Señores, pueden reparar mi auto…. ( CON fotos)

Lo cierto es que, la verdad estábamos abriendo, cuando ella llegó. Y con cara de quien, no rompe un plato nos dijo. Señores, pueden reparar mi auto… los cuatro rápidamente lo revisamos, y nos dimos cuenta de que estaba en muy malas condiciones, aparte de que la correa del tiempo estaba atrasada, las bujías las tenía todas quemadas, los inyectores sumamente sucios, sin contar que desde hacía mucho tiempo le hacía falta un cambio de aceites y filtros. El que hubiera llegado al taller, nos pareció todo un milagro, así que tomando en cuenta las piezas y la mano de obra, cuando le dijimos el precio de la reparación, la chica sonriendo, y poniéndose de pie ante nosotros cuatro, levantando ligeramente su corta falda, y mostrándonos que no estaba usando pantis, y que su depilado coño lo tenia al aire, nos dijo descaradamente, y sin vergüenza alguna. Que les parece, si a cambio de reparar todo eso, yo les doy todo esto.

Casi de inmediato los cuatro nos pusimos a trabajar, así que mientras que yo fui a comprar las piezas, mis tres socios, en un santiamén ya habían comenzado abrir el motor, sacar las viejas bujías, e ir retirando el oscuro aceite. Por lo que apenas regresé, le pusimos en tiempo la correa, se le pusieron las bujías, se limpiaron los inyectores, y se le cambiaron los filtros de aceite, aire, y gasolina. Y una vez que terminamos, ella sonriendo nos dijo, bueno lo prometido es deuda, así que comencemos.

De inmediato ella se agachó y uno a uno de nosotros fue dejando que la muy puta, nos mamase las vergas. Pero en el momento en que puso a mamar la mía, a mi me dio la impresión de que la conocía de algún sitio. Pero la verdad es que con lo bien que me la comenzó a mamar, poco me importó quien era. Así que uno a uno nos fue mamando nuestras vergas, y no faltó que a más de uno, en el taller nos mamase el culo divinamente.

Como de igual forma o manera, algunos de nosotros también por el solo gusto de hacerlo, le mamamos su depilado coñito. Así que con las puertas cerradas del taller, por un buen rato disfrutamos de todo el cuerpo de aquella joven chica. Pero en mi cabeza, no dejaba de preguntarme de donde era que yo la conocía. En cierto momento, como el baño del taller, es algo pequeño, y no tiene lo necesario para que ella se lavase su coño o su culo. Yo propuse que nos fuéramos a mi casa, al fin y al cabo, como vivo solo, y queda en la parte trasera del taller. Todos estuvieron de acuerdo con eso.

Por lo que en el centro de mi sala, continuamos con nuestra orgía, ella lamiendo, mamando, dejándose hacer todo lo que nosotros cuatro deseábamos, y en ciertos momentos, ya fuera su apretado culito, su coño, boca o manos, a un mismo tiempo nos satisfacía a varios de nosotros. Así que el resto del día y gran arte de la noche, aquella zorrita nos dejó realmente secos. Cuando se marchó, nos dio las gracias, y de manera muy picara, nos dijo a todos, que en cualquier otro momento pasaría para que la ayudásemos con otro auto. Lo interesante de todo fue, que después de romperme la cabeza, buscando en mi mente de donde la conocía. Fue cuando en mi sala vi un retrató de mi sobrino, el alcalde del pueblo, acompañado por su joven esposa. Claro que no vestida, como la putita que se nos presentó a mis amigos y a mí…