Esta es una historia que empezó hace varios años, pero aun hoy se sigue desarrollando, por lo que considero que puede ser interesante su lectura.- Mi nombre es Pablo, tengo en la actualidad 32 años, soy soltero pero vivo muy feliz rodeado de mis amores.- Cuando yo nací, ma mamá Mari tenía 22 años y mi papá Alejandro tenía 24; ambos se habían casado muy felices y despues de algo más de un año aparecí yo; mi padre era hijo único y mi madre tenía varios hermanos, pero su preferida siempre fue Corina que cuando yo nací tenía 12 años y era la menor de los hermanos: su padre era un otaliano que había llegado hacía muchos años a nuestro país la Argentina con muchas ganas de trabajar, llegando a ser dueño de una fortuna, ya que era dueño de una empresa metalúrgica, en la que mi papá trabajaba como empleado caracterizado.- Como ya he dicho, mi tía Corina era la preferida de mi mamá y por lo tanto pasaba mucho tiempo en mi casa, habièndome convertido en su juguete preferido, dado que por su pequeña edad de 12 años todavía pensaba en juguetes; de esa forma empecé a crecer siendo el mimado de mi tía.-
Para acentuar el vínculo entre me madre y su hermana, ocurrió un hecho que las marcó definitivamente: cuando yo tenía cinco años, mis abuelos tuvieron un accidente en uno de los paseos que acostumbraban realizar, desbarrancando el bus en que viajaban y falleciendo los dos en el acto; por una parte mi tía Corina se vino a vivir a nuestra casa, pasando a ser un miembro más de nuestra familia, y por otra parte, ninguno se atrevió a seguir los pasos del abuelo, por lo que decidieron vender todas sus propiedades incluída la metalurgia, con los que les tocó un muy buen dinero a cada uno de los hermanos de mi mamá y a ella también.-
Mis padres comenzaron a viajar asiduamente, dejándome al cuidado de tìa Corina que se estaba convirtiendo en una hermosa mujer de veinte años, yo recién tenía ocho años pero mis instintos masculinos comenzaban a despertar; ya me daba cuenta que tenía unas hermosas tetas que después supe que eran talla 100, mientras que sus piernas se estaban formando como dos estacas hermosas para sostener tan rico cuerpo, pero lo que todavía no llamaba mucho la atención era su culo, aunque después cuando fui creciendo, me di cuenta que era un culo fabuloso, del que más adelante pude disfrutar y aun sigo disfrutando.- Durante esos viajes yo me hacía más el mimoso de lo que en realidad era y de esa manera lograba dormir junto con la tía Corina que como dije anteriormente me daba todos los gustos; de esa forma pude darme cuenta de sus hermosas tetas, ya que cuando se sacaba el corpiño para ponerse el camisón, ella pensaba que yo ya estaba dormido, pero en mi infantil picardía la espiaba y así era como me gustaba verle las tetas, algunas noches antes de dormirme trataba de tocárselas disimuladamente porque ella no me permitía tocaárselas directamente, pero haciéndome el dormido lo lograba muchas veces y eso en realidad me estaba gustando.
Con parte del dinero de la herencia de los abuelos, mis padres compraron un departamento en la zona costera de la provincia de Buenos Aires, en una zona muy conocida y a muy pocas cuadras de la playa. Era un departamento de dos ambientes ubicado en el segundo piso de un edificio no muy grande ya que solo tenía dos pisos con cuatro departamento por piso al fondo y cuatro al frente, pero en realidad era un departamento de mucho confort.- Allá íbamos todas las vacaciones; por supuesto que Corina venía con nosotros; lucía unos hermosos bikinis que iban ddesèrtando mis hormonas y fue así que mas o menos a los 11 años empecé a hacerme pajas pensando en mi tía Corina que en ese momento tenía 23 años y un cuerpazo de modelo; para ese entonces empecé a notar algo más íntimo que la relación de cuñados entre Corina y mi papá, pero enseguida pensé que no podía ser porque siempre estaba mi mamá, pero con el tiempo me fui dando cuenta que mis sospechas eran fundadas, porque los encontré varias veces abrazados y toqueteándose, pero también pensé que mi mamá debía estar al tanto de esa relación, porque de lo contrario hubiera protestado al darse cuenta.-
