Me encontraba paseando por el Centro Comercial, cuando me tope con Carlos Juan un antiguo compañero de clases, en la Universidad. Apenas nos vimos, nos dimos un fuerte abrazo, y casi de inmediato comenzamos a charlar de lo que había pasado en nuestras vidas. Fue en el medio de la charla, que se me ocurrió la idea de tomarnos un café, pero los precios eran tan prohibitivos, que decidí invitarlo a mi casa, a que siguiéramos la conversación, mientras nos tomábamos un delicioso café, que con gusto prepararía mi esposa.
Relato
Pero apenas metí la llave en la puerta, me acordé de que Julia mi mujer, se encontraba acompañando a su hermana, en al otro lado del país. Ya que estaba por dar a luz. Bueno eso no impidió que invitase a mi amigo a que entrase, y que yo personalmente le preparase el café. Mientras seguíamos conversando animadamente.
Y en medio de la conversación salió a relucir que casualmente tanto Carlos Juan como yo, vamos regularmente a un gimnasio. Fue cuando nos dio, por mostrarnos mutuamente, nuestros cuerpos. Yo quedé admirado por lo delineado de los músculos abdominales de mi amigo, mientras que él se quedó maravillado por el uniforme desarrollo de mis brazos.
Bueno así seguimos mostrándonos mutuamente nuestro músculos, cuando Carlos Juan se medio bajó los pantalones, y de momento he quedado en evidencia, al quedarme viendo fijamente su aparato. Aunque mi amigo se hizo el desentendido, yo de inmediato y tratando de disimular, lo mucho que me llamaba la atención su miembro, le dije. Espérate, que me han acabado de regalar un aparato, que aun no he llegado a usar. Y con la misma fui a una de mis gavetas, y extraje algo que recientemente yo había comprado, y mantenía oculto de los ojos de mi esposa.
Cuando regresé a su lado le explique que su fin era el mantener tonificado el pene. Aunque reconozco que al de Carlos Juan realmente no le hacía falta eso.
Bueno mi amigo sin decime nada, se terminó de quitar los pantalones, y sonriéndose de manera maliciosa, llevando sus manos hacía atrás, al tiempo que se recostaba sobre la mesa del comedor, me dijo. Bueno Leonardo por lo visto tú eres el experto, así que enséñame como funciona eso. Yo por primera vez en mi vida, con una alegría que no podía ocultar, de manera decidida agarré aquel cilíndrico aparato, al mismo tiempo que con mi otra mano, y de manera bien confiada agarré su erecto miembro.
Por un corto rato, estuve introduciendo su miembro dentro de aquel cilindro, hasta que no se que fue lo que me pasó, que en una de esas, retiré aquel pequeño aparato de su miembro, y casi de manera automática, me dediqué a mamar su verga. Carlos Juan se mostró algo sorprendido por mi acción, pero a medida que yo seguí mama que mama, y preguntándome a mí mismo, como era posible que yo hiciera eso. Escuché a mi amigo, casi en tono de suplica pedirme que le diera un beso negro. Sin pensarlo dos veces, retire mi boca de su verga, y apenas me mostró sus templadas nalgas, las separé con mis manos, y dirigiendo mi boca a su esfínter anal, comencé a pasarle mi lengua una, y otra vez. Mientras que mi amigo gemía de placer, yo procuraba introducir mi lengua dentro de su cuerpo. Hasta que él me dijo, bueno ahora te toca a ti, así que quítate los pantalones para darte una mamada que jamás vas a olvidar.
Yo estaba tan contento, y satisfecho con lo que Carlos Juan me estaba haciendo con su boca, que no reparé en que sus dedos, llevaban un buen rato taladrando suavemente mi culo. Hasta que lo escuché decirme, Leonardo, vamos ponte en cuatro, al tiempo que sus manos no dejaban de acariciar mis nalgas.
En mi vida me había sucedido algo semejante, es más ni tan siquiera en el Gym, pero en esos instantes, me sentía en la Gloria. Así que sumisamente me coloque de espaldas a él, y a los pocos segundos, sentí como aquella cosa larga, gruesa y bien caliente, traspasaba mi esfínter anal. Yo me quejé por algo de dolor que sentí al momento que su verga se abrió paso entre mis nalgas. Pero ya una vez que la tuve por completo dentro de mi cuerpo, me embargó una rica sensación de alegría y felicidad. Su verga comenzó a entrar y salir de mi culo, sin que yo no dejase de mover mis caderas, buscando que su buen trozo de carne me llegase más y más dentro de mí. Cuando en el medio de nuestra ardiente relación me preguntó cuántos amantes había tenido antes de él, yo sin dejar de mover mis caderas, le respondí que él era el primer hombre que me daba por el culo.
Carlos Juan por lo visto lo dudó por un corto instante, pero casi de inmediato continuó enterrándome toda su verga una y otra vez, sin la más mínima consideración. Cosa que a mí me encantó desde un principio. Así mientras que mi amigo no dejaba de enterrarme toda su verga, con todas sus fuerzas, yo no dejaba de mover mi apretado culito, una y otra vez.
Hasta que después de otro lujurioso rato, dándome una ardiente nalgada, me dijo. Sigues siendo el mismo, no cambias. Fue cuando me recordó que en la Universidad, yo participe junto a él en un botellón, y quedé tan y tan borracho que perdí el sentido. Luego me acuerdo que me desperté en mi habitación, completamente desnudo, y con la sensación de que alguien me había dado por el culo. Si fue el mismo Carlos Juan que cuando estudiábamos juntos, en una ocasión se aprovechó de las circunstancias y sin consideración alguna, me ha comido el culo, aunque claro que yo no dije nada.
Por los momentos mi esposa ignora muchas cosas y esa es una de ellas.
Entramos al cuarto y empezó todo, él me tomó por detrás y empezó a tocar mis nalgas y me susurraba cosas al oído: ¡eres una puta q aprenderá de mí!, ¡eres mi perra! Y yo se lo confirmaba le dije q seria su perra, el me volteo y quedamos frente a frente, y acercó su boca a la mía, pero mas q besarme su lengua paseaba por mi boca.
Relato erótico enviado por Putitacachonda el 29 de December de 2009 a las 23:34:17 - Relato porno leído 140731 veces
Aventuras en Paris
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Relato erótico enviado por mena55 el 24 de August de 2008 a las 13:55:00 - Relato porno leído 114317 veces
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:05) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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