Mi nombre es Migdalia, tengo 30 años, soltera y soy maestra de escuela primaria. Ocasionalmente salgo con uno que otro conocido, y al igual que lo hago con mi novio, si estoy de ganas nos acostamos. Recientemente acudí a un adiestramiento para maestros en un lujoso hotel de la capital, donde conocí a este hombre sumamente interesante, tanto que hasta me llegué acostar con él…
Relato
No se crean que soy una loca, ninfómana, que se acuesta con el primer hombre que se le atraviesa, no que va. Cuando decido hacerlo, es porque o el tipo en cuestión realmente me ha gustado, o porque ha sabido cómo llevarme a la cama.
Como les decía asistía a un adiestramiento para maestros de escuela primaria, cuando al podio subió un hombre, el presentador nos habló de la interesante carrera del invitado, y a los pocos segundos comenzó su charla. Yo quedé muy impresionada por su varonil porte, la manera en qué demostraba un pleno dominio del tema, pero más aun por su manera de mirarme.
De estatura un poco más alto que yo, y eso que uso tacos altos, delgado de porte atlético, cabellera negra, abundante, con sus sienes plateadas. Vestía impecablemente, además pienso que no le hacía falta para nada el micrófono que le entregaron, ya que su voz retumbaba en todo el salón.
Yo apenas fijó su mirada en mí sentí, ese calor que solo siento, en muy contadas ocasiones. A medida que el tema fue avanzando, yo más calor sentía, no por el tema en si realmente, sino por la manera en que de manera algo indiscreta el me miraba. No me puse colorada como quien dice, porque soy de tez negra, y sin falsa modestia, me enorgullezco de tener un magnifico cuerpo. Ese día llevaba un conjunto, tan sencillo como llamativo, de color blanco, la blusa ajustada hasta mi cintura, de escote regular, pero como parte del conjunto una falda aunque algo corta, bastante amplia.
La verdad es que estaba que me babeaba por ese hombre, y deseaba hacerle saber que yo también estaba interesada en él, así que lo único que se me ocurrió, fue al principio de manera algo tímida dejar separadas mis piernas, como dice el enunciado de física, a toda acción hay una reacción, y la de él no se hizo esperar, clavando su mirada entre mis piernas. Realmente pensé que desde su punto de vista, debido a que se encontraba a un nivel más alto, difícilmente podría notar o ver algo más que mis muslos. Por lo que para asegurarme que recibiera adecuadamente mi mensaje, crucé las piernas de manera lenta, y no me quedó la menor duda de que si había captado el mensaje con claridad.
Pero por suerte en el programa había señalado un receso de unos quince minutos, para tomar café y donas. Yo de manera bien coqueta traté de acercármele, pero el sin numero de colegas que se me adelantó, fue bárbaro, al parecer el tema en si les había llamado tanto la atención, como a mí él. Finalmente pude acercármele, momento que aproveché para soltar el botón superior de mi blusa, dejando gran parte de mis bien formados senos ante su vista. Me presenté, y tras un rápido intercambió de presentación, él me preguntó si a la hora del almuerzo podíamos hablar, de manera aun poco más informal. Yo encantada de su invitación de inmediato le respondí que sí.
Cuando la charla se inició, yo continué cruzando mis piernas, y dejándolas separadas, con toda intención, para mantener su interés en mí. Ya no me quedaba la menor duda de que claramente se había dado cuenta del hasta el color blanco de mis pantis de algodón. Que de haber sabido, que me encontraría un tipo así ese día, me hubiera puesto algo más exótico y atrevido.
Al finalizar la charla, me dirigía al comedor, pero en el trayecto él me dio alcance, diciéndome directamente. Te gustaría acompañarme. Sin hacerme de rogar, ni pensarlo mucho, le respondí que si casi de inmediato. Lo fui siguiendo a pocos pasos, hasta que salió por la puerta que s dirige a los estacionamientos en sótano del Hotel. Ambos bajamos rápidamente por las escaleras tomados de la mano, hasta el más bajo de los niveles, donde él me condujo a una oscura área ubicada debajo de las mismas escaleras. En el estacionamiento apenas y había un auto estacionado, el resto del estacionamiento se encontraba vació, ya que la mayoría de las personas por lo visto prefieren estacionarse en los niveles superiores. Apenas nos encontramos bajo las escaleras, como si ya nos conociéramos de toda la vida, nos abrazamos intensamente, y nuestros labios y lenguas se unieron dentro de nuestras bocas.
A medida que él me besaba salvajemente, sus manos no dejaron de acariciarme por tosas partes, y otro tanto trataba de hacer yo. Pero decidí que mejor era ir avanzando, así que yo misma rápidamente al mismo tiempo que nos besábamos, fui dejando levantando mi falda, e ir abriendo el resto de los botones de mi blusa. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba prácticamente desnuda, él no dejaba aun con más fuerzas e ímpetu de besarme. Por otra parte, podía sentir su macizo y caliente miembro, bien pegado a mi desnudo vientre. Yo en un arranque de querer demostrarle hasta donde yo estaba dispuesta a llegar, apenas sentí que en medio de nuestros besos y caricias él se había tomado un descanso. Me arrodille ante él, y ayudándole a soltarse el pantalón, apenas tuve al alcance de mis dedos su erecto miembro, lo comencé acariciar, y lamer intensamente, hasta que me lo llevé por completo dentro de mi boca.
