo seguís en tanga y remera todo el rato. Lo quise acompañar asta abajo pero él se negó, cuando fui a abrir mi apartamento se puso atrás mío y me apoyo bien el culo, me acaricio toda y me dijo al oído “ojala pudiéramos repetirlo, pero no tengo con que convencerte”. Yo le di un beso bien profundo y abrí la puerta para que se fuera.
Cuando me quede sola me bañe y en la ducha me masturbe recordándolo. Las palabras de mi abuelo aun sonaban en mi cabeza “ojala pudiéramos repetirlo, pero no tengo con que convencerte” una y otra vez… al par de días le mande un mensaje a su celular diciéndole que avisara cuando podía mensajear sin q nadie lo viera. Al rato me dijo q podía y le escribí “Abu, quien dijo que tienes que tienes que buscar como convencerme?”…… en unos mensajitos rápidos acordamos una mensualidad para mí a cambio de gustos para él. Pero yo lo hacía por el sexo, nunca pensé que pudiera disfrutar con mi abuelo.
Al poco tiempo me llego un mensaje de mi papa que decía “hija tu abuelo me conto de la mensualidad. Podemos llegar al mismo acuerdo?”
Pero si quien saber q respondí, díganme q les pareció…