En esa tarde calurosa del verano mientras pasaba una cortas vacaciones mi Ama de de llaves la Esposa del Puestero a cargo de los Caballos entra a mi habitación con calientes deseos de sexo...
Relato
HISTORIA DE UN MÉDICO GINECOLOGO EN EL CAMPO
Hijo único de un matrimonio clase media, me eduqué en buenos colegios y logré alcanzar la carrera de médico, luego efectué la especialidad de ginecología, que es la que ejerzo, soltero y dueño de una buena fama profesional y un muy buen pasar heredado de un tío soltero que era propietario de una serie de campos, estancias y cabañas, y en su testamento legó todos sus bienes a mí, dado que siempre fuimos muy compinches, además siempre pasé mis vacaciones en el casco principal de la estancia, y como siempre me alentó a que estudiara medicina, le hice caso y por ende, pase a ser como su hijo preferido, cuando tenía que rendir alguna materia importante me establecía en la estancia y allí estudiaba tranquilo sin que nadie me molestara, cuando rendía la misma, me instalaba una semana en la estancia para contarle como me había ido y como había aprobado la materia rendida, ahí me ponía al tanto con un sin fin de cosas del campo que a mí siempre me gustó y alternaba con el personal, con los capataces de las Haras, o de la cabaña, y me familiarizaba con ellos, siempre me ayudó económicamente para que siguiera la carrera, cosa que no podían hacer mis padres.
Siempre me gustó el campo y alternar con su gente humilde, de trabajo y respetuosos del otro. Por ser el “ahijado” del patrón siempre fui mimado por todo el personal, incluso alguna esposa de algún puestero que se desvivía por hacerme la mejor comida, tenderme la cama, lavarme la ropa y ponerse a la orden “para lo que fuera”.
Un día después del mediodía de un verano caluroso, ya había terminado la carrera, y estaba haciendo mi especialidad en ginecología decidí tomarme cuatro semanas sabáticas para descansar y luego pasadas las vacaciones, seguir con las practicas en un sanatorio donde luego rendiría mi especialidad.
Esa tarde estaba descansando en mi dormitorio, leyendo una revista, cuando de pronto, siento unos golpecitos en la puerta, a los que respondo “adelante” en eso aparece Alejandra, la esposa del cabañero, a cargo de los caballos árabes, la que me trae una jarra de agua fresca, y me dice:
- Le he traído agua fresca, por si tiene sed y una esquela que mando con mi hija Lucía.
- ¿Léemelo, quieres…?
- Esta así, en un papel y dice que ya terminó el tratamiento de fertilización le pide que le avise que hace ahora.
-Decile que por las mañanas se venga cuando termine con sus quehaceres, que tengo que ponerle unas inyecciones durante cinco días seguidos para completar el tratamiento.
- Bueno a la tardecita me voy hasta el puesto y le digo… quiere que le diga que venga mañana ya.
-Si por supuesto, es necesario porque ese es el final del tratamiento, de lo contrario debería empezar recién el mes que viene y yo ya no voy a estar en la estancia, entendiste…
-Si por supuesto le voy a decir que no se deje estar, hoy no voy a dormir la siesta, mi marido y mi hija se han ido a recorrer los potreros en la camioneta, y yo me quedé sola, si no molesto le voy a hacer compañía, pues sé que no duerme la siesta… a mí me gusta mucho conversar con Ud. doctor, ¿le molesta que me quede…?
La miro y le sonrío me encuentro frente a una hermosa mujer en la que me he fijado muchas veces, con la que me he ratoneado muchas veces y percibo que ella siente lo mismo que yo y además… no le soy indiferente, tiene una belleza natural al mejor estilo de Catherine Z Jones, por esa misma razón siempre me he preguntado que hace esta mujer aquí casada con un cabañero siendo tan hermosa y teniendo una sensualidad natural, nada estudiada y ahora que la tengo junto a mí como en tantas otras veces, siento o me parece más sensual que nunca solo tiene encima un vestido de verano, muy fresco que le trasluce su cuerpo, me enderezo, la tomo de mi mano y la atraigo hacia mí…
-Tú, no molestas nunca, y además sabes que me alegra mucho que me acompañes, y creo que también lo sabes… pero no piensas que deberíamos ser muy cautos y cuidadosos, tu eres casada y una hermosa mujer, deseada por todos los hombres que te conocen… para mí es un sueño que hoy estés conmigo, “acompañándome” en mi habitación
- Sabe que pasa doctor, que yo me siento atraída por usted, cuando me toca me erizo toda, y eso no lo ha logrado ningún hombre…cuando me toma la presión o me revisa porque yo se lo pido, se me pone la carne de gallina, y me mojo toda y creo que hoy es el día… por eso vine, nadie me vio, los que no duermen están en el campo en sus actividades y aquí en la estancia estamos solos nosotros dos, pues su tío se fue a un remate…. y no vuelve hasta la noche
No la dejé seguir, la atraje hacia mí y comencé a quitarle la ropa que cayó a los pies de la cama, mostró al desnudarse una belleza natural y agresiva, como no había visto jamás en una mujer que es mayor que yo entre ocho a diez años… sus senos no necesitan sostén, tienen una forma natural perfecta, mis hormonas están a mil y noto que su libido también está a punto caramelo, mi calzoncillo desapareció, y allí en la entrepierna tenía un mástil, erguido, en toda su extensión, Alejandra, entra en la cama pero no se acuesta, se monta a horcajadas sobre mí y sin decir más nada, toma ni pija en sus manos, la mira sonríe y se la mete, dejándola entrar suavemente hasta el tronco, la misma se deslizó por una vagina mojada y llena de jugos, cuando la misma llegó al útero, emitió un gemido de placer y solo alcanzó a decir
-Cuanto busqué este momento Daniel, y ahora me tienes clavada como a mí me gusta aaaaaayyyyy queeee linda pijjjaaaaa por diooossssss, muéveteeeeee y cojéemeeeeeee fuerteeeee, que estoy muy caliente, necesito que me llenes de semen mi concha, nmmm, nmmmm, nmmmm, chúpame los pezones por favor, aaaaaaaa, despacito asssssiiiiii, haaaaa uyyyyy que lindo otra veeeezzzz como me calentáss desde que te monté, ya me está viniendo un orgasmo descomunal, aaaahhhhhh…..aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh….
