sucursal de la panadería Marisol

No sé como convencieron a sus maridos estas mujeres y se abre una sucursal de la panadería bajo mi cargo, los primeros meses ellas fueron mis colaboradoras, pero después pesaba el vientre embarazado y ella me contrataron dos mujeres maduras a mi cargo…

Tenia a Marisol una madura mujer que trabajaba por primera vez a sus 36 años, era casada desde sus 18 años y tenía tres hijos el mayor de mi edad tengo 19 años, su hija ella tenía 18 años, casada mejor dicho mal casada con un hijo de tres meses, luego uno de 15 años y el bebé de 8 años. Su marido había enfermado así que trabajaba a media jornada por sus piernas en un bar desde las doce hasta las seis de la tarde logrando dinero para mantener la casa, pero faltaba y ella trabaja en horarios de colegio de su chico menor es decir de las 8:00 horas hasta media tarde a las 17:00 horas ya que cerrábamos una hora de 15 a 16 horas para almorzar tranquilos.

En ese horario sucedía lo mejor de los trabajos de oficina, un día descubro a Marisol sobre un pequeño estante y ella sobre este colgando cabeza abajo por detrás de este sacando no se que cosa, pero al hacerlo ella subía su pierna derecha al aire la cual recogía su vestido mostrándome sus delicadas y bonitas piernas, me acerque y apoyándome en ella la tomo por sus caderas afirmándome en su bien formado trasero…, que haces me dice asustada…, te sostengo respondo, no quiero que te golpees la cabeza…, trata de volver a ponerse de pié, pero mi cuerpo se lo impide al tenerla atracada al mueble…, déjame debo ordenar para abrir el negocio me dice…, sigo pegado a su cuerpo cruzando mis brazos por su cintura y mis manos acarician su vientre y sexo por sobre el delantal de trabajo y se notaba que bajo este no había otra ropa que sus calzones y sujetador…, manoseaba a mi capricho su cuerpo, ella suspirando alterada me dice déjame soy casada…., si le digo y tienes hijos…, si me dice y no deseo ponerle cuernos a mi marido…, a mi le digo me encantan las mujeres maduras con bonito cuerpo como el tuyo, si son casada mas me gustan y si tienen hijos me enloquecen digo todo esto sin soltarla, a esta altura mi miembro había desarrollado su buen tamaño, engruesado y estaba ardiente de deseos de poseerla…

Gemía y su respiración eran jadeos de ardiente pasión, soy casada repite y debo respetar a mi marido…, mis manos ya sobaban bruscamente sus sexo por sobre su delantal, ella acompañaba mis manos sin quitármelas, estaba entregada, pero tenía miedo…, meto mis manos por debajo de su delantal sacando unos mojados calzones por los fluidos que emanaban de su encharcada vagina, siente ella la presión de mi pene entre sus muslos punzándola en busca de su vagina se asusta trata de escapar de esa posición, no puede…, sabe lo que viene y solo abre sus piernas para no ser maltratada… Marisol una hembra madura de 36 años, madre de tres hijos, tenía un cuerpo que sin ser gordo era fornida y de atrayentes, senos un poco caídos, pero admirable y un trasero parado que enloquecía a los hombres siente de pronto como una pelota de tenis por el grosor trataba de ingresar a su vagina, era el glande del chiquillo, la extremidad del pene ingresando a su cueva sagrada solo profanada por su marido, hoy un segundo macho se satisfacía en ella… gritaba de dolor y placer cuando ese extendido pene la deshonraba haciéndole sentir que hora eran dos machos los dueños de su cuerpo, que tendría que satisfacerlos a ambos…, me duele, gemía, me rompes sollozaba…, siente como ese duro tronco se menea en su matriz entrando y saliendo y excita sus adrenalinas, de ahí en adelante se olvida que es casada, madre de niños y que solo había pertenecido a un hombre, ese dolor se transforma en placer, locamente mueve sus caderas al ritmo que este macho le solicita penetrándole su grueso pene, la pieza se llena de gemidos, suspiros, sollozos, quejidos de placer y lamentos de gozo Marisol y Leo han formado un dúo satisfactorio y solo saben gozar y sentir el placer del apareamiento bien obtenido y sus gritos de gozo al llegar sus culminaciones y clímax son maravillosos, abrazándose y besándose con desesperación…, caen ambos en el sopor de un acto bien consumado y se relajan uno al lado del otro…, luego Marisol va al baño a asearse.

Al volver avisa abriré es la hora de atender el negocio… mas tarde llega su hijo menor a buscarla y llegando su hora ambos se van, al despedirse Leo le dice mañana llega mas temprano… ella nada dice solo asiente con su cabeza. Había cumplido el requisito para ser contratada, eso sí debería pasar por la cama del macho muchos orgasmos mas.

A la mañana siguiente llega la colaboradora tipo 7::00 horas y mientras salía el pan pasa por su cama entre las 7.00 y las 7:30, donde nos deleitábamos de nuestro encuentro carnales, desaparece bajo unas manta en la estancia vecina del horno de barro donde se cocinaban las empanadas y las tortillas, en una débil y antigua cama recibe a nuestros amantes, nuestros cuerpos unificados en un estrecho abrazos copulando excitadamente y no nos deteníamos hasta la llegada de nuestros orgasmos y culminación de nuestra exaltación donde Marisol es saturada de semen en su vagina. Marisol esta entregada cual mujer briosa por su macho, se entregara a este cuantas veces lo solicite.

Marisol es solicitada diariamente abriéndose de piernas…, este juvenil macho a cargo de la panadería lo que mas desea es enterrar de un solo golpe su pene en la matriz de Marisol, gimió y suspiro esta conteniéndose para no gritar de placer, me busca bajo la frazada besando mi boca ardiente al ser penetrada, estaba ensartada por mi pene hasta su matriz y movía con placer sus caderas aprovechando los movimientos de la cama soy tuya me decía, con disimulo para que no sospechen que soy tuya… ah…. oh…. tuya. Dice apretándome contra su cuerpo y muerde mi hombro para no gritar de gozo cuando le llegan sus orgasmos. Suspira y resolló en mi cuello desesperada al ser saciada de sus pasiones y siente como mi pene riega en sus entrañas mi caliente leche, ah…, rico me dice, ah… oh… estremeciéndose al sentirse copulada con pasión. No me suelta sigue abrazada a mi recuperando su respiración. Mira luego angustiada a su alrededor, se tranquiliza al darse cuenta que la panadería esta cerrada y nadie sabrá de su entrega al adulterio, plantándole en la cabeza unos cuernos a su marido y lo que es peor fertilizando en su matriz un hijo con el semen de otro macho, su amante.

Como necesito otra dependiente Marisol la busca a su voluntad y me trae a esta sucursal a su hija Aurora, le digo oye yo no voy a respetar a tu hija y la pasaré igual por mi cama…, me contesta hazlo, esta hija mía esta mal casada y el loco apenas la usa, siempre esta ardiente y deseando hombre…

Dos días después tengo a Aurora…, bueno eso lo cuento después…