Me llamo Cristina, tengo 29 años,sólo le he sido infiel a mi novio con un tío, pero no puedo dejar de hacerlo. Escribirlo aquí es mi única forma de desahogarme.
Relato
Hola, me llamo Silvia, tengo 29 años, sólo he sido infiel a mi novio con un tío, pero no puedo dejar de hacerlo. Escribirlo aquí es mi única forma de desahogarme.
Siempre he tenido muchas posibilidades de ligar, soy alta, delgada, con melena larga rubia y con un culo al que le queda bien cualquier pantalón. Quizás por eso nunca me había atraído mucho el sexo sin sentimiento, de hecho aunque lo había hecho otras veces, la primera vez que me tiré a mi novio ya llevábamos 3 meses saliendo. A él le gustaba salir más que a mí, siempre he sido un poco controladora y posesiva. Lo llevo muy recto, cuando follamos le digo que me bese y que me diga cosas bonitas, y por supuesto nada de mamadas ni cosas así. Yo me sentía feliz así, hasta que hace unos meses todo cambió.
Empecé a trabajar en unas oficinas y los compañeros , sobre todo Javi, fueron muy amables conmigo, al contrario que las compañeras ( me suele pasar). Javier fue tomando confianza y de vez en cuando me miraba relamiéndose como de broma o incluso me decía que me diera la vuelta para poder verme el culo. Yo simulaba que me molestaba, pero me fastidiaba cuando no lo hacía. Una mañana, en la que había discutido con mi novio porque no había comprado detergente, sentí la necesidad ponerme un vestido cortito que me quedaba de muerte y lucirme delante de Javi en la oficina. No me quitó ojo en todo el día, hasta que llegó la hora de irse y yo notaba que Javi simulaba trabajabar muy concentrado, yo hice lo mismo, al final solo quedámos él y yo. La gente se quedó extrañada y se fueron cuchicheando pero a mí me daba igual.Seguidamente se acercó a mi mesa y me dijo que me levantara, que quería verme otra vez mover ese culito, yo lo hice y me fije en el bulto de su pantalón. De repente comenzó a besarme el cuello y yo le decía que no podía, que mi novio... pero mis manos se iban acercando a su polla. Me dijo que me arrodillara y yo le dije que no, que no le iba a hacer una mamada, pero él, sin hacerme caso se la sacó, me la puso delante y yo, que jamás se la había comido a nadie de repente tuve unas ganas tremendas de metermela en la boca, que suave y caliente estaba... le besé los huevos y me la volvía a meter en la boca una y otra vez mientras el jadeaba y movía suavemente la pelvis follándome por la boca, cuando se iba a correr me avisó, pero yo quería tener su polla todavía dentro de mí así que me tragué su corrida, no me importaba, nada me daba asco, cuando al fin la sacó yo seguí limpiándosela con la lengua y mirándole a los ojos mientras el me sonreía y acariciaba el pelo. Ya nunca nada volvería a ser igual ( al menos en la oficina )
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 517511 veces