Cuando mi primo y yo fuimos reclutados, gracias a mi tía, no nos quedó más remedio que aceptar. Ambos habíamos abandonado los estudios, nos la pasábamos jodiendo por todas partes, y si nos daban una oportunidad, como dicen en el pueblo, hasta le robábamos los clavos a la Cruz.
Relato
Pero ya una vez que nos reclutaron, me di cuenta de que eso de la vida militar no iba conmigo, seguir ordenes, marchar, y soportar a los oficiales era algo que yo detestaba. Y por consiguiente mi primo también. Ya a la semana los dos nos encontrábamos en el calabozo, por irrespetuosos y mala conducta. Y hasta esos momentos ni a mi primo, ni a mí nos había pasado por la cabeza eso de ser maricones, es más hasta los tratábamos bien mal cuando estábamos en la vida civil.
Pero un Mayor nos puso la vista encima, y ordenó que nos pusieran a su servicio. Yo pensé hasta en desertar, junto a mi primo. Pero apenas llegamos al comando que tenía aquel oficial, apuntándonos con un arma nos dijo a los dos, de ahora en adelante, me pertenecen, no van a mover ni un solo musculo, a menos que yo se los órdenes. Y como son revoltosos, han perdido toda credibilidad ante mis superiores, eso quiere decir que yo puedo hasta limpiarme el culo, con ustedes dos, y nadie me va a decir nada.
Yo pensé que exageraba, pero apenas abandone la posición de firme, el mismo hijo de la gran puta del Mayor, le ordenó a mi primo que me diera un golpe en el estomago, apuntándole con su arma a la cabeza. Bueno mi primo simplemente lo obedeció. Y así fue que fuimos aprendiendo a obedecer órdenes directas del Mayor.
A los pocos días nos puso a ser ejercicios, tanto que nos sacó la madre, mi primo y yo quedamos molidos, casi sin fuerza, cuando el Mayor, nos ordenó que nos desvistiéramos. Bueno mi primo y yo le obedecimos, y lo siguiente que hizo fue ordenarnos que nos pusiéramos a besarnos. Y a pesar de que no queríamos, tanto mi primo y yo lo tuvimos que hacer. Y para nuestra sorpresa, a medida que seguimos besa que besa, el uno al otro. Tanto a mi primo como a mí se nos ha parado la verga.
El Mayor al vernos se sonrió, pero no dejó de seguir dándonos ordenes, las que tanto yo como mi primo, seguíamos al pie de la letra, tan es así que cuando nos ordenó que nos acariciáramos las nalgas, ni yo ni mi primo nos detuvimos a pensarlo, sencillamente lo fuimos haciendo. Hasta que el oficial dejó de darnos órdenes, y nosotros fuimos haciendo aquello que entendíamos que debíamos hacer. Esa fue la primera vez que Néstor mi primo, y yo hicimos un 69.
Aunque tanto mi primo como yo manteníamos eso en secreto, cuando el Mayor nos llamaba, apenas estábamos a solas con él, comenzábamos a portarnos como un par de chicas. Dejando que él nos acariciara las nalgas, y cuando nos ordenó que le mamásemos su verga, ninguno de los dos se opuso. Es más al poco tiempo era algo que tanto Néstor como yo disfrutábamos, y mucho. Bueno de eso a que el Mayor nos diera por el culo, no pasó mucho tiempo. Pero de igual manera en ocasiones estando a solas mi primo y yo, para divertirnos, lo hacíamos sin que el Mayor nos lo ordenase.
Por eso fue, que en cierta ocasión, otro de los soldados de nuestro pelotón nos encontró, en plena faena. Mamando, en mí caso dejando que mi primo me diera por el culo. Realmente en menos de lo que canta un gallo, todo el mundo en ese centro, estaba enterado de que mi primo y yo éramos maricones. Bueno eso trajo en consecuencia, de que la gran mayoría de nuestros compañeros, nos comiera el culo, o nos pusieran a mamar, cuando no era que para hacerlos pasar un buen rato, tanto yo como mi primo nos vestíamos de mujer, y frente a ellos actuábamos como lesbianas. Todo eso con el visto bueno del Mayor, desde luego.
Aun nos encontramos prestando servicio, ahora en la selva, a mi primo y a mí nos han separado, pero eso no ha impedido de que tanto ella como yo sigamos siendo las niñas del pelotón….
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140527 veces
Aventuras en Paris
Jesús y Pablo marcharon a Paris para poder vender el video. Dejaron a sus tres amigos en una casa que habían alquilado en un pueblo muy pequeño en Huesca. Los dos habían quedado con Pierre, un ejecutivo muy interesado en esta clase de material.
Relato erótico enviado por mena55 el 24 de August de 2008 a las 13:55:00 - Relato porno leído 114142 veces
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