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Travesuras en la cena de gala (Huatulco II)

Relato enviado por : tt_flaquita el 09/06/2010. Lecturas: 7964

etiquetas relato Travesuras en la cena de gala (Huatulco II)   General .
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Resumen
Travesuras en la cena de gala con unos de mis amantes y otro nuevo...amigo.


Relato
La noche anterior al inicio del congreso hubo una cena de gala en uno de los hoteles sede. Como iba a ir uno que otro de mis amantes, me arreglé muy atrevida, provocativa. Quería robar miradas, quería que se fijaran en mi más que en Bety; quería seducirlos y que se esforzaran para encamarme. Mi hermana fue con un vestido negro delgadito, entallado y espalda descubierta. La verdad se veía muy sexy. Yo fui con un vestido blanco de tirantes, entallado, ligeramente transparente, sin brassiere y con una pequeña tanga blanca.


Llegamos a buena hora a la cena, es decir que ya estaba casi lleno el salón, así que mientras nos dirigíamos a nuestra mesa robamos varias miradas; sentía la mirada varios hombres en mis tetas, pero sobre todo deleitándose con mi culo y su pequeña tanga. Cómo me excita que cojan con la mirada, que se queden viendo mis tetas, que vean cómo muevo las nalgas, que se imaginen cogiéndome. Me fijé cómo casi todos los chavos que fueron a la cena –algunos de ellos alumnos míos- se quedaban boquiabiertos al ver a una de las ponentes, una maestra, su maestra, vestida así. Lo que provocó que algunos de ellos se interesaran más en mi, pero eso será otra historia.

En nuestra mesa estaban varios de los profesores de la universidad en la que estudié y donde doy clases, entre ellos Alejandro, Roberto, Marcos y José Luis, con quienes me entretengo ocasionalmente. Estaba también Juan Carlos, un empresario de Guadalajara invitado de Alejandro y Roberto, sus esposas; y un profesor nuevo y bastante guapo, José Miguel. En cuanto llegamos a la mesa nos comieron con los ojos y a sus esposas como que no les hizo mucha gracia nuestro atuendo, pero no me importó, en esos días uno de sus esposos –a fin de cuentas los dos- acabaría encamándome y ellas ni en cuenta.
Durante toda la noche los que iban sin pareja –y a veces también los casados- se la pasaron coqueteándonos a mi hermana y a mi. Contaban chistes, anécdotas divertidas, interesantes, nos hablaban de algunos proyectos, negocios, de sus conquistas; y quien más aprovechó eso fue José Miguel, que era nuevo en la universidad y viene de la Ciudad de México, así que todo lo que contaba era novedoso. Él estaba sentado a mi lado y poco a poco fue tomando más confianza y me rozaba el brazo, las piernas; con o sin pretexto se me acercaba a decirme algo al oído y me olía el cuello y veía mi escote. Me excitaba cómo poco a poco me iba seduciendo y cómo otros en la mesa trataban de evitarlo para ganar ellos mismo terreno en la carrera por encamarme al final de la noche. Mi hermana que es bastante coqueta también, enseguida acaparó al invitado (Juan Carlos). Alejandro y Roberto no tenían otra, mas que conformarse por lo pronto con sus esposas y se aguantaron las ganas de seducirme, pero se veía que morían por llevarme a la cama.
Bailamos varios en grupo y cuando se hacían las parejas nos intercambiábamos y me metían cada arrimón…incluso algunos alumnos cuando estaba muy llena la pista, aprovechaban para tocarme las nalgas accidentalmente. En un momento me fui a sentar y Alejandro estaba en la mesa, su esposa seguía en la pista.