Por un buen rato mientras que él continuaba desabotonando su camisa y bajándose los interiores hasta sus rodillas, yo me dediqué a mamar su verga. Luego él mismo me separó de su cuerpo y me condujo contra la pared. En la que yo ya sabiendo cuáles eran sus intenciones, subí más mi falda, me quité las pantis, y separé mis piernas. En un abrir y cerrar de ojos sentí como con su duro y caliente miembro ya me tenía bien penetrada, así que yo, mientras él metía y sacaba divinamente su verga de mi coño, yo meneaba y restregaba mis caderas como una verdadera desesperada, contra su cuerpo.
En mi vida me había sucedido algo semejante, la química entre nosotros dos era sumamente caliente, sus manos no dejaban de acariciar y apretar todo mi cuerpo contra el suyo, en especial sentía una de sus manos encima de mi acalorado y bien lubricado coño, apretándolo con ganas, y golpeando mi clítoris con la punta de sus gruesos dedos, mientras que yo, como si fuera una loca, gemía, reía, y gritaba del intenso y profundo placer que me producían él sus dedos y su verga.
Yo misma me desconocía, jamás había llegado a actuar así de esa manera con otro hombre o mujer, con los que me hubiera relacionado íntimamente. Él por su parte de manera casi sádica, de momento comenzó a decirme, que me quería parir el culo en dos. Yo que estaba tan y tan caliente que ya había disfrutado de más de un salvaje orgasmo producido por sus manos y verga, que cuando de manera insistente me pidió que le diera el culo, yo no me pude negar. Así que sentí como sacó su caliente verga de mi chorreado coño, y de inmediato como su colorado y duro glande se comenzó abrir paso dentro de mis nalgas, atravesando salvajemente mi apretado esfínter.
Del dolor que sentí di un grito, tan fuerte que de haber estado teniendo sexo en un nivel más cercano a la entrada creo que todo el mundo en el hotel lo hubiera escuchado. Pero ya una vez que atravesó mi culo con su verga, la mano que tenía sobre mi coño, la terminó incrustando dentro de mí. El dolor rápidamente le dio paso al placer, por lo que yo con más fuerza restregaba mi culo contra su cuerpo, y él me decía lo sabrosa que yo estaba, sin falsas sutilezas. Que culito más rico y apretado tienes, negra el coño, en mi vida había tenido una puta como tú. Y aunque les parezca raro, el que me haya llamado puta, lejos de molestarme me gustó, y con más fuerzas moví mi culo, buscando un mayor placer.
Por un largo rato él me estuvo clavando su rica verga dentro de mi culo, pero de momento me dijo, quiero volver a clavártelo por el coño, y al terminar de decir eso, sacó su verga de mi culo, y sin soltarme el coño, enterró nuevamente su caliente verga dentro de mí, pero frente a frente. Nuestras bocas se unieron de manera salvaje, mientras que sus manos me apretaban los senos, hasta casi hacérmelos estallar, pero de placer.
Llegó el momento en que él aceleró sus fuertes embestidas contra mi depilado coño, mientras que yo con más fuerzas me movía, como dirían en mi pueblo, le entré a coñazos, hasta que ambos disfrutamos de un largo y prolongado clímax. Sentí como su caliente semen, invadía toda mi húmeda vagina. Por un rato nos quedamos pegados a la pared, bajo la escalera. Al separarnos, creo que ambos le dimos un vistazo a nuestros respectivos relojes, y nos dimos cuenta de que el tiempo había volado, apenas y quedaban unos minutos para continuar la charla, así que como pudimos nos arreglamos la ropa, mientras que yo con mis propias pantis de algodón limpiaba la leche que me comenzó a correr por mis muslos. Ya a medida que subíamos las escaleras, nos terminamos de arreglar.
Yo continué al comedor, pero en el trayecto me detuve en el baño de damas, donde me arreglé el cabello, y la ropa, aparte de que me lavé mi sudado coño. Al salir del baño, en el comedor nada más pedí que me sirvieran un gran vaso de agua, mientras que él supongo que continuó con su interesante charla.
Yo regresé al salón unos cuantos minutos después, y casualmente me volví a sentar en la misma silla en la que había estado sentada frente a él en la mañana, y para no perder la costumbre, con toda intención, premeditación, alevosía, y ventaja, dejaba mis piernas abiertas lo suficientemente como para volver a mostrarle mi desnudo coño. Al terminar la charla, me dio alcance, y supuse equivocadamente que me volvería a llevar al sótano, para continuar lo que ya habíamos comenzado. En lugar de eso me condujo a su habitación en el hotel, y de ahí no salí hasta el siguiente día. Muy agotada, pero extremadamente satisfecha.
Mi Madre, a sus 42 años, es una hembra que está rebuena. Mi Padre, un pobre idiota. Así que una noche decidí darle marcha a ella con mis amigos, mientras mi padre miraba..........
Relato erótico enviado por domo54 el 12 de December de 2008 a las 11:35:56 - Relato porno leído 313439 veces
Era un día normal, común y corriente, yo regresaba de la prepa, yo soy un chavo moreno, alto, con buen cuerpo, bien dotado y muy atrevido, no tengo novia y ese día fue uno de los mejores en mi vida
Relato erótico enviado por Anonymous el 29 de August de 2008 a las 13:06:42 - Relato porno leído 213149 veces
Mi nombre es Alicia, y hasta no hace mucho mi familia, y yo desde luego vivíamos en un retirado pueblo, en el que apenas y nos enterábamos de las noticias, ya que ni tan siquiera llegaba la señal de la Tele. Por lo que cuando nos mudamos a la ciudad, lo que más me impresionó fue el baile del perreo
Relato erótico enviado por Narrador el 04 de June de 2012 a las 23:00:35 - Relato porno leído 150466 veces
Si te ha gustado Un hombre sumamente interesante… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Un hombre sumamente interesante….
narrador
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 22:10) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:44) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF
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