Nada dije a mi marido, pero necesitaba de este un abrazo apasionado y un revolcón en la cama para apaciguarme, su educación y responsabilidad de su trabajo actuaron en contra y se fue dejándome desposeída
Relato
Soy Lucy
Soy Lucy de origen alemán, tengo 21 años, de 1`70 de estatura, ojos azules o grises según la luz del día, pechos no muy grandes, vientre plano, caderas y culo normal, piernas muy largas y muy bonitas, pelo largo y ondulado de color pelirrojo, piel muy blanca sonrosada, y pecas por todo el cuerpo, me considero muy sencilla, y muy cariñosa, estoy casada desde hace un año, con Antón de 23 años, persona educada, y cariñosa donde este. Eso perjudica nuestras relaciones su educación la lleva a la cama y me trata con una suavidad extrema y a mi me gustaría que me tratase bruscamente en nuestros apareamiento, lo que me dejaba desesperada a pesar de los orgasmos. Necesitaba hacerlo despertar sexualmente. Para ello me arreglaba diariamente al medio día cuando venía a almorzar con ropa muy sexy, pero el caballeroso me decía eres preciosa, almorzaba y se iba en el coche al trabajo hasta el anochecer.
Un día compre en el negocio de mi casero Pedro unas cosas que solicite si podría enviármelas en la tarde, a medio día llega Antón y yo vestía sexy y este se sorprende al ver llegar al chico hijo de don Pedro con cosas a casa, le explico mi compra, este muchacho de 15 años, me deja las cosas anunciándome que después del partido me trae el resto, y al salir me atraca contra la mesa de y al salir me atraca contra la mesa de la cocina, donde me había llevado las cosas, bruscamente contra mi cuerpo el suyo y al hacerlo noto lo fornido que es y su paquete sexual queda entre mis nalgas presionándome haciéndome notar su dureza y sale a su partido. Quedé prendada y embelesada de ese muchacho llamado Lean. Además era hermoso tenía unos ojos entre azules y verde según la luz, una fácil sonrisa conquistadora, con una piel color canela clara.
Nada dije a mi marido, pero necesitaba de este un abrazo apasionado y un revolcón en la cama para apaciguarme, su educación y responsabilidad de su trabajo actuaron en contra y se fue dejándome desposeída.
Me estaba cambiando ropa cuando aparece Lean con el resto de las compras, venía sudado y empapada su camiseta, le digo dúchate estas sudado y de no muy buen olfato, el ríe diciéndome es que corrí en el partido y de ahí sus cosas y Ud. sabe debo ducharme, ahora puedo ocupar su ducha me dice… lo miro sorprendido y digo si úsala… después de un rato con disimulo me asome, se estaba duchando, pero al bajar mi mirada pude ver lo que Lean tenia entre las piernas, la tenia semi erecta, y calculando que la de Antón tiene l7 centímetros, la de Lean debía tener por lo menos 20, y algo mas gruesa, retirándome de la puerta pregunte ¿ todo va bien verdad ? El me contesto si ya termino, con lo que sabia y con lo que había visto, se creo en mi una desazón que me costo controlar, desde ese momento me propuse sacar a Lean y a su pene de el letargo en el que estaban metidos, me desabroche dos botones de mi blusa en un santiamén me quite el sujetados y lo guarde, cuando Lean salio lo espere a la salida del baño, me apresó contra la puerta , me incorpore tratando de dejarlo pasar para arroparlo con la toalla y secarlo bien, bueno en realidad lo hice para regalarle una buena panorámica de mis pechos y transmitirle el calor de mi cuerpo desposeído de pasión, su pene venía medio levantado por el placer de el agua caliente y el haberse refregado para lavárselo su reacción al sentir mi cuerpo contra su cuerpo se notó y su pene se ennobleció virilmente y engroso hasta sentirlo mas grueso que el de mi marido… todo en ese apretón dado contra la puerta del baño...
Lo mire a sus ojos y veía su sorpresa al sentir mis carnes apenas cubiertas por mi delgada bata, contra su cuerpo.
Baje mi mano izquierda hasta su enorme paquete, dándome cuenta de la envergadura del mismo, en ese momento lo único que se me paso por la mente es que tenia que tenerlo dentro de mi lo mas pronto posible, empecé con mucho cuidado a quitarle la toalla que lo cubría, Lean desbordado solo temblaba y se estremecía, cada vez que yo lo tocaba, y quizás también estuviese un poco asustado.