- Al fin solos.
- Por?
- Para decirte que te ves deliciosa.
- Gracias.
- Andas de traviesa, eh. Te vas a aprovechar de unos de tus colegas? A quién le echaste el ojo, canija?
- Eso no se dice.
- Espérame afuera del salón. Ahí viene Pepe, di que vas al tocador y espérame en los elevadores.
- Para? –no hacía falta preguntar, pero me gusta hacerme la desentendida.
- Qué tal la bailada, Pepe?
- Uff…ya no aguanto como antes.
- Mmmm…lástima.
- Ya se empiezan a ir los chavos.
- Seguro van a una disco. Con permiso señores, voy al tocador. Me piden un copa, por favor?
- Claro –me alejé moviendo un poco exagerado mi trasero.
- Está como quiere esta Tere.
- Por eso le dicen Teresa me lo endereza. Con ese culo.
- Ya te la tiraste verdad, cabrón?
- No, cómo crees Alejandro. Quisiera.
- No te conoceré.
- No, enserio. Tu?
- No, pero puede que lo intente –ambos mentían-. Pasó, Bety? Ya te cansaste tú también?
- No, a bailar, vamos, los dos, vénganse.
- Ve, Pepe, yo voy a saludar a unas personas.
- Véngase, órale.
- Bueno.

Esperé en los elevadores y pocos minutos después llegó Alejandro. Traía una sonrisa muy picarona.

- Qué pasó? Para qué querías que te esperara aquí?
- Te quiero mostrar algo. Vamos rápido al cuarto –en cuanto entramos al elevador entraron varias personas más, así que nos fuimos hasta el fondo. Alejandro se puso detrás de mi y aprovechando que había mucha gente, embarré mis nalgas a su paquete que inmediatamente creció. Puse mi mano atrás para acariciarle el creciente palo sobre el pantalón. Lo masturbé. Me excitó muchísimo el peligro que significaba acariciarle el paquete en un elevador lleno de gente. No sé si se dieron cuenta, pero no me importó. Cuando se bajaron los demás y quedamos Alejandro y yo, me volteó bruscamente.
- Te gusto? Parece que sí –le pasé la mano por el paquete resaltando su erección.
- Eres una cabrona, Teresita. –me besó apasionadamente y acarició mis nalgas-. Todos se quedaron pendejos con tu vestidito y la tanguita que traes. Ahora sí te chingaste a Bety.
- A ti te gustó? Me lo puse para ti?
- Enserio?
- M-hm…quería provocarte –volví a acariciarle el paquete y en ese momento llegamos al piso indicado. Salimos del elevador y nos dirigimos a una habitación-. Y si viene tu esposa?
- Este no es nuestro cuarto. Es uno que estamos rentando Rober y yo, para emergencias. –Nos besamos apasionadamente mientras me agarraba las nalgas y me bajaba los tirantes del vestido para amasarme las tetas-
- Qué canijos…mmmmm…qué rico…
- Tenemos que apurarnos, Tere. Bájate…-me hinqué le acaricié el palo sobre el pantalón…-
- Lo tienes enorme…qué rico…-le abrí la bragueta, metí la mano en su pantalón y se lo saqué-…mmmmmmmmmmmmmm
- Extrañaba esta boquita…ay, qué bien…me encantas…
- Mmmmmmmmmm...mmmmmmmmmm…mmmmmmmm…-aceleré el ritmo para que no tardara en acabar.
- Vas a hacer que me venga…qué rico…tengo que metértela…-me levantó, me apoyó en la pared, me subió el vestido, hizo a un lado mi tanga y me la metió de una embestida- Mm…qué culo tienes, Teresita…-las embestidas eran rápidas, señal de que acabaría pronto-.
- Ay, sí…métemela…cógeme, Alejandro, qué rica la tienes, papito.
- Querías que te cogieran, verdad? –seguían las embestidas- querías verga, verdad, Teresita?
- Sí, papito…quería tu verga…quería tenerla adentro…m-m-m-m
- Me voy a venir…
- Quieres venirte adentro?
- No…quiero acabar en tu boca, viéndote las tetas…-se salió se sentó en una silla, me hinqué, la metí en la boca, se la mamé y acabó en mi boca en pocos segundos. Me llenó la boca con su lechita.
- Mmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmm
- Aaaaaaaahhhhhhhhhhhh…me sacaste toda la lechita…qué ricas tetas se te ven con este vestidito…
- Mmmmmmmm…mmmmmmmmm…en verdad te gustó?
- Me fascinó. Me debes una cena con este vestido, eh.
- Por supuesto.
- Hay que regresar a la cena.
- Ve tu primero, yo me voy a arreglar un poco y llego al ratito. Se puede?
- Por supuesto. Vas a seguir la caza?
- Tu que crees?
- Por eso me encantas. No tienes llenadero.

