Buscas descubrir el brillo del deseo en ellos y parece que lo descubres, te tumbas a mi lado y me besas, noto como tus dedos buscan mi abertura desesperadamente...
Relato
Hoy es un día lluvioso, hace mucho frío, pero eso no aplaca el calor que hay en mi alma por encontrarme contigo. Me voy acercando a la playa, veo que estás en el rompeolas, mi corazón tiembla al verte esperando, no sé como comportarme, que decirte, como mirarte, solo sé que por fin estás ahí y que por fin serás mío.
Te has dado la vuelta y me ves, cada paso que doy lo hago bajo tu atenta mirada… me estoy poniendo más nerviosa aún, nunca me has visto en persona, no tengo claro si te gustaré, aunque tú a mi me encantas, me voy deleitando al pensar en tus manos, las manos que por fin podré tocar después de tanto tiempo de espera…
Llego a tu lado, no digo nada, me quedo pegada a ti observando el mar, paso una mano por tu cintura y tu brazo se cuelga sobre mi hombro, sientes que estoy temblando, pero no es el frío lo que me hace tiritar, es la emoción de estar a tu lado, atraes mi cuerpo contra ti y me pones enfrente tuya, coges mis manos mientras tu mirada se ha perdido en mis ojos, pienso que estoy soñando, que no puede ser cierto que los ojos oscuros en los que me acabo de perder son reales.
Observo tu boca entreabierta, sé que vas a besarme, o al menos, deseo que lo hagas, noto como tu cara está cada vez más cerca de la mía, pero tus ojos no se apartan de los míos, cuando nuestros labios casi se están rozando cierro los ojos, necesito vivir ese momento, disfrutarlo, sentirlo plenamente… Una descarga eléctrica recorre mis sentidos cuando la calidez de tu boca se une a la mía. Un suspiro se escapa al sentirte y entonces me abrazas fuerte, haciéndome sentir tu cuerpo de hombre, dejo de temblar cuando te acercas a mi oído y me susurras que soy quien siempre has esperado. De mis ojos brotan lágrimas, es imposible contener la emoción… nos besamos nuevamente, pero esta vez soy yo quien toma la iniciativa, todos los miedos han pasado, todo ha terminado, ahora estoy dispuesta ser tu mujer en este día, quizás nunca más vuelva a serlo, pero hoy voy a disfrutar de ti, de mi mentor, de mi maestro.
Empezamos a hablar entre apasionados besos, las olas salpican al chocar contra las rocas y nos han mojado por completo, me indicas donde está el coche para ir a la cabaña que has reservado para nuestro encuentro. Salgo corriendo en esa dirección, tú corres hasta alcanzarme justo al lado del coche, me empujas suavemente hacia él mientras me dejas encerrada con tu cuerpo, lo aprietas contra el mío y me vuelves a besar, voy sintiendo tus manos juguetonas recorrer mi espalda, te has acercado tanto a mi que puedo sentir tu pene, en un extensa erección que indica el deseo contenido hasta el momento…
Entramos en la cabaña, siempre tomado de tu mano, no quiero soltarla, necesito sentirla para saber que es cierto lo que está ocurriendo. Un gran fuego en la chimenea ilumina la estancia, pero me diriges directamente al baño, tenemos mucho frío y la mejor manera de calentarnos es el agua caliente. Abres los grifos mientras empiezas a quitarme la ropa mojada lentamente, mi camisa, como el resto de la ropa, está mojada y deja entrever unos pezones enhiestos mezcla de excitación y de frío, posas la palma de tu mano en ellos y los amasas aún con la tela mojada. Terminamos de desnudarnos y entramos en la bañera. Nos fundimos en un nuevo abrazo, ahora con los cuerpos completamente desnudos, suaves por el agua que va cayendo sobre nosotros.
