Stephanie la hija y su madre Norma mis amantes

Mas tarde el macho estaba en su pieza reposando cuando llega mi hija con su uniforme de colegio, le gustaba usar una mas que mini falda no se como la admitían en clases casi mostrando sus calzones, la blusa súper ajustada a lo menos una talla menor a su figura, ve a Leo en su anexo y se desespera me dice si le puede servir un café y se lo leva, escuchaba desde la cocina sus conversaciones de pronto silencio, me sorprendo y me acerco a la pared de su anexo, se escuchaban unos débiles reclamos y unos jadeos explosivos de mi hija. Pronto sale arreglándose la blusa y muy abochornada de la casa de Leo..., entra en la cocina y nada digo, pero ella sabe que sospecho de algo. Stephanie había sido excitada y poco falto para ser poseída como estaba yo no ocurrió nada.
Al otro día nuevamente Leo se queda en su anexo entraba en el turno de la noche, pero estaba mi hija en casa tenía unas presentaciones por la tarde así que la mañana estaría en casa, apenas sale mi marido este salvaje amo de mis entrañas me lleva a su cama aprovechándose dice de que mi hija dormía, esta estaba entusiasmada con mi inquilino, en su cama me penetra hasta hacerme gemir y gritar de pasión y dolor con su pene en mi matriz me sorbía los senos mientras se apareaba, me metía un dedo por mi culo mientras me empotraba, y subió mis piernas sobre sus hombros antes de llenarme mi matriz de sus semen... cuando fui a la cocina ahí estaba mi hija muy seria, si mi papá se entera queda una gran masacre me dice Leo venía detrás y la escucha y cuando mi hija desea refugiarse en su pieza el entra con ella, escuchaba los llantos de mi hija y luego sus conversaciones, para continuar con unos rezongos de mi hija, a continuación solo silencio y luego grandes gemidos de mi hija, me asomo al dormitorio y veo a Leo con mi hija en un delicado y desigual 69 donde el macho llevaba la delantera y mi hija casi destruía la almohada mordiéndola y rasgándola de placer , entro y ella entre exclamaciones de jubilo y miedo me dice mamá este macho me va a penetrar... , soy virgen ..., si hija le digo tomándola de la mano mientras Leo me mira y sabe que la única forma que mi hija no hable es desvirgándola ahora... se ubica sobre ella y esta muñeca se abre de piernas deseando locamente ser empotrada, siente ese pene entrando en su vagina y esta opone resistencia en su himen el macho de un solo golpe lo rompe y mi hija emitiendo un alarido apresa mi mano y abraza a su violador acompañándolo en su desesperado placer de sentirse mujer. A sus 15 años mi hija estaba conociendo lo que era ser poseída por un macho, ambos combatientes se besaban y mi hija se quejaba adolorida aun de su himen, pero como una brava muñeca acompañaba al semental que la estaba apareando en sus movimientos, la cintura de mi hija bailaba a un ritmo estrepitoso meneándose, casi trastornada por el placer de ser poseída, sus sacudidas eran fuertes por loas encajadas del macho en su matriz, se estremecía adolorida, meneándose y agitando sus caderas lujuriosamente, se apareaba desesperada con todas sus fuerzas y recibía las fuertes caricia del joven, maduro para ella ya que tenia 22 años, pero ella estaba loca de placer gritaba y gemía escandalosamente, lo acariciaba, lo besaba su cuerpo estaba ardiente y activado por los meneos del macho en su matriz prontamente mi hija suspira fuerte y araña a su penetrador diciéndole... me meo, me meo..., este le dice no estas recibiendo los frutos de tus orgasmos, y ella explota en un gritado orgasmo abrazando con fuerza a su profanador y le entrega sus fluidos, ya me duele dice casi llorando, pero el macho arremete un par de veces mas antes de llenarla con su leche llenas de espermas y espermios..., ella se queja que me echaste es caliente... si le dice este es mi semen que por primera vez recibe tu matriz..., cuídate o te embarazo..., estuviste deliciosa.
