Recientemente me sucedió algo. De lo cual, no estoy muy orgullosa, ya que por error al leer un email para mi marido, llegué a la conclusión de que él me estaba siendo infiel con una tipa. En ese momento sentí tanto coraje, rabia, y frustración. Que lo que yo deseaba era darle su merecido a él, sin importarme las consecuencias.
Relato
Mientras más pensaba en lo que él me había hecho, más pensaba en hacerlo pasar, por el mismo infierno que yo estaba pasando. Yo no acostumbro a beber, pero en medio de mi desesperanza, abrí una cerveza, y luego otra, y otra. En esos momentos Raúl estaba de viaje, y yo no dejaba de pensar que se estaría revolcando con la puta, que le envió el e-mail. Así que ya algo entonada, por las muchas cervezas que me bebí sola en casa, decidí salir a la calle. Para aclarar mi mente, o por lo menos eso fue lo que yo pensé, en principio. Pero apenas había dado unos cuantos pasos, cuando al pasar frente a uno de mis vecinos, el tipo que estaba a su lado, un negro bastante alto, de la manera más descarada que se pueden imaginar, me dijo riéndose. Que no daría yo por comerle el culo a esta tipa. De inmediato, mi vecino, le dijo que se callara, que yo era su vecina, y que mi esposo era Raúl, que él lo conocía. De inmediato, el negro comenzó a disculparse, pero en ese preciso instante, como que se me abrió el entendimiento, y algo más. Ya que vi claramente, la mejor manera de darle su merecido a Raúl. Yo me detuve, volví sobre mis pasos, y de seguro mi vecino, Esteban pensó que yo iba a formar un escándalo, por lo que su amigo me había dicho, y trató de evitarlo, disculpándose y diciendo que jamás algo así volvería a pasar. Yo comencé a sonreírme de manera seductora, diciéndoles a los dos. No se preocupen por eso, que peores cosas he escuchado cuando voy a mi trabajo. Y Sin dejar de sonreírme, y metiendo mi mano en mi cartera saqué un billete, y se lo di a Esteban diciéndole. Me podrían hacer el favor de ir a la tienda, y comprar unas cervezas, es que estoy algo apurada, y me debo arreglar para recibir unas visitas. Esteban y su amigo, el negro, de inmediato salieron a buscar las cervezas, mientras que yo regresé a casa, y apenas entré comencé a desnudarme, para luego ponerme algo menos encubridor, y que me hiciera sentir más cómoda.
Finalmente me decidí por un conjunto de satín negro, así como mis medias de seda del mismo color, y el liguero que hacía juego con el sostén, y las bragas. Encima me puse una bata semitransparente negra, que no deja mucho a la imaginación. Y apenas terminé de verme en el espejo, y ponerme mis zapatos de tacos, negros. Sonó el timbre de la puerta, eran Esteban y su amigo el negro, que al verme de pie frente a ellos así de desvestida, casi se les cae la quijada. Yo como si nada los invité a pasar, y agarrando la bolsa en que traían las cervezas, las llevé a la nevera, y regresé con tres latas abiertas. Y tras entregarle una a cada uno, les dije quiero que brindemos por el cabrón de Raúl. Esteban y su amigo se vieron entre sí, brindaron y comenzamos a beber. Fue cuando les dije. Hoy me enteré que Raúl me es infiel, y quiero celebrarlo con dos de sus amigos. El negro que se llama Antonio, pero le dicen Tony, se sonrió, y viendo a Esteban le dijo. Mi amigo vamos a meter, manos a la obra. Esteban tan solo se sonrió, y al tiempo que seguimos bebiendo, dejé que mi bata cayera al piso. Fue al poco rato de estar los tres en el sofá de la sala, que ya me habían quitado el sostén y la braga, que les dije. Saben mejor nos vamos al dormitorio, es que ahí me siento más segura, y cómoda. Por lo que ellos dos me siguieron sin decir nada, hasta que me recosté en la cama, y tanto Esteban como Tony, continuaron acariciando todo mi cuerpo, introduciendo sus gruesos dedos dentro de mi coño. Ya al poco rato, me encontraba mamando sus parados miembros, y en cierto momento, como que no se ponían de acuerdo, en cuál de los dos iba a ser el primero, en penetrarme. Me le quedé viendo sus enormes miembros, sonriendo le pregunte a Tony, que prefería, y el colocando su mano sobre mi coño me respondió, sin decir nada. Pero cuando le hice la misma pregunta a Esteban, sin dudarlo me dijo. Siempre he querido darte por el culo, Maite. De inmediato les dije, ven que no hace falta pelearse, puedo complacer a los dos y al mismo tiempo, si quieren. Bueno, no creo que tenga que detallarles, todo lo que Esteban y Tony, me hicieron disfrutar esa noche. Ya que además de ponerme a mamar sus enormes vergas, también las fui recibiendo tanto por mi culo, como por mi coño, las veces que ellos quisieron metérmelas. Al día siguiente cuando Raúl regresó de viaje, yo lo esperé con una copia del e-mail en mi mano. Y apenas entró a la casa, se lo entregué. Raúl no dijo nada con respecto a eso, se me quedó viendo y sonriendo, me dijo. Bueno, que piensas hacer. Yo estaba indignada por su manera de actuar, sin el menor ápice de arrepentimiento. Por lo que, le dije. No pienso hacer nada, porque ya lo hice. Raúl, sin dejar de sonreírse me dijo. Ya sé, hablaste con un abogado para divorciarnos. Y mi respuesta fue. No hice algo mucho mejor. Y sin detenerme a pensar en las consecuencias, le dije. Anoche me acosté con Esteban, y Tony. Y me hicieron de todo. Raúl se quedó paralizado, su piel perdió el color, su quijada casi le llegó al piso. Y de manera incrédula me preguntó, y tú me has sido infiel, por vengarte, y algo asustada le respondí que sí. Al escucharme se puso a reír, y me dijo, ese e-mail que recibí, si lo hubieras leído detenidamente bien, te hubieras dado cuenta que no iba dirigido a mí. Cuando lo vi por primera vez, pensé borrarlo. Pero no lo hice, en cambio tú lo tomaste como cierto, y ahora me vienes que en venganza por eso, te acostaste con el vecino y otro tipo, al cual apenas conozco. Yo me quedé petrificada, de la impresión que me llevé, hasta me orine encima. Volví a leer el condenado e-mail detenidamente, y fue cuando me di cuenta de mi error. Por lo que de inmediato, rompí en llanto, pidiéndole a Raúl que me perdonase. Él se paró frente a mí, y sacando su verga del pantalón me dijo, pueda que te perdone, pero apenas termine de darme una buena mamada, quiero que me cuentes todo lo que hiciste, con lujo de detalles. Después veré que hago. Yo lo ignoraba pero a Raúl le sobre excita el que yo me acueste con otros hombres……
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 515282 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 301071 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:32) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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