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Se lo busco

Relato enviado por : DoctorAmor el 21/02/2012. Lecturas: 4042

etiquetas relato Se lo busco   Infidelidades .
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Resumen
Cansada de los maltratos de su marido busca consuelo en sus jefes de trabajo


Relato
Les cuento un poco de mi, de mi historia, para empezar lo mas relevante es que mis abuelos provienen del lejano oriente, por lo tanto, si bien nací y crecí en esta cultura, fui criada con otros conceptos, donde como sabrán, la mujer es casi una esclava del hombre y es reducida prácticamente al papel de sirvienta.
Para simplificar, todos me conocen por ‘la china’, cuando acá se dice eso inmediatamente saben como soy, para ustedes somos ‘todos iguales’, si bien ya pasaron dos generaciones viviendo ‘de este lado del planeta’ nos he imposible alejarnos de nuestros rasgos característicos
Cuando se habla de sajonas pensamos en rubias, de africanas en negras, las mujeres americanas se asocian con grandes pechos, las latinas con grandes culos y piernas, ahora bien, si digo menudita, delgada, culito chiquito, casi sin tetas, de cara chata y nariz aplastada, ojos alargados y pelo lacio y morocho? Si, adivinaron esa soy yo, mi nombre es Lin y traigo mi relato.

Si bien ya expliqué mi contextura tampoco se confundan, tengo todo armónicamente en su lugar, soy estilizada y de suaves líneas. Hoy tengo treinta años y esta historia ocurrió cuando tenía veinticuatro. Para ese entonces, cumplía mi cuarto aniversario de casada con Emilio, el en principio fue un buen hombre conmigo, de hacho hasta ese momento había sido el único hombre de mi vida, yo me había casado virgen y me entregué solo a el.
Mi marido, con el correr del tiempo se transformó en un ser hostil, cruel, nunca entendí por que, como ya comenté antes fui criada muy sumisa a los deseos masculinos, tal vez por eso abusó de la situación, sin pensar que yo ya pertenecía al occidente. El me maltrataba y me ninguneaba, todos los problemas siempre eran por mi culpa, siempre me echaba en cara la limosna que ganaba en mi empleo comparado con el suyo, me hacia sentir que era nadie. No sirvieron las bonitas cenas románticas que yo le preparaba, ni siquiera que tratara de esforzarme en la cama para complacerlo, recuerdo que en ese momento hacía tres meses que no me tocaba, y solo le importaba el, el acababa y listo, yo solo conocía un orgasmo cuando me masturbaba en soledad…. Además llegaba a casa a cualquier hora, borracho y aunque no quería admitirlo sabía que se iba de putas, el señor era ‘empresario’ como a el le gustaba hacerse llamar…

Por mi parte, yo trabajaba en un pequeño estudio que manejaban dos socios, Diego y Julián, dos abogados cuarentones bien parecidos, ambos mantenían una línea deportiva y siempre andaban vestidos de etiqueta, Diego medía l,90 mts., pelo entrecano y barba prolijamente recortada mientras que Julián era un poco mas petiso y aparentaba ser mas joven, usaba el pelo larguito y siempre lo mantenía con un efecto mojado, sus ojos verdes cautivaban, ambos vivían perfectamente bronceados.
Dónde encajaba yo? bien, yo era la secretaria, manejaba los papeles simples, archivo, telefonista, agendas y hasta hacía el café.
A pesar de ser mis jefes ellos siempre me trataron con sumo respeto y a veces me hacían de psicólogos cuando yo llegaba angustiada ó hasta llorando desde mi casa. Por la imagen del estudio, solo me pedían que siempre esté bien presentable. Ellos muchas veces me cargaban y me hacían sonrojar, me decían piropos, y me tiraban indirectas de todo tipo, cuando se juntaban eran dinamita, ‘usará porta ligas’ ‘nunca lo hice con una oriental’ ‘tengo ganas de hacerle un dictado’ ‘como me gustaría ser su marido’ eran las chanzas habituales que escuchaba, yo sonreía, - son unos bobos, respondía, reía y seguía trabajando.

Llegó un día que me di cuenta que mi trabajo era mi felicidad, la pasaba mejor ahí que en casa, de hecho esperaba ansiosa la hora de ingreso y me deprimía a medida que llegaba la hora de volver.

Ese día fue clave, se me quemaron las tostadas del desayuno y Emilio no me lo perdonó, me dijo de todo, camino al trabajo fue mas allá con las agresiones, me lastimó mucho al punto que no quería ya escuchar, todo por unas míseras tostadas. Me alivié cuando me bajé y se fue, subí por el ascensor muy angustiada, llegué y empecé a realizar las rutinas, que mal me sentía. Pasada una hora llegó Diego, me notó muy mal, al punto que me dijo - dejá el trabajo, lo importante ahora sos vos, contame lo que te pasa, estaba sentada en mi silla, el se inclinó en cuclillas junto a mi para escucharme, afligida y mirando al piso narré lo sucedido, no podía evitar que las lágrimas rodaran por mis mejillas, el me atendía y me acariciaba el pelo, cuando terminé inconscientemente pasé mi mano por su barba y rocé mis labios con los suyos. - Perdón! dije reaccionando y retirándome rápidamente, me puse colorada, el se quedó inmóvil y luego de un rato reaccionó, - está bien, no te preocupes….

