Todo con el papá de mi amigo

Hola a todos, antes que nada quiero agradecerles sus comentarios a mi relato anterior, espero sigan siendo de su gusto las experiencias que les cuento.


Les cuento un poco más sobre mi, soy coqueta, la verdad, me gusta vestir sexy y llamar la atención a donde quiera que voy, quizá como toda mujer, vanidosa, me gusta verme bien, siempre me maquillo, me gusta mucho usar faldas, minifaldas y vestidos, tengo una larga colección de zapatillas de todo tipo, colores y tamaños.


Esto viene a colación por mi siguiente narración, hablando de adultos, para mí casi cualquiera lo es, tengo un muy buen amigo, Andrés, es el tipo de amigo para cualquier ocasión, para salir a dar la vuelta o pasar un rato candente solos en su casa.


Hace poco hable con Andrés para ir a visitarlo a su casa (para ser precisa hace como unos 3 ó 4 meses), en mi mente con la firme intención de pasar la tarde cojiendo, la verdad, ese día había amanecido dispuesta y muy caliente; llegue a su casa alrededor de las 4:00 p.m. y para mi sorpresa, no estaba, solo estaba su papá quien es divorciado, un hombre de 60 años pero muy bien conservado, como de 1.70, fornido, fuerte y bueno, desde mi punto de vista muy bien cuerpo.


- hola Jessy, pasa, me dijo Andrés que ibas a venir, el tuvo que ir a la universidad, pero me dijo que regresaba pronto


- hola Don Pepe, claro, lo espero


La verdad eso hizo que decayera mi ánimo, se supone que su papá iba a estar en su trabajo, pero ese día había salido temprano, sentí que mi esmerado arreglo de ese día ya se había ido por la borda.


Escogí un atuendo muy sexy para ese día, iba de color claro, una minifalda amplia color arena y una blusa blanca sin mangas, medias (de esas que son de liga a la pierna con encaje) es decir, yo iba a lo que iba.


- que bien te vez Jessy, muy guapa


- gracias Don Pepe, a la orden, ya sabe


Yo ya lo conocía y me llevaba muy bien con el, pasamos a las sala, a esperar a Andrés y estuvimos platicando un rato, muy coqueta me senté en el sillón de enfrente con la pierna cruzada, y cambiándola de izquierda a derecha, y ahí empezó lo bueno.


Como les dije iba con una minifalda y cada que cambiaba de pierna… me dice:


- hay Jessy no sigas haciendo eso que te puedes llevar un susto


- no entiendo Don Pepe (si, como no)


- estas muy guapa, y la verdad muy buena, no me tientes


(entonces supe que hablábamos el mismo idioma)


- por que Don Pepe (haciendo nuevamente el juego de piernas ahora abriendo un poquito más el compás) si le gusta lo que ve, no hay nada más que pedir (riéndome coquetamente)


- hay niña vente vamos a la cocina a ver que preparamos para comer.


Fuimos a la cocina, la cual es muy pequeña, por el pasillo apenas si pasa una persona, en lo que yo andaba viendo la estantería el paso hacía el refrigerador, lógicamente se tuvo que arrepegar un poco, y sentí como me paso su pene por mis nalgas, el cual ya se sentía firme, eso hizo que siguiera en la conversación de la sala, así que ahora fui yo la que fue hacía el refrigerador pegándole con intención mis senos a su espalda, - a ver Don Pepe, déjeme ver que hay -, inclinándome y dándole la espalda, mis nalgas, - hay niña, no me hagas eso, que no respondo.


