Si como lo leen, si hago cualquier cosa estando muy bebida, o sea borracha. Mi esposo me perdona, cualquier cosa que haga. Buena y sana, me he puesto a pensar porque lo hace, y a las conclusiones a la que he llegado son, es que quizás lo hace, porque se siente responsable, o porque simplemente es un cabrón.
Relato
Cuando estábamos recién casados, la verdad es que yo era algo reservada para tener relaciones sexuales. Ya que a diferencia de Emilio, yo como fui criada dentro de una familia sumamente religiosa, y eso de tener sexo a cada rato, y en cualquier parte de la casa, me parecía casi un pecado.
Pero como al mes de regresar de la luna de miel, un día en que Emilio, y yo salimos a cenar a casa de unas amistades, a diferencia de otras ocasiones, después de la cena, mi esposo dejó que yo bebiera de más. Ya de camino a casa, yo estaba bastante ebria, tanto que cuando él iba conduciendo, metió su mano derecha bajo mi falda, sin que yo, por la gran borrachera que cargaba, hiciera nada por impedírselo. Pero no contento con agarrar mi vulva, me fue quitando las pantaletas, y de igual manera, yo no hice nada por evitarlo, es más recuerdo que el que mi esposo hiciera eso, me causaba mucha gracia y excitación como nuca antes la había sentido. Y así continuó, durante el trayecto a casa, introduciendo sus dedos dentro de mi coño, al punto en que en cierto momento, yo misma le pedí que detuviera el auto, y pasándome al asiento trasero, y tras quitarme el resto de toda mi ropa, le ofrecí mi coño abriendo mis piernas.
Esa noche Emilio, también se pasó al asiento trasero de nuestro auto, bajándose el zipper de la cremallera extrajo su erecto miembro y al tiempo que con una de sus manos mantenía una de mis piernas separada de la otra, comenzó a penetrar mi coño, divinamente. Yo no sé qué fue lo que me sucedió, pero estando dentro del auto, comencé a mover mis caderas como una licuadora, por no decir que como una loca.
El sentir que su verga entraba, y salía con bastante fuerza de mi coño, me arrancó un sin número de placenteros gemidos. Así que mientras él continuaba metiendo y sacando su sabrosa verga de mi mojado coño, yo no dejaba de pedirle que me diera más y más duro. Esa noche dentro del nuestro auto Emilio me hizo de todo, aprovechándose de que yo estaba bien borracha, hasta por el culo me dio.
Al día siguiente al despertarme apenas, y recordaba partes de las muchas cosas que hicimos. Pero a medida que me fui bañando lo fui recordando todo, de cómo me puso a mamar, de la manera en que me sujetó por el tobillo, para que mantuviera mis piernas bien abiertas, y sobre todo del dolor que sentí cuando me enterró su miembro por mi culito. Emilio cuando bajé a la cocina, me felicitó por lo bien que lo habíamos pasados la noche anterior, razón por la cual al verlo tan feliz, y complacido. No le reclamé nada, incluso que me hubiera puesto a mamar su verga, en varias ocasiones, dentro del auto.
Bueno al poco tiempo volvimos a salir, y nuevamente dejó que yo bebiera mucho, y apenas llegamos a casa, me pidió que me desnudase al ritmo de la música que él había puesto, y por lo borracha que yo andaba, lo hice, y apenas me quité toda la ropa al ritmo de la música. Él siguió dejando que yo siguiera bebiendo, y diciéndome que hacer. Por lo que también esa noche, hizo conmigo lo que le vino en gana.
Con el tiempo se volvió una costumbre, y aun entre semana, Emilio me emborrachaba, para después antojarse de hacerme cualquier cosa. La cosa es que al tiempo nos invitaron a una fiesta en la empresa en la que él trabaja, y como de costumbre, yo comencé a beber sin restricción alguna. Mientras que Emilio, se distrajo charlando, con la plana mayor de su trabajo. Yo comencé a divertirme bailando con varios hombres que ni conocía. Pero después de un buen rato, hubo uno de esos tipos, que me acaparó en todo momento. Y a medida que seguimos bailando, él comenzó acariciar todo mi cuerpo, a besarme, y a proponerme que lo acompañase a un lugar más íntimo, en que nosotros dos pudiéramos estar a solas.
