Elegir una chica trans no fue tarea sencilla, buscamos algo discreto, no muy cerca a nuestro barrio, Horacio quería que sea lo suficientemente femenina, con hermosas piernas, buenos pechos, linda cola y lo más importante, su rostro, el había descartado varias candidatas por tener en su rostro facciones masculinas en cuanto a mí, bueno, solo quería que tuviera una buena pija, me gustan las pijas grandes, como la de Horacio.
Relato
SOL
Con Rodrigo llevamos varios años de convivencia en pareja, una magnífica relación de respeto, fidelidad y excelente sexo, donde no hay secretos, y nuestros más oscuros deseos están expuestos.
Hace rato que a ambos nos seduce una sucia idea, que es la de hacer un trío, meter una tercera persona en nuestra cama, nos moviliza esta idea, nos potencia y nos obsesiona.
Pero no todo es tan fácil, hay un punto en el que no podemos acordar, el quiere otra mujer, yo quiero otro hombre. Es que no soportaría la idea de verlo gozar con otros labios, con otros pechos, cogiendo con otra, la idea me aterra de solo pensarlo, el me dice lo mismo, verme chupar otra pija, ó ser penetrada por un extraño, sencillamente no está en sus planes…
Así es que no logramos ponernos de acuerdo, parece que nunca podremos cumplir nuestra fantasía, sin embargo, buscando en las redes, encontré esta historia que me dejó muy excitada:
Cuando le propuse la idea a Horacio, no pareció ser muy de su agrado, y tuve un no por respuesta, sin embargo, una semana después había cambiado de opinión, era una idea loca, pero al fin podíamos acordar un punto intermedio para que nuestro trío no fuera traumático, para que de alguna manera el pudiera estar con otra mujer y yo con otro hombre al mismo tiempo. Así nuestros celos no saldrían a flote.
Elegir una chica trans no fue tarea sencilla, buscamos algo discreto, no muy cerca a nuestro barrio, Horacio quería que sea lo suficientemente femenina, con hermosas piernas, buenos pechos, linda cola y lo más importante, su rostro, el había descartado varias candidatas por tener en su rostro facciones masculinas en cuanto a mí, bueno, solo quería que tuviera una buena pija, me gustan las pijas grandes, como la de Horacio.
Me excitaba la idea, porque la gran pija de Horacio hacía imposible que me penetrara analmente, además esto era algo que a mí no me atraía y tenía una negación al respecto, y me sentía mal por ello, en deuda con él, y de esta forma se sacaría las ganas…
Así contactamos a Sol, una chica de voz sensual, con la que arreglamos todo, lo que deseábamos, y lo que no deseábamos, acordamos una tarifa, el lugar y el día.
Llegamos al edificio, Horacio estaba un tanto nervioso, lo notaba en su mano transpirada, subimos hasta el octavo piso y nos dirigimos por el corredor hasta el último departamento, golpeamos la puerta y tuvimos nuestro primer contacto visual, realmente Sol me pareció demasiado femenina, de cabello negro como la noche, lacio y largo, apenas más alta que yo, nos pidió disculpas porque estaba tomando sol en el balcón y no se percató de la hora que era, estaba casi desnuda, con un traje de baño tan negro como su cabello y tan diminuto como pudieran imaginar, con unos pechos impactantes, una cintura envidiable y unas piernas perfectas, y una cola en la que se enterraba esa less casi imperceptible, confieso que por un instante sospeché que se trataba de una mujer, además no entendía donde guardaba su arma, y lo peor, sentí celos porque por donde la mirase me sentía en desventaja.
Nos pidió unos minutos para darse una ducha, estaba transpirada y llena de cremas para broncear, nos sirvió unos refrescos, sentimos prender el acondicionador del dormitorio y se fue al baño, sentimos el agua de la ducha, Horacio y yo nos quedamos a solas, como extraño, casi sin saber que decir
- Viste que lindo rostro? No parece un hombre, no?
Y era cierto, unos ojazos azules, una nariz respingada y unos labios carnosos, mas unos pómulos apenas salientes le daban un toque femenino que impresionaba…
Sol salió de la ducha, con una bata amarilla larga hasta el piso, absolutamente transparente, al acercarse a nosotros, el sol que entraba por la ventana le dio de lleno, dejando notar dos hermosos pechos, con una impresionantes aureolas, y lo mejor… entre sus piernas colgaba algo terriblemente grande, lucía toda depilada, apenas un pequeño triangulito de bellos cortados al ras que le daban un toque femenino, ya no pude sacar la vista de ese lugar…
Ella notó nuestro evidente estado de nervios, se notaba que éramos novatos y que era nuestra primera vez, nos tranquilizó, nos dijo que fluyéramos, que ella empezaría, fuimos entonces a su habitación donde la temperatura amena nos hacía olvidar del tedioso verano, dejó caer la bata al piso quedándose completamente desnuda, preguntando con una sonrisa en los labios:
- Y? era lo que esperaban?