Siguieron pasando los años, mis padres seguían viajando y yo quedando en casa con la tía Corina, yo cada vez trataba de insinuarme más con ella, pero ella enseguida me decóa que yo era demasiado joven àra ciertas cosas, que ya llegaría mi turno.- Seguíamos yendo al departamento de la costa todas las vacaciones y también durante el año cuando se presentaba un fin de semana largo, siempre notaba la intimidad de papá con Cori lo que me estaba convenciendo que mi pensamiento era realidad, aunque en casa no lo notaba pero sí en el departamento de la costa, lo que me llamaba mucho la atención. Llegó un momento cuando yo ya había cumplido mis puince años mientras Cori ya tenía 27 y se había convertido en un verdadero monumento de mujer; yo me mataba a pajas por ella y se lo hice saber, pero ella volvía a decirme que yo aun era muy joven para tener relaciones y que además éramos familiares muy cercanos, lo que hacía imposible nuestro encuentro, que yo debía buscar mi desahogo entre mis compañeros de colegio, pero mi obsesión estaba fija en mi tía, a pesar de los 12 años de edad que nos separaban.-
Varios meses después de cumplir mis 16 años, se presentaba un fin de semana largo; como de costumbre se preparó todo para ir a la costa, pero un imprevisto hizo que mis padres no pudieran ir; entonces, para mi felicidad, tía Corina habló con mis padres y les pidió permiso para ir conmigo solo a pasar ese fin de semana a la costa.-
Mis padres no dudaron un momento en autorizar nuestro viaje dada la confianza que le tenían a Cori, lo que hizo que yo aumentara mi cuota de pajas pensando en que iba a estar varias días a solas con mi sueño y en la costa.- Cori se ocupó de todos los detalles del viajes; sacó los pasajes para el dia jueves a última hora de la noche; en la parte de abajo del bus y en el último asiento con lo que tendríamos cierta intimidad.- Yo estaba completamente nervioso; era laprimera que íbamos a la costa solos con mi tía y pensaba aprovechar este viaje en todo lo que pudiera; Cori ya tenía 28 años y yo solo 16, pero iba a tratar por eso días, su novio, su marido, su amante, todo lo posible.-
En cuanto empezó el viaje, con todas las luces del bus pagadas, me estiré en mi asiento y puse mi cabeza sobre las hermosas piernas de Corí que se había vestido con un top dejando su pancita a la vista y una bermuda bien ajustada que cuando se paraba le hacía lucir un hermoso culo; de esa manera con mi cabeza sobre ella, yo trataba de rozar en alguna forma sus tetas, deleitándome durante el viaje, pero ella se acomodó de forma que mi cabeza quedó muy cerca de sus tetas, debiendo conformarme con oler su rico aroma a mujer deseada.- Cuando ya faltaba muy poco para llegar a destino, ella me despertó, fui al baño a lavarme la cara y una vez bien despierto la abracé y de esa forma quedamos hasta la llegada al parador donde debíamos bajar; de ahí al departamento quedaban ocho cuadras y como era muy temprano, decidimos ir caminando, cada uno llevando su bolso con la ropa que había llevado para usar esos pocos días.- Yo me crucé el bolso quedando mis dos manos libres; entonces mientras ella me llevaba tomado del hombro, yo con las dos manos la iba abrazando y acariciando su hermosa pancita que estaba al aire libre; el sentir tan hermosa piel en mis manos me fue excitando y provocando una erección la que no pude disimular por mucho tiempo y pienso que Corina se dio cuenta aunque no dijo nada.-
El día se presentaba nublado, pero ya llegando al departamento empezó a lloviznar, por lo que pese a nuestro deseos ya no sería un día de playa; entonces le dije a Cori que podríamos aprovechar el feo día para que ella fuera mi primera mujer, a lo que ella mostrando un fingido enojo , me dijo que parecía que eso era una idea fija mía, pero que debía esperar.-
La llovizna pasó enseguida pero el día seguía muy nublado; Cori se fijó lo que faltaba para nuestro almuerzo y fuimos los dos a hacer las compras como una pareja de enamorados; compramos lo necesario y volvimos al departamento charlando acerca de lo que haríamos esa tarde; por supuesto que yo insistí con mi idea fija, pero Cori haciendo de cuenta que no me había escuchado, me dijo que esa tarde le gustaría ir al cine de la localidad donde daban una hermosa película de amor; no me quedó más remedio que aceptar; almorzamos y nos dispusimos a ir al cine; yo me puse una camisa suelta y un pantalón de gimnasia que me quedaba muy cómodo, mientras que Cori se dejó el top con el que había viajado con el que se le marcaban muy bien las hermosas tetas, pero se sacó la bermuda ajustada y se puso una más holgada, diciéndome que esta le quedaba más cómoda; fuimos caminando otras cuatro cuadras hasta donde quedaba el cine y mientras ella me llevaba del hombro (era en ese entonces un poco más alta que yo), yo pasaba mi mano izquierda por su cintura acariciando su pancita lo que me produjo una nueva erección.-
