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Trepando en el trabajo

Relato enviado por : Anonymous el 13/12/2011. Lecturas: 7098

etiquetas relato Trepando en el trabajo   Infidelidades .
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Resumen
Me tuve que follar a mi jefe para ascender en mi trabajo.


Relato
Hola me llamo Montse tengo 29 años y soy de Barcelona, soy atractiva, pelo rubio largo y rizado, 95 de pecho y 1,70 de altura, es decir, de muy buen ver. Estoy casada desde hace tres años y mi marido trabaja en unos Grandes Almacenes muy importantes en España.
Trabajo en una empresa de publicidad en la que llevo cuatro años, en estos años he hecho de todo, llevar cafés, hacer fotocopias, todo menos lo que me gustaba, hacer campañas publicitarias, eso a pesar de haber cursado mis estudios con inmejorables notas.
Un día mi Jefe, que se llama Carlos, un hombre maduro de unos 48 años, me dijo que había surgido un proyecto muy importante y que tenía que trasladarse a Las Palmas para estudiar la posibilidad de crear una delegación allí, y me dijo si quería ir con él, no lo dude y le dije que si, me dijo que la semana siguiente nos iríamos a Canarias, durante toda la semana no paró de repetirme que llevase ropa ligerita que allí hacía calor y que no olvidase algún tanga para ir a la playa, a lo que yo le contestaba que siempre usaba bikini. Cada día notaba su mirada repasando mi cuerpo de arriba abajo y fijándose descaradamente en mis tetas.
Una semana después partíamos rumbo a Las Palmas, para el viaje me había puesto una falda vaquera por encima de las rodillas y una camiseta de tirantes, al sentarnos en el avión mi jefe me dijo que iba muy guapa y dejo caer su mano sobre mi pierna, yo me sentí muy violenta, pero no sabía que hacer, tampoco estaba manoseándome, solo me tocaba la rodilla mientras me contaba lo bonita que era la isla y las playas que podríamos disfrutar esos días. Pidió unas copas y comenzó una agradable conversación conmigo, algo que en los dos años que llevaba con él nunca había hecho, me contaba que tenía muchas expectativas puestas en mi y que tenía que demostrarle lo mucho que valía, entre trago y trago ponía su mano en mi pierna cada vez más arriba y me sonreía y continuaba con su conversación. Yo le deje hacer puesto que no iba más allá de una simple caricia. Llegamos a Las Palmas y fuimos al hotel, estaba situado en la playa de las canteras y era bastante lujoso. El primer día transcurrió sin novedad, nos entrevistamos con el cliente, que se llamaba Luís, y éste nos expuso lo que quería, por la tarde mi jefe me dijo que fuese a su habitación para estudiar como íbamos a tratar la propuesta y ver que podíamos ofrecer. Me duché me puse un pantalón vaquero y una camiseta y fui a su habitación, al entrar me miro y me dijo.
C.- Como lleva esa ropa, tienes que ponerte algo más ligero y llamativo, con ese cuerpo que tienes debes provocar la admiración y el deseo de todos los hombres siempre, además, vamos a ir a cenar luego y quiero que vayas esplendorosa.
Me quede cortada y sin saber reaccionar, pero regresé a mi habitación y me puse un vestido de gasa azul con un gran escote y volví de nuevo.
Nada mas entrar silbó y dijo:
C.- Ahora sí, estás bellísima, quiero que estés así todos los días, si no tienes ropa no te preocupes que iremos de compras.
Me cogió de la mano y me hizo girar para verme por completo, como el escote era bastante pronunciado mis tetas casi se salían a pesar de llevar sujetador.
C.- Bien Montse, ahora vamos a cenar y te contaré cuales son mis planes.
Estuvimos cenando y bebiendo, a continuación fuimos a una terraza junto a la playa y allí seguimos tomando copas, yo no suelo beber mucho, por lo que ya estaba bastante alegre. En medio de la conversación y las copas Carlos me dijo:
C.- ¿Hasta donde quieres llegar en esta empresa?
M.- ¿Qué quiere decir con eso Carlos?
No entendía a qué se refería.
C.- Quiero saber que estás dispuesta a hacer para llegar alto en esta empresa, ¿Lo entiendes o no?
M.- Si, pero me sorprende esa pregunta tan directa.
C.- ¿Quieres estar toda la vida haciendo fotocopias o prefieres llegar a ser alguien en este mundo?
No sabía que contestar, así que él hablo de nuevo y me dijo:
C.- Ahora iremos al hotel y allí tendrás que decidir cual va a ser tu futuro.
