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SIN LIBERTAD.

Relato enviado por : Anonymous el 20/05/2015. Lecturas: 1598

etiquetas relato SIN LIBERTAD.   Confesiones .
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Resumen
Hasta mis 16 años, recuerdo, yo...era libre. Enseguida, fue que conseguí novia.


Relato
Cuán grande e ilimitada era mi libertad hasta mis 16 añitos!!!
Recuerdo, que yo iba y venía por aquí, allá o acullá, sin rendirle cuentas a nadie y viviendo una vida así plena de libertad absoluta, y gozando de mi poder seductor dada mi exagerada belleza masculina y ese tremendo vergón que la madre naturaleza entre mis piernas puso.
Alta calentura me agarra una noche de carnaval-me acuerdo como si fuera hoy-, y allá en un corso contiguo a un inmenso parque boscoso, fue que conocí a aquella despampanante muchacha que casi me enloqueció con sólo verla. Era, una inmensa y hermosísima piernuda despampanante dueña de un cuerpazo como de giganta, y con unas tetazas que asombraban y ese andar que causaba la sensación en toda la muchedumbre de aquella masiva fiesta carnavalera.
-"¡Ayyy, pero qué cosa más maravillosa, el poder ser novio de una muchacha así!!!" -recuerdo que pensé, apenitas mis ojos la vieron. Busqué acercarme a ella para verla más de cerquita y gozar extasiado en tal visión, y ya muy próximo a su deslumbrante figura...me mira. ¡Ay...qué nervios sentir su mirada en mí!!!
Yo, era un chicuelo inexperiente en cosa de comenzar pláticas que iniciaran un contacto hacia las cosas del amor y todos esos rollos, pero la veo detener su mirada en mí, y...sonreírme.
-"Ayyyy!" -pensé. ¿y ahorita qué hago???-pensé...
Sonreí - me acuerdo-, sonreí, y la miré mordiéndome los labios en timidéz absoluta.
Debí decir que ella, era una muchacha de yá, 20 años. Detenido su mirar y su sonrisa en mi mirada, inmediatamente dirigióme una pícara y sutil morisqueta detenida e invariable,mezclada ésta en una sonrisa entre graciosa y burlona. Reí. Mirándola fijamente, reí. Estábamos ahí en plena muchedumbre de gente mirando el pasar del colorido desfile,y acercándome más a ella y ahora sí casi a ella pegado mi cuerpo, nos saludamos con un beso como presentación a tan sugerentes miradas.
Ya, el contacto estaba dado. De ella, surgió aquella propuesta donde planteóme, irnos a platicar hasta la soledad plácida del interior de aquel contiguo parque boscoso ahí a un lateral de la gran avenida donde el corso se daba, y poseído yo en una envolvente llamarada erótica al ir caminando junto a aquella verdadera diosa de mujer tan exageradamente inmensa así a mi lado, siendo yo un chico aún tierno y sin el total desarrollo de un jóven adulto, hacia adentro de aquel parque nos dirigimos, y eligiendo ella un lugar plácidamente apartado allá en un banco de metal de esos de parque, ahí bajo una tupidísima arboleda, ahí...comenzamos nuestra plática, declarándome ella su encanto ante mi juvenil y muy seductora figura, y declarándome además, que encajaba yo como en un molde, en lo que ella pretendía como novio a lo que sus deseo marcaban. Yo...sinceramente no podía creer mi suerte..!
Mi corazón parecía querer saltarme de la dicha, de la emoción, de la felicidad, del gozo, de...de...¿cómo decirlo??? : DE LA CALENTURA!!!
Una incomparable sesión de apasionados besos ahí mismo los dos comenzamos, y yo tenía, sinceramente, miedo atróz a estallar de la felicidad ante el sentir de aquéllo que estaba yo sintiendo al acariciarnos y besarnos y acariciar mis manos sus inmensas piernazas gordas y anchas, largas y firmes, sus tetazas inmensas y sus labios gruesos y amplios en su besarme desaforada y sentir yo como si avalanchas de locura erótica me tomaran por asalto en esos momentos de pasión desmedida. Mientras, desde allá del corso, llegaban los sonidos de la carnavalera fiesta bulliciosa.
Confieso, que caí en una especie de embelezamiento en el que perdí mi razón, cayendo en un ardiente estado en el cual quedé poseído por una loca bobera donde no podía atinar a decir palabras, y sólo sonreía medio hasta lloraba de felicidad y mis fuerzas de voluntad me abandonaron por completo, y fue entonces cuando mi flamante novia...comenzó a desnudarme dejándome completamente desnudo ahí en el banco sentado junto a ella, y así, conmigo desnudo por completo y poseído en una calentura como de bestia, comenzó a hacerme todo tipo de cosquillas y manoséos, y lentamente...comenzó también a incursionar en torturas que lenta y muy sutilmente comenzaban a subir en su intensidad.
Poseído yo en un éxtasis de eroticidad embriagante, me dejaba hacer y hacer hasta que las torturas fueron creciendo de manera tal, que mis gritos y mi resistencia comenzó al intentar ahora mis manos frenar algo de su hacer en mi desnudo cuerpo, lo que enseguida arrancó en ella su represión a mi defensa de mis manos tratando de detener las suyas anto tanto abuso, y su mano ahora...se estrelló en mi cara dándome un fuerte cachetazo diciéndome sentenciosa:
-"No seas atrevido y grosero!!!"