Lo guió a mi dormitorio al entrar a este Lean me arroja sobre la cama con desesperación atravesada en ella, luego como un macho cabrío caliente se ubica sobre mi cuerpo, con las ansias de un caliente y erótico muchacho ubica su pene en mi entrada vaginal clavándome medio pene en mi vagina… me mira y al no ver reacción negativa de mi parte enfila su duro pene mas ancho que el de mi marido en mi entrañas… me quejo al ser tan duramente tratada, pero no me niego a recibirlo, quería que me tratase bruscamente en nuestros apareamiento, necesitaba que ese muchacho me tratara duramente en nuestro apareamiento, y lo logra como me penetraba mi sexo, como me ensartaba su pene tratándome de clavarme contra el colchón. Solo gemía mientras el resollaba en mis oídos ante sus esfuerzos por aparearme dignamente, de pronto siento que se aceleran y se profundizan sus esfuerzos clavándome mas profundamente su miembro en mi vientre llegaba su clímax, ante esa perspectiva mi cuerpo responde con la llegada de mis orgasmos y entre resuellos del macho, gemidos y alaridos míos, llegamos a una deliciosa entrega sintiendo en el interior de mi útero las descargas de litros de semen arrojadas por el macho y mi útero se inflaba llenándose con esos torrentes de semen que este chico llenaba mi entrañas. Dios parecía que no terminaría nunca de vaciarse sus testículos y luego se relaja sobre mí que había cruzado mis piernas sobre su trasero para impedirlo salirse de mi vientre. Ahora lo liberé y al sacar su grueso miembro que tenía taponada mi vulva, suena como el destape de una botella al sacarlo y sentir ríos de semen resbalando por mis muslos, esa esperma se acumula manchando mi cama, había logrado mitigarme de un enardecido apareamiento deseado por mi cuerpo con locura, ese muchacho adolescente había aliviado a mi cuerpo de sus aberraciones sexuales convirtiéndome en su amante. Me miraba si había enojo en mi cara, pero no había placer y el lo nota, besándome y le correspondo con dulces besos diciéndole ahora ándate que nos pueden pillar y este sale de mi casa, mientras voy al baño y me ducho.
Mientras lavaba la loza rememoraba lo acontecido, y ordenando la casa horas después me sorprende el timbre voy a ver quien era, adivinen era Lean que me dice el pan de la tarde que no fuiste a buscarlo te lo traje, le sonrió y este entra abrazándome y al igual que un animal en celo me ubica en un sillón a lo perrito y levantadote mis cortas faldas y sacándome mi pequeño calzón me penetra duramente con su miembro duro, tieso y de un grosor que hace que me queje de dolor, y comienza un coito que no finaliza hasta cuando riega mis entrañas con sus ríos de espermas…al sentir a estos golpear mis entrañas mi cuerpo se entrega gozando me mis orgasmos que entre suspiros le entrego, al de hoy en adelante mi amante y segundo marido.
Estoy embarazada no se ni me importa si es de Lean o de Antón, lo que si estoy segura es que es mío, con los dos soy inmensamente feliz, y no me arrepiento de nada, tanto uno como otro, desde que se enteraron de que estaba embarazada, me miman yo diría que demasiado. Lean me entrega sus irracionales y apasionados apareamiento por el atardecer, y mi Antonio sus educados cariños saciándome ambos a su manera de mis empachos ordinarios por el sexo.
Llevamos diez meses de felices relaciones. Solo me preocupa que he cumplido mi noveno mes de embarazo y no puedo darle satisfacciones a mi desbocado Lean y tengo miedo de perderlo con otra mujer….menos mal que el considerado marido que tengo pensó en mi y la señora que en la mañana de 8 a once horas asea la oficina después de almuerzo tipo 16 horas viene a casa, es una mujer de 42 años enviada por mi marido tres veces en la semana a realizar aseo de esta.
Conversando ella me dice que lleva tres semanas sin marido que anda en el sur con su hermano y ella esta que corta los cordeles pues nunca a estado sin macho en casa y este marido que tiene la usa a lo menos cuatro veces a la semana y ahora nada de nada.
Le digo búscate un reemplazante estos días… donde me dice, para que después hablen que uno es una puta…, si quieres le digo tengo uno de ojos claros según el sol es su color, además es muy reservado y nadie lo sabrá.
Ese sería un tesoro me dice…, pero ¿querrá con una vieja?...en eso llega Lean y le digo estábamos hablando de ti.
Maria te necesita, pero desea reserva y silencio…, me contesta tu sabes que las dos cosas las cumplo. ¿Quién es Maria?
Los tomo de la mano a ambos los llevo al dormitorio y le digo esta es Maria ahora hazla tuya te necesita. Salgo.
Diez minutos después se escuchan los quejidos de Maria y los bufidos del macho…
Y el no perdió ni un segundo de el momento, me dijo con mucha morbosidad ¡Ahora puta súbete la falda y retráncate en la pared! Yo con rabia fui subiendo lentamente la falda de mi vestido hasta mi cintura, el se alejo unos metros deleitándose con mis piernas, yo vi clarito como su verga creció dentro su pantalón, tomo una cama fotográfica sacándome varias fotos en esa pose tan humillante para mí.
Relato erótico enviado por Anonymous el 11 de September de 2009 a las 23:52:41 - Relato porno leído 160822 veces
Lucia es una mujer casada, pero aun joven de unos 34 años senos grandes y un culo generoso además que tenia un rostro muy bello, pero lucia aunque tenia esposo y tres hijos que le hacia parecer una dama, a ella le encantaba follar a menores entre 13...
Relato erótico enviado por sexolito el 10 de April de 2005 a las 00:02:30 - Relato porno leído 156464 veces