- Don Pepe, por que se pone nervioso


- nerviosa vas a estar tu si me sigues incitando


- yo!, solo soy como siempre me ha conocido (cerrando el refrigerador y ahora pasándome de lado, para que nuevamente su pene se pegara a mis nalgas)


En eso sonó el teléfono, fue a contestar y era Andrés diciendo que iba a demorar un rato más y que llegaría como a las 9:00 p.m. – oye esta Jessy aquí, habían quedado en verse – bueno, dile que después le llamo, o si quiere esperarme, ok, colgaron y me dio el mensaje, yo le dije, bueno, pues ya estamos viendo a ver que cocinamos, si no le incomoda, me quedo, - no, como crees que me va a incomodar, al contrario – dicho lo anterior regresamos a la sala, seguimos conversando y cuando los vasos quedaron vacíos fue a la cocina por más, y fui a tras de el, parándome de frente a el, y me dice:


- hay vas, nuevamente


- Don Pepe, me he fijado como me ve, a caso lo detiene algo


- niña te quedo muy grande


- perfecto, conteste


Me gire en ese momento para regresar a la sala, y en eso me dio una nalgada – estas muy buena, no lo niego – regresándome, le di una nalgada y tu también Pepe.


En eso me abrazo y me dio un beso en la mejilla, yo se lo regrese, pero sui besándolo a través de la cara, mordisqueando su oreja – no, no sigas que me calientas – pegue un poco más mi cuerpo para que mis senos se apachurraran en su pecho mientras empecé a besar su cuello, el me tomo de las nalgas mientras giraba mi cara para besarme, mientras seguía acariciando mis nalgas y jalando con sus dedos poco a poco mi falda, metí mis manos debajo de su pantalón para también sentir sus nalgas desnudas en mis manos.


Seguimos así, mientras ya teniendo sus manos en mis nalgas, por debajo de mi tanguita se fue arrepegando más a mí mientras sentía ya su pene bien erecto pegado a mi vagina.


En eso, se separo de mí diciéndome – niña, mira nada más lo que estamos haciendo – si verdad, conteste, a mi me encanta, entonces nos dirigimos nuevamente hacía la sala, como niño espantado se fue a sentar al sillón individual y yo me senté frente a el, pero ahora sin cruzar las piernas, y lo suficientemente abiertas, como han de saber, las faldas se suben un poco cuando una se sienta, así que me dijo – por favor Jessy, acomódate la falda y siéntate bien por que me estas calentando demasiado, entonces me levante y me senté en el suelo con las piernas de lado a y recostando mi cabeza en el descansa brazo


- Pepe, estas muy bien para tus 60, y a mi me gusta la experiencia


Mientras decía esto, lleve mi mano hacia el bulto de su pantalón que ya denotaba no solo que ya lo tenia bien parado sino que también ya estaba lubricando, se lo empecé a acariciar y bajando el ziper, me decía – no, no hagas eso – fui metiendo mi mano para juguetear con su enorme pene, que sentía que poco a poco crecía más, empecé a desabrochar su pantalón y liberar al mounstro, que cuando salio se veía exquisito, jugoso, lubricando y con la cabeza ya mojada, lo apreté un par de veces acercándome con curiosidad, empecé a darle besitos en la cabeza para sentir su semen en mis labios, y después empecé a mamarselo, pasándole mi lengua por todo su pene, chapándolo, succionándolo, mi excitación ya era grande, me arrodille frente a el para estar mas cómoda mientras sujetaba mi cabeza subiéndola y bajándola a ritmo, mientras yo con una mano me apoyaba y con la otra acariciaba mi clítoris, oía sus gemidos, sus quejidos, sentía como aquel ya grande pene se hinchaba y crecía más y más hasta que dijo – ahora si mi putita Jessy, tu lo pediste – si, si tu putita Pepe, y ahora que me vas a hacer, conteste.


