Dos días después esta golosa de sexo de Sara esta en mis brazos, ambos desnudos, era una chica atractiva, no una belleza, pero tampoco resultaba fea. Poseía unas hermosas tetas, grandes y redondas, y un cuerpo delgadoque...
Relato
Sara una chica de 14 años ansiaba ser apareada Por eso cuando logro cohabitar con ella, se entrega con toda su fortaleza al coito. Finalizado este me cuenta. Respira profundo y me dice ¿te gusto poseerme?, a mi mamá le encanta el sexo, en las noches lo hace con papá y en el día es visitada a veces por su primo y otras veces es el vecino que se aparea con ella.
Cuéntame cuantos años tiene tu madre digo, se caso joven me dice mi padre tiene 55 años y mi madre es joven tiene 33 años y es flaca, pero tiene un trasero de película dice riendo..., en eso llega Valentina la madre de Andrea, la amiga de Sara y me retiro a mi departamento, pensando en esa madre de 33 años con un admirable trasero que gusta del sexo.
Dos días después esta golosa de sexo de Sara esta en mis brazos, ambos desnudos, era una chica atractiva, no una belleza, pero tampoco resultaba fea. Poseía unas hermosas tetas, grandes y redondas, y un cuerpo delgado. Comencé a besar sus tetas y a acariciar los pezones. La tenía completamente dispuesta a aparearse conmigo.
Fue en aquel momento cuando ella tomó iniciativa. Se abrió de piernas, me cogió el miembro suavemente y lo colocó a la entrada de su vagina. Lentamente fue metiéndosela hasta que yo no pude más, estaba con las piernas abiertas. Entonces yo le agarré las tetas y se la metí hasta los mismísimos testículos. Mientras tanto, con mis manos le iba acariciando las tetas, cosa que aún le dio más placer.
Yo fui aguantando sin eyacular todo lo que pude, deseando que durara mucho aquel goce. Hasta que llegó el momento y me descargue. Resultó un orgasmo de ambos bastante prolongado. Ella jadeaba de placer; mientras, yo creía que me moría de calentura. Fue algo que desde luego no se puede narrar y hay que vivirlo, pues estábamos terriblemente excitados. Una vez descargados de nuestras urgencias carnales conversamos...
Ella me cuenta que su vecino se ha cambiado de ciudad y su madre como lo ha sentido, además que esta en su enojo, a discutido con su primo y este la enviado al abismo y enfadado le ha dicho que se olvide de él para siempre y salió dando portazos, hasta hoy mas de una semana y de él la madre no ha sabido nada, por supuesto no ha vuelto
Es mi ocasión pienso, visito la casa de Sara con la estúpida pregunta si esta Sara, sabiendo que esta se encontraba en el colegio..., la madre de ella, Olga se llama, me mira diciéndome y usted quien es... respondo soy el medico que examino a su chica y un examen salió mal y deseaba extraerle sangre para repetirlo..., me hace pasar esta hembra, se le entreabre su bata... me recibió llevando una lencería erótica. Me quede sin aliento al mirarla entre sus pliegues de su bata, era delgada, pero sus senos eran abultados y su trasero divino... ella leyó mi mirada y sonriendo deja que su bata se abra más... eso era provocación por lo que la tome entre mis brazos y la desnudo de esta bata mirándole su delgado cuerpo, pero con sus abultados senos y su trasero pidiéndome guerra y una sonrisa en sus labios la recuesto a lo perrito en el sillón de la sala de estar, no se opone y aún más creo que lo deseaba, saco su tanga de seda negra que medio cubría sus ingles disponía de una abertura que dejaba al descubierto un coño inmenso. Por otra parte, la vellosidad que tanto me había excitado en su cuerpo desnudo, aparecía como rizada. Besé, absorbí e intenté mordisquearla, ese culo se retorcía y la boca de esta madre gemía ardiente de deseos de ser poseída, hasta que me di cuenta de que necesitaba controlar la respiración como si estuviera buceando. Sobre todo cuando esta tía se cerró de muslos, incorporó la parte superior de su cuerpo y me sujetó la cabeza por detrás de su cuerpo con sus manos... ¡Estaba llegándole un orgasmo y salía liquido de su vulva como si se meara! ella se retorció sobre el sillón, sin dar muestras de debilidad por hallarse bajo los efectos del intenso clímax, para coger mi pene. En seguida se la metió en su vagina, pero quedando debajo de mí a lo perrito. Como se movía entusiasmada por el coito esta mujer si sus caderas bailaban, ella se había convertido en un volcán, la tenía bien agarrada; sin embargo, todas sus reacciones, fruto de las cuales llegaron sus orgasmos a mares, provocaron que a mi me brotase una eyaculación de las que hacen época. Quedé fatigado encima de ella y del sillón, pobre, si casi se destruye con nuestros movimientos cuando copulamos.