Me cogió de la mano y me levantó de la silla, encaminándonos en dirección al hotel, yo estaba bastante bebida y casi tropezaba, por lo que me agarró de la cintura y me apretó contra él, cada paso que dábamos notaba como deslizaba su mano por mi espalda y bajaba hasta acariciar mi culo por encima del vestido, no sabía que hacer, pero además tampoco tenía mis facultades en su punto para tomar una decisión, el alcohol no me permitía pensar y tomar una decisión, no sabía si apartarle y darle una bofetada o caer en sus brazos y dejarme llevar. Entretanto el no perdía el tiempo y ya había encontrado un hueco en mi vestido por el que meter su mano y llegar a uno de mis pechos, notaba como lo acariciaba y apretaba con su mano, en cierto modo me estaba poniendo muy caliente, esta situación era excitante, pero sabía que no debía dejarle avanzar más.
Llegamos a la puerta de la habitación y allí me puso contra la puerta y me beso, introdujo su lengua en mi boca buscando la mia, no reaccioné, pero él ya tenía la mano bajo mi vestido y entre mis piernas y estaba acariciando mi coño por encima de la braga.
C.- Estás húmeda Montse, veo que te gusta.
Su mano avanzaba más y ya había apartado mi braga y estaba acariciando mi clítoris, sin quererlo estaba completamente húmeda, mi excitación era bastante notable y él se había dado cuenta.
C.- Bien, ¿Pasamos a mi habitación?
M.- No se, no debo, esto no está bien.
C.- Ok., tu sabrás, este puede ser el final de tu carrera, te espero en mi habitación, si no quieres, mañana puedes preparar la maleta y regresar a Barcelona.
Carlos se metió en su habitación y me dejó sola en el pasillo, no sabía que pensar ni que hacer, mi marido estaba en Barcelona, no podía hacerle esto, pero por otro lado pensaba, es mi oportunidad, además, estamos en canarias, estoy bebida, tampoco importa mucho. Sin más, abrí la puerta de Carlos, que la había dejado entreabierta y pasé. Él, estaba desnudo encima de la cama mirándome a mi frente a la puerta.
C.- Has tomado la decisión correcta, a partir de ahora tu vida va a sufrir un profundo cambio, acércate, no sabes cuantas ganas tengo de acariciar tus tetas y de que me chupes la polla. Quítate el vestido.
De pie, frente él me desabroché el vestido y lo dejé caer, quedando en sujetador y culotte.
C.- Que bella eres, ven, quítate el sujetador y acércate.
Solté el sujetador dejando mis hermosos pechos libres y me puse junto a él. Me acarició las tetas con suavidad, pellizcando los pezones, que inmediatamente se pusieron enormes. Tomó mi cabeza y la bajo hacia su pene, me sentía muy violenta, pero ya no había marcha atrás. Comencé a besar su capullo despacio, pasaba mi lengua una y otra vez, introducía su polla en mi boca y se la chupaba, volvía a sacarla y le pasaba la lengua por el prepucio, mi marido siempre me ha dicho que soy la mejor mamadora que ha conocido. Mi boca se tragaba una y otra vez su capullo, mi lengua lo recorría arriba y abajo y Carlos no paraba de gemir.
C.- Siiiiii, como me gusta, que bien lo haces, sabía que ibas a ser una autentica chupadora, siiiiiii.
Yo no paraba, chupaba una y otra vez y pasaba mi mano por sus huevos apretándolos ligeramente, le miraba y al ver su cara me excitaba más, por lo que se la mamaba con más fuerza.
M.- ¿Te gusta así? ¿Te gusta como te la chupo?
C.- Siiii, eres muy buena, que bien la chupas, tu marido tiene que estar muy contento, sigue, sigue, no pares de chapármela, quiero correrme en tu boca.
M.- ¿En mi boca? No te la chupo, pero correrte en la boca no, puedes hacerlo en mis tetas.
C.- No Montse, quiero correrme en tu boca y que te tragues toda mi leche.
M.- No por favor, no degusta tragar la leche.
C.- Te he dicho antes de entrar si tenías claro lo que querías para tu futuro, así que cállate, sigue chupando y prepárate para tragar toda mi leche.
M.- Pero…
C.- Cállate y sigue chupando, ¡Venga!
Casi me daban ganas de llorar, pero ya no había marcha atrás, así que continué mamándosela, mi cabeza subía y bajaba tragando su polla una y otra vez, él había puesto sus manos sobre mi pelo y acompañaba el movimiento empujando con fuerza mi cabeza, su polla me estaba penetrando hasta la garganta.