Hago que te des la vuelta y quedes de espaldas a mi, me acerco rodeando tu cintura con mis manos, comienzo un juego de ascensos y descensos de mis dedos que dibujan tus formas, recorro el vello de tu pecho y los recovecos de tu abdomen, mientras soy consciente de que mis pezones están clavados en tu espalda, mis manos prosiguen su juego pero esta vez no ascienden, solo descienden por tu abdomen hasta tropezar con un mástil fuerte y duro que acaricio primero y que después presiono, no aguanto más, necesito sentirlo de una manera u otra, te giro y me pongo frente a ti de rodillas e introduzco tu miembro en mi boca, lo recorro primero suavemente con mi lengua, para después agarrar el tronco con mi mano mientras mis labios succionan el glande. Miro hacia arriba y veo como has dejado caer tu cabeza hacia atrás, veo como sientes el placer, como es tu expresión al gozar…
Repentinamente me haces levantar, no quieres llegar al final todavía, me abrazas con fuerza y noto como tu pene se ha introducido entre mis piernas, aunque no en mi vagina, pero ejerces la misma presión que si me estuvieras penetrando, eso provoca que mi clítoris se ponga más en funcionamiento de lo que estaba, el roce de tu poya en una zona tan íntima de mi cuerpo me está haciendo gemir pegada a tu oído, tú escuchas mis suspiros en silencio y decides hacerme alcanzar un orgasmo, aceleras el ritmo de tus movimientos y provocas que mi cuerpo se tense de golpe y me derrita entre tus brazos ante la oleada de placer que me acaba de recorrer…
Salimos de la ducha, me lías en una toalla y te llevas otra para secarme, me guías ante la gran chimenea, has preparado mantas en el suelo, me haces sentar, abres la toalla en la que venía envuelta y de nuevo te quedas parado observando mi cuerpo con la tenue luz mientras tomas la otra toalla y comienzas a secarme con mimo y deleite cada parte de mi cuerpo, yo solo me dejo llevar, aunque deseo tocar y ser tocada de nuevo.
Secas mi cuello, mis pechos, mi ombligo y desciendes hasta mi sexo, pasas lentamente la toalla y miras a mis ojos, supongo que buscas descubrir el brillo del deseo en ellos y parece que lo descubres, te tumbas a mi lado y me besas, noto como tus dedos buscan mi abertura desesperadamente, la encuentras y los introduces, me estremezco al sentir que una parte de ti ya ha entrado en mi cuerpo, mientras tus dedos juegan en mi coño tu lengua se deleita con mis labios, mi cuello, mi pecho… lo bordeas, lo estás lamiendo, vas cercando mis pezones hasta que por fin, tu húmeda lengua los acaricia, tus labios se fruncen en besos sobre ellos y tus dientes los muerden suavemente. Tus dedos siguen en el mismo lugar, sabes que pronto me correré de nuevo si sigues, pero parece que no quieres dejarme escapar y tu boca se acerca hasta mi sexo, lames mis labios mayores y poco a poco, siento que la punta de tu lengua se está introduciendo entre los menores, buscando el botón mágico que hará que toque el cielo nuevamente a tu lado, encuentras el anhelado botón, lo lames con suavidad, pero tus dedos expertos embisten dentro de mi cuerpo con mayor rapidez, aceleras el ritmo, cada vez más rápido, más rápido, hasta que nuevamente caigo exhausta entre tus manos.
Rápidamente, sin dejarme tiempo a pensar me siento a horcajadas sobre ti, te miro a los ojos con la tenue luz del fuego, te brillan al mirarme, me sonríes y comienzo un vaivén incesante sobre tu poya que aún no está metida en mi cuerpo. Sin quitar mi sexo de encima de ti dejo caer mi cuerpo para besarte, para recorrer tu cuello, tus hombros, tus pezones… y sentir como tus brazos rodean mi espalda y la acarician… Noto que tu pelvis se eleva más y más buscando entrar en mi sexo, en un movimiento casi imperceptible me penetras, por fin… por fin siento tu virilidad dentro de mi ser, por fin estoy siendo poseída plenamente por el hombre al que amo en silencio, por fin soy tuya, lloro de felicidad mientras me muevo contigo entre mis piernas, noto como las oleadas de placer van produciéndose dentro de mi ser, pierdo la noción del tiempo, pierdo la cuenta de los orgasmos producidos, solo gozo, disfruto, sé que jamás lo volveré a tener. Cambias de posición y te quedas encima de mi, tus embestidas se vuelven violentas, parece que quieras descargar la rabia que sientes al saber que cuando mañana despertemos, y veamos el amanecer, volveremos a nuestras vidas y este espejismo de realidad, pasará a ser un simple recuerdo…
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513601 veces
Relato casi en su totalidad real que demuestra que toda mujer casada es una puta sumisa en potencia
Relato erótico enviado por morboso sadico el 29 de July de 2009 a las 18:09:16 - Relato porno leído 299823 veces
Si te ha gustado Un espejismo de la realidad vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Un espejismo de la realidad.
ariadnna
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
pepebeis
(8 de July de 2010 a las 18:47) dice:
guuauu muy poetico y erotico de muy buen gusto Neofilder
(5 de July de 2010 a las 20:03) dice:
Sublime, majestuoso, excitante. Gracias por este momento de exitacion y placer. katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:28) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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