Esta mujer era una doña hembra, no debería ser ignorada, sino cortejada y galanteada, deberían tenerla carnalmente satisfecha y no así, contraída por los deseos ya que su marido es despreocupado en saciar a su mujer de sus deseos carnales, ella dice que seguro tiene una amante en el negocio de comidas que tiene y ahí se quedan las pocas ganas de realizar los apareamientos, mientras ella tiene que andar a ocultas relaciones con sus vecinos o parientes para sentirse galanteada y saciada.
La visito dos veces por semanas para conversar y poder acallar las demandas de sus neuronas. Esta delgada hembra es una vampiresa en la cama besaba su su sexualidad, que para entonces estaba mojada, me di cuenta enseguida de que estaba excitada y mis manos tomaron sus nalgas, acaricie su sexo con una mano…Mm., estaba extasiado, mis labios besaban su cuello, sus hombros, llegaron a sus senos los succioné, los chupé… Mm. que delicia…, apretándolos. Mm., succionando, besando, mordiendo sus senos, que delicia de mujer, mis labios continuaban me permitía la libertad en mis movimientos. Gemía débilmente, diciéndome a media voz, déjame…, déjame…, no me desesperes más de lo que estoy. La tomé de sus nalgas cargándome mientras no dejaba de succiona sus pezones, la lleve al sofá la recosté boca arriba, me dejaba hacer, yo no alcanzaba a articular palabra del asombro y la excitación, tomé una de sus piernas y la subí a mi hombro, al tiempo que rompía su tanga, puse mi pene en sus manos, mientras tomaba uno de sus senos, lo apretaba mientras nos besábamos, la jale y ubique en posición de misionero, colocándola en posición idónea, la reacomodé y bajé mis ropas, fui poco a poco tratando de penetrarla con mi miembro... no fue fácil, todavía no estaba suficientemente lubricada para la tarea, pero poco a poco me encontré que engullía por completo mi miembro, este ingresaba llenando su vagina... me sentía totalmente estimulado. Comencé a moverme. En esa posición ella era una mera espectadora, pero disfrutaba de mi ritmo arrítmico, a veces la metía deprisa, a veces despacio, a veces ligero, a veces profundo... Yo contemplaba absorta donde nuestros cuerpos se fusionaban..., con cada embestida yo me apoyaba en el suelo, que rico .., mis bolas rebotaban con fuerza en sus glúteos, delicioso, oh…, que sensación tan rica sentir mi órgano genital entrar y salir de su matriz ah , jadeante ella grita espérame, y tuvo un orgasmo delicioso…., oh que caliente estaba…, deseaba ser poseída. Esa mujer cuyo marido estaba en el patio de comida de su negocio era mía, la mamá de mi amiga y amante, casada, madre de una niña de 14 años disfrutaba entregándose a los deleites del sexo conmigo, la gozaba saciando sus ímpetus sexuales con mi órgano reproductor… tanto semen depositaba en ella y a veces hasta tres veces a la semana que Sarita la hija y también de vez en cuando mi amante, tendría un hermano fecundado en el útero de su madre por mi pene.
Como medico tenía mi prestigio, pero como macho semental me agradaba sentirme amo y señor de estas hembras no saciadas por sus maridos ávidas de deseos carnales no reparados por estos y lo único que deseaban eran de ser copuladas.
En estos seis meses de estar ejerciendo en esta clínica y ser el medico mas joven de ella, me llegaban estas mujeres por docenas en el mes y a todas trataba de satisfacerlas y ellas me lo agradecían siendo fieles y sabían callar, algunas eran mas calientes y a veces estábamos meses copulando hasta que quedaban embarazadas y asustadas no volvían.
Y el no perdió ni un segundo de el momento, me dijo con mucha morbosidad ¡Ahora puta súbete la falda y retráncate en la pared! Yo con rabia fui subiendo lentamente la falda de mi vestido hasta mi cintura, el se alejo unos metros deleitándose con mis piernas, yo vi clarito como su verga creció dentro su pantalón, tomo una cama fotográfica sacándome varias fotos en esa pose tan humillante para mí.
Relato erótico enviado por Anonymous el 11 de September de 2009 a las 23:52:41 - Relato porno leído 160822 veces
Lucia es una mujer casada, pero aun joven de unos 34 años senos grandes y un culo generoso además que tenia un rostro muy bello, pero lucia aunque tenia esposo y tres hijos que le hacia parecer una dama, a ella le encantaba follar a menores entre 13...
Relato erótico enviado por sexolito el 10 de April de 2005 a las 00:02:30 - Relato porno leído 156464 veces
Ver a aquella jovencitas me excitaba hasta que logre lo que queria.
Relato erótico enviado por Anonymous el 16 de November de 2008 a las 22:27:10 - Relato porno leído 61150 veces
Si te ha gustado Sara y su madre vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Sara y su madre.
learcu
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 20:20) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF sementalx
(10 de March de 2017 a las 13:39) dice:
en una de esas trata de montarte un trio con madre e hija
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