Se incorporo y me dijo que fuéramos a su recamara para estar más cómodos, le seguí, estando ahí, se dejo caer los pantalones y se los quito, yo estaba sentada sobre la cama y quitándose la camisa y quedando desnudo frente a mi, me pregunto que si me gustaba lo que veía, extasiada, teniendo frente a mi su pene, con gotas de semen saliendo de su cabeza, con mi notoria saliva de que ahí había estado trabajando, lo sujete y lo chupe como paleta con cubierta de chocolate, para después , seguí chupando hasta donde pudiera entrar en mi boca, baje mi mano para seguir estimulándome y a el notarlo, me separo y me extendió sobre la cama, se puse sobre mi, besándome el cuerpo y quitando poco a poco la blusa que traía, empezó a besar mis senos mientras me iba quitando el sostén, beso y mordió con fuerza mis hombros mientras apretaba mis senos, fue bajando por mi abdomen y poco a poco recogiendo la minifalda acariciándome la vagina, siguió bajando hasta empezar a besar mi vagina por encima de la tanguita, bajándola poco a poco, besándome las piernas por encima de las medias para después quitármelas, siguió el mismo recorrido hacía arriba diciendo – que rica putita, con lo que me gustan chiquitas, ni modos Jessy, tu lo quisiste, empezó a introducirme el dedo en mi conchita que ya estaba mojada y apretándome un seno, disfrutando al ver la cara de placer que tenía, mientras hacía eso, me empezó a hacer sexo oral, guauu, que delicia, chupada y penetrada al mismo tiempo, yo sentía chorros que salían de dentro de mi.


Acomodándose se subió encima de mi teniéndome con las piernas abiertas, con mi vulva totalmente abierta, esperando recibir ese gran placer, que un pene grueso e hinchado puede dar, coloco la cabeza de su pene en mi vulva jugueteando, - entra, no entra – "metemela ya, que no aguanto" gritaba cuando empezó a introducirla poco a poco, teniendo la cabeza dentro de mi, moviendo su pene comos si fueran espasmos


- Pepe, metemela toda, ya, por favor


- di que eres mi putita, ruégame que te la hunda


(Eso me excitaba aún más)


- metemela, soy tu putita, cojéeme, hazme tuya, soy toda tuya, solo para ti (mientras sujetaba sus nalgas hacia mi) cojéeme Pepe, Cojéeme José, "metela" (mientras mi respiración era cada vez más rápida)


Cuando de un golpe entro toda como en curva, mi grito fue de placer aunque mis ojos se abrieron de más, supongo por el placer, y con toda su musculatura, empezó a meterla y sacarla, a distintos ritmos, mis jadeos creo se oían a la esquina, - te gusta así, más, quieres más – mis jadeos eran tan rápidos que ni podía contestar más que entrecortadamente – sí, más – me abrazo e hizo que girara sobre el quedando yo arriba con la espalda erigida, así llevaba ya mi ritmo, mis movimientos mientras sujetaba fuertemente mis senos, que aunque dolía un poco, la verga que recibía una y otra vez mi conchita lo agradecía.


Había ya empapado su pene unas dos veces con mis jugos cuando se me cambio de posición, me llevo hacía el escritorio y recostándome dejando mis piernas colgando fuera del mueble, estando el parado me empezó a penetrar cada vez más fuerte, guuaauu, vigoroso a pesar de sus 60 a mi me dejaba sin aliento, después poco a poco, me fue deslizando fuera del escritorio y cargándome pero sin sacarla, se sentó en la silla y quede frente a el de piernas abiertas aun con su pene en mi interior, mientras me cojía en esa posición chupaba mis senos que los tenia a la altura, con una mano sostenía mi espalda y con la otra acariciaba mi vulva, mi excitación no tenía fin.


Se levanto y cargándome nuevamente me llevo hacia la cama donde me acostó y se puso encima de mí pero ahora mis piernas estaban apoyadas en sus hombros, regresamos a la posición de misionero donde sus fuertes y rápidas penetraciones terminaron por inundar mi conchita de su caliente leche, que tanta, que mancho las sabanas.


