Este no es un relato como otro cualquiera. Es una historia para disfrutar, para vibrar, para enloquecer hasta llegar al máximo clímax. Este relato es una historia de amor, sexo, locura, de lo prohibido para lo que hemos sido educados. Que mujer no busca su príncipe azul, y cuando ese príncipe con armadura reluciente decide arrojarase a los brazos de otra mujer, yo como despechada por considerarme peor que aquella que ha recibido y que va a disfrutar del premio, decide convertirse en su amante.
El cibersexo que gran invento, es un arma de seducción total. Puedes llevar a un hombre a su lado mas extremo de locura y perversión. Primero fue un chat, donde nos conocimos, y luego paso a un medio mas intimo, el Messenger. Y a día de hoy, el Whatsapp, medio en el que prácticamente estas accesible siempre que no nos pillen nuestras respectivas parejas. Ambos, el y yo estamos atados. El por que tocaba, por como le han educado, porque ya era hora de sentar cabeza y de tener hijos, y yo que todavía no lo se, no se que hago con esta persona y porque he llegado hasta aquí.
Lo cierto, es que nuestro juego de seducción, de morbo, de palabras prohibidas se ha convertido en una droga, el día que te falta parece que te sientes perdida.
En el pasado disfrutamos del sexo al máximo, no todo el mundo puede presumir de eso. El sexo llevado a la máxima potencia, se convertía en una inyección de energía. Si, era una recarga de energía. Nadie me ha hecho sentir así. El sexo tal y como se suele vivir es puro desahogo.
Ahora buscamos la forma de tener sexo, después de 5 años, desde la ultima despedida. El presume de que recuerda todos nuestros momentos de sexo, yo solo recuerdo trazos concretos. Buscamos la forma de quedar y rememorar otros momentos en el que éramos libre,no teníamos que dar explicaciones.
Por la noche, en un lugar perdido, esperando que llegue la hora. De solo pensarlo noto que estoy mojada, tengo las bragas empapadas, esa sensación de humedad cuando follas y estas excitada, y aun no lo he visto. No se como es su aspecto después de 5 años. El me enviara un Whatsapp indicando donde esta aparcado. Estoy excitada al ver su coche, aun no distingo su silueta en medio de la noche. No me lo pienso, y me tiro a la piscina.después de abrir la puerta del copiloto y entrar, cierro, y tal como prometio tiene unos pantalones cortos que hacen accesibles su miembro. Mi mano serpentea entre su pantalón corto, se hace paso entre la cinturilla, y Dios que dura esta. Es tan suave, aterciopelada, pero a la vez distingo sus venas que se retuercen en una maraña sin fin. Estoy excitada solo con tocaría, y muy mojada. Lo quiero desnudo, le obligo a quitarse los pantalones, le pido que arranque el coche, le suplico que me lleve a un lugar donde pueda gemir de placer. Arranca el coche, pero mi mano no se puede despegar de su polla. Al fin encontramos el lugar intimo que yo tantas veces le había prometido que íbamos a encontrar. Necesito quitarme las bragas, estoy muy mojada. Estoy tan cachonda, que la sola idea de imaginar que sus dedos húmedos por mi boca van a rozar mi sexo, me llega a ser hasta sufrir. Tenemos una hora por delante.