soy una mujer en los treinta III

…efectivamente fue aquel camarero que me miraba con ojos de deseo quien me había follado primero, al principio me quedé petrificada pero conforme iba viendo aquel video e iba recordando lo acontecido y comparando las sensaciones que experimenté con lo que iba viendo, mi secreto se iba recalentando, mi coño iba latiendo mientras mis ojos querían retener cada detalle, la polla de aquel tipo no era muy larga pero tenía un grosor espectacular, vi como mi coño es capaz de dilatarse para dar asilo a un miembro tan grueso como jamás otro me había follado y como estuve gimiendo y estremeciéndome mientras aquel desconocido me hacía lo que le daba la gana, cosa que no me importó en absoluto, al contrario, me produjo muchísimo placer.

Estaba como una autentica perra de caliente, tumbada en el sofá, cuando empezó la segunda parte de aquella película y al ver como él me enculaba no pude evitar bajar mi mano y con un cierto disimulo me empecé a rozar mi entrepierna, cosa que no pasó inadvertida para él, en ese momento noté como un bulto aparecía en su pantalón, no pudiendo disimular su excitación, así que seguí acariciándome ahora con menos disimulo, quería regalarle mi paja…levante mi faldita, abrí mis piernas, aparté mi tanga y en voz baja le dije –mira como me toco y disfruta- mientras me masturbaba él se fue quitando la ropa, yo cada vez me iba poniendo más y más cachonda, nadie me sabe tocar como yo y alternaba los roces a mi clítoris con las caricias a mis labios, estaba totalmente húmeda con lo cual las caricias parecían de seda…él ya estaba desnudo delante de mí cuando me corrí como una loca, mis dedos me apretaban más fuerte cuando ya no pude mas y entre estremecidas gemí e incluso grité – que rico, pensé-

Me ha encantado ver como te tocabas, me dijo, y acercó su polla a mi boca, no tuvo que hacer más yo aún iba supercachonda y tenía ganas de todo, la engullí como si me fuera la vida en ello, la chupaba, la lamía y me la metía en la boca mientras mi mano acariciaba sus huevos y su culo alternativamente, su polla estaba suave y deliciosa y ya me la imaginaba en mi coño, calentita como a mi me gusta, mientras el acariciaba mi pelo.

Estas con la mía o imaginando la de aquel camarero?…

Las dos cosas- respondí

Eres una buena zorra, estoy seguro que disfrutarías de dos pollas, tienes para eso y más- dijo él

No tengas dudas- le dije yo

Dicho esto y como por arte de magia apareció el camarero en la sala desnudo y empalmado, esto me descolocó, pero rápidamente mi marido dijo- tranquila- y no se bien porque seguí con mi mamada, aquel tipo se sentó a mis pies, me sacó el tanga y empezó a acariciar mis piernas, separándolas para dejar espacio y que su boca se pudiera acercar a mi cueva, su lengua buscó cada rincón de mi coñito, cada pliegue, a veces enterrándose en mi gruta del placer, allí estaba yo con la polla de mi marido en la boca y de reojo veía la boca del camarero saboreando mi coño , estaba caliente como una puta dispuesta a disfrutar de cuanto aconteciera…en tanto las manos habiles del camarero acariciaban mis muslos, las de mi marido me tocaban el pelo, mi coño ardía y palpitaba como nunca, me llegó el segundo orgasmo…casi sin querer.

Entre los dos y casi en volandas me llevaron a la cama, diciéndome lo buena que estaba y lo que iba a disfrutar…una vez allí me acabaron de desnudar entre caricias, aquellas cuatro manos me cubrían toda entera, el camarero se tumbó boca arriba ,yo me coloqué con la boca en su entrepierna dispuesta a mamarsela, como el había hecho conmigo, su gruesa polla estaba tiesa y lista para ser devorada por mí, me la metí en la boca, se la lamí, incluso bajé mi lengua hasta su ano para después subir a su polla de nuevo, mi marido me comenzó a comer el coñito, como el sabe que me gusta, estaba en el séptimo cielo, aquello me sobrepasaba y fruto de ello estaba totalmente entregada a mis sentidos, durante un rato estuvo así, para después follarme el coño lentamente con suaves movimientos desde atrás mientras me acariciaba el clítoris, después ascendí a cuatro patas colocándome encima del camarero, comencé a meterme aquella tranca fue lo más, entró despacito y suave comenzó a mover mis caderas con sus manos, en un movimiento de vaivén que hacía que me restregara con su pubis mientras sentía dentro aquel pedazo de carne caliente, suave y dura, Umm, como me estaba gustando aquello, mi marido se acercó por detrás me inclinó hacia aquel hombre y me acarició la espalda, colocó su polla caliente y dura en mi ano, iba a tener mi primera penetración doble y a decir verdad la idea me estaba gustando, así que con aquel movimiento y mi calentura no tardé nada en tener las dos pollas dentro de mí, follandome al unísono y yo lo estaba


gozando…sentía la respiración de los dos machos…tuve un orgasmo casi al instante y seguía con ganas de más, parecía no tener limite, no paraban de decirme lo zorra y lo perra que era, eso me ponía mas caliente y me hacían disfrutar más el momento, no se ni cuantas veces me corrí, yo diría que al menos cuatro antes que el primero de ellos me diera su leche, fue el camarero la derramó toda en mi coño, sentí el calor, al poco mi marido hizo lo propio en mi culo, ambas pollas se fueron saliendo de mis orificios al tiempo que notaba aquel liquido caliente en mis muslos…

Entonces el camarero se fue sin decir ni media palabra, mi marido se echó a mi lado en la cama y yo chorreando semen y saciada como nunca me quedé dormida.

Al despertar pensé que había sido un sueño, pero cuando lleve mi mano a mi entrepierna y noté aquella cantidad de fluidos tuve claro que aquello fue real…

Miré a mi lado y allí estaba mi marido dormido y empalmado, entonces pensé en su recompensa y me puse manos a la obra, me había despertado chorreando y caliente…