Una mujer de 38 años, desnuda gimiendo y acompañando las órdenes dadas por este muchacho, eran profundas penetraciones con que este fabuloso macho sacia sus trastornadas fogosidades en el vientre de esta ardiente madre abierta de piernas y estas descansaban colocadas sobre los hombros de este juvenil y virtuoso macho,
Relato
Soy Chabela
Si así me puso mi abuela cuando nací Chabela, al nacer mi madre soltera me dejó con ella, hoy soy una adolescente de juveniles 15 años, amante de las fiestas, baile, y otras distracciones. Bajo la atenta mirada de mi abuela debo portarme bien, no me deja llegar después de las nueve del anochecer, me cuida según ella para que no sea loca como mi madre que solo la veo en vacaciones cuando viene por un mes, llega acompañada de dos hermanos que tengo hijos de otro padre con quien ella vive.
En verdad mi madre es loca en ese mes que esta por aquí deja la colección de machos rugiendo por ella. Ya tiene 35 años y busca jóvenes de 25 a 30 años. Veo como esos machos la recorren en sus prominencias mientras se deja acariciar y la lleven de jarana por las fiestas y sin gastar ningún peso.
Mi abuela es amiga de don Lalo dueño de la verdulería y frutería de la esquina, un señor maduro enojón de unos 55 a 60 años. Mi madre le mueve su cintura excitándolo y una vez los pillé a escondida de mi abuela como este la recorría y creo por que no los vi, pero mamá llego revolcada y arremolinado su cabello a mi lado, creo que se apareaba con él. La fruta no faltaba cuando estaba ella. Yo cada vez que veía llegar a mi madre así, desarreglada su vestido, su cabello arremolinado, y con un desgano corporal debido a la actividad de apareamiento sentía recorrer por mi cuerpo esas sensaciones de ser yo la apareada y me excitaba con sentirla ardiente después de su entrega a ese macho padre de mi compañero de colegio Leo, según yo creía.
Un día veo a mi madre salir de la bodega de donde almacenaban las mercaderías los dueños de la verdulería- frutería de la esquina, por supuesto iba alborotada en sus ropas, pelo enmarañado y con una sonrisa feliz después de haber sido poseída y saciada de sus deseos carnales y con grandes bolsas de fruta, me escondí para que no me viera y al salir de mi escondite veo a Leo colocando candados a la bodega, me acerque y le dije y tu padre donde esta, me miro sorprendido y me dice en el negocio donde mas…, ¡ah! Estabas solo en la bodega, digo…, eh si, si me dice como pillado en un hecho extraño.
Si el padre estaba en el negocio y Leo estaba en la bodega, mi madre entonces estaba con Leo en la bodega, pensé, quien había desordenado sus ropas y revuelto su pelo fue este macho…, este mi compañero de colegio, un chico de no mas de unos 17 años y no su padre. Ahí recién mis pensamientos ubicaron a Leo en el momento de irreflexión de mi madre. Había sido montada por este potrillo y este la había saciado penetrándole su vagina con su pene, se me vino el mundo abajo…
Leo era un mozalbete muy apetecido por las chicas de mi curso y otras de cursos superiores, era musculoso por la fuerza al ordenar las cajas de frutas en el negocio del padre, sus ojos eran hermosos según la claridad del día era verdes azules o grises. Pero el ser amante de mi madre, me paralogizó.
Desde ese día los vigilé, pero mi madre cumplió el mes y tomando sus hijos y cosas se fue de regreso donde trabajaba y saciaba al hombre que compartía su vida.
Pero me quedaba Leo, inconcientemente lo vigilé y disimuladamente lo seguía. Como mi madre se había ido este chico me miraba en el colegio y cuando iba de compras. Note que este chiquillo y púber semental me desea y no pararía hasta aparearse con él, entre deseosa y asustada lo miraba como me parecía a mi madre de seguro el me asociaba con el placer y un día me encontré con este cuando iba a la bodega, me dejé convencer e ingrese en esta, me guío y luego me arrastra me manosea hasta terminar recostada en los colchones arrumbados del cuarto, esa cama que por años a soportado las diferentes demostraciones de cariño y varias uniones carnales de mi madre con este muchacho, ahora soportaría la unión carnal de un nuevo demoledor ataque, un púber semental que me deseaba y uniríamos nuestros cuerpos en un desenfrenado y descontrolado coito, en donde yo solo gritaría y me quejaría colmando sus pasiones con este prodigioso y humillante pene que me quitaría la virginidad y dejaría a las movidas de estas cama con mi madre empequeñecidas, además de dejarme adolorida con sus diestras y dura penetraciones de ese pene que tenía a sus pantalones convertida en carpa de circo, no me equivoque cuando vi. ese descomunal glande como una pelota de tenis y detrás un palo mas grueso y duro que una botella de bebida individual, solo pensé ayúdame Dios mío a soportar estos voluptuosas y empeñosas penetraciones en mi vientre recibiéndole este miembro que ya ha probado mi madre.
