Se lo engancho por dé tras, o por delante… ( CON fotos)

.

Todo se inició cuando mi marido, me dejó viendo el techo, ya que él se despachó súper rápido, sin dejarme tiempo para que yo por lo menos disfrutase un poquito. Por lo que el resto de la mañana, no pensé en otra cosa que no fuera sexo. Ya que estoy cansada de darme dedo, la mayoría de las veces que a mi esposo se le ocurre hacer un rapidito. Yo salí toda turbada de casa, y quizás por eso fue que tuve el accidente, ya que para comenzar, en la mañana en lugar de poner atención por donde iba, me distraje soñando despierta con acostarme con un tipo que realmente me satisficiera.

Cuando al poco rato se detuvo esa grúa, y de ella se bajó un tipo de muy buen ver, bastante guapo como para ser chofer de grúa. Yo haciéndome la tonta, le dije que no tenía ni la menor idea de lo que me había sucedido, que iba conduciendo cuando de momento Pum que me encontré fuera de la carretera. Él se me quedó viendo de manera comprensiva, y me dijo no se preocupe señora, que yo me hago cargo. Así que mientras el realizaba el enganche, yo volví a sentarme tras el volante, y discretamente me quite las pantis. Luego tomé asiento a su lado dentro de la grúa, y volviéndome hacer la tonta, mientras nos dirigíamos al taller, busqué sacarle conversación.

Fue cuando le dije, riéndome que de seguro no adivinaría nunca lo que yo pensé cuando él me preguntó si me lo enganchaba por dé tras o por delante. Al tiempo que de manera un poco indiscreta separé mis piernas mostrándole con toda claridad mi desnudo coño. Sus ojos se clavaron de inmediato entre mis piernas, y sonriendo me respondió. Que apuesta a que si se lo que pensó. Yo seguí haciéndome la tonta, y sonriendo maliciosamente le respondí. Bueno apuesto todo lo que usted puede ver. Así que me dijo, pensaste que me refería a ti, y no a tu auto. A lo que yo poniendo cara de sorprendida le respondí que sí.

Yo la verdad es que no sé cómo me atreví, a continuar con ese juego. Pero lo hice, ya que apenas llegamos a su taller, me dijo. Bueno yo en estos casos, acostumbro a cobrar las apuestas de inmediato. No sea que después te vayas a arrepentir. Yo poniendo cara de seria, le dije. Yo aposté, y usted ganó, así que a mí me toca pagarle, según lo acordado. Así que de inmediato, me agaché frente a él, y sacando su gruesa verga del pantalón, sin remilgo alguno me dediqué a mamársela.

Por lo que al mismo tiempo que comencé a mamar su verga, me fui despojando de toda mi ropa, en realidad lo que yo deseaba era que me ensartara el coño. Por lo que sin perder tiempo así se lo hice saber. Y prácticamente dentro de mi mismo auto, él y yo comenzamos a tener un sexo de lo más salvaje. Justo en esos momentos pensé en el cornudo de mi marido, ya que de no ser por él yo no me hubiera encontrado en ese sabroso predicamento. Si por lo menos se hubiera detenido a satisfacerme aunque tan solo fuera un poquito, yo no estaría dejando que ese tipo me enterrase toda su verga de la manera tan rica como lo estaba haciendo.

Así que a medida que yo fui sintiendo como el miembro de aquel chofer de la grúa me penetraba, una y otra vez, él me preguntó si mi marido me había dejado desatendida. A lo que yo restregando mis caderas, y mi coño contra su cuerpo le respondí que sí. Una y otra vez fui sintiendo como su verga me llegaba hasta el fondo de mi vulva, entrando en contacto con mi útero, y haciendo gritar y gemir de placer, como hacía mucho tiempo no lo hacía.


El resto del tiempo, cuando yo no dejaba que me diera salvajemente por el coño, le estaba mamando su verga, y hasta lamiendo sus bolas. Ya que el hecho de serle infiel a mi marido, hizo que me excitase de manera única, lo que hubiera hecho que yo llegase al colmo de la felicidad, hubiera sido que mi esposo me hubiera encontrado jineteando sobre aquel tipo, metiendo, y sacando toda su sabrosa verga hasta lo más profundo de mi coño.

Bueno, Darío que es como se llama mi chofer de grúa, me da un servicio único. Por lo que ocasionalmente, cuando Gerardo mi esposo me deja desatendida, no sé qué es lo que me sucede, a mi auto que se descompone. Por lo que necesito que me remolque.

En realidad no sé cómo puedo, no tan solo hacer todo eso, y encima de todo disfrutarlo. Yo que en ocasiones había criticado a mi joven vecina, cuando me doy cuenta de que mete por la cocina, a su amante, apenas su maduro marido salé de casa a trabajar. Yo que, no es que nunca le hubiera sido infiel a mi esposo, con anterioridad. Pero de no ser por la manera en que me desatiende, yo no lo coronaría. Así que chicos, aprendan. Si no quieren que su mujer le monte los cuernos con el primero que pase, traten de hacerla sentir feliz en la cama. Y chicas, no es necesario que se martiricen por culpa de sus esposos, si ellos no las atienden bien, búsquense alguien que las remolque como Dios manda.