Después de haber pasado por todo eso, al final no había podido ir a lo de mi amiga, ya era tarde y estaba ocurriendo, en fin. Como no habíamos podido encontrarnos para pasar el día, decidimos dejarlo para otro momento. Habían pasado tres días de lo sucedido, esta vez pensé en ir a su casa desde mas temprano, salí tipo 7:30 casi 8:00 y como ya a esa hora hacia calor, decidí vestir un pantalón corto color negro, una musculosa violeta, zapatillas oscuras y una muñequera de tela con abrojo en cada brazo.
Al caminar hacía la estación era como un día normal, negocios abiertos, la calle con gente entrando a comprar algo o yendo a tomar el tren, lo normal. Al llegar a la estación, notaba que algún que otro tipo, pasaba por detrás de mío sin evitar mirarme de arriba a abajo, como siempre. Decidí entrar al baño de mujeres para refrescarme un poco. Tras estar un rato ahí dentro, volví a recordar la situación que había vivido días atrás, después de todo, solo habían pasado unos días desde aquel encuentro y de ellos y no tenía ni idea si seguían pasando por este lugar o no.
Solo recordaba como me amenazaron y me empujaron para que me aleje de ellos, hasta me decían que estaba loca, si pensaba que iban a decirme sus nombres o dejarme algo tan estúpido como sus números. Escuchaba que se estaba acercando el tren y salí para tomarlo, estaba apunto de entrar, cuando de pronto oigo unas voces bastante particulares. Al mirar alrededor era difícil saber si era algo real o solo mi imaginación. Pero era real, eran ellos, o al menos eran dos de ellos, estaban acompañados de otros dos que no conocía. Estaban bajando para ir a su lugar de trabajo al parecer.
No se porque me quede congelada, solo tenía que tomar mi tren. Pero en lo que no me di cuenta, el tren cerro sus puertas y se fue de la estación, obligándome a esperar al siguiente. Salí de la estación con la gente para que estos no me vieran y espere afuera a que ellos salieran. Al verlos salir, no se que me paso, pero en mi mente pensaba en porque no seguirlos, si, realmente debía estar loca para querer verlos otra vez, aunque algo me decía que de salir mal, no solo tendría que lidiar con ellos nuevamente, si no que también con esos otros dos o quien sabe cuantos tipos mas.
Entre a la estación, y como no había nadie me fui a sentar y esperar al próximo tren. Pensaba en que como me hice un bien por no seguirlos, que por una vez, hacia lo correcto, pero como son las cosas del destino, que uno de ellos estaba regresando para usar el baño de la estación, mientras les decía a los otros que se adelanten. Lo veo de espaldas que se dirige solo al baño de hombres, sabia que era correcto dejarlos ir, pero me iba ser incorrecto si esto solo lo dejaba pasar. Si tenía pensado hacer algo era el momento, aun si no hacia nada, tenia que poner en claro lo que quería hacer y rápido.
Sabia que no habría nadie en los baños y como ambos compartían la puerta de entrada, que alguien sospechara que fui el de hombres, era una cuestión de si me veían o no, ya que no había mucha gente en el otro anden. Que alguien mas entrara después era algo muy probable y me llevaría un gran problema, así que mi única opción era llevarlo a los cubículos sí o sí. Mas así fue que decidí aventurarme en hacer otra vez lo indebido y que pasara lo que tuviera que pasar.
Cruce la puerta y ahí estaba, de espaldas usando uno de los cubículos, no podía ser mas perfecta la situación, entonces me acerco lentamente y quedando tras de el, paso mis manos por delante de el. Con una le alcance a tapar la boca acercándome a su oído, diciéndole que no haga o intente nada. Con la otra mano bajo por la parte de su pecho hasta su entrepierna y ya que tenia el pantalón y el calzoncillo abajo, agarre su verga y empecé a masturbarlo lentamente. Aproveche la misma sorpresa del hombre para empujarlo mas a dentro de ese cubículo para poder cerrar la puerta.
Ya estando los dos encerrados sigo arremetiendo con mi mano en su verga mientras que el tipo no hacia mucho mas que resoplar en mi mano. Mientras jugaba con el, trataba de adivinar quien de ellos podía ser, notaba que era algo bajo, supongan que yo con zapatillas mido casi 1,70 y el tipo de cabeza a penas si lo llegaba a pasar. De pelo muy corto, y no muy flaco, llevaba camisa pero se veía que tenia algo de físico. Honestamente, si parecía uno de los que me había cogido la última vez o si tal vez era uno de los que jamás vi, eso ya me daba igual.
Mi idea era que el solo se viniera, yo abriría la puerta del cubículo y antes de que el pudiera reaccionar, saldría corriendo de ahí, y me escondería por los alrededores, hasta que el tren llegara. Ya era el momento, podía sentir que su miembro empezaba ponerse mas duro y listo para querer correrse. De a poco voy esperando el momento justo, y al primer chorro que le empieza a escurrir, lo solté completamente, abro la puerta para irme y logro cerrar para que el no me viera. El tipo trato de querer girarse, pero con los pantalones bajos y el estarse viniendo no le dejaba hacer nada. Estaba cerca de la puerta cuando de pronto choco con alguien que estaba a punto de entrar.
Caigo al piso, y al mirar para arriba lo vi, uno del grupo del tipo había vuelto para ver que tanto tardaba su compañero. El vio que salí del baño de hombres, pero al mirarme nuevamente, se da cuenta de quien era yo. Escucha que su compañero grita bastantes groserías, entonces me toma del brazo y me levanta, y sin soltarme entramos otra vez al baño. Se acerca al cubículo y preguntándole a su compañero si estaba todo en orden, este le dice que si, pero mientras estaba arreglándose, aun dentro del cubículo, le cuenta que “una perra le cayo de espaldas, jugo con su verga e hizo que se ensucie el pantalón y parte de su ropa con las corridas”.