Cuando volví a la cena, José Miguel estaba sólo en la mesa. Al principio platicamos de una y cien tonterías, pero no tardó en empezar a contarme sobre algunas travesuras sexuales y alardear de lo aventado que era. Yo le decía que también era muy aventada, pero discreta, pues una mujer debe cuidar su imagen. Y entonces me retó.

- No creo que seas tan aventada como dices.
- Quieres ver que sí.
- A ver. –entonces aprovechando la abertura de mi vestido en el costado de una de las piernas, agarré uno de los hilos de mi tanga y me la fui bajando poco a poco hasta quitármela (ahí en la mesa, en frente de todos y sin que nadie lo notara) y se la di en la mano. Me río sólo de recordar la cara que puso- Guau…-la olió y la guardó en la bolsa del saco-.
- Alguna duda o…alguna otra prueba –le dije insinuándome-
- Muchas, pero en privado.
- Mm…suena bien. Me voy a dar una vuelta para ver cómo se me comen con la mirada. Mientras echa a volar la imaginación.

Me excitó pasearme por el salón con ese vestidito semi transparente y sin ropa interior. Si antes me comían al ver mi pequeña tanga, imagínense sin ella. Mi coñito rasurado apenas de veía, pero era notorio que no llevaba nada debajo del vestido. Creo que más de una pasó una rica noche gracias a mi. Cuando volví a la mesa José Miguel se estaba mordiendo los labios.

- Qué tal si nos vamos arriba? –evidentemente a su habitación.
- Me vas a dejar irme sola a mi hotel?
- Es que yo estoy solo y tú compartes con tu hermana.
- Por eso no te preocupes –Bety y yo teníamos un acuerdo para cuando compartíamos habitación, si al llegar estaba la puerta cerrada, era señal de que habría que volver después.

Nos fuimos a mi hotel. Al entrar al hotel los pocos empleados que había –ya eran alrededor de las dos de la mañana- se quedaron boquiabiertos al ver mi vestidito y tal vez hasta mi coñito. Entramos al elevador y sin más me hinqué, le saqué la verga y se la empecé a mamar. Se sorprendió, pero de seguro lo disfrutó.

- Sí que eres aventada.
- Mmmmmmm…mmmmmmmmm…sssssshhhhhhhhh…mmmmm
- Me encantan las traviesas…naughty girl…very naughty girl.
- Vamos al cuarto…-le dije poniéndome de pie y agarrándole el palo que ya había tomado un muy bien tamaño.

Entramos, nos sentamos en el sillón de la pequeña sala de la habitación y comenzamos un buen faje antes de coger. Nos besamos, me acarició las piernas hasta las nalgas, metió su mano en la abertura de la falda, me acarició la parte interna de los muslos y subió su mano hasta la entrepierna; estábamos ardiendo los dos. Subió la mano lentamente hasta mi empapada conchita y me masturbó lentamente…lo hacía delicioso, sin prisa.