Y vaya si lo era… era preciosa, se acercó a Horacio y comenzó a besarlo en la boca ante mi mirada atónita mientras le iba aflojando los botones de la camisa, me uní decidida al grupo entonces ella dirigió su boca a la mí, no pude resistir acariciarle la verga que ya empezaba a elevarse y Horacio ponía las manos en las enormes tetas que tenía
- Y mi amor? Te gustan sus tetas? - pregunté
- Son hermosas… pero que me decís de la pija que tiene? - repreguntó el
- Shhh… menos palabras y mas hechos! - agregó ella
Lo cierto es que no demoré mucho en desnudarme y arrodillarme en el piso, que pija enorme! Toda depilada, sus bolas brillaban, su glande circunciso, gruesa como pocas, llena de sugerentes venas, Horacio me pidió que se la chupara, quería verme hacerlo, cerré mis ojos y la besé con dulzura, deposité su cabeza en mi lengua y solo la dejé deslizar tan profundo como pude, acariciando sus testículos, era tan linda! Me concentré en recorrer su cabeza con mi lengua, metiendo y sacando, al tiempo que la masturbaba lentamente con mi mano derecha.
A todo esto mi marido se engolosinaba con esas tetas siliconadas que eran sencillamente perfectas, me mojaba viendo de reojo como le mordisqueaba un pezón mientras apretaba el otro entre sus dedos, y por si fuera poco, el también liberó su pija para que se la lamiera, por primera vez en mi vida chupaba dos pijas al mismo tiempo, la de él y la de ella, era alucinante, me mantenía en cuclillas, equilibrándome con mis manos que se asían una a cada verga, mientras chupaba una y chupaba la otra, la excitación era tan grande que no pude evitar la tentación de soltar el pene de Sol para llevar mi mano a mi sexo y masturbarme con frenesí, introduciendo dos dedos en mi hueco caliente y húmedo.
Sol se arrodilló a mi lado, y como una niña que comparte su helado con su amiga le ofrecí la pija dura de mi marido, el ver como se la chupaba y como el gozaba dentro de una boca que no era la mía fue muy shockeante, así estuvimos un buen rato, ó se la chupaba yo, ó se la chupaba ella, ó ambas al mismo tiempo, incluso Horacio apretó nuestras cabezas, juntándolas contra su miembro, el lo deslizaba hacia atrás y hacia adelante entre nuestras bocas, y a veces lo retiraba por completo provocando que nosotras nos encontráramos y nos fundiéramos en terribles besos de lengua.
Instantes más tarde comprobaría lo que veía, la pija de Sol era tan ó más grande que la de mi marido, me calzaba tan gruesa y tan profunda como la de él, haciéndome recostar boca abajo con mi colita parada, vino sobre mí para cabalgarme, levanté un poco mi pequeño culito mostrándome receptiva, su verga se introdujo en mi concha hasta el fondo, arrancándome un grito de placer, que delicia! me cogió con ritmo mientras Horacio seguía repartiendo su verga entre ambas, yo estaba un tanto incómoda para hacerlo y prefería ver como Sol se la comía toda…
Horacio tomó la iniciativa y reclamó su lugar, me giró levantando mis piernas hacia atrás, enterrándome el ahora su sable en mi cueva caliente, mis gritos ahora llenaban la habitación, solo eran acallados por Sol cuando me llenaba la boca de carne, era hermoso estar abordada por los dos lados, mi vagina ya largaba humo a esta altura del juego…
Cambiamos varias posiciones, creo que un caso como este una trata de probar todo, en un momento Sol estaba acostada mirando al techo, yo la había montado con una pierna a cada lado, teniendo en mi interior todo su sexo, ella me sujetaba por los glúteos obligándome a comérsela toda, mis manos y mi boca se saciaban entre sus tetas, descubría que me encantaba chuparle las tetas, era raro, pero no podía evitarlo, Horacio se la daba por la boca. De pronto Sol se sentó y quedamos frente a frente, aun yo ensartada sobre ella con mis piernas y brazos rodeándola, subiendo y bajando, entrando y saliendo, no podía con mis gemidos, con mis gritos, mis pezones rozaban contra los suyos, en cada movimiento, en cada suspiro…