Ambos agotados descansan y aprovecho de recostarme en la cama, mi hija me mira y dice ya no soy virgen..., no..., le contesto ya eres una mujer, recibiste por primera vez un macho en tu matriz y parece que te gustó..., si me dice lo hace divino me encanto ser de él..., espero repetirlo me dice..., cuando se te pasen los dolores le digo y reímos besándonos. Ahora le digo a mi hija, debemos apoyarnos para que tu padre no se entere que tenemos nuestro amante en casa y como lo haremos con nuestro Leo, fácil le digo..., las tardes son tuyas, las mañana son mías y las noche él elije.
A la mañana siguiente como Leo estaba en turno tarde esa mañana nuevamente cuando se fueron el padre y la hija cinco minutos después el semental me toma de la mano y me lleva a mi cama donde saca mi bata y cubierta tan solo con un bonito conjunto de braguita y sujetador de color blanco me queda contemplando recorriendo mi cuerpo de arriba abajo con su mirada, me tumbó boca arriba con las piernas bien abiertas y se colocó en posición inversa a la mía ofreciéndome su cálido sexo a escasos centímetros de mi boca. No tardé un segundo en notar como sus labios se hacían con mi duro miembro empezando a chuparlo con ganas. Devolví sus caricias echando a un lado sus braguita y hundiendo la cabeza entre sus piernas. Comprobé con gran satisfacción como Norma ya estaba completamente empapada. Aquella mujer era una auténtica bomba en la cama, no había que calentarla siempre estaba lista para aparearse. Agarré con decisión mi pene entre mis dedos y se lo colocó a horcajadas sobre mí apoyando la cabeza de mi miembro en la entrada de su sexo. Respiró con fuerza unos segundos dejándose caer sobre ella mi endurecida herramienta la cual ingresó en su empapado vagina sin aparente dificultad. Lanzó el cuerpo hacia atrás clavándose mi implacable miembro hasta el fondo. Me miró de forma maliciosa, segura de haberme conquistado con sus encantos. No iba a perder la ocasión de poseerme a una mujer como aquella siempre que pudiera. Además sabía que ella no iba a ser capaz de decirme que no. Al fin había encontrado lo que tanto había estado buscando.
Dos días después el sábado mientras el padre va a saludar a unos amigos con su madre Stephanie no pierde la ocasión corre a mi cama y se mete entre mis sabanas besándome comienzo a introducir mi pene en su vagina… es grueso y duro me duele sácalo reclama, pero comienza a mover sus caderas deliciosamente. Minutos después es solo quejidos y sollozos y su respiración es de resuellos calientes al sentirse penetrada y apareada por mí. Respétame soy la hija de tu amiga me dice entre resuellos y ayees de placer… cruzaba sus brazos por mi cuello y sus piernas por sobre mi trasero, estaba desesperada al sentirse penetrada por mi pene, gemía y parpadeaba mientras se agitaba caliente entre mis brazos aceptándome mis duras penetraciones en nuestras bárbaras sacudidas por la llegada de los orgasmos, luego quietud y me acariciaba mi pelo musitándome agradables palabras de invocación al sexo y de agradecimientos por el placer logrado.
Me gustaba ver llegar a Stephanie del colegio pues vestía su falda escolar a cuadrillé a medio muslo mostrando sus hermosas piernas y si descuidaba al agacharse sus calzones. Su blusa blanca era a lo menos un número menos que su talla, apretaban esos senos y estos luchaban por salirse al aire, lo normal sus botones hasta el tercero desabrochado mostrando estos apretados senos.
Al pasar a mi lado subía mi mano por estas deliciosas piernas hasta su diminuto calzón, ella solo sonreía, si no había obstáculo la llevaba a mi dormitorio y la recostaba sobre mi cama sacando sus calzones mis labios y lenguas jugaban con su vagina y ella entre gemidos, suspiros y besos me entregaba sus fluidos vaginales que sorbían mi boca, para luego levantar sus piernas sobre mis hombros y sin ropas de mi cintura para abajo clavaba mi grueso y tieso pene en su canal lentamente, saboreando su penetración en esas carnes semi vírgenes, como se meneaba angustiada por el placer y ardiente de pasión, su cóccix era una coctelera y gemía y gemía satisfecha de esa deliciosa penetración que ella deseaba hasta la llegada de sus orgasmos donde saltaba en la cama y gritaba de gusto deleitándose de la satisfacción que le entregaba mi pene al llenarla de mi leche.
Llevo ya dos años en esta casa y mantengo a las mujeres de esta casa satisfecha y gozosa con mis caricias y mis penetraciones.