Me estaba saciando mi sobrino Leo. Cuanto placer… cuanto dolor con las penetraciones, pero que placer de sentirme su hembra deseada. mi sobrino era un excelente amante.
Relato
Han transcurrido casi tres años que el crucero donde trabajaba mi sobrino que no venía por estos lados, me inquietaba el pensamiento de que él me hubiese olvidado, sabía que se había casado que tenía hija, pero mi esperanza era que me deseara y me necesitara como en aquellos tiempos transcurrido estos años.
Por programación no recalaría en nuestro puerto, pero si en uno cercano viajo a este una mañana y lo busco en su barco, me dicen que esta descansando en su camarote después de haber ubicado su barco en el muelle, ahora mi sobrino es el capitán general a mando de este monstruo y se me reverenda respeto por ser su tía, se comunican con él avisándole de mi llegada, me hace pasar a su nuevo camarote de capitán en él me esperaba mi Leo cubierto por una bata y entre abrazos ceremoniosos cuando la tripulante me guía hasta el… se cierra la puerta y cambia el actuar de mi parte nerviosa esperando si se acordaba que había sido su mujer sensual apasionada por tres días, si se acordaba…, se saca su bata y está desnudo y comienza a desnudarme en medio del camarote quedando mis ropas arrojadas al suelo camino a la cama donde llego desnuda.
Soy arrojada a la cama y sus manos son verdaderas plumas volando por mis zonas eróticas de mi cuerpo, como me acariciaba, me sobaba calmadamente mi cuerpo excitándolo, responde este con ansiedad y sensualidad me enardecía de pasión, Leo me comienza a besar con su boca mi cuerpo este solo deseaba ya ser penetrado, estaba excitadísima deseando su pene en mis entrañas que hacia tiempo no eran maltratadas como el lo hacia.
Minutos después fui emparejada, me clavó su potente pene, extendido, duro y gordo que sentía como abría mis carnes de la vagina con su salvaje penetración, me mordía lo labios para no gritar de gozo y entusiasmo, me estaba disfrutando como yo lo disfrutaba a él. Me clavaba mi sobrino con desesperación me metía su pene hasta los testículos como un salvaje, olvidando su delicadeza anterior, era un macho excelente, me hizo vibrar un tiempo prolongado éramos dos animales en una pasión morbosa, cogíamos y estaba tan obsesionada con mi sobrino que no me importó gemir y sollozar cuando me poseía tan poderosamente haciéndome nuevamente su mujer deseada y apetecida por él. Fui creo que mas de quince minutos acosada contra la cama, sentía golpear sus testículos contra mis muslos, yo deseaba que estos también entraran en mi vagina así de caliente por mi macho estaba. Pronto siento que mi macho me atrapa con más fuerza contra su cuerpo y su pene vibraba en mis entrañas estaba próximo a evacuar sus emisiones en mi matriz, esto me excito y llegaron mis orgasmos, entre gemidos, suspiros y resuellos nos entregamos mutuamente nuestros fluidos anegando estos mi vagina la cual derramo por mis piernas el excedente. Fui diestramente calmada de mis pasiones y este macho gozo inundándome mis entrañas, mas calmados pudimos conversar y comunicar nuestras experiencias de estos años separados.
Media hora después nuevamente estaba empotrada, mi sobrino era un excelente macho y rápidamente me tenía en las brasas de la pasión deseándolo, sentía como me poseía con duros y salvajes impulsos contra mi vagina, ese miembro duro y gordo hacia estragos en mi matriz, siseaba y resollaba ardiente de deseos carnales que me estaba saciando mi sobrino Leo. Cuanto placer… cuanto dolor con las penetraciones, pero que placer de sentirme su hembra deseada.