C.- Sigue así, chupa, chupa, como me gusta, me encanta que me la coman como tu lo haces. Ummmmm, creo que me voy a correr, siiiiiii.
Noté su chorro de leche e intenté apartarme, pero él, con sus manos, apretó mi cabeza contra su polla y ésta expulso todo su líquido dentro de mi garganta. Carlos daba golpes de cadera y empujaba su polla dentro de mi boca, me estaba follando la boca hasta que me tragué la última gota.
C.- ¡Qué bien niña! Estás a punto de ganarte un buen ascenso, sólo falta que me folle ese coño depilado que se ve bajo la braga, quítatela.
Me incorporé y me quité el culotte, el sonrió al ver mi coño totalmente depilado y me dijo:
C.- Eso es un auténtico manjar, primero me lo voy a comer y después lo follaré toda la noche, ven aquí.
A pesar de todo lo ocurrido, yo estaba muy excitada, así que me eché en la cama junto a él, nos abrazamos y comenzamos a besarnos, metía su lengua hasta adentro y jugaba con la mía, llevo su mano a mi coño y dijo:
C.- Ummm, estás totalmente empapada, estás deseando que te folle, ¿No es verdad?
M.- Si por favor fóllame.
Fue bajando por mi cuerpo besando mis pezones, pasando su lengua por mi ombligo y finalmente llegó a mi coño, pasaba su lengua una y otra vez por mi clítoris, lo que me hacía retorcer de placer.
M.- Siiii por favor, cómelo, siiii, así me gusta cómelo bien, Ummmmm.
Carlos chupaba mi coño y me miraba, verme tan excitada, removiéndome en la cama le ponía caliente. Yo ya estaba a punto de correrme.
M.- Siii, para, para, fóllame, quiero que me folles, méteme la polla, métemela bien adentro.
Carlos se incorporó, abrió bien mis piernas y se colocó entre ellas, llevó su capullo a la entrada de mi coño jugó con ella entrando y saliendo.
M.- ¡¡¡FÓLLAME!!! Por Dios, fóllame, no esperes más, necesito tener tu polla dentro, clávamela. ¡¡Fóllame ya!!
C.- Siiii, te la voy a meter hasta adentro, te la voy a clavar hasta las entrañas.
Dio un golpe de cadera y me la metió hasta el fondo, di un grito de dolor, pero él continuó con sus movimientos entrando y saliendo en mi coño una y otra vez.
M.- Siiiii, así, así, como me gusta, fóllame, fóllame.
C.- Si, así, me gusta meter mi polla en tu coño caliente, estas empapada, como te gusta follar ¿Verdad?
M.- SIIII, me encanta, me gusta tener una polla dentro.
Su polla se clavaba una y otra vez dentro de mi y el calor iba subiendo por momentos, notaba que me iba a correr ya.
M.- ¡Ahora, ahora! Me corro, siiiii, que rico, asíiiii.
Carlos continuó sus movimientos y de repente se dejo caer sobre mi.
- Siiii, que bueno, siii, ya me he corrido.
Nos quedamos abrazados y así nos dormimos, a la mañana siguiente volvimos a follar de nuevo antes de ir a la reunión con nuestro cliente, Carlos me dijo que el ascenso lo tenía asegurado, pero aún me quedaba hacer una cosa más para escalar a lo alto.
Mantuvimos la reunión y al acabar, mi jefe me propuso ir a la playa de Maspalomas a tomar el sol. Fuimos al hotel, nos pusimos los bañadores, yo me puse un bikini con tanga, y bajamos a Maspalomas en el coche. Carlos me llevó hasta una zona oculta entre las dunas y allí nos tumbamos a tomar el sol, cuando me había quitado la ropa y estaba tumbada en bikini, él me dijo.
- Quítate la parte de arriba del bikini.
Yo no había hecho nunca topless, así que me daba un poco de vergüenza, pero como estábamos en una parte poco visible me lo quite sin dudarlo y me tumbe boca abajo en la toalla.
C.- ¡Que culo más hermoso tienes! No sabes lo que me apetece follártelo aquí mismo.
M.- ¡Que dices! ¡Estás loco! Aquí en medio de la playa nada, y el culo ni lo pienses.
Carlos cojió aceite y me la fue echando por la espalda, la extendía con suavidad y al llegar la culo me acarició los cachetes abriéndolos hacia el exterior para ver bien mi agujero que se salía del tanga, pasaba un dedo por él e intentaba introducirlo, pero yo me movía para no dejarle, a pesar de lo cual en un par de ocasiones dejó aceite en la entrada y cuando me descuidé metió el dedo en mi ano, lo que me enfadó mucho y me quité.
