En el anterior relato os contaba cómo fue mi experiencia con Rafa. Desde aquella vez, más de uno le había visto añadir el desguace como uno de los puntos en su deambular diario por el pueblo antes de volverse a casa. Él no me chantajeó con decírselo a nadie, simplemente agradeció el buen rato que pasó (y que pasé yo también) y volvía a su ‘lugar mágico’ para ver si se repetía la experiencia. Yo decidí acercarme por allí de vez en cuando para darle una pequeña ración de felicidad.
Relato
Hola, antes de nada voy a presentarme para quien no me haya leído aún. Me llamo Irati, tengo 27 años (soy del 80) y vivo en una gran ciudad de España, aunque soy de un pueblo del norte del país. Para ser sincera no soy una chica especialmente guapa, más bien del montón, y no tengo los pechos grandes, tengo más desarrollada la cadera con un culo carnoso y respingón que normalmente resulta atrayente a los hombres (de hecho es mi arma más recurrida cuando quiero cazar a un macho).
Esta es la continuación de mi saga de relatos SOY PUTA, que aún no sé cuándo decidiré ponerle fin. Recomiendo que antes de leer éste, leáis los anteriores. También quiero agradecer la cantidad de lecturas que han tenido mis dos primeros relatos, y cómo no los comentarios, tanto los halagadores como los críticos. A los segundos, acepto las críticas si éstas son constructivas, como ha venido siendo hasta ahora. Este es mi estilo, cuento vivencias a mi manera y supongo que evolucionaré como autora de relatos, al igual que ha evolucionado mi vida, quizá para bien, o quizá para mal. De todas formas nunca llueve a gusto de todos.
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En el anterior relato os contaba cómo fue mi experiencia con Rafa. Desde aquella vez, más de uno le había visto añadir el desguace como uno de los puntos en su deambular diario por el pueblo antes de volverse a casa. Él no me chantajeó con decírselo a nadie, simplemente agradeció el buen rato que pasó (y que pasé yo también) y volvía a su ‘lugar mágico’ para ver si se repetía la experiencia. Yo decidí acercarme por allí de vez en cuando para darle una pequeña ración de felicidad. Me decía a mí misma que era por compasión, pero también era por vicio. Él me trató bien, y sólo cogió de mí lo que le interesaba: el placer de la carne. Otros necesitan humillar para satisfacer sus más bajos instintos… incluso a mí me gustaba ser humillada, aunque fuera en lo más profundo de mi ser. Además yo tuve que dejar de verme con Luis y los demás chicos de la cabaña, pues el rumor que había extendido Pedro en su día provocó al tiempo un aluvión de mirones que se acercaban a la cabaña a comprobar la veracidad de tales afirmaciones, lo que llegó a un punto que hacía imposible continuar con aquellas orgías… y encima Luis y los chicos acabaron echándose novias.
De repente llegó uno de esos días que trazan una línea que marca un antes y un después en la vida de alguien. Después de un mes de lo de Rafa, yo había seguido citándome con Pedro en el cementerio, como siempre, para ir en su moto por el senderillo que llevaba al pequeño escondite entre los árboles del bosque, como siempre también. En una de esas citas se suponía que me iba a enseñar las fotos que me sacó follando con Rafa, pero antes estuvimos follando un rato. Yo le notaba raro, pues ese día no estaba tan imperativo y autoritario como las demás veces que nos veíamos. Estaba entre abstraído y preocupado, tanto que le dio un gatillazo. Yo le recriminé, diciéndole que ya que me tenía así al menos me hiciera gozar como las demás veces, pero él sólo me dijo "es que tengo que decirte algo". Yo no supe qué imaginarme, o más bien no quería imaginar la idea que acababa de pasar fugazmente por mi cabeza. "¿Tiene algo que ver con las fotos?" le pregunté. Movió la cabeza afirmativamente y yo me puse como un tomate, esperando la peor noticia posible, temor que se hizo realidad cuando dijo "Mi novia las ha descubierto". Se me cayó el mundo encima. No podía creer lo que mis oídos estaban oyendo. Su novia había descubierto las fotos en las que salía follando con él, con Venancio y con Rafa respectivamente. Yo ya supuse que la venganza sería mostrar a todo el mundo aquellas fotos, para desprestigiarnos tanto a él, por cabronazo, como a mí, por… puta.