El hombre me ve fijamente y riéndose un poco me pregunta si yo era esa perra en cuestión. No le iba a responder, así que esperó a su compañero para hacerle la misma pregunta. El decía que no me había visto por tenerme a su espalda, pero que tenia buena mano para la paja, decía mientras ambos se reían. Al salir del cubículo, nos vio, pero me empezó a ver mas a mi como quien ve un pedazo de carne listo para comer. Le dice otra vez que no podría saber si era yo, pero al acercarse me toma de la otra muñeca y le dice pero que cual seria la coincidencia de que esa perra llevara el mismo par de muñequeras. Era tanta la adrenalina que tenía por querer escapar, que no me había dado cuenta que me faltaba una.
El que me tenia del brazo primero, me mira y me dice “se ve que te encanta jugar así con todos después de todo”. Lo mira a su compañero y le pregunta si este se iba cobrar el favor. El otro dudaba por si entraba alguien, además ya se había venido y le iba tomar un rato agarrar un segundo aire. Este se reía, diciéndole que no aguantaba nada, y le dijo que le haga igual, total recién salió el otro tren así que gente no había, y para que este seguro el saldría hacerle de campana por si acaso.
Otra vez caí en una situación irremediable, que nos encontrara alguien era la situación que temía que pasara, pero que justo fuera uno de esos tipos, nunca espere que pasara. Y lo peor era que, ahora, el que manosee, también se sumaría a la lista de los tres que ya me habían hecho esas cosas. Me llevan con fuerza y me encierran dentro de otro cubículo con el que manosee. Este me obliga a bajarme el pantalón y la ropa interior, sin que me los quite, que apoye mis manos sobre la pared y llamándome perrita se acerca a mi oído y me repite lo que yo le dije, que ahora yo no haga o intente nada y con una mano empieza meter sus dedos del medio en mi vagina por atrás.
Tenia los dedos ásperos y algo gruesos, sus movimientos eran bruscos, parecía alguien que trataba de meter lo mas a fondo sus dedos en un pequeño bolsillo, hurgando en busca de monedas. No conforme el con lo que hacía, siento algo liquido caer justo por la estrada de mi ano, y empieza haciendo presión para introducir su pulgar, me incomodaba al principio, pero no podía evitar el gemir un poco. Con la otra mano, me tomaba fuerte del cuello o tironeaba de a ratos mi pelo mientras me seguía dedeando, estaba siendo castigada, pero al mismo tiempo me gustaba recibir tal castigo.
Estaba que quería pegar un grito, pero pone su mano en mi boca, y me dice que este calladita si no quería mas problemas y mete su mano con mas fuerza. Yo estaba que no daba mas, quería quitar su mano pero el hacia mas fuerza. Al rato el saca su mano y ahora el se pone completamente detrás de mi, agarrándome otra vez del pelo, levanta mi cabeza, dejándome completamente erguida, pasa su mano por delante mío y empieza de nuevo a meterlo por mi vagina. Con la otra tapa mi boca y me dice, que ya era hora de terminar con esto. Sentía que me estaba a punto de venir, tal placer sentía por la masturbación, que sentía mi vagina queriendo expulsar los dedos de el, pero realmente ya no daba mas, lo golpeaba, trataba de quitármelo, pero el seguía con mayor fuerza y velocidad.
Me movía para todos lados para tratar de liberarme y de pronto una corriente paso por todo mi cuerpo. Me quede dura por un instante, mis ojos se iban de su lugar y se ponían blancos. Saca su mano de mi vagina y al instante me empiezo a venirme pero a chorros, tapa otra vez mi boca para que no grite, porque no podía evitarlo, mi cuerpo tiembla de la peor manera, algunos fluidos caían sobre aquel inodoro como si orinara de pie, pero parte de estos terminaron por salpicar o bajar por mis piernas, mojándome tanto el pantalón como las zapatillas. El me sostuvo aun de espaldas hasta que ya no temblara y gimiera, luego de eso me soltó.
Yo estaba pérdida, caí de rodillas al piso mojando apoyando parte del cuerpo sobre ese inodoro, el sacudió su mano toda húmeda de mis fluidos y se seco en la remera que tenia puesta y salió de ahí. Creo que los oía hablar afuera, pero no le daba importancia. Pensaba que en cualquier momento iba a entrar el otro a seguir con este juego que yo misma cree, pero a diferencia de esa vez, no solo quería que pase, si no que continúe. Me sentía preparada para que me usen a su gusto, pero no, sus voces ya se oían por afuera del lugar. Se estaban yendo y por segunda vez me habían dejado abandonada así.
Quería abrir la puerta del cubículo, pero justo entraba alguien y solo trabe la puerta. Tras no oír nada mas. Me arregle como pude y salí a buscarlos, pero ya era tarde, no podía verlos por ningún lado. Tuve que volver a mi casa para cambiarme la ropa, porque no iba aparecer en lo de mi amiga con la ropa así de sucia, pero mientras volvía, pensaba como otra vez fui usada y abandonada, sabia que todo esto fue mi culpa, pero aun sabiendo el riesgo, no pude negarme a intentarlo. Llegué a casa, me cambie la ropa, volví a la estación, y tome mi tren para por fin ir a lo de mi amiga. Al llegar nos pusimos al tanto de muchas cosas, jugábamos, nos reíamos, nos divertíamos, pero por mas que lo intentara, mi cabeza no pdia evitar pensar en lo sucedido de hoy y lo que me habia pasado antes.
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Relato erótico enviado por euterpe el 11 de October de 2004 a las 10:03:00 - Relato porno leído 196689 veces