M.- ¡Deja mi culo tranquilo! Po ahí ni lo sueñes.
C.- Creo que no lo has entendido bien, tienes un gran futuro en tus manos y el ascenso está ahí, pero debes entender quién manda aquí, ya te he dicho que solo te queda hacer una cosa más, si la cumples, la nueva oficina en Las Palmas será tuya, tu serás la directora aquí. Si tienes alguna duda dímelo ahora.
Me sorprendió tanto lo que acababa de decirme que no me salían las palabras, me proponía ser la jefa de la nueva delegación en Las Palmas, nunca lo hubiera esperado.
M.- No, no tengo ninguna duda.
Carlos me quitó el tanga dejándome completamente desnuda, y a continuación, continuó echándome crema, esta vez bajaba sus manos por dentro de mis cachetes y metía su dedo en mi ano, primero uno y después dos.
M.- Me haces daño, para ya, por favor.
C.- Túmbate boca abajo, cierra los ojos, relájate y déjame que te masajee.
No me gustaba la idea, pero hice lo que me decía, de forma que él siguió tocándome todo el cuerpo, abrió mis piernas y metió su mano en mi coño, lo acariciaba muy despacio, tocaba mi clítoris y yo ya estaba empezando a mojarme. De repente paró un momento y poco después volvió a continuar acariciándome, pero ahora sus movimientos eran más rápidos, y más fuertes, abrí los ojos y vi que quien me estaba acariciando era Luís, nuestro cliente.
M.- ¿Qué ocurre? ¿Qué hace usted aquí? ¿Qué pasa Luís?
Luís seguía encima mío y no paraba de tocarme, insté girarme pero no me dejó, carlos le ayudaba a mantenerme boca abajo.
C.- No ocurre nada, le has gustado mucho a Luís y él también quiere disfrutarte, es la condición para que nos de el contrato, y es un buen contrato, ya sabes, el que va a decidir tu futuro.
M.- Esto no, esto ya es mucho, por ahí no paso.
L.- ¿Qué más te da follarte a uno o a dos? Vas a disfrutar y además vas a conseguir lo que quieres.
M.- ¡NO! Esto es un abuso, os habéis puesto de acuerdo para aprovecharos de mi.
C.- Si, es verdad, y además tengo grabada la sesión de ayer en video, así que si no lo haces ahora lo verá tu marido. ¿Qué dirá cuando te vea tan voluntariosa chupando otra polla? Además sin quejarte ni poner ningún reparo. ¿Y que pensarán en la oficina?
Aquello no podía ser cierto, era una pesadilla, comencé a llorar y me dejé caer en la toalla.
Luís continuó acariciándome y ahora, descaradamente, tocaba mis tetas estrujándolas, se quitó de encima, se puso junto a mi cabeza y girándome colocó su polla junto a mi boca.
C.- Vamos, chúpasela.
M.- NO, no quiero.
Luís me cojió más fuerte, giro mi cuello y puso su polla rozando mi boca.
L.- Vamos Montse, métetela en la boca, te gustará, vamos.
Ya estaba derrotada, tendría que hacer lo que pedían o perdería mi familia, mi trabajo, todo. Abrí la boca y me tragué su polla, él sujetaba mi cabeza mientras metía una y otra vez todo su miembro hasta mi garganta.
C.- Ves, no es tan difícil, vas a disfrutar y además vas a ser la directora de la empresa en Canarias, ¿Qué más quieres? Chúpasela bien, como me lo hacías a mi ayer.
Yo chupaba y chupaba, pero sin ganas, aquello era muy fuerte para mi.
C.- Te he dicho que se la chupes como a mi. ¿Entiendes? Chúpasela bien.
Me giré un poco y comencé a chupársela a conciencia, tome su tranca en mis manos y me la metí a fondo en la boca, lamía su capullo y acariciaba sus huevos, Luís gemía y gemía.
C.- Ves, no es tan difícil, eres una auténtica zorra, vas a ser una buena jefa, seguro que conseguirás muchos clientes.
Aquello me dolió mucho, encima me llamaba zorra, así que solté la polla y dije:
M.- ¡Se acabó! No quiero seguir, de zorra nada.
C.- ¿Qué no quieres seguir? ¿Lo vas a dejar ahora?
No supe que decir, así que Luís tomó mi cabeza con fuerza y volvió a clavarme la polla hasta adentro.