Fui a la cocinita a preparar café, me sentía acalorada, estaba traspasando límites prohibidos, después no habría marcha atrás. Mientras preparaba la infusión me acomodé la ropa por las dudas, ese día me había puesto una camisita blanca con una chaquetita negra y una pollerita bien cortita haciendo juego, era licra, me hacia resaltar mi lindo culito. Le llevé el desayuno, Diego estaba en su escritorio con sus cosas, sobre la pared del costado había una gran biblioteca, me dijo: - Gracias, estás mejor? Haceme un favor antes de irte, alcanzame aquel libro de derecho que está arriba, el de lomo azul. Traje la escalera y tuve que subirme para alcanzarlo, era evidente que había un doble propósito, al subir los peldaños noté que se me subía un poco la pollera, llegando al límite donde terminan las piernas y empieza la cola, de hecho giré rápido preguntándole – este?, lo sorprendí con la mirada fija en mi trasero, tratando de buscar con la vista por donde seguían mis piernas bajo la minifalda – Si. si… solo dijo sorprendido. Bajé y se lo dí, - tengo que dictarte una carta prosiguió. Tomé la iniciativa, me acerqué y me senté en su pierna, - tenés birome para prestarme? sorprendiéndolo nuevamente, estaba decidida, necesitaba sexo, y quería que ese bastardo pagara todo el mal que me hacía.

Corrió un poco la silla hacia atrás retirándose del escritorio y abriendo un poco las piernas, mientras yo cerré las mías, saqué culito y se lo apoye directamente sobre su pija y lo refregué provocativamente, tomé sus manos y las llevé a mis tetas e hice que las apriete, al mismo tiempo giré mi cabeza y busqué su boca con la mía, el respondió sin decir palabra, me desabrochó lentamente los botones de la camisa, uno por uno, nuestra respiración se hacía mas densa, sacó mis prendas, el chaleco, la camisa, el corpiño…. me apretaba con ganas mis pechos, le sobraba mano, al mismo tiempo sequía refregándole el orto y ahora lo provocaba – y? nunca lo hiciste con una oriental?... lástima, de haber sabido traía mi porta ligas… espero que tu birome tenga tinta… su pija estaba muy dura tanto refriegue, podía sentirla….
Me fui casi bajo su escritorio, presurosa busqué dentro de su bragueta hasta encontrarla, sin decir mucho empecé a chuparla, que rico!!! cuanto hacía que no lo hacía!!! que ganas tenía, su verga era mediana, increíblemente curva hacia la derecha, llamaba la atención, el me dejó chupar, por algún motivo que ignoraba el se depilaba, sus testículos, brillaban, así que me dedique a chuparlos, los lamía y me los metía dentro de mi boca, primero uno, luego el otro…

El me cortó, - pará, dijo vení, me llevó hacia un costado, me levantó la pollerita y besó mis cachetes, por suerte ese día había llevado una pequeña colaless que me quedaba muy bonita. - Debe estar por llegar Julián dije, el paró un segundo… - entonces yo que vos me preocuparía dijo, no entendí a que se refería…
Diego se desnudó, luego me recostó en el piso y me sacó la bombachita, por suerte había una alfombra muy gruesa, me levantó las piernas y me introdujo la pija en mi túnel, gemía excitada, gritaba, cuanto hacía que no me cogían!!! Disfrutaba con su sable curvo, cada embate me hacía gemir y gozar, que bien me cogía.

El placer fue interrumpido por unos golpecitos en la puerta, - que pasa? Interrogó Julián desde el otro lado, estábamos tan compenetrados que no escuchamos su llegada – no me dejen afuera! prosiguió, - dale, dejalo que se una dije excitadísima por la situación, al fin y al cabo es tan bueno como vos…. Diego gritó, - pasá, está abierto y luego mirándome a los ojos dijo en voz baja, - ahora te la aguantás, yo te avisé… seguía intrigada, que me quería decir?. Julián pasó y dijo – que bonito! Pensaban dejarme afuera? Al tiempo que empezaba a desnudarse para sumarse a la fiesta. A todo esto Diego me había puesto en cuatro patas y volvía a cogerme, que rica la sentía bien adentro, mi concha se derretía… yo miraba como Julián a mi frente terminaba de sacarse la ropa, cuando bajó su slip entendí las amenazas de su socio, me asusté con la pija enorme que tenía, me iba a matar! Se masturbó un poco para asegurarse que esté rígida y luego fue a hacer el relevo, uno se apartó y el otro comenzó, cuando sentí semejante verga parecía que me moría, me hacía gritar, me golpaba bien adentro, yo era chiquitita y el una bestia…

