Súbeme la falda, bájame mis bragas y métemela

Hola mi nombre es Elizabeth y con esta historia voy a contarles como perdí mi virginidad a mis 17 años por el intendente de mi colegio, espero les guste. Soy una chica de 17 años de edad, caucásica, piel blanca, pelo negro pintado con tinte color castaño, ojos cafés claros, pestañas remangadas y labios sensuales. Poseo un cuerpo esbelto muy bien formado, mis senos no son muy grandes por mi corta edad todavía pero mis piernas son verdaderamente hermosas, al igual que mis nalgas, mi vaginita era virgen hasta hace una semana, es rosadita y con una rajita pequeña muy suavecita. Me gusta usar tacones altos y mi típico uniforme escolar que lo forman una falda tableada color gris con rayas verdes, mis medias blancas y mi saco escolar, con esto hace que me vea yo una colegiala muy sexy, también soy muy golosa pues me encanta que me coman el coño, a veces con sexo y otras sólo pura mamada de vagina, soy muy coqueta, dulce y romántica con los chicos que me gustan. Estoy estudiando la secundaria en segundo grado, pertenezco a una familia de clase media y soy originaria de México D.F.
Bueno como ya lo mencione soy muy golosa de sexo desde que fui desflorada y aun antes cuando era virgen también lo he sido sólo que nomás permitía que me tocaran o me comieran mi coño que lo que más me gusta pero sin penetración vaginal, por lo menos hasta que me deje desflorar por el guapo intendente de mi colegio, tantas veces me deje chupar mi vaginita virgen que en el colegio ya me conocían con el escandaloso alias de “La niña de la vagina dulce” todos ya sabían que de seguro en cualquier lugar que quedara sola con un chico sin duda iba a probar de mis ricos flujos vaginales, a causa de esto me volví popular entre muchos de mis compañeros por ser la única de pocas chicas que se dejaba manosear y más aun que se dejaba comer el coño. Pero aun así solo me gustaba calentarlos y dejarlos con la ganas de sexo pues no permitía que me la metieran pues quería perder mi virginidad con el hombre de mis sueños únicamente y así fue, como dije tantas veces me lo hicieron muy rico pero aquí contare la más reciente mamada con uno de mis compañeros de aula antes de mi desfloración.

Era un miércoles al salir de clase, yo y mi compañero ya habíamos quedado de vernos en el baño cuando casi todos ya se habían ido pero quedaba el intendente. Al llegar no espero más me subió mi falda, me bajo mis bragas empezando a comerme el coño, sin duda era un excelente mamador pues me estaba haciendo estallar en increíbles multi orgasmos, me pasaba su lengua por mi clítoris dándome ligeros mordiscos, se estaba bebiendo como vino todos mis flujos vaginales y me decía ¡que rico, que rico te sabe mi amor! Sin duda estaba disfrutando de otra increíble mamada en mi vaginita, y de pronto desde la puerta del baño muy escondido pude lograr ver al intendente que es un hombre de 37 años de edad y se estaba masturbando con ver cómo me estaban comiendo el coño, pero yo muy coqueta decidí hace como si no lo veía pues me excitaba el saber que alguien más se estaba excitando con nosotros. Bueno él continuo chupándomela hasta que empezó a tocármela con sus dedos, primero el me metió su dedo pequeño, ¡uyy! Estalle en otro orgasmo de placer, pero cuando me introdujo un segundo dedo ya me dolió un poco y tuve que detenerlo cuando vi que ya trataba de sacar su verga para metérmela y hacerme el sexo, el trato forzarme pero lo amenace con gritar y pedir, al igual de acusarlo de intentar violarme y como los dos sabíamos que aun quedaban algunos profesores y el intendente no hizo nada más y se retiro muy enojado dando maldiciones por no haber logrado metérmela, yo muy coqueta al saber que aun me seguía viendo el intendente no me vestí si no disimulando que nadie me veía me volví a tocar mi vagina yo misma abriendo mis piernas para que lograra verme completamente mi zona vaginal, así continúe retrancada en la pared del baño hasta que estalle en otro hermoso orgasmo, después me subí mis bragas, me acomode mi falda, disponiéndome a retirarme del colegio.