L.- Chupa y calla zorra.
Carlos aprovechó para girarme ligeramente, me subió una pierna y con ello dejo mi culo bien visible para él, se colocó justo detrás y llevó su polla a la entrada de mi ano.
M.- ¡No! Por favor, por el culo no.
C.- Si mi pequeña, ya te he dicho que este culo me vuelve loco, así que relájate y deja que te la meta suavemente o tendrá que ser por la fuerza.
Carlos se apretó contra mi y colocó su capullo a la entrada de mi ano, yo intenté moverme, pero me fue imposible, él empujó y su polla comenzó a penetrarme despacio, al tiempo, Luís empujaba con más fuerza pues debía estar a punto de correrse.
C.- Siiiii, ves niña, ya la tienes dentro, ahora déjate llevar.
Poco a poco su polla iba entrando más y más, de forma que yo ya la notaba toda dentro y veía como Carlos se movía cada vez con más rapidez y más violencia, sujetaba mis caderas con ambas manos y empujaba hacia atrás al tiempo que él se movía hacia delante, de esta forma su polla estaba entrando hasta el fondo. Quizás por el aceite que me había puesto previamente, solo noté un poco de dolor al principio, ahora ya no notaba nada, sólo pensaba que follar mi culo no se lo había permitido ni a mi marido, y ahora lo estaba disfrutando un extraño.
L.- ¡¡Chúpamela!!, sigue, no pares zorra, ¡Así me gusta! Creo que eres una buena empleada y sabes satisfacer a tu jefe, vas a llegar lejos.
Al oir aquello no sabía si llorar o chuparsela con más ganas, solo pensaba en mi puesto de jefa en Canarias, así que cojí con fuerza su polla y le lamí el capullo una y otra vez, me la metía y la sacaba de la boca y le miraba a los ojos viendo como estaba disfrutando. Mientras, Carlos seguía hundiendo su tranca en mi ano, la notaba dentro, me quemaba en el culo, pero no dolía, él empujaba con violencia, pero yo estaba tan dilata por el aceite que recibía su polla una y otra vez y comenzaba a notar cierto placer, más que nada por la excitación, esta situación que nunca hubiese imaginado me había puesto completamente cachonda, y Carlos se había dado cuenta, asi que comenzó a tocar mi clítoris con una mano.
M.- Si, así, tócame, me gusta.
C.- Al final va a tener razón Luís y eres una auténtica zorra. ¿Te gusta que te folle el culo?
M.- Siiiii, me gusta, fóllamelo, pero no dejes de tocarme, sigue.
C.- Dime que te gusta que te folle el culo, vamos, dímelo.
M.- Si Carlos, si, me encanta que me folles el culo, métamela entera, quiero sentir esa polla entera dentro, quiero que me la claves hasta el fondo.
Estaba disfrutando como no lo había hecho nunca, antes me había acostado con chicos jóvenes que solo pensaban en su propio placer, pero Carlos me tocaba de una forma que me hacía sentir como nunca. Luís estaba a punto de correrse, así que tomo mi cabeza con fuerza y me introdujo la polla todo lo que pudo en la boca.
L.- ¡¡Me voy a correr, me voy a correr!! Chúpamela bien Montse, chúpamela, deja que me corra en tu boca.
A mi no me gustaba, pero estaba tan excitada que no podía apartarme.
M.- Siii, córrete ya, dame toda tu leche.
De repente noté un chorro de semen inundando mi garganta, la polla de Luís expulsaba tanta leche que no podía tragármela y casi me ahogaba. Por suerte se dejo caer en la toalla liberando mi boca, su leche salía de mi boca al tiempo que Carlos agarraba fuerte mis caderas y me follaba el culo con violencia, yo estaba teniendo un orgasmo como nunca lo había sentido.
M.- Siiiii, me corro, siiii, follame, no pares.
Carlos empujó una vez más con fuerza y se dejo caer sobre mí, también se había corrido, estábamos los dos exhaustos.
C.- Te has ganado bien tu nuevo puesto niña, ha sido estupendo.
Recogimos todo y nos volvimos al hotel, donde volvimos a follar por la noche, ahora ha pasado un año y soy la directora comercial de la empresa en la nueva delegación en Canarias, durante este año han ocurrido muchas cosas y muy placenteras, creo que al final ha merecido la pena el sacrificio.

Montse.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:56) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

renzo69 (14 de December de 2011 a las 18:33) dice: buen relato montse espero te animes a seguir contando tus vivencias


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