En el estado en que me encontraba, no supe, o mejor dicho no quise decirle que no, y cuando me tomó de la mano, lo seguí de lo más tranquila, hasta una oscura habitación. Ahí seguimos besándonos, y a medida que me besaba y acariciaba toda, me fue quitando toda la ropa sin que yo me opusiera en lo más mínimo. Así que cuando me vine a dar cuenta, él se encontraba acostado sobre mí, penetrándome sabrosamente con su verga, al tiempo que yo movía las caderas como una loca, buscando sentir su verga más y más dentro de mi coño. Cuando terminamos, el se arregló, y sin más ni más ni se despidió de mí dejándome en esa habitación, durmiendo la borrachera, completamente desnuda.
Al despertar lo hice en mi cama, estaba en casa, y ni la menor idea tenía de cómo había llegado ahí. Al bajar a la cocina, me encontré a Emilio, que tímidamente me preguntó cómo me sentía, y si recordaba lo que me había sucedido. Aunque si recordaba claramente, gran parte de lo sucedido, le dije que estaba confundida, ya que lo que aun recordaba era que estaba en la fiesta, bailando con un tipo que ni el nombre le sabía. Emilio no me dijo más nada, y bueno yo no le pregunté tampoco. Al poco rato fue que me dijo, que cuando terminó la fiesta, él estuvo buscándome por todos lados, hasta que finalmente me encontró, en una habitación completamente desnuda, y con signos inequívocos de que alguien había tenido sexo conmigo.
Yo la verdad es que, lo único que se me ocurrió fue ponerme a llorar, ya estaba a punto de pedirle perdón a él, cuando casi de inmediato Emilio también llorando, me comentó que todo había sido culpa de él, por no haber estado más pendiente de mí. Que por lo que yo más quisiera lo perdonase, por no haberme cuidado como era debido. Que seguramente alguno de los invitados a la fiesta, mientras él charlaba con sus jefes, se aprovechó de mi borrachera, para llevarme a esa habitación, desnudarme completamente y acostarse conmigo.
Yo la verdad es que, si estaba bien consciente de lo que yo había hecho. Tanto que mientras me estuve acostando con ese tipo, al principio mi mayor preocupación era que mi marido nos encontrase. Lo que luego a medida que comencé a disfrutar de la manera tan salvaje en que me estaba clavando su verga, pensar que mi esposo nos encontrase en esos momentos me excitaba más, y más. Desde luego que no le dije eso a mi esposo, lo que le dije fue que apenas recordaba que alguien me quitaba la ropa sin yo poderlo evitar, y cuando me tiró sobre el sofá en el que me encontró, a los pocos segundos me desmayé.
Bueno desde luego, que mutuamente nos perdonamos, aparte de que cuando salíamos dejé de beber, a menos que Emilio no estuviera a mi lado en todo momento, y fuera él mismo quien me diera de beber. Razón por la cual, cada vez que salimos, Emilio esta siempre bien pendiente de mi. Pero no hace mucho, mis amigas me invitaron a una despedida de soltera de una de las chicas, y por aquello de no hacerlas sentir mal acepté ir, se lo dije a mi esposo y él me dijo que sí, sin más ni más, luego me preguntó a qué hora me pasaba buscando, a lo que le respondí que no se preocupase, que yo regresaría temprano, o de lo contrario alguna de las chicas me llevaría a casa. La cosa es que yo al principio apenas, y estaba tomando refresco, cuando una de mis amigas se dio cuenta, y entre todas me presionaron, para que al igual que ellas bebiera otra cosa.
Bueno finalmente acepté, y tras darme unos cuantos tragos, y escuchar como varias de mis amigas, contaban como le habían puesto los cuernos a sus esposos, sin que ellos se enterasen, yo comencé a pensar que tenía tiempo que no me divertía fuera de mi casa. Por lo que aun siendo temprano, me despedí de mis amigas, y les dije que me iba caminando a casa. Lo cierto es que si lo hice, pero al pasar frente a un bar, digamos que sentí una tremenda sed. Y entré para beber algo.
Al otro día no, sino al siguiente apareció en primera plana de los periódicos, una noticia que decía. Joven mujer fue asaltada, violada, y ultrajada por varios asaltantes. Cuando desperté lo hice en la sala de urgencias del hospital, una de las enfermeras que me estaba atendiendo, me dijo que me habían llevado, desnuda, con visibles signos de que había sido no tan solo violada, sino que también sodomizada, y muy golpeada.