- Qué rico te mojas.
- Me tienes empapada, Mickey…mmmmmm –me bajó los tirantes del vestido dejando al aire una de mis tetas, luego la otra. Me dijo lo ricas que estaban y las lamió y acarició, luego alternaba sus besos y mordisqueos entre mi boca y mis tetas sin dejar de masturbarme. En poco minutos tuve mi primer orgasmo. Entonces me incliné sobre él, abrí su pantalón, su boxer y salió disparada su rica verga. Se la lamí desde los huevos hasta la punta de la verga y me la metí en la boca para mamársela. Le daba chupaditas a los huevos, los lamía y regresaba a mamarle la reata. Él me subió el vestido hasta descubrirme las nalgas, me las acarició y me masturbó otra vez mojándome la entrepierna y hasta el culo con mis abundantes fluidos, mientras yo seguía mamándosela.
- Qué rica estás, Tere. Tienes unas nalgas deliciosas; y la mamas delicioso. No sabes cómo te he deseado, cómo me gustas.
- Mmmmmmmm…mmmmmmmmm…qué rico me dedeas…
- He querido hacerte el amor desde que te vi en la universidad.
- Has fantaseado conmigo? –le pregunté mientras me sentaba sobre él, le desabotonaba la comisa y le besaba el cuello, lamía la oreja y restregaba mis tetas en su cara.
- Claro…varias veces.
- Cuéntame una…-acariciaba su pecho bajando mis manos hasta agarrarle la verga, la coloqué en la entrada de mi conchita y me senté sobre ella. Una vez ensartada, me movía hacia atrás y hacia delante lentamente y luego haciendo “ochos”- mmmm…te gusta?
- Cómo no? Qué rica estás, Tere? –me agarró las nalgas y seguía el movimiento se mi cadera-.
- Cuéntame una fantasía que hayas tenido conmigo…mmmmmm
- He imaginado que llegas a mi oficina ya tarde, la uni está casi vacía, llegas con tu conjunto negro, el de falda corta con aberturas a los costados, blusa blanca, revisas algo en los libreros, llego por atrás te beso el cuello, te arranco los botones de la blusa, te agarro las tetas, te subo la falda, acaricio tus piernas, tu sexo…
- Habla sucio, me gusta que me hablen sucio…
- Te agarro la panocha, está empapada, te inclino sobre el escritorio y te la meto por atrás…he imaginado haciéndote el amor de mil formas.
- Hoy se te antojaba cogerme? Querías encamarme?
- Por supuesto.
- Quieres que sea tu puta hoy? –no dejaba de cogérmelo- hazme lo que quieras –le susurré al oído- cógeme como quieras…
- En serio? –tenía una sonrisa pícara; le brillaron los ojitos-
- M-hm…
- No sabes lo rica que te ves con ese vestido…bueno de hecho creo que sí lo sabes, verdad? A quién te querías ligar?
- Quería que se pelearan por encamarme…por cogerme…me calienta que me coman con la mirada.
- Y por qué fui el ganón?
- Te me antojaste…no me equivoqué, estás riquísimo. –me lamió las tetas mientras seguíamos cogiendo. Luego de un rato de estar así, me levanté y me senté otra vez en su verga, pero ahora dándole la espalda. Para entonces el vestido estaba prácticamente enrollado en mi cintura. Me incliné hacia atrás para dejarle ver mis tetas y aprovechó para masturbarme mientras me la metía- Qué rico…-me excitó rapidísimo-…sigue, sigue…ay, tú sí sabes…mmmmmmmm…me voy a venir otra vez…sigue…a-a-a-a-a-a-a…mmmmmmmmmmmmmm…
- Vente, Tere, vente, chiquita…empapa mi palo con tus jugos.
- Así, así, así, así, así…aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…-tuve un segundo orgasmo exquisito. Después se quitó la ropa, nos fuimos a la cama y me la metió en la posición misionera, luego se hincó en la cama, me puso de lado y me la metió. Me entraba hasta el fondo, era delicioso; me volteó para agarrarme las tetas y pellizcarme los pezones. También me daba nalgadas.


- Te gusta? Te gusta cómo te la meto?
- Sí, Mickey…coges delicioso, papito. Háblame sucio, soy tu puta, Mickey.
- Eres una puta, eres mi puta…te vistes como golfa porque querías que te la metieran, porque querías verga, verdad, puta? –me daba nalgadas.
- Sí, me encanta ser una golfa, no sabes cómo me la han metido.
- No sabes cómo te la voy a meter, Tere. No vas a poder ni caminar y vas a pedir más, zorrita. –se mojó el dedo en mi concha y empezó a meterme el dedo en el culo poco a poco.
- Con cuidado…
- Te va a gustar…lo tienes apretadito, pero me late que ya te han bautizado el chiquito, verdad? Eh?...contéstame, Teresita. Me late que es cierto lo que dicen en la escuela, te acuestas con todo mundo, eres una golfa.
- Métemela por atrás…
- Por supuesto, ponte perrita…-me puse de perrito agachándome y levantando el culo para que tuviera mejor acceso y lo apreciara mejor- qué nalgas tienes, Tere. –las acarició, le dio un par de lamidas a mi conchita, me lamió el culo, se puso detrás de mi, me dio unos golpecitos en la concha con su verga y me la metió. Yo le daba apretones con la concha.


