soy una mujer en los treinta

Hola soy una mujer en los 30, casada, desde hace algún tiempo mi marido y yo nos inventamos historias para añadir un poco de pimienta a nuestra relacion .Hoy les voy a contar una.

Recibí un sms en mi teléfono que decía asi: Hola zorra me han hablado de ti, estoy en la ciudad y me gustaría encontrarme contigo. Respondí y me dijo que fuera a la cafetería del Hotel Colon vestida de forma provocativa y pidiese en la barra un vodka caramelizado, con eso ya me reconocería (se suponía que no nos conocíamos).

Así lo hice, conforme me duchaba me iba poniendo muy cachonda, me vestí provocativa, casi de puta, diría yo, falda corta con un cierto vuelo, botas altas medias con liguero, blusa escotada, por supuesto sin braguitas y me puse en camino.

He de decir que soy una chica bastante atractiva, delgada, buenas tetas…en fin que aun levanto pasiones.

Conforme me dirigía a mi “cita a ciegas” notaba como los machos con los que me cruzaba me miraban desnudándome, eso, me ponía aun mas cachonda, llegue a la barra y pedí mi copa, el camarero me miro de arriba abajo con cara de deseo y lujuria. Rápidamente dos chicos que tomaban algo en la barra se giraron e hicieron lo propio.

Al fondo sentado estaba él, pero claro no me podía acercar, se suponía que no le conocía y el a mi tampoco, claro que el ya sabia que era yo por mi pinta de puta y el vodka que tomaba, aun así seguía sentado cuando uno de los chicos que estaban en la barra se me acerco y casi rozándose conmigo me dijo que si estaba sola el lo podía remediar y que no me arrepentiría, me limité a sonreír y negar con la cabeza, entonces el me dijo que seguiría allí por un rato y que si cambiaba de opinión… guau como chorreaba en ese instante, la verdad es que no estaba mal y el bulto de su pantalón hacia intuir que tendría una buena polla. Cada vez me iba poniendo más y más caliente

En aquel momento sentí una mano en la cintura y una voz que me decía hola zorra ¿eres tú? Seguro que si, acompañame. Me cogio de una mano y yo sin meter palabra le seguí hasta el restaurante donde me invito a sentarme.

Fue entonces cuando me pregunto como me llamaba, María le dije yo, bien María encantado…¿Cuánto cobras por una noche? 100 euros respondí y de forma inmediata los tenia encima de la mesa, ahora tu cuerpo me pertenece para toda la noche dijo él.

Se acerco el camarero para tomar nota de la cena y reparó en mis muslos que quedaban al descubierto, una vez lo hizo se marcho. El saco una cajita como de regalo y acercándomela me dijo: esto es para ti, la abrí y descubrí que eran unas bolas chinas plateadas, seguidamente me pidió que me les pusiera, hice el amago de levantarme para ir al baño e introducírmelas, pero me sujetó, me indicó que me sentara y me dijo que no hacia falta que me fuese a ningún sitio, que lo hiciera allí mismo.

Me quede parada y finalmente accedí, separé mis muslos un poco, puse la servilleta en mis piernas y deslice mi manos con las bolas por debajo de la misma, no me supuso ningún esfuerzo meterme aquellas bolas en mi coño, en aquel momento ya estaba chorreando y como además iba sin bragas…fue fácil.

A estas alturas llevaba un calentón importante, sin saber que iba a suceder a continuación, sintiendo las bolas cada vez que me movía lo mas mínimo, sabiendo que el camarero me observaba y para colmo justo enfrente mía se habían sentado los chicos de la barra que tampoco perdían detalle, no se ni siquiera cuanto llevaban ahí y si me habrían visto meterme las bolas.


La cena fue muy “grata” , hubo un momento que él me pidió que me quitase la servilleta de los muslos, lo cual la hizo mas excitante para “todos”, ya en los licores me acercó la llave de la habitación y me sugirió que me adelantase, dándome instrucciones de que utilizase lo que me iba a encontrar sobre la cama…ah, y deja la puerta entreabierta, solo tengo esa llave-me dijo cuando ya me levantaba para irme, bajo la atenta mirada de mis otros admiradores.

El camino a la habitación se me hizo largo imaginándome que habría sobre la cama, al llegar y abrir la puerta accedí a un pequeño distribuidor y a continuación la cama, sobre ella un antifaz, medias negras, liguero a juego, sujetador abierto de esos que dejan el pecho al descubierto y unas esposas reliadas el cabecero.

Me hice cargo de lo que quería, me desnudé, para ponerme aquella lencería, me coloqué el antifaz y luego, como pude, me esposé al cabecero.

Después de esto y mientras esperaba me iba imaginando el momento de su llegada, como separaría mis piernas para acariciarme el coño, como lo lamería, como me penetraría con su polla dura y caliente…estaba encharcándome toda cuando…de repente recordé la que la puerta estaba entreabierta, que desde el pasillo se podía ver parte de la cama y que yo estaba allí a merced del que pasara, no se si esta nueva situación me excito aun más, cualquier desconocido podría entrar en le habitación y por lo tanto en mi cuerpo…

Fue entonces cuando oí la puerta, ¿eres tu? Pregunte pero nadie contestó…¿eres tu? Insistí, pero fue en vano…al momento una mano recorría uno de mis muslos, subiendo hasta casi rozar mi coño recién depilado para luego bajar por el otro hasta mis pies, luego volvió a subir y ahora si acarició mi coño, podía sentir como latía mi coño, sin saber realmente quien era el dueño de esa mano, mano que ahora me pajeaba descaradamente, haciendo que mis flujos lo inundaran todo, estaba a punto de correrme cuando aquella mano se separó de mi entrepierna para dedicar unas caricias a mis tetas, de repente algo húmedo se acercó a mi coño era una boca con una lengua casi prodigiosa que me estaba dando un placer casi inaguantable, ahora si que me iba a correr como lo que me sentía- una puta- aquella lengua describía círculos alrededor de mi clítoris, a veces bajaba a la entrada de mi vagina incluso llegando a mi ano para , después volver a mi clítoris me corría, me corría…

Tuve unos segundos de descanso, luego noté como aquel desconocido, o tal vez no, me elevaba y separaba las piernas, para a renglón seguido meterme aquel nabo en mi coño, me lo fue metiendo poco a poco, notaba su calor, entraba y salía con facilidad fruto de la lubricación de mi coñito, el flujo y sus babas lo hacían posible, luego el meteysaca se intensificó, cada vez que me clavaba rozaba mi clítoris y me empecé a encender otra vez, se dio cuenta y ahora mientras me follaba me pajeaba con sus dedos, no se si me corrí una, dos, o tres veces mas…estaba acariciando el cielo, estremecida por completo, saciada…cuando le noté como el se venia dentro de mi, pude notar sus chorros de leche caliente y como aquella polla palpitaba dentro de mi cuerpo…luego escuche como parecí vestirse y se marchaba…continuará