Un nuevo encuentro con mi profesor favorito

Mi maduro y guapo profesor 2

Hola a todos, gracias a los que leyeron mi anterior relato y les gustó. Gracias por sus comentarios a mi email, espero seguir recibiendo sus correos.

Después de esa primera y excitante experiencia con mi profesor, quedamos en vernos muy pronto, intercambiamos nuestros números de celular y quedamos de vernos tan pronto como nos fuera posible, así fue, a los tres días de nuestro primer encuentro sexual me llamó a mi celular para invitarme de nuevo a salir, nos quedamos de ver cerca de mi empleo a eso de las seis de la tarde, cuando yo salí ya le encontré allí esperándome en su auto, subí y nos dimos un espectacular beso, arrancamos y nos dispusimos a ir a tomar algo en un restaurante, pero le dije que era preferible que pida algo de comer para llevar y así aprovechar mejor el tiempo, le dije que cuando venga de realizar la compra le tendría una sorpresa, él bajó del auto para ir a comprar la comida y cuando regresó emprendimos el viaje en el auto, yo estaba con una minifalda verde muy muy cortita a través de la cual se podían ver claramente mis preciosas y bien formadas piernas, crucé la pierna y la minifalda se subió aún más entonces él puso su mano en una de mis piernas y yo le invité a que subiera un poco más su mano, le abrí las piernas y le dije que allí estaba la sorpresa que le había dicho que le daría, él subí su mano y oh sorpresa se encontró con que no tenía puesta ropa interior, sí estaba sin calzón, con mi vagina bien rasuradita, mi profesor enseguida se dedicó a meter sus dedos lo más adentro que podía con lo que me hacía explotar de ganas y de deseos, crucé mis piernas con su mano adentro de mí, mientras él conducía su vehículo solo con su mano izquierda pues la derecha estaba muy ocupada manoseando mi rica chucha, cuando los semáforos estaban en rojo aprovechaba para darle unos estupendos besos con lengua que a él y a mí nos ponían más ardientes todavía.

Llegamos al motel y todas las habitaciones estaban llenas por lo que nos tocó esperar un poco a que una de ellas sea desocupada y arreglada para nosotros, claro que no perdimos tiempo, enseguida él me sacó mi blusa y mi brassiere y procedió a sacarse su corbata para de una manera más cómoda poder comerme las tetas como a él le gusta, tomaba mis pezones con sus dedos pulgar e índice y me jalaba con lo cual los pezones estaban muy grandes y los mamaba con toda la furia de un hambriento, yo creo que pasamos entre eso y las mamadas que yo le daba a su verga como unos 20 minutos tiempo en el cual ya tuvimos habitación disponible y pudimos entrar a ella, cuando entramos ya casi no teníamos ropa puesta y de mi rica y joven chucha escurrían deliciosamente los jugos, lo que le excitaba más a mi profesor madurito que aunque tiene sus años que lo hacen más atractivo está muy bien y tiene una habilidad increíble para ponerme a sus pies con la manera como me da satisfacción, les comento que tengo un culo bastante grande, rico y bien formado que siempre ha sido el delirio de todos los hombres, inclusive cuando me ven en la calle