Mis hormonas no aguantaron más y un grueso chorro de semen sentí que recorría todo mi miembro y exploté dentro de ella, en ese momento al sentirse llena de semen su rugido de placer se sintió en todo el ambiente. Siguió cabalgándome lentamente gozando y volviendo a gozar con mil movimientos pelvianos, que hacían que mi pija siguiera erguida en todo su esplendor mientras ella seguía teniendo encadenados orgasmos, se bajó extenuada y sudorosa, había tenido una seguidilla de orgasmos intensísimos, pero ahora fui yo quien la tomó violentamente, había quedado boca arriba con las piernas abiertas, respirando agitadamente, en esa posición estaba exhibiendo su hermosa conchita llena de sus flujos y mi semen, no la dejé descansar, yo aún con mis muy jóvenes veintitrés años no se me había bajado la erección, por lo que le puse sus piernas en mis hombros, me coloqué en medio con mi pija en todo su esplendor, y la comencé a penetrar con una suave cadencia, que sentí que la enloquecía… se retorcía en la cama, levantaba la pelvis para que le fuera más adentro mi pija, temblaba en otra sucesión de orgasmos, los que no se permitía gritar por las dudas que alguien nos oyera, pero no podía retener una series de sonidos guturales de placer, sus manos atenazaban mis brazos, y por momentos elevaba su cara para besar mis labios lascivamente…llegó por fin una extensa y abundante eyaculación que quedó depositada totalmente en su vagina, y ambos nos desplomamos. El calor de la tarde y de nuestros cuerpos nos daba una sensación, de estar uno metido dentro del otro aunque solos estábamos abrazados y ella había puesto una pierna sobre mí, mientras me comía a besos, fue el momento más desopilante en materia de sexo que hasta ese momento yo había vivido en mi vida, sentía que una mujer hermosa me había cogido como nunca y logró que yo le produjera el máximo placer que ella anhelaba, en esos estábamos dándonos mimos y recuperándonos, cuando dijo:
-Si no nos cogíamos hoy no se que hubiera hecho… me habría levantado en la noche y me hubiera metido en tu cama para que me cogieras como lo hicimos ahora…aún falta que me la metas por el culo, te diré que me encanta si me pajeas la concha o me lo dejas hacer a mí, quiero entregártelo también hoy…después de esto quiero que me permitas llamarte Daniel, lo haré con todo respeto pero necesito romper el frío del tratamiento de Ud.- después de estos ninguno de los dos seremos iguales…
-Claro que te lo permito mi amor, y yo te llamaré Alejandra o Ale manteniendo una distancia aparente para que nadie desconfíe de nuestra intimidad pero debo decirte que nadie me ha dado la cogida que tú me has proporcionado, realmente eres una hembra única…
-Me llenas de orgullo que me digas eso, quiero ser la más puta para ti Daniel, no me importa cuántas mujeres te cojas, pero anhelo que siempre vengas a mí por mas, por lo que no te da nadie, y solo lo encuentras en mí, estoy loca por ti, estar en esta cama contigo es como tocar el cielo con las manos, pero te voy a respetar y respetar mi matrimonio, mi marido no tiene la culpa que yo esté tan caliente contigo, además es buena persona, y siento que no le estoy poniendo los cuernos, solo que estoy disfrutando de un placer que dios me permitió alcanzar contigo, y con esa única y hermosa pija, metida en mi concha hasta los huevos, llenándome una y otra vez, con tu caliente semen…
-Yo también tengo una gran calentura Alejandra, y creo que tú sabes cómo hacer para que la misma perdure en el tiempo… CONTINÚA
Ambos iniciamos a besarnos con toda pasión, con aun más pasión que la primera vez, mientras nos besamos Armando comenzó a tocarme mi zona intima debajo la falda de mi vestido y como consecuencia a esto de inmediato me moje toda, ¡Quiero hacerte el amor! Me dijo suavemente al oído, -Lo sé y también quiero- le conteste.
Relato erótico enviado por putita golosa el 29 de August de 2010 a las 23:31:22 - Relato porno leído 513595 veces