A centímetros de mis ojos, la cabeza rosada y dura de mi marido era devorada por Sol, me encantaba como se la chupaba, me encantaba por él, acariciaba mi clítoris e increíblemente todo pasó al mismo tiempo, como que un cuadro potenciaba a otro, sentí acabarme, grité como poseída, las manos de Sol me retaron con fuerza, su leche llenaba mi argolla, caliente… Horacio también lo hacía, su esperma brotaba como agua de manantial llenando la boca y los labios de nuestra chica, la observaba como la bañaba y ella se esmeraba para sacar hasta la última gota. Sol dejó correr el semen por su cuerpo, bajando hasta sus tetas, refregándolas en las mías, hasta pegotearlas, le di un enorme beso comiendo su boca, solo para sentí sabor a mi marido…
Solo unos minutos de descanso para volver a acción, sabíamos que faltaba algo, ante nuestra mirada expectante Sol fue nuevamente sobre la cama poniéndose en cuatro patas, dejando su enorme verga dura entre las piernas, ella se abría las nalgas y su depilado esfínter se ofrecía dejando un hueco considerable, entendí el deseo de Horacio, su piel bronceada apenas cortada por unas blancas líneas claras de su traje de baño dejaba ver un trasero perfecto y apetecible, acaricié su piel suave, lamí su esfínter y mi lengua lo penetró sin problemas, Horacio llegó con su lengua donde estaba la mía, por lo que lo dejé a él lamiendo su anillo marrón mientras yo bajé a sus testículos y a su pija, me acomodé bajo ella y antes de comerle la verga a besos le dije a mi esposo al tiempo que le abría las nalgas
- Dale mi amor, date el gusto, quiero ver como se lo haces, y piensa en mí cuando se lo hagas…
Horacio se acercó y su pene se introdujo en el culo de Sol por completo, sin resistencia alguna, me llamó la atención como Sol se la comió toda, pensar que a mí no me entraba ni la puntita…
Los minutos pasaron, Horacio le hacía bien la cola Sol quien gritaba como puta y yo le comía la pija, mis ojos fijos en esa penetración anal, cada tanto Horacio se la sacaba y hacía que se la chupara a él también, a ambos al mismo tiempo, en esos instantes observaba el culo de Sol totalmente abierto, destrozado, estirado, me excitaba tanto que me daba ganas de probar a mí, aunque no sería ese día…
Horacio sacó la pija del culo, y a unos centímetros del hoyo, descargó varios chorros de esperma, uno tras otro, el cual rodó por el agujero, bajando por los testículos de Sol, incluso por su pene….
Mi marido satisfecho, enterró dos dedos en el orto de nuestra amiga al tiempo que con la otra agarraba su pija para masturbarla en mi boca, yo estaba caliente, con su glande en la boca, y el final no se hizo esperar, con espasmos la leche de la chica trans llenaba mi boca y mi garganta ante la mirada cómplice de Horacio.
Era raro que yo bebiera leche, y menos de un desconocido, pero la temperatura estaba tan alta en el cuarto que ese día todo era posible…
No puedo seguir leyendo, estoy caliente, excitada, como nunca, siento mis pezones duros, mi argolla mojada, mi clítoris sediento, el ruido de la llave en la puerta me deja adivinar que Rodrigo ha llegado, tengo una propuesta para hacerle, otro día les contaré la respuesta…
Si te gustó la historia y eres mayor de edad puedes escribirme con título ‘SOL’ a dulces.placeres@live.com
Yadira y yo que me llamo Luis, llevamos varios años de casados, pero no nos consideramos una pareja común y corriente, ya que desde que éramos novios nos dimos cuenta que tanto ella como yo somos personas de mente abierta, ella no se considera dueña de mi cuerpo, ni yo tampoco me considero dueño del suyo, por lo que si nos place en algún momento llegar a tener relaciones con otra persona, las disfrutamos abiertamente, sin que por ello el amor que nos sentimos mutuamente se vea lesionado o disminuido. En ocasiones tanto ella como yo también le damos rienda suelta a nuestras fantasías, con la completa colaboración tanto mía como de parte de ella.
Relato erótico enviado por narrador el 13 de March de 2011 a las 21:45:11 - Relato porno leído 120862 veces