Se quito de encima para descansar y aún con un mega orgasmo en mi interior, veía como aún su pene permanecía de buen tamaño, lleno de su leche y mis jugos, (y como a mi no me gusta desperdiciar) me abalance sobre el chupando todo ese néctar de fluidos, cuando termine de limpiarlo, nos quedamos tendidos un rato, cuando me pregunto que si estaba lista para el siguiente, se acomodo en la posición del 69, metía su lengua jugueteando con mis labios vaginales, mientras sentía nuevamente como se iba hinchando su pene, como si no lo acabara de hacer, se acomodo a tras de mi, y levantando mis nalguitas empecé a recibir una embestida por atrás en mi vagina, se fue acomodando hasta poder quedar de pie y dejándome de frente al espejo de la cómoda y a otro de cuerpo completo que estaba en el closet, disfrutaba de ver como me estaba penetrando y yo lo disfrutaba también.


Cada vez sus embestidas eran más fuertes mientras me sostenía de la cadera o de los senos, diciéndome – vamos grita más, pide más, dime Pepe, cojéeme toda – a lo que yo obedecía, sintiendo como de repente, pellizcaba mis nalgas moviéndose en círculos; "Jessy putita de Pepe, Jessy putita de Pepe" lo hacía excitar más y lo notaba en la presión de su enorme verga sobre mi concha, veía a través de los espejos como entraba y salía una y otra vez de mi interior, me sentía dominada, cojida, excitada y altamente satisfecha, (mucho mejor que Andrés) empezaba a acariciar mi ano, y eso me calentaba más, mientras con cuidado introducía un dedo y lo sacaba y lo metía – te gusta? – me fascina, me estaba corriendo a chorros, cuando saco su verga y me dijo que me sentara en la cama, se paro frente a mi como al principio y me dio su verga a mamar, sentí lo que venía cuando percibí las palpitaciones de su pene y su cabeza roja como cereza, el premio estaba cerca, empecé achurarlo cuando en pocos momentos, sentí el nuevo torrente que inclusive voló de mi boca hacia mis labios, hacia mis senos, hacia mi cara, delicioso.


Seguí chupando hasta sacar la ultima gota de leche, y el se acostó, yo, así desnuda, me fui a la cocina, por algo de comer (ya que no habíamos comido… bueno, yo si) a los pocos minutos me fue a alcanzar y en la cocina, me empezó a introducir el dedo, aún no acababa el orgasmo anterior, y ahí estaba de nuevo.


- tu tuviste la culpa, tu empezaste


- no me arrepiento, listo para el otro,


Me acomodo ahora en la mesa del comedor (como antes en el escritorio) y me penetro como si fuera la última mujer sobre la tierra, golpeaba fuerte que hacía temblar mis senos, que empezó a sujetar y a apretar mis pezones, esta última vez, no tardo mucho en correrse dentro de mi, inundando nuevamente mi conchita de su leche, no tanta como las veces anteriores.


Ya eran cerca de las 20:30 y me dijo que me vistiera ya que no tardaba Andrés en regresar, nos vestimos y nos fuimos a la sala a conversar, cuando se levanto a la cocina, para no perder la costumbre, fui tras el, respondió antes de llegar a la cocina abrazándome y metiendo su mano debajo de mi falda, debajo de mi tanguita, acariciándome mi rajita, a mil por hora me puso otra vez – uno más – me dice, con gusto conteste, empezó a acariciar mis senos, pegándome su pene en mis nalgas, se ponía interesante otra vez el asunto cuando llego Andrés, - hay que bueno que me esperaste, que te cuenta mi papá –


Ya no paso nada con Andrés lógicamente, su papá lo había suplido, y vaya de que manera, aún visito a Andrés como el me visita a mi, después de eso solo lo hemos hecho una vez, cuando voy a su casa y veo a su papá, nos saludamos y platicamos – que tal Don Pepe, como le ha ido – pero en los poco instantes en que llegamos a estar solos, sonríe y me dice que cuando lo voy a ir a visitar a el, a lo que le contesto, – cuando quieras. –


Espero les haya gustado esta experiencia que tuve con el papá de mi amigo, recuerden que espero sus comentarios en mi mail o por aquí mismo. Saludos y besos a todos, hasta la próxima.


Ciao, Jessy