Un dia inesperado

Era un dia más de trabajo, como siempre aburrido, casi era hora de salir cuando entró un mensaje en mi telefono, que decía: “estoy en queretaro, puedo pasar a tu trabajo?” era Betty, desde luego pensé que era una broma, ella vive en el d.f. y la había conocido en facebook hace unos meses pero en unos minutos me marcó para quedar en donde vernos, le dije pues en el estacionamiento en la ultima fila, cuando llegó la hora yo seguía incrédulo pero cual fue mi sorpresa que allí estaba, se veía muy bien, aunque no puede apreciarla a detalle arriba de su auto, me sentí algo nervioso, nos saludamos y platicamos unos 15 minutos y acordamos ir a algún lugar agradable para platicar y tomar una copa, le dije: yo conduzco, enseguida nos cambiamos de lugar y tomamos la carretera hacia el centro ya que yo trabajo en el aeropuerto a las afueras de la ciudad, en el camino continuamos platicando lo curioso es que estábamos en sintonía como si nos conociéramos de mucho tiempo, me sentí mas relajando por cierto hacía un calor terrible y dije que tal si pasamos por un six a un minisuper, así lo hicimos y cuando volvimos al auto simplemente se cruzaron nuestras miradas comenzamos a besarnos, nos separamos, ella quería decirme algo pero la interrumpí.
-no digas nada, solo hay que pasar un buen momento
Y así sin decirnos nada, estaba comprobado la gran atracción que sentía uno por el otro, cada quien destapó su cerveza y la bebimos muy rapido debido al calor, continuamos el camino, la carretera estaba despejada sin embargo a unos 5 kilometros incrementó el trafico hasta llegar al alto total, seguramente las labores de mantenimiento, en la radio sonaba una canción de Poison “every rose has its thorn” no se si fue el efecto de haber bebido la cerveza de golpe o la personalidad fascinante de Betty que me hacía sentirme como embrujado y no dudamos en besarnos pero ésta vez muy apasionado, perdí la noción del tiempo y las autos comenzaron a avanzar, seguimos el viaje y mas adelante cualquier pretexto era bueno para orillarse y besarnos cada ves con mas lujuria, sentía su respiración se hacía cada vez mas fuerte y yo muy excitado, continuaos el camino y ella empezó a acariciarme seguro había notado mi erección y le dije: mi amor ya no aguanto mas, cerca había un motel recién inaugurado y le dije, lo estrenamos?
Así que aceleré y enseguida llegamos, el lugar estaba bastante agradable, todo nuevecito nos bajamos y apenas estaba cerrando la puerta cuando sentí un jalón y comenzamos a besarnos como locos, el sentir su lengua me excitaba mas, prácticamente nos estábamos comiendo con desesperación, ella traía una falda negra pegada y una blusa blanca, no se porque siempre la imaginaba vestida así y coincidía, yo simplemente mi pantalón de mezclilla y un playera, pero eso que importaba si empezamos a arrancarnos la ropa, quedamos en ropa interior y bajamos la intensidad, le dije ahora despacito para disfrutarlo mas, comencé a acariciarla despacio, disfrutaba cada parte de su cuerpo, el cuarto estaba todo alfombrado, cama king size , un sillón extraño, y una pantalla enorme, de pronto comenzó a besar mi pecho y comenzó a bajar, me quitó todo y se hincó frente a mi, mi pene estaba muy parado y comenzó a tocarlo con su lengua con suavidad poco a poco hasta chuparlo completamente, sentía que me succionaba, nunca había sentido esa sensación , tome su cabeza para sentir su movimiento con mis manos, la levanté y ahora deseaba con locura sentir sus senos, así que le quité el sostén y vaya sorpresa eran de buen tamaño eso me enloqueció, me tumbé en la cama y ella se colocó de forma que sus senos quedaran frente a mi cara y los besé con locura usando mi lengua después ella fue bajando a manera de quedar mi pene entre sus senos con sus manos los apretó y me masajeaba, que delicia, después ella se sentó en la cama y me coloqué detrás de ella acariciándola con una mano sus senos y con la otra deslizándose debajo hasta sentir su humedad, introduciendo dos dedos , comencé a frotar su clítoris por un momento y de pronto me dijo ya , ya por favor métemela, le quité su prenda que aun le quedaba, la acosté en la cama me metí entre sus piernas y hundí de un golpe mi pene, ella pegó un grito de placer, y decía asi, así, dame duro, comencé a metérsela como si fuera la ultima ves que podría hacerlo, estábamos cogiendo como locos, como descubriendo algo oculto en nosotros, era como una fiera que de pronto se liberaba de algo, decidimos cambiar y me senté en el sillón, ella abrió su piernas y se sentó encima de mi introduciéndose mi pene, comenzó a brincar al mismo tiempo que gemía cada ves mas fuerte, estábamos a punto de venirnos así que le dije: quiero que me hagas venir con tu boca, inmediatamente se levantó y empezó a chuparme hasta que brotó un chorro de semen, salpicándola, uf! nunca me había venido de esa forma, seguí acariciando su clítoris y elle pegó un grito de placer, me dijo hay amor me enloqueces….