María bajo totalmente el cierre de atrás de su pollera, lo cual dejaba ver su calzón rosa. y mirándome, me dijo.
-Esto les encanta a los chicos, no te parece…
– no solamente a los chicos…
-gracias.
Matilde, hizo lo mismo con su falda, dejando ver su bombachita blanca.
– Hay que mantener, el deseo de los alumnos, no te parece.
– Nosotras los formamos, y hay muchas mujeres como nosotras, por suerte para estos pequeños. Somos las delicias de sus primeras masturbaciones… ¿No te parece?.
Relato
Siempre te espere
Capitulo Segundo “La directora”.
1-
El siguiente día…
Allí esta yo, a la hora convenida, para entrevistarme con la directora, me encontraba en una salita contigua a la dirección. Se presenta una señora que era la portera de la escuela.
– Pase por favor, lo están esperando.
Si el día anterior, el aspecto la directora, había parecido rustico, severo y todo muy formal. Hoy era el colmo, parecía estar viviendo en los años cincuenta. Era mas bien el de una mojigata, hasta su peinado había cambiado era un rodete a la antigua coronando con un broche y sobre sus ropas un guardapolvo que llegaba mas abajo de las rodillas. no se encontraba sola, estaba con ella otra maestra, que después me entere que era la "sicóloga" de la escuela (después explicare las comillas), era mas joven pero vestida del mismo estilo. También el marido de la directora, que llevaba una Biblia en la mano. (con el tiempo me di cuenta que nunca se separaba de ella, y la llevaba a todos lados.)
-Bueno Alberto, me alegro de que haya llegado a horario, pues en esta institución, la puntualidad es fundamental. Acérquese, le voy a presentar a mi marido, el ocupa un puesto muy relevante, dentro nuestra iglesia.
-Roberto Galván. Un gusto conocerle, es un placer que el staff de la escuela se valla renovando, la sangre nueva va engrasando las ruedas que generan el progreso, de la institución y por ende de nuestra ciudad. Además, nuestra iglesia también necesita gente con nuevas ideas para ampliar nuestro reino.
– Alberto. Espero responder, a cada una de sus expectativas. Yo deseo realmente cumplir con mis funciones en esta institución, de la mejor manera posible y que ustedes puedan apreciar los resultados y estar contentos con ellos.
– Me agrada este muchacho. si no se ofende, pues para mi usted es un hombre joven.
Yo sonreí.
-También me entere, que ya a conocida, a la esposa de nuestro pastor, La señora Clara.
La noticia que Clara era la esposa de un pastor, me dejo helado, y me lleno de morbo…por el recuerdo de los momentos vividos con ella y sus hijas.
– Si viajamos en el mismo tren a la salida de la escuela.
Sepa que Clara. Ha hablado con su marido muy bien de usted, ella nunca se equivoca al dar su opinión, al igual que su marido. Y por sus dichos, yo lo considero a usted es un hombre de bien.
- Muchas gracias.
– Bien paso a presentarle a la señora, Matilde. Ella conduce el gabinete de psicología de la escuela y también trabaja en nuestra parroquia, haciendo un trabajo social, admirable.
-Alberto. Un placer conocerla.
Ella me respondió, con un pequeño. saludo, casi vergonzoso, yo diría tímido.
Un gusto, profesor. Creo que como mi gabinete se esta ampliando, toda ayuda no me vendría mal.
Roberto: Bueno María, mi visita va a ser muy corta. Mi pasar por la escuela fue debido a que quería conocerlo. Y de poder invitarlo, personalmente a que concurra el sábado a la noche, a la asamblea de nuestra congregación, en nuestra iglesia.
-Allí estaré, ya la Señora Clara, me hablado de su congregación y de su esposo el pastor. (mentí.)
-Si Esteban, es un hombre muy admirado, en nuestra iglesia.
Bueno, pero ahora, me va a tener que perdonar, pero me tendré que retirar, pues los asuntos de Dios no pueden esperar. Ya María le explicara, el horario de la asamblea, y allí le explicare con mas detalles, cuales son nuestras obras dentro de la comunidad.
-Si Roberto yo misma voy a poner, tanto de como son los movimientos de nuestra comunidad tanto en la escuela como en nuestra comunidad.
-De los cuales, usted podría participar, si así usted lo desea.
(Yo asentí, con un ademán con mi cabeza.) – Seria un placer, el poder ayudar.
-Pues, pronto nos veremos.
-Un gusto, conocerle y ya cuente con mi presencia el sábado en su iglesia.
– Lo tomo como una cita, lo estaremos esperando.
La directora, llamo a la portera (una mujer muy sumisa en apariencia), le informo que el pastor, se retiraba. Y ella lo acompaño a la salida.
No podía creer tanta formalidad, a la que yo trataba de acomodarme, para no reflejar en mi ningún mal proceder.
– ¿Te o Café, Alberto?
– Café… sin azúcar, por favor.
– Ah, Gladis cuando tengas un momento nos traes un café y dos te. Por favor.
– Si señora directora.
Tras cerrase la puerta.
– Tome asiento, como se lo anticipe ayer aquí, somos muy discretos.
Ya vera que una de las cosas mas importantes es respetar las normas del común de la gente, por sobre todas las cosas.
Sean ellas dificultosas y diferentes a nuestros gustos o forma de ver el mundo. Como ya creo que se lo ha explicado Clara. Es importante el equilibrio, es lo que realmente buscamos, entre el saber, el deber y el placer.
Diciendo esto, muy apaciblemente, fue desabrochando los botones del guardapolvo. Dejo el guardapolvo, en el respaldo del sillón, vestía una blusa blanca casi transparente la cual rebelaba un corpiño rosa pálido y una pollera plisada color crema, arriba de la rodilla.
– El tiempo, la programación de eventos y la discreción, nos permitirán algunas licencias, para satisfacer algunos y por que "no" todos nuestros deseos, espero ser clara en ese punto.
-Si lo es Señora.
– Cuando estoy sin el guardapolvo, soy María, para todos.
-Si María.
Continuo, desabrochando dos botones de la blusa, dejando a la vista el canalillo entre sus tetas, (Que como ya me dijese Clara anteriormente , eran apreciablemente grandes), y parte de su sostén rosado. Era el nacimiento, del deseo y ella lo noto.
– Ya se a retirado mi marido, ya puedes relajarte, Matilde… ella no puede acostumbrarse a las visitas imprevistas de mi marido. Y tu, por ser la primera vez, te has comportado, como lo había imaginado. Te felicito.
– Gracias.
– Hoy Matilde te enseñara las instalaciones y quienes son tus pares, lo cual es muy importante saber con quien hablar, de que y con quien no.
– Matilde, siguió el camino que María, desabrochando los últimos botones de su delantal.
Yo las miraba detenidamente, y me di cuenta de que ellas empezaban a disfrutar de su pequeña nuestra del cambio que estaban realizando en su vestuario.
María bajo totalmente el cierre de atrás de su pollera, lo cual dejaba ver su calzón rosa. y mirándome, me dijo.
-Esto les encanta a los chicos, no te parece…
– no solamente a los chicos…
-gracias.
Matilde, hizo lo mismo con su falda, dejando ver su bombachita blanca.
– Hay que mantener, el deseo de los alumnos, no te parece.
– Nosotras los formamos, y hay muchas mujeres como nosotras, por suerte para estos pequeños. Somos las delicias de sus primeras masturbaciones… ¿No te parece?.
- Y ustedes lo disfrutan también…
– No te quepa la menor duda. Aparte ellos son encantadores.
- Uno de los puntos principales, de Matilde es formar y alentar a las madres adecuadas de nuestros alumnos, a este comportamiento, el cual siempre será llevado sutilmente, con la conformidad de ellas, estos también servirán a nuestros intereses, que ya te pasara a explicara Matilde a su debido tiempo. Nosotros también pensamos, que esos procesos ayudan a fortalecer a la familia y la comunidad.
Por el morbo de sus palabras, me hicieron disparar mis pensamientos, y mi reacción se dio a conocer por mi erección.
Ya saliendo a hacer su recorrida, rozó mi erección y me dijo.
– No se preocupe, no solo nosotras tenemos, nuestras diversiones. Usted las tendrá también, primero conozca la gente, reconozca el lugar y como nos manejamos aquí… y yo le prometo que las tendrá.
Dicho esto, me volvió a apretar mi verga, dejando uno poco mas su mano y sonrió mirándome a los ojos.
2-
Llego el sábado a la noche, me puse a tono con la ocasión para asistí a la invitación de Esteban, al entrar vi, por primera vez al marido de Clara. Ella iba junto a su madre y sus niñas. Era una congregación ultraconservadora a la mujer no se le permitía llevar pantalones, todas llevaban vestidos hasta las rodillas y los hombres todos llevaban saco y zapatos.
Clara, estaba encantadora, se podría decir que era una mujer ejemplar en todo sentido de la palabra: hermosa, seria y respetable. Vestía con decoro y de forma sobria, una debido a su esposo y otra para aparentar sus sólidos conceptos morales y a la exigencia de la congregación. Se notaba a lo lejos, en su esposo, un orgullo de posesión y de haber forjado a una esposa, con una moral y candidez envidiables para el resto. Que vieran en ella su mujer, una mujer integra y respetable. Así como toda su familia, y mostrándola como cartilla de ejemplo de como deberían vestir los fieles de forma sencilla y nada indecorosa. Lo mismo sus hijas, Esther y Claudia, debían de vestir igual que su madre, siempre con sobriedad y regirse a las estrictas normas establecidas por su casi beato y ultra moralista padre. Las niñas deberían continuar, los principió morales heredados de su padre. Pero en realidad estaban mas interesadas en los principios poco morales de la madre.
Por otra parte, la madre de Clara era una mujer de 55 años, y de muy buen ver, se notaba de donde la hija había heredado sus genes y así como sus nietas. Esther y Claudia sus preciosas hijas, que a pesar de vestir igual que su madre, siempre con sobriedad y regirse a las estrictas normas establecidas por su beato de su padre. Ellas siempre encontraban su diversión y algunos pude ver como disfrutaban de la frescura y casi inocencia, dada la educación conservadora de la cual ellos eran parte.
La diversión, era buscada por ellas y aprovechadas por algunos, ocultándose, en que nadie, se atrevía develar malos pensamientos de algunos miembros, demasiados cariños, con las niñas. Ellos las subían en sus piernas mientras escuchaban el sermón, o las alzaban con cualquier excusa y las levantaban, para que vieran tal o cual cosa, o el colmo de todo para que vieran a su padre dando el sermón, pasando sus manos debajo de sus falditas, quedando ellas ocultas, así eran libres a disfrutar de sus intimidades, todo esto incluso frente a sus esposas. Yo creo que Claudia sabia de estas maniobras, que algunos hombres de la congregación y los consentía.
Bien en resumen toda una congregación conservadora. Dentro de ella y con el tiempo fui descubriendo el trasfondo de algunos de sus miembros bajo esa capa de moralidad y buenas costumbres.
Fui presentado por ambos a los miembros de la congregación, el portador de vos era su marido y ella lo acompañaba en todo. Note que ambas, tanto Clara como la madre, eran objeto de lascivas miradas, casi imperceptibles, pero el zorro sabe como actúa otro zorro. Esas miradas no solo eran de algunos hombres también lo note en algunas mujeres que integraban la comunidad.
Como explicarlo algunos hombres que se acercaban para saludarlas, siempre muy afectuosamente, incluso hasta en la presencia de su mojigato esposo eran muy sutiles.
– Clara que gusto poder la verla nuevamente, en nuestra asamblea de los sábados.
Dicho esto, la besaba inocentemente en la mejilla la mano izquierda en la cintura y la derecha en el brazo de ella, pero dejando libre la mayor parte de la mano, para posar la palma de su mano en sus pechos, unos segundos. Todo esto mientras ya estaba saludando al marido, (con un sincronismo admirable) la mano izquierda, en la cintura de Clara bajaba mas de lo debido, si ella se encontraba contra una pared, donde no halla miradas, indiscretas que pudieran ver el acto, llegaban a sus nalgas, sobándolas, y todo esto bajo el reino de su esposo y frente a sus narices.
Use este mismo modo de operar, para cuando, llego María y Roberto. (la directora y su esposo). María, se sorprendió inmediatamente y delicadamente me lo dijo.
– Usted, siempre me esta sorprendiendo.
-Por que lo dice.
– Por lo pronto, que a comprendido mis palabras "discreción y elegancia"…
Hoy a venido, impecable, ha comprendido la importancia, que le da muestra gente a este espacio de reencuentro con lo superior.
– Gracias, señora directora.
– María.
No podría describir, lo orgullo que estaba el marido, al oír hablar de aquel modo a su mujer, y ni hablar del pastor… si sentía el orgullo en aire.
Pero yo comprendí, ella remarco, sutilmente la palabra "discreción". dándome a entender, que había sentido mis manos y las imperceptibles carias que le brinde, frente a todos.
Volviendo a Esteban, seria por su fanatismo, no veía ese mundo o tal vez debido a que sus pensamientos se centraban en las cosas importantes de su alrededor. Que todo este perfecto y en su precisó tiempo debiesen empezar y terminen las cosas. El inmerso en sus obligaciones para la congregación, no se daba cuenta de las calientes miradas, y no tan inocentes abrazos y roces que eran objeto su mujer y sus hijas.
Esto sucedía al comenzar la asamblea y al terminar, donde eran los comentarios, alabanzas de sermón o la difusión de futuras eventos especiales donde había comida, eran reuniones de alabanzas, como ellos las denominaban y despedidas, donde se amontonada la gente y los niños correteaban por todos lados… algunos de ellos, siempre al pasar detrás de la esposa del pastor, era agasajada con un rose de nalgas con sus manitos supuestamente inocentes. Y no solo ella, al despedirnos vi, como la madre también era muy aprovechada por algunos.
En realidad, lo de la madre no se… Si ella era de las obnubiladas, por el fanatismo, no se diera cuenta de los favores que estaba entregando su cuerpo, a estos tocadores discretos, tanto niños como de respetables miembros de la congregación. Lo que tenia bien clara era Clara, era consiente y lo debería estar disfrutándolo. Mientras Esteban su marido, con sus pensamientos centrados en las actividades de la congregación de beneficencia y de caridad, era tanto su afán de estar siempre participando de esto y aquello, que había ya entrado en un fanatismo. Todas sus decisiones personales, eran siguiendo las pautas de su culto o consultados con los maestros orientadores de la diócesis de la congregación.
Durante el sermón, dado su esposo, a su rebaño. mi mente volaba en las conversaciones que teníamos con Clara, en los viajes al volver de la escuela.
3-
– yo lo llegue a amar, sabes.
Una mujer tiene pasión y fogosidad, en la cama intente practicar otro tipo de posición, algo normal dentro de la relación de cualquier pareja, esto me costó una seria reprimenda por parte de el. No lo podía creer, su enojo…
Diciéndome que eso no era para personas decentes como ellos, que eso era digno de las prostitutas de galilea…
Al día siguiente me mando a unas clases de orientación familiar, en la diócesis de la congregación correspondientes a nuestra zona. La reeducación, o reentrenamiento dado por mujeres, tan moralistas y convencidas como mi esposo o peor que el… bueno no todas…
-Como es eso.
-Bueno allí conocí algunas que sufrían lo mismo y me contaron como hacían para… Bueno ya te lo contare otro día. El asunto es que, fueron tres meses la duraron de mi reentrenamiento.
Todo esto me lo contaba mientras viajábamos sentados bajo una manta cubriendo nuestras piernas por el frio, y ella aprovechaba para masturbarme muy lentamente…
Como me encanta, pajearte, desde chica, soñaba sacarle la leche a mi esposo, todos los días… y buscando situaciones de lo mas morbosas, para mi placer y el de el…
Ella mirando a sus hijas, que hacían caso de cambiarse la ropa escolar, por otra mas cómoda. Yo enervado, por las confesiones de Clara…
Y me fascinaba su cinismo de estar pajeandome, con mas énfasis, cuando miraba de reojo a sus hijas y a mi como invitándome complacientemente a deleitarme con sus nenas, cambiándose de ropa a unos centímetros de mi.
-Te imaginaras que no quise innovar nunca mas en la vida íntima de mi pareja.
Pero a pesar de todo esto, igual ella se sentía feliz de su posición, de ser la esposa del pastor y una maestra estable una de las escuelas mas grandes y prestigiosas de la zona.
– hacemos el amor, una vez por mes, tal vez… con la luz apagada, en silencio, nada de palabras salidas, ni de tonos eróticos, con castos besos, sin caricias…
-Y si no te reís, te cuento la ropa de cama que usamos, iguales a las de los mormones…
Yo ahora, comprendía su aptitud, por la represión a la que era sometida. Para vestirse, por las mañanas cada uno por separado en el baño, porque verse desnudos era algo sucio, inmoral.
– Y como, su machismo lo obliga a desentenderse de sus hijas, por es cosa de mujeres, aprovecho.
Aprovecho por que, al no poder, vestirme como me gustaría, me gusta ver a mis chicas, con ropita que yo selecciono y me encanta comprarles braguitas sexys, las disfruto en ellas, cuando estamos solas en casa… Y como espero que tu también lo hagas. Un día te voy a preparan un desfile especial de modas… Llama la atención de sus hijas, y le dice al oído, con el tono de ser un juego…
-Chicas… Muéstrenle, las braguitas que les compro mama, la semana pasada.
Ellas levantaron sus vestiditos riéndose y diciéndose cosas al oído, mientras ella aceleraba, la masturbación bajo la manta…
– Esto, demasiado Clara…
– Tómalo con calma y disfrútalo…así… así… humm ya siento en mi mano el venir de tu lechita calentita… (todo esto al oído).
– chicas, dense vuelta, y agáchense un poco para que vea como se ven sus colitas…
Las chicas hicieron caso de lo que su madre les pedía. Y de espaldas seguían cuchicheándose una a la otra entre risitas. Clara desplazo la manta dejando a la vista su mano pajeandome frenéticamente, me estiro desde mi tronco para que me acerque al borde del asiento, quedando a solo cinco centímetros de sus colitas y acelero casi desesperada… diciéndome al oído…
– deja toda tu lechita calentita en el culito de mis hijas… que su mamita las quiere ver manchadas de tu leche. Me gustaría que las consideres tus hijas desde hoy, tendrás todo el derecho sobre ellas que estarán para satisfacer a su papito.
así…así, eres un hijo de puta, degenerado… Y yo la mas degenerada y sucia de las madres… así… desgraciado depravado mira cuanta guasca… así hasta la ultima gota… mira como caen tu guasca, por sus nalguitas, asqueroso degenerado… Si no se como me reprimo de no pasarle la lengua…debe estar rica calentita…. Piensa que su padre al llegar las saludara y besara sin saber que bajo sus falditas tendrán todavía tu leche sacándose en sus braguitas….
Y termino dándome un beso, descarado y desesperado y sin reparos, que sus hijas, al darse vuelta vieron y se quedaron paralizadas mirándonos. Ella al darse cuenta.
-No te preocupes, que ellas saben guardar los secretos de su madre y yo los de ellas, ¿no mi amores?.
-Si mami…
Volvía a la realidad, cuando todos se levantaron para cantar. Yo tratando de disimular mi erección, la cual fue provocada, por recuerdo de las confesiones de Clara…
Continuara…
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783541 veces
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Por eso dedica 30 segundos a valorar Siempre te espere Capitulo Segundo “La Directora”..
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:50) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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