Aun yo estaba recuperando el sentido cuando llegó Emilio, al verme de inmediato se puso a llorar, diciéndome que no debió dejar que yo regresara sola a casa, por lo que él se sentía culpable de todo lo que me había pasado. Lo cierto es que cuando entré al bar, después de darme el primer trago, comencé a coquetear con todos los tipos que había en la barra. Bailé con varios de ellos, dejando que me tocasen por todos lados, sintiendo sus dedos acariciando mi coño, al punto que en cierto momento, yo misma me quité las pantis ya que sentía que me estaban estorbando. Cosa de la que seguramente, varios de ellos se dieron cuenta. Ya serían como las doce de la noche cuando por insistencia de varios de ellos, comencé a ir quitándome todo el resto de la ropa que aun me quedaba puesta, al ritmo de la música. El que todos esos tipos me estuvieran observando, y diciéndome un sinfín de vulgaridades, me tenía sumamente excitada, sin contar las veces que a pico de botella seguí bebiendo.
Ya sería bien tarde, cuando el encargado o dueño de ese bar, cerró las puertas. Quedándome con varios de esos hombres, los que a los pocos segundos de haberse cerrado la puerta, me saltaron encima. En cierto momento, mientras uno me comenzó a clavar su verga por el coño, otro separó mis nalgas con sus manos, y dolorosamente sentí como su dedazo de carne me atravesó el culo. No bien ellos dos comenzaron a clavar sus vergas dentro de mi cuerpo que yo comencé a moverme, disfrutando de todo lo que ellos me estaban haciendo. Cuando un tercero agarrándome por el cabello, colocó su verga frente a mi boca, la que sin dudarlo por un instante me dediqué a mamar, como una salvaje. El resto de la noche o de la madrugada, no bien uno se levantaba que otro ocupaba su lugar, sin dejar, ni que tan siquiera, me aseara.
Yo estaba súper borracha, pero no había perdido el sentido, es más aun estaba bien deseosa de seguir con la fiesta. Hasta que el mismo dueño del bar, después de que me puso a mamar su verga, se las arreglo para meterme en una camioneta, y después de eso dejarme tal y como estaba completamente desnuda al otro lado de la ciudad. En uno de los callejones, del barrio más malo. Yo dando tras pies sin tener la menor idea de donde me encontraba y aun con una botella de ron en mis manos, comencé a bajar el cerro. Fue cuando me encontré de frente, con una pandilla de chicos. De lo que me acuerdo de eso es que ellos apenas me vieron caminando desnuda, dando tumbos, y con una botella de ron a medio terminar, me rodearon. Sin hacer mucho ruido me llevaron bajo un puente, y sin que yo ofreciera la menor resistencia, todos y cada uno de ellos, hizo conmigo lo que les dio la gana.
Cuando salió el sol ya yo estaba tirada en medio de una quebrada, de aguas sucias y pestilentes. Creo que tratando de salir de ese lugar me resbalé en una roca y fue cuando resulté golpeada en mi cara, y el resto del cuerpo. Y así fue que me encontraron los rescatistas, según después me enteré.
Desde luego que Emilio, no se perdona a sí mismo, el haberme dejado que regresara a casa sola esa noche. De mis supuestos asaltantes, y violadores, la policía nunca me ha dicho nada. Yo desde luego, que no he vuelto a pasar por aquel bar. Pero descubrí que a mi esposo le excita sobre manera, el que yo trate de recordar todo lo que me sucedió, de cómo mis asaltantes, cuando yo iba caminando, ya cerca de nuestra casa, me empujaron dentro de una camioneta, y ya dentro destrozaron toda mi ropa, obligándome a que en contra de mi voluntad comenzara a beber, y a mantener sexo con todos ellos, bajo la amenaza de que me cortarían la cara con una sucia navaja. Luego como después de ser violada y sodomizada por todos ellos, traté de escaparme, pero rápidamente me dieron alcance y al tiempo que me volvieron a violar y a obligarme a mamar sus vergas, me cayeron a golpes, hasta dejarme tirada en esa quebrada.
Ahora en ocasiones Emilio me deja que yo beba si estamos solos en casa, aunque recientemente comenzó a invitar a uno de sus primos, que la primera vez que fue a casa, en medio de la borrachera que agarré me pueden creer que lo confundí con mi esposo.
Hola saludos mi nombre es joselyn,
Tengo 43 anos ,
vivo en el DF,Mi marido es pablo tiene 52
anos ,Tenemos un hijo de 18 anos ,
Relato erótico enviado por Andytorres el 08 de December de 2015 a las 21:47:15 - Relato porno leído 147189 veces
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