Diego vino a mi frente para que le chupe la verga, pero otra vez fui a sus testículos, me encantaban sus bolas brillantes, la verdad es que mucho no podía concentrarme, el otro de atrás me estaba matando…. Luego de un rato me hicieron girar 180° seguía en cuatro patas pero ahora tenía la super pija para chupar, así lo hice, como podía me la comía, tenía cerca de veinte centímetros además era muy gruesa, demasiado….se la chupe con ganas, a todo esto Diego me estaba chupando el culito, me daba besitos sobre mi ano, uno y otro hasta que intentó meterme un dedo, - no! no! le dije al instante, por ahí no! no quiero que me toquen la cola…. - tranquila! Confiá en nosotros, no te haríamos daño aseveró Julián, no te vas a arrepentir terminó diego.
La verdad es que yo nunca había hecho sexo anal, tal vez alguna fantasía pero nada mas, mi culo era virgen…

Julián dio continuidad y me metió le verga en la boca nuevamente, nerviosa noté que me seguían mojando mi agujerito, cuando podía suplicaba… - por favor chicos… no quiero por el culito…. pero mis súplicas caían en saco roto. Llegado el momento Diego se acomodó detrás mío, y apoyó su pija en mi culo virgen, lo iba a hacer! Solté la que estaba chupando, como pude giré la cabeza y mirándolo a los ojos imploré! - Diego por favor…no lo hagas… no lo hagas, me ignoró, yo seguía pidiendo que no lo haga mientras mi culo se dilataba y recibía su verga, avanzó centímetro a centímetro hasta el fondo y empezó a darme, me gustaba… me encantaba… me quedaron los reflejos y seguía pidiendo agitada: - no lo hagas, no lo hagas….

Cerré los ojos por culpa de esa pija que me desvirgaba el orto, lo perdí a Julián quien sin darme cuenta de desplazó bajo mío como una serpiente, lo dejé hacer, me apuntó en la concha y me metió otra vez semejante verga. No lo podía creer… quedé hecha un emparedado entre ambos, tenía una pija en el culo y una súper pija en la concha, si me viera Emilio pensé… gozaba como loca, no sabía que podía disfrutar tanto con una doble penetración, entraban y salían una y otra alternadamente, olvidé contar cuantos orgasmos tuvo mi concha en esa situación.

Cuando se cansaron me hicieron seguir en cuatro patas, Diego me sacó la pija del culo y otra vez hizo que se la chupara, mientra ahora Julián se acomodaba por detrás y se aprestaba metérmela en el culo, lo miré y lo increpé – Vos también? No Julián, por favor, tu pija es enorme, por el culo no!!! pero tampoco me hizo caso, agradezco que ya Diego me lo había dilatado antes, porque esta era enorme. También le imploré, - no por el culo no! , por el culo no! al tiempo que el también centímetro a centímetro se metía dentro mio. Era tan grande y tan dura que no me podía concentrar en la de Diego, mientras Julián me culeaba empecé a masajear con frenesí mi clítoris, se venía, se venía, como una tonta seguía insistiendo, por el culo no! por el culo no! hasta que solo los gritos del orgasmo que arrancaba de mi clítoris lograron callarme, fue hermoso…

Satisfecha y un poco mas relajada otra vez me concentré en esos testículos afeitados que me enloquecían, Julián llegaba a su orgasmo, su pija se puso dura y gemía detrás de mío, pensé que me llenaría el orto de leche, pero se retiró antes, escuchaba sus gritos, con cada grito recibía un chorro de leche caliente, mi culo, mi concha, toda mi zona íntima era empapada por su hermoso esperma. Diego no tardó mucho mas, el se masturbaba mientras yo excitada le comía las bolas al tiempo que no sacaba los ojos de la punta de su pija. Me gustó mucho ver como explotaba, lentamente su líquido blanco fue chorreando hacia abajo recorriendo el cuerpo de su verga, cuando no salió mas me acerqué y sumisamente comencé a lamerlo, bebiendo trago a trago hasta no dejar nada.
Por la tarde, cuando el estúpido de mi marido pasó a buscarme lo primero que hice fue darle un profundo beso de lengua, el lo recibió bastante confundido, pero yo lo disfrutaba, de solo pensar todo lo que había tenido en mi boca esa mañana y ahora lo obligaba a besarme, - si supieras lo que chupé… pensaba mientras lo besaba

Ese momento marcó un quiebre en mi vida, mi autoestima subía día a día, ahora era yo la que no quería coger con el y disfrutaba cada mañana de trabajo haciendo chanchadas impensadas, me encantaba chuparle la pija a mis jefes, que me llenen la argolla de leche y que me rompieran bien el culo.
Luego de un año terminaba mi relación de pareja con Emilio, y tiempo después también renunciaba a mi trabajo, los tres comprendimos que habíamos pasado un punto límite, habíamos cruzado la barrera y ya no había vuelta atrás…

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Comentarios enviados para este relato
renzo69 (22 de February de 2012 a las 15:35) dice: buen relato china

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:31) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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