Era demasiado grueso para ella y eso la hace gemir, chillar y suspirar, pero también la satisface, desenterrándole los mas enloquecedores orgasmo que desequilibran su cuerpo sacudiéndolo y estremeciéndose de placer y dolor, ese muchacho era un consagrado por la estupenda forma de aparearse con las mujeres mayores dejándolas como la dejaba a ella desgarrada y satisfecha, sentía la pobre Chabela como las llegadas de sus orgasmos y en su placer de entregárselo a este macho lo abraza y muerde ardiente los hombros de su nuevo y destructor macho, pero este no se calma siente Chabela como sigue este desbaratándole su vagina en profundas y enérgicas penetraciones por lo menos cinco minutos mas ella estaba por entregar nuevamente otros orgasmos cuando aprecia que su amo se atiesa y acelera sus movimientos clavándole profundamente su miembro en ella la inunda con ríos de semen su útero, lo que lleva a ella a entregarle sus nuevos orgasmos y ambos alterados se abrazan y se agasajan besándose. Este macho la había inundado al igual como inundaba a su madre. Chabela era feliz había cohabitado por primera vez con un hombre y este era potencialmente conocido por su madre. No fue solo ese día que compartió con Leo ese año fue su amante por seis meses antes que este plantara la semilla en las paredes de su útero generándole un bebé.
Al encontrarse embarazada Chabela conversa con su amiga intima Gemita otra chica de 16 años su mejor amiga la cual duda que sea cierto y la acompaña un día a la bodega…, esta chica es mejor que Chabela, tiene unos senos redondo que asemejan dos melones, su trasero al caminar baila al ritmo de caminar meneándose y excitando a los machos. Su entrada fue deslumbrante para el macho reproductor que ordena esta y sus ojos se fijaron en ella…, media hora de conversación, agradables roces y manoseos entre sus piernas pronto la tienen acomodada en los colchones con sus piernas bien abiertas sin calzones suspirando entrecortadamente a la espera que el macho que la acaricia y coquetea deje de pasarle el miembro por sus piernas y penetre por esa sagrada gruta que ella tiene totalmente humedecida ante los fluidos que bajan por su vagina ante las delicados arrumacos que este juvenil macho, quiere y gime pidiendo que la ultrajen desea ser avasallada por ese pene. Unos minutos más tarde se cumplen sus deseos y entre lagrimones, gritos de dolor y placer al ingresar este estrafalario pene en su vagina ella Gemita deja de ser señorita, ahora es una señora con amo poderoso que la destroza en cada penetración, no transcurren dos meses y esta fecundada, asustada le cuenta a su madre sus aventuras, esta grita, protesta y clama castigo para el semental…, decide acompañar a su hija donde este bellaco que preñó a su beba, llega a la bodega se encierra con Leo este sabe tratar a las mujeres maduras y mas si estas vienen enfurecidas denigrando contra los machos, sobre todo su marido.
Pasado una hora Gemita y Chabela preocupadas se acercan al fondo de la bodega a ver que sucede con la madre de Gemita y el semental de Leo… ¡oh!... ¡sorpresa!.., al mirar encuentran a Lina una mujer de 38 años, madre de Gemita desnuda gimiendo y acompañando a las órdenes de Leo en las profundas penetraciones que este fabuloso macho sacia sus trastornadas fogosidades en el vientre de esta ardiente madre abierta de piernas y estas colocadas sobre los hombros de este juvenil, pero virtuoso macho, gritando esta cada vez mas fuerte ante las llegadas de sus orgasmos que entregaba abrazando a su grosero amo, pronto recibe una tibia leche en su matriz estremeciendo y renegando con la pasión que a despertada en ella este enajenado macho realizando de ella una entrega total a su seductor amo y señor al igual que su hija. Al abandonar esa bodega Lina sabe que este seductor la preñó por estar en sus días de ovulación y no supo ella cerrar sus piernas por la ardiente pasión que su nuevo y juvenil macho había despertado en ella.
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513555 veces