Casi a diario desde hace algún tiempo, he venido observando algunos de los mendigos que se la pasan por cerca de mis oficinas, hombres jóvenes, aparentemente saludables, que por una razón u otra, se encuentran viviendo en, y de la calle. Y no es que yo sea una hermanita de la caridad, pero al verlos como me miran, cuando paso frente a ellos, con mis tacos altos, mi corta falda, mi chaquetilla ejecutiva, mi fina blusa, y mi bolso de Yves Saint Laurens, intuyo cuál es su pensamiento.
Relato
Y no es que yo sea de las que piensa, que los hombres se la pasan todo el día, pensando en sexo. No que va, estoy muy consciente de que eso no es así, sino no me hubiera costado tanto trabajo, llagar a la posición que tengo en la empresa. La cosa es que sin querer, me fui obsesionando, con la idea de hacer algo por la vida, de aunque fuera uno de esos hombres. Y la verdad es que no se me ocurría nada, original y que me garantizara el excito, de mis esfuerzos. En ocasiones en las reuniones de ejecutivos, traía el tema, para ver si alguno de mis colegas, me aportaba una buena idea, pero sin resultado alguno. Pero en cambio cuando hablé con mi esposo al respecto, su simple respuesta me dejó sorprendida. Ya que me comentó, si realmente quieres que un tipo de esos cambie de vida, solo le tienes que mostrar, todo lo que se está perdiendo, por seguir haciendo, lo que esté haciendo, o sea nada. Yo quedé impactada por tan simple razonamiento, tanto que decidí ponerlo en práctica, pero sin comentarle más nada a mi esposo.
Me puse a pensar, que cosas podría mostrarle a un tipo de esos, que lo motivase a cambiar su estilo de vida, y la verdad es que no se me ocurría nada nuevo, ni original. Por lo que decidí ponerme a preguntarles a varios de estos mendigos, que lo haría cambiar de vida. La mayoría me dijo que el dinero, por las razones más variadas, desde las más nobles y sublimes, hasta las más vulgares, y egoístas.
Pero en mi experimento, no estaba contemplado el darle dinero a nadie, la idea era que se lo ganase. Así que continué preguntando, hasta que uno de ellos, que según me dijo llevaba más de un año en la calle, a medida que me miraba de pies a cabeza, con unos ojos de querer desnudarme en plena vía, me dijo. Yo cambiaría si me acostase con una mujer como tú. La verdad es que su respuesta hasta hizo que me sonrojara, pero de todas las respuestas que escuché, lo cierto es que fue la que más me impactó. Y no porque se me haya inflado el ego al escucharlo decir eso, sino por la manera tan provocativa que lo dijo. Esa noche en casa, no podía dormir, pensando como poder ayudar a ese mendigo, daba vueltas en la cama, mientras que mi esposo dormía plácidamente. Una de las cosas que tuve que aceptar era que si lo quería ayudar realmente, de la manera más discreta posible, para empezar yo debía hacer ciertos sacrificios. Así que tras pensarlo mucho, por lo menos durante el resto de la noche, hasta que me quedé dormida, decidí dar ese paso. Como ocasionalmente me reúno con algunas de mis amigas, cuando le dije a mi esposo que llegaría tarde, no le dio mayor importancia. Mi segundo paso fue, que en lugar de buscar a ese mendigo y llevarlo a un motel, iba agarrar uno de los vehículos de la empresa, por lo que al medio día, cuando lo vi como de costumbre, en el lugar de siempre, le dije. Como a las 20 horas te paso buscando, espero que encuentres un lugar donde darte un baño, y ponerte algo de ropa limpia, por lo menos. Y sin decirle más nada, me retiré moviendo mis caderas, de manera provocativa. Yo sentía su mirada clavada en mis nalgas, y la excitación que recorría todo mi cuerpo era tremenda. Pensando en que si lo motivaba lo suficiente, quizás decidiera hacer algo constructivo con su vida. Por lo que después de esperar en mi oficina, bajé al estacionamiento, llevando la llave de uno de los vehículos de la empresa. Luego me dirigí al lugar donde siempre he visto a ese mendigo, y sin bajarme del vehículo, al encontrarlo me di cuenta de que se había bañado, y hasta cambiado de ropa, por lo que, le dije. Que lo esperaba en el estacionamiento de la empresa. Mientras él llegaba, me fui quitando la ropa, pero aun con la duda en mi cabeza, si lo que yo pensaba hacer, realmente cambiaría la vida de ese hombre. La emoción recorría todo mi cuerpo, y cuando sentí que se iba acercando, abrí la puerta del vehículo, sus ojos, al verme, parecía que se le fueran a salir de sus orbitas. Lo que en cierta forma, o manera. Me alentó a continuar con mi idea. Aún él estaba algo desconfiado, quizás temeroso de que lo fuera a entrampar, o que se yo. Pero era evidente que no se sentía muy seguro dentro del vehículo, por lo que me pidió que saliera fuera, y junto a una de las paredes, me preguntó qué era lo que yo buscaba. Y aunque estaba media desnuda, me le acerqué, y sonriendo, agarrando su miembro bajo la tela de su pantalón le dije, ya encontré lo que buscaba, y en ese instante me agaché, al tiempo que me las arreglé para extraer su miembro, y a fin de convencerlo que no buscaba otra cosa, lentamente lo fui agarrando y oliendo, olía a jabón, y aún estaba algo húmeda toda su piel. Por lo que se lo comencé a mamar, por un buen rato hasta que él me pidió que me detuviera. Porque no quería venirse tan rápido. Yo lo tomé de la mano, y lo condije al vehículo, ya que no se pero ahí dentro me sentía un poco más segura. Ya dentro, fue él quien me comenzó a dar una tremenda mamada, como nunca otro hombre o mujer me la había dado, se lengua exploró toda mi vulva, chupó deliciosamente mi clítoris, arrancándome profundos gemidos de placer. Hasta me hizo disfrutar de un tremendo orgasmo, yo después de eso le volví a dar otra corta mamada, para después dejar que me penetrase por mi coño, el sentir su miembro deslizándose dentro de mi cuerpo, la verdad es que no tiene comparación, con nada. Yo seguía moviendo mis caderas, a medida que él no paraba de penetrarme. Bueno desde ese día, no sé si la vida de él cambió, pero la mía sí que lo hizo. Ahora ocasionalmente salgo y hago el mismo recorrido, con las mismas excusas, pero con resultados increíbles, claro sin que mi esposo se entere….
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 313439 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 213149 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 150466 veces
Si te ha gustado Un acto de caridad…. ( CON fotos) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Un acto de caridad…. ( CON fotos).
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Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:46) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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