-"Aaaayyyy...es que me está doliendo demasiado lo que me estás haciendo!" -protesté.y, otra vez, su mano se estrelló en mi mejilla en un cachetazo esta vez, mucho más violento.
-"Aaaaaayyyyyy!"-exclamé sinceramente dolorido y sintiendo ahí mismo y en respuesta inmediata, una rapidísima sucesión de fortísimas cachetadas propinadas con ambas manos a u8na y otra mejilla de mi cara, sumergiéndome en un espantoso dolor que me hizo soltar el llanto al tiempo que ella, con decidida acción y velocidad asombrosa, comenzó a torcer mis bracitos juntando mis manitas detrás, para inmediatamente amarrarmelas con una de sus medias de mujer que con velocidad asombrosa se quitó para así atarme, quedando yo ahí maniatado por ella y completamente desnudo con mis mejillas ardiendo en dolor atróz, y mi sensación de contrariedad ante tanto atropello así tan súbitamente rápido y totalmente avasallante de ella sin haber podido yo evitarlo en absoluto.
Ya maniatado y bruscamente colocado nuevamente en el banco por ella que con superioridad absoluta dominaba la acción en la que conmigo hacía ya lo que quería, comenzó a hablarme con severísima manera imperativamente autoritaria, haciéndome saber que yo debía serle rigurosamente sumiso y obediente en un total absoluto debiendo yo asumir por completo mi entera sumisión incondicional a ella, y, que de ahora en más, dejaba yo de ser un ser libre, para asumir mi condición de esclavo de ella,recibiendo a cambio de esa sumisión, su promesa de no torturarme con crueldad extrema y sí recibir mucho amor y pasional cariño, debiendo yo cumplir con mi obligación de obedecerle permanentemente en la más absoluta sumisión, para iniciar lo que sería, ése nuestro noviazgo.
Debo decir que todo éso, me lo dijo en medio de mis atroces dolores por las cachetadas que me había dado, maniatado y desnudo y sintiéndome atrozmente humillado, y...sintiendo ahora de ella mientras eso me decía...así entre las más suaves y tiernas caricias, besos y una manera que confundía mis sentires todos. Ay..! cómo me gustaban, ahorita, aquellas caricias y mimos que ella me estaba haciendo!
Sutil, pero a la vez mostrando una implacable dureza, me hizo la pregunta aquélla:
-"Aceptas..? -a lo que inmediatamente agregó, diciéndomelo casi en un susurro al oído con tanta sutileza como dureza cruel también:
-"Si no lo aceptas, debes decírmelo ya, y yo lo aceptaré...aunque inmediatamente, comenzaré a torturarte hasta darte muerte aquí mismo...entendido?"
Sus labios se deslizaban por mis mejillas y mi boca, mientras sus dedos estaban ya atrapando mis testículos, y medio llorando, sonriendo ahóra cómplice en una especie de temor atróz a ella y entregándome, le respondí tembloroso:
-"A...a...acepto...acepto, mi amor!"
Sonreía mirándome...sonreía, y en su sonrisa había como una sádica felicidad triunfal, que me decía ya muy claramente que mi vida, ahí había cambiado para siempre en su suerte.
Aquella mujer...me había capturado!
Con la bulla carnavalera como sonido de fondo llegando a ese lugar donde estábamos, mi novia comenzó a hacerme el amor follándome atado y desnudo, haciéndomelo en todas las posturas imaginables, arrancando en mí orgasmos atroces y haciéndome una y otra vez eyacular regodeándose con el mamar de mi verga que se engullía con pasión desenfrenada, mientras atado y caliente, era yo juguete de su hacer ilimitado.
Una y otra vez volvía ella a encenderme en calenturas atroces follándome en un cabalgarme encima subiendo y bajando con sus enornes tetas bamboleándose en esos arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo follándome, y yo gimiendo y suspirando y bramando debajo de ella así maniatado y caliente, enloquecía desesperado en los arribos avasallantes de mis orgasmos atroces que tanto la hacían gozar en su sádica manera de así gozarme.
Horas lamiéndole yo el culo y la concha, las tetas y axilas, su cuerpo entero y la humillación de hacerme ella lamerle enteramente los pies.
Si: era, el comienzo. El comienzo de una relación en la cual yo, novio es verdad de ella, había caído en éso que ella estaba esperando encontrar y que no muy facilmente lo hallaría en otro hombre así como en mí sí lo conseguía al haber sabido sabiamente en mí ver, lo que podía en mí conseguir reuniendo yo lo que supo ver podía yo darle, pudiendo a la vez ella, dominarme como dominarme pudo.
Su sabia intiición femenina supo ver en aquellas miradas que nos cruzamos, la posibilidad de por fin encontrar, lo que ella andaba buscando.
El corso transcurría allá en la avenida afuera del parque; al ritmo de tambores, marchas y todo tipo de vientos instrumentales, yo, completamente desnudo, maniatado y caliente como un burro, paseaba ahora sobre mis hombros montada, a mi flamante novia mayor que yo, exuberante y hermosa, que felíz y gozosa, alzaba sus brazos triunfante montada en mí comenzando entre nosotros aquello que significaba yá, lo que sería de ahí en más mi vivir de chico...SIN LIBERTAD.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:30) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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