Luego al salir del baño fui interceptada por el guapo intendente que con una mirada picara me dijo ¡Lo disfrutaste verdes nena! Por un momento me hice no saber nada pero él me dijo ¡Ay no te hagas que no es la primera vez que te comen el coño, yo ya he visto como te la han mamado varios de tus compañeros preciosa! Yo con voz dulce y atrevida le dije ¡Si quieres también me puedes comer el coño papacito! Al instante coló su mano bajo mi falda tocándome mi vagina que seguía muy mojada de mis flujos vaginales y la saliva de mi compañero, posteriormente me dio un rico beso en mis labios que nunca olvidare pues nadie me había besado tan apasionadamente como él, luego me dijo ¿Eres virgen verdad? pues he visto que no permites que te la metan nunca, yo le dije ¡Si mi papacito soy virgencita! Y no te ilusiones tanto pues tal vez no permita que me la metas tampoco tú, él estaba a punto de tocarme de nuevo pero salió de su aula el ultimo profesor que lo invito a irse con él en su auto así que nos tuvimos que despedir. Yo pensé que sería al día siguiente pero no fue así, él me dejo una nota en mi casillero diciéndome que por razones personales no iba poder ir ese día pero que el viernes si lo haríamos y también me dejo de tarea pensar bien si quería perder la virginidad con él o solo me dejaría comer el coño como siempre.
Toda ese día y noche anduve bien pensativa en que es lo que debía hacer, en una parte de mí deseaba con toda mi alma ser desvirgada ya pero por otra parte tenía miedo al dolor y no sabía muy bien si él era el hombre indicado para mí, pero después de tanto pensar me convencí por mi calentura en hacer el amor con él. Llego por fin el viernes, mis clases transcurrieron normales y obviamente no me deje hacer con otro chico ese día, cuando nos mirábamos yo y el intendente se notaba la mirada de deseo mutuo.

El me dijo que a la hora de la salida no me fuera y esperara por una media hora hasta que todos alumnos y profesores se hubieran retirado, además como tenía las llaves no fue difícil, ambos esperamos la media hora hasta que al fin quedamos solos en el colegio, él me dijo que escogiera el lugar que deseara, sin pensarlo le dije que deseaba hacerlo al aire libre, en el patio del colegio en donde se encontraban mesitas como de restauran, que servían para tomar jugos durante el receso.

Yo totalmente decidida le dije mi amor ¡Súbeme la falda, bájame mis bragas y métemela duro por favor! El me dijo que si estaba segura de perder mi preciada virginidad, a lo que le respondí que sí. Rápidamente me subió mi falda colegial, me bajo mis bragas lentamente y me acostó en la mesa con mis piernas abiertas, el instante de verme mi vagina me dijo maravillado ¡Uyy que exquisita vaginita tienes niña mía! De nuevo comenzó a besarme tiernamente en mis labios y en mi cuello, así fue bajando por mis senos y por fin llego a mi zona vaginal, me acariciaba mis piernas con sus manos mientras me inicio a comer el coño ¡umm, umm, umm! No paraba de gemir de placer de nuevo, el me dijo ¡Que rico te sabe tus flujos vaginales mi amor con razón te la quieren comer todos! Me daba mordiscos en mi clítoris lentamente y delicadamente, estaba que flotaba en las nubes de tanto placer y fue más cuándo me inicio a meter sus dedos delicadamente.

Luego no soporto más libero su pene, primeramente comenzó a frotármelo en mi rajita vaginal medio intentando meter la puntita pero me dolía un poco. Pero yo ya muy caliente le dije ¡Métemela por favor métemela hasta el fondo, desflórame mi amor! No esperando más empujo con fuerza hasta que me la metió toda, al instante un dolorcito me dio y al igual que sentí clarito como se desgarro mi himen y gotearon algunas gotas de sangre. Se quedo quieto un momento con su pene dentro mi vagina e inmediatamente inicio al mete y saca lentamente primero, que rico estaba yo sintiendo al ser penetrada por esa verga que me estaba dando un placer indescriptible al metérmela hasta el fondo como se lo pedí. Me estaba haciendo el amor tan bello y romántico al igual que detallista con migo, poco a poco fue aumentando la velocidad de penetración, en un momento tenso su verga y sentía toda su leche caliente inundar mi vagina, ambos explotamos en un increíble orgasmo, me saco su verga empapada de semen mesclado con sangre de mi desfloración.

Ambos seguimos besándonos y tocándonos mientras me limpiaba mi vaginita y me ponía de nuevo la ropa. Después de quince minutos más me retire del colegio, él se quedo a limpiar la evidencia de nuestras travesuras sexuales, al salir del colegio una alegría hermosa me desbordaba pues al fin logre perder mi virginidad en una experiencia de sexo increíblemente grande. Posteriormente la semana después seguí dejándome comer el coño por otros que inmediatamente a verme ni vaginita notaron que ya había sido desflorada, cosa que les causo celos y envidia del hombre que me quito mi virginidad pues muchos querían hacerlo. De esta manera de vez en cuando ya permito que mis compañeros y mi novio me la metan haciéndome el amor pues ya no tengo nada que perder sólo a ¡disfrutar! yeaaa.