sumiso y azotado ( CON fotos)

Hoy llega a casa mi esposa cristina, después de haber pasado todo un fin de semana con su jefe en su casa de campo, y yo había pasado todo un fin de semana masturbándome con su ropa, mientras pensaba en que estaría haciendo cristina, por mi mente pasaban cientos de ideas, me imaginaba a mi esposa, hincada entre las piernas de su jefe, chupandole su enorme verga, casi podía ver a cristina tragándose aquel enorme miembro, me imaginaba también a mi esposa, cumpliéndole algún capricho a su jefe, se que a el le gusta exhibirla y seguramente, el no desaprovecho esa oportunidad, tal vez la obligo a salir sin ropa interior y llevando únicamente alguna diminuta falda, permitiendo así que otros hombres pudieran admirarle las nalgas, me imaginaba también que su jefe no fue solo, tal vez también llevo a algunos amigos, y entre todos la pusieron a mamar, ya me imagino a mi esposa, yendo de un cuarto a otro chupandoles la verga a todos esos tipos, tal vez entre todos la penetraron, tal vez uno por uno, no lo se, pero de que lo que si estoy seguro es que la usaron, de que fue penetrada una y otra vez sin descanso, me imagino el semen escurriendo por entre sus labios, me imagino también como debe de estar su vagina y su culo, ya ansió que llegue para que me cuente todo, pero se que también ella me va a reprender por haberme masturbado con su ropa, se que me toca una buena tanda de azotes, pero eso se compensa con la satisfacción de escucharla decir que se comporto como toda una puta y se dejo hacer de todo, me fascina cuando se pone en el plan de esposa castigadora y me dice que me ponga sobre sus piernas y comienza a darme de nalgadas, todo eso me pone a punto de estallar,

A llegado..!! bajo las escaleras rápidamente y la espero en la puerta, ella entra cargando su maleta y simplemente me dice que la lleve a su cuarto, puedo ver en su rostro que esta satisfecha y como no estarlo, si gozo como una loca, con quien sabe cuantas vergas, cargo su maleta y me voy hacia su recamara y ella tras de mi, una vez dentro, la dejo sobre la cama y ella de inmediato, va hacia el cesto de ropa, sabe bien lo que e estado haciendo, así que toma una de sus prendas y la observa detenidamente y después de unos segundos, sonríe y me dice,

- veo que estuviste ocupado,,

no le digo nada y solo bajo la cabeza, suelta la prenda y saca de uno de sus cajones un cepillo de madera, se sienta en un banco y me dice que me ponga frente a ella, se bien lo que viene, así que no la hago esperar, me bajo los pantalones junto con los calzoncillos y me paro frente a ella, siento como posa su mano en mis glúteos y comienza a acariciarlos y de pronto, un fuerte azote me hace brincar, pero trato de soportar, después viene otro y otro y así durante algunos minutos mas, mi trasero es castigado, hasta que ella se cansa, después se levanta y con su voz firme me dice,

- después te contare todo lo que hice, ahora déjame descansar,

salgo de su recamara y me voy a la sala y espero, se que todo valdrá la pena, cuando me comience a platicar lo que le hicieron y yo termine con una erección, no lo puedo evitar, soy un cornudo sumiso.