Fue cuestión de días el que todo el pueblo se enterase del asunto de las fotos. La ya ex-novia de Pedro se ocupó de difundir las fotos o dárselas a alguien que las pudiera difundir lo más rápido posible. En una semana yo pasé de ser conocida como una niña alegre y simpática (con ciertas sospechas, eso sí) a ser señalada y mirada de reojo por todo el mundo a mi paso. Me convertí con todos los honores en la guarra del pueblo, con todo lo que esto conllevaba. Mis padres lo pasaron mal, como podéis imaginaros, pues a parte de la fama que cogí en todo el pueblo, tenían que defenderme de los malos comentarios del resto de la familia, que a excepción de algunos primos más liberales y condescendientes, los demás se apuntaron a la moda de repudiarme y juzgarme desde su condición de conservadores y puritanos (es decir, reprimidos y amargados). Y es que mi pueblo era (y es) muy de ‘derechonas’, y las vergüenzas cada uno se las calla por eso del ‘qué dirán’. ¿¡Qué no habrá oído el cura en el confesionario!? ¿¡Y qué no habrá oído el muñeco de la cruz en boca del propio cura!? Estoy segura de que si hubiera robado 100 millones de pesetas no habría sido expuesta a semejante juicio.
Rápidamente asumí que todo esto ya no tenía vuelta atrás, así que en seguida me desenvolví en mi nuevo papel de guarrilla. Más que como un castigo, me lo tomé como una liberación, pues ahora ya podía hacer lo que me diera la gana, que mi reputación no iba a empeorar. Si la promiscuidad me daba mala fama, pues quizá no merecía la pena preocuparse por tenerla. Además la moda de hablar de mí tampoco duró mucho, igual que casi todos los chismorreos, con lo que al final todo el mundo se acostumbró a mi nuevo ‘status’. Acabé juntándome con una cuadrilla formada por chicas de distintos pueblos de alrededor del mío, donde por supuesto todo el mundo ya se había enterado de mi ‘historia’.
En ese grupo de chicas sí encajé más, pues todas éramos bastante ‘sueltas’, y nos dedicábamos a irnos con la peor calaña de la comarca entera, calaña entre cuya gente yo pasé de mano en mano y de polla en polla. Íbamos a las discotecas y conseguíamos que nos invitaran a copas (y lo que no eran copas), a cambio de unos cuantos magreos que solían terminar con sexo en los WCs (aunque más de una vez con el colocón que llevaba terminaba siendo follada en mitad de la pista, rodeada de un montón de gente que ‘volaba’ en su propio mundo). Dejé de preocuparme por guardar las formas en mi vestimenta, y ya con 18 años y un cuerpo casi desarrollado me dejaba ver por la calle vestida como una auténtica puta. No me cortaba de provocar a hombres de cualquier edad, jóvenes y viejos, solteros y casados, y me daba igual el lugar: un bar, un estanco, la sala de espera del médico, en mitad de la calle o en la puerta de la iglesia, me daba igual. Me encantaba poner nerviosos a todos los que me habían criticado por la espalda… a ellos nerviosos y a ellas furiosas.
Los que más perdieron fueron Pedro y Venancio. Venancio porque se quedó sin follar gratis, y Pedro (sobre todo él) porque pasó de tener una novia y una putita a su merced, a quedarse sin nada. Las pocas veces que nos cruzábamos en la calle, yo le miraba y él no se atrevía a levantar la mirada del suelo. Hay que ver lo que pueden cambiar las cosas en un par de meses. Lo único que no cambió fue lo de Rafa, a quien seguí dando su ración de chochito de vez en cuando… ah! Y mi afición a la lectura jajaja!
En esos 18 años estaba yo cuando empecé a dedicarme a lo mío de una manera más profesional, consiguiendo dinerito caliente, pero tendréis que esperar a que escriba el siguiente relato para saber cómo fue. Besos!
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 313130 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 212987 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 150331 veces
Si te ha gustado SOY PUTA 7. Desenlace inevitable vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar SOY PUTA 7. Desenlace inevitable.
Ekaitza
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
CIROJVR
(29 de March de 2010 a las 02:09) dice:
Te liberaste y ese cabron quedo peor RoA
(20 de September de 2009 a las 01:43) dice:
Hola, se q ya tiene tiempo tu relato pero te quiero felicitar la redacción y todo en general... pero no confundas que no aplaudo los malos ratos que pasaste, cuidate mucho, si? un beso, bye. katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:11) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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