Llegamos al cine, ella eligió la última fila y nos sentamos esperando el comienzo de la película; mientras lo hacíamos hablábamos de lo que hacíamos al día siguiente si salía el sol; durante esa conversación yo le seguía acariciando la pancita sin disimular para nada el bulto que se había formado en mi pantalón de gimnasia.- Apagaron las luces y nos acomodamos de distinta forma; ella a mi izquierda y con mi brazo izquierdo sobre su hombro y mi mano derecha sobre su hermosa pierna acariciando muy suavemente; en la oscuridad de la sala, ella acercó su boquita a mi oído y me dijo que me quedara tranquilo; yo no sabía porque lo decía, pero enseguida me di cuenta porque ella estaba acariciando mi pija que creció a su máximo esplendor; Cori metió la manito dentro de mi pantalón de gimnasia y de mi calzoncillo agarrándome la pija y empezando a hacerme una muy suave y hermosa paja; era la primera vez que una mano que no fuera la mía me tocaba la pija y era nada menos que la de mi adorada Corina que me estaba haciendo la paja y pidiéndome que me quedara tranquilo; yo no sabía que hacer; lo primero que hice fue apretarle con mi mano izquierda las tetas dándome una sensación de gozo supremo mientras que con mi mano derecha acariciaba sus piernas, tratando de meter mi mano bajo su bermuda para tocar algo más (en ese momento me daba cuenta porque se había puesto la bermuda más holgada).- Corina seguía pajeándome muy suavemente mientras me pedía tranquilidad; yo me removía de gusto en el asiento hasta que no pude aguantar más y sin avisarle, acabé en sus manos, llenándoselas con mi leche.- Tranquilamente sacó sus manos de adentro mis calzoncillos, y con un pañuelo se limpió las manos, diciéndome que no me limpie porque a ella le gustaba así.- Me preguntó si me había gustado, le contesté que era lo mejor que me había pasado en la vida y que esperaba volver a repetirla; ella sonriendo me dijo que yo era un confianzudo porque le había apretado las tetas, pero que ahora debíamos portarnos bien mirando la película.-
Miramos toda la película tranquilamente, aunque hubo algunos pasajes que me calentaron sobremanera pero Cori me frenaba los impulsos.- Nos fuimos caminando para casa y después de merendar, le pedí a Cori si podía repetir la hermosa pajita que me había hecho.-Se hizo rogar varias veces hasta que me dijo que iba a ser lo último por ese día y que no me enviciara; me hizo sacar los pantalones y los calzoncillos; ella se sacó el top y quedó con el corpiño puesto y en el living del departamento, ella se agachó, me apoyó sus tetas en mi espalda y con su mano derecha, empuñó desde atrás mi pija mientras que con la izquida me acariciaba los huevos; yo la verdad estaba enloquecido; mi adorada me estaba haciendo una nueva paja; despaciosamente seguía pajeándome suavemente logrando que mi erección fuera total; ante tal satisfacción, no pude aguantar mucho tiempo y mi pija empezó a largar tremendos chorros de leche que no dejaban de salir, el suelo quedó todo manchado con mi semen y Cori me dijo que me tocaba limpiar, lo que hice con mucho gusto.- Le pregunté a Cori si podíamos hacer algo más y me dijo que por ese día era todo y la verdad que no había sido poco mi goce.- Como recuerdo a ese día, me quedó lo que hice en el cine, al meter la mano bajo su bermuda, toqué su conchita que me pareció con mucho pelo, pero no pude saber si era así en realidad porque no pude seguir adelante, por lo que me quedó la duda de cómo sería su concha.-
Llegó la noche y nos fuimos a acostar; yo quería dormir junto con ella pero no me lo permitió diciéndome que mañana sería otro día; al día siguiente nos levantamos a desayunar y yo ya tenía mi pija completamente dura por ganas de coger; Cori lo notó pero no dijo nada y desayunamos los dos tranquilamente hablando sobre como la estábamos pasando; el día nuevamente estaba muy gris lo que nos privaba nuevamente de ir a la playa; pero Cori me dijo que tenía algo muy entretenido para mí que me iba a gustar; yo me quedé intrigado pero confiado en lo que me había manifestado; al poco rato se metió en el baño; yo pensé que había ido a hacer sus necesidades y me quedé tranquilo, pero enseguida me llamó y me dijo que entrara al baño; grande fue mi sorpresa cuando entré y la ví vestida solamente con una pequeña tanguita y un corpiño; al ver mi cara de sorpresa me dijo:
• Pablito, ayer en el cine me metiste la mano, pero te quedaste con las ganas de conocer a una mujer desnuda
• Así es mi amor, pero no pierdo de las esperanzas de poderte ver a vos desnudita para mi
• Bueno Pablito, como primera medida sacame el corpiño y conocé como son las tetas de la tía, y después me vas a ayudar a ponerme linda porque ayer tocaste mucho pelito, pero hoy me ayudaras a afeitarme para ponerme espléndida para vos
Acto seguida se dio vuelta para que yo le sacara el corpiño, lo que hice con mucho nerviosismo, pero lo que vi fue una maravilla, no sabía si tocarlos, amasarlos, chuparlos, asi que me decidí por admirarlos; en ese momento me acordé que me dijo que yo le tenía que ayudar, así que armándome de valor, tomé su tanga por los costados sacándoselo por abajo, quedando a la vista su más que hermoso, ¡hermosísimo¡ culo; ella lo exhibió un rato para que yo lo admirara y enseguida se dio la vuelta mostrando su concha llena de pelos oscuros, formando un verdadero monte, dándome cuenta porque en los cuentos porno lo llamaban monte de venus.- Cori me dijo que yo iba a ser su ayudante y como tal que le alcanzara la crema de afeitar; se sentó en el asiento del inodoro y abriéndose de piernas me dijo que le echara crema; así lo hice y ella tomando la maquinita de afeitar, empezó a rasurarse la concha mientras mi pija no cabía mas dentro del short; yo miraba extasiado como ella se iba dejando bien lisito hasta que sin siquiera tocarme, acabé llenando mi short con mi semen; Cori se rió con ganas, pero siguió con su trabajo, pidiéndome que le ponga crema y luego de pasar la maquinita, me pedía que le pasara un trapo humedecido por la concha; cuando consideró que hubo terminado, me preguntó si me gustaba como había quedado a lo que le respondí que había quedado hermosa, luego de lo cual me pidió que le diera un besito en la concha.- Entonces le dije que quería cogerla, me dijo que yo lo tenía merecido y que iríamos a la cama matrimonial para que yo pudiera coger por primera vez; me sacó el short y los dos completamente desnudos fuimos del baño a la cama.-
Yo no sabía como actuar, mi pija estaba que reventaba, Cori se acostó y me dijo que me acostara junto a ella; ella me agarré la pija y la empezó a pasar por todos sus agujeros; cuando me quise acordar, mi pija se encontraba adentro de ella y ella sonriendo abiertamente me dijo que yo había entrado por su puerta trasera y la estaba cogiendo por el culo: doble satisfacción para mí; me estaba cogiendo a tía Cori y nada menos que por el culo; me moví muy poco dentro de ella y enseguida acabé por segunda vez, pero esta vez fue con tremendo goce; me quedé adentro de ella hasta que mi pija sola se salió, pero yo quería seguir cogiendo; Cori lo entendió, me hizo acostar boca arriba, con su boca me hizo parar bien la pija y ella se fue sentando sobre mi pija hasta tenerla toda bien adentro, momento que me cabalgó hermosamente, logrando un nuevo polvo, esta vez dentro de su tan deseada concha.- Me preguntó si me estaba gustando, le contesté que jamás pensé que era tan lindo coger.- Me dijo que todavía me faltaba aprender mucho y le dije que lo esperaba.- Su primera lección fue una hermosa chupada de pija hasta hacerme acabar en su boca lo poco que quedaba en mis bolas después de tantas acabadas.- Seguimos cogiendo todo el día, al día siguiente amaneció pleno de sol, pero yo ya no quería ir a la playa porque quería seguir cogiendo; Corina me hizo entender que debíamos quemarnos un poco para seguir contando con la confianza de nuestros mayores; así lo hicimos pero igual fueron unos días de pleno sexo.-
Seguimos cogiendo como dos enamorados sin importarnos la diferencia de edad; cuando yo llegué a los 25 años, mis padres por no se que razones ni tampoco las quiero averiguar, mis padres se separaron, provocando en mi mamá una gran depresión.- Gracias a los buenos oficios de tía Corina, al poco tiempo tuve la dicha de cogerme a mi mamá y hacerle olvidar la depresión; mamá tenía en ese entonces 47 años pero les puedo asegurar que cuando cogíamos no se notaba para nada nuestra diferencia de edad, y gozábamos los dos como jóvenes enamorados.- Actualmente tengo 32 años, estoy soltero pero como dije al principio, vivo muy feliz con mis amores, Corina de 44 años y mamá Mari de 54 años, haciendo a veces una fiestita en la que cogemos los tres y gozamos como nunca.-