- Qué rica verga tienes, Mickey…m-m-m-m-m…
- Qué rico aprietas, Tere. De haber sabido desde el primer día te hubiera encamado.
- Dame nalgadas, papito…ay, así…-metía su dedo cada vez más en mi culito. Estaba cerca de otro orgasmo, pero necesitaba que me dijera cosas- dime lo puta que me veía hoy, cómo me cogían con los ojos todos…
- Te veías putísima. Todos sabíamos que querías que te la metieran. De seguro querías que te la metieran ahí mismo, verdad? En la pista. Estabas deseosa de verga desde que llegaste…desde que te vestiste así, como zorra, para que todos te vieran las tetas, el culo. Enseñando tu tanguita. Todos querían metértela ahí mismo. Hasta a los chavos dejaste pendejos. Seguro más de uno se la está jalando en tu honor, putita. Eso te calienta, verdad?
- Sí…eso me calienta bien rico…pensar cómo se la jalan pensando en mí…sigue, sigue…-mi tercer orgasmo estaba cerca.
- Y cuando te quitaste la tanga en la mesa y me la diste…olía a sexo, o sea que ya te la habían metido, putita, acababas de coger cuando regresaste a la cena, verdad?
- Sí, me la acababan de meter delicioso…
- Quién te cogió? Quién te la metió, Teresita?
- Cógeme, cógeme…
- Te llenaron de leche la pucha, eh? Si, verdad.
- Se vino en mi boca…me tomé su lechita…
- Y luego te paseaste por el salón sin tanga enseñando la concha depilada y el culo en todo su esplendor. Rogabas porque te la metieran. Eres una golfa, Tere…
- Síííííííííí…a-a-a-a-a-a-a-a-a-ayyyyyyyyyyyyy…-tuve mi Server orgasmo. Fue maravilloso. Sin avisar me la sacó y la metió por el culo poco a poco. Eso prolongó mi orgasmo. Le apreté la verga con mi culo para que no tardara en acabar.
- Ay qué culo tan apretadito…me voy a venir, Tere…
- Vente donde quieras…
- En tu culo?
- Sí, papito, llénamelo de leche…



- Ay qué delicia, Tere…me encantan tus nalgas, tu culo…lo rico que coges…
- Vente, Mickey…dame tu leche…vente, papito…soy una golfa, me encanta la verga, la lechita…sí, papito, dámela en el culo…
- Ahí, va…ahí, va…aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh….yyyyyyyyyy…-la sacó y me echó el resto en las nalgas mientras recorría el canal de mis nalgas con su verga. Cuando estaba acabando, me di la vuelta y se la chupé para sacar las últimas gotas de su lechita.



Fue una noche deliciosa y a partir de esa ocasión José Miguel (Mickey) se convirtió en uno de mis amantes favoritos. Pero mis travesuras en Huatulco siguieron y vaya que siguieron.


P. D. Por favor díganme cómo puede poner fotos en los relatos.

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Comentarios enviados para este relato
fernandorojas (3 de January de 2015 a las 12:09) dice: yo quisiera conocerte y darte unas buenas mamadas de panocha bien rico para eso soy bien bueno mamita rica

lucaslucatero (20 de June de 2012 a las 07:19) dice: por tus cojidas, vestido, mamadas y contoneo en huatulco has de ser ANGELICA ALONSO ALVAREZ DE SANTA CRUZ

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:40) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:17) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

MANASES81 (11 de June de 2010 a las 23:22) dice: OIGA QUE HERMOSO RELATO, FELICITACIONES ME ENCANTAN LAS MUJERES DESHINIBIDAS Y DISPUESTAS A TODO, ESTE ES MI CORREO, SI GUSTA USTED ESCRIBIRME WAN_FU26@HOTMAIL.COM ME ENCANTARIA TENER COMUNICACION CON USTED NO PARA TIRARMELA SINO PARA OTRAS COSAS


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