Sin dinero, sin condiciones una putita de gratis

Seré totalmente franco al decir que no soy el típico hombre al que toda chica se entrega, tengo cuarenta años y sólo soy un simple conductor de autobús en la ciudad, tampoco soy casado. Casi puedo decir que estoy sólo en el mundo y esta ha sido la mejor experiencia que en toda mi vida me ha pasado, no soy nada atractivo por lo que nunca he tenido suerte en temas de amor o de ligar mujeres, cada que tengo necesidad de mujer he tenido que pagar por sexo a mujeres de esa profesión y solamente cuando me alcanza para pagar una buena puta de calle pero creo sólo por esa noche mi suerte cambio y logré hacerme mía una hermosa mujer que nunca pensé poseer.
Nunca supe su nombre pero era en realidad bella, edad aproximada unos treinta y cinco años, estatura 1.70, tez morena clara, pelo bien cuidado largo, ojos marrones. Cuerpo delgado, muslos hermosos y unas nalgas paraditas, aquella fue la elegante dama que me dio una de las mejores noches de mi vida y sin pagar un centavo. A diario recorro en mi autobús mi ruta por la ciudad recogiendo gente de toda clase, desde personas humildes como un servidor hasta personas mejor vestidas y educadas, en total llevo veinte años trabajando en servicio público y nunca había pasado nada igual, siempre abordaban mi unidad mujeres hermosas y muy sensuales de todas las edades, muchas con falda corta y no se imaginan lo caliente que siempre me ponían, se me antojaban como un dulce a un niño pero no podía hacer nada más que mirar y quedarme con las ganas. Como ya he mencionado solamente satisfacía mis deseos de hombre con putas de calle y era cuando me alcanzaba mi presupuesto.
Pero aquella noche cambio todo, era un seis de octubre una noche bastante excitante. Transcurrían casi las nueve de la noche, estaba en mis últimos viajes al momento que abordo mi unidad aquella mujer. Tenía un bello vestido floreado de falda corta y un saco negro. Por su pinta parecía una profesora, abogada o cualquier profesión como esas, me pago y tomo asiento adelante, no era la primera vez que una mujer con aspecto refinado abordaba mi unidad por lo que no llamo mi atención pero vaya que si logro hacerlo al ver como estaba actuando, la podía ver perfectamente por el retrovisor, estaba haciendo movimientos bastante sensuales con su cuerpo, pasaba sus manos por su cintura tocándose las piernas, cuidadosamente intentaba subirse su vestido para mostrar su entre pierna. Al poco tiempo estaba que reventaba de caliente, sentía que mi paquete ya no cabía en mi pantalón y hasta me dolía mi pija, casi parecía un sueño el que una mujer se me estuviera insinuando en mi vida pero era realidad, una realidad riquísima.
Poco a poco los pasajeros fueron bajando y aquella mujer seguía abordo, mire hacia atrás al fin no quedaba nadie más que nosotros dos. Continúe conduciendo hasta una parte solitaria de la ciudad, apague el motor, aseguré la puerta y a prisa cerré las cortinas del autobús. Ella se puso de pie y nos miramos a los ojos, me saque la pija frente a ella y avancé acercándomele, ella me planto una bofetada agresiva pero al instante me beso en la boca, sentí sus manos de mujer tomar mi pija y masturbarlo.
Se encogió y llevo mi pija a su boca, tenía bastante experiencia haciendo oral, parecía querer comerse mi pija entera, me la apretaba, jalaba y hasta me dolía un poco, estaba muy agresiva por alguna razón, me daba de apretones en los testículos, su lengua recorría todo mi miembro y mis pelotas, casi me vacio en su boca. Ella se puso de pie, me puse detrás de ella apretando mi pija en sus nalgas aun con el vestido puesto, le apretaba sus pezones duramente, yo mismo le quite el saco y desabroche el cierre del vestido, fui bajándoselo cuidadosamente hasta que cayó a sus pies totalmente, pude ver su diminuto hilo dental bien metido en su raja de mujer, me puse bajo sus piernas tratando de saborear su intimidad, ella aprovecho el momento y dejo caer sobre mi cabeza un chorrito de orina caliente. Ella me rempujo y fue a un asiento poniéndose ella misma a gatas enseñándome su culo, desjuiciadamente puse mi pija entre sus nalgas y sin esfuerzo la penetre hasta lo más profundo de su culo, ella se contrajo al sentirme dentro de ella, empecé a bombearla rápida y furiosamente provocando chasquidos increíbles, tenía el culo bien elástico.
Ella suspiraba y chupaba sus dedos a cada embestida que le daba. Ella me volvió a rempujar con fuerza ocasionando que cayera al suelo del autobús, se subió sobre mí, tomo mi pija y ella misma se lo metió en su zona vaginal, estábamos exhaustos de hacer el amor pero no queríamos parar. Momentos más tarde no pude evitar vaciarme dentro de ella, sentirlo ella me pego otra bofetada y se aparto de mi, la vi ponerse su vestido, arreglarse y sin siquiera darme permiso a decirle cuanto le pagaría ella abandono la unidad, cuando quise ver hacia donde se iba ella ya había desaparecido entre las penumbras de las calles del lugar, era una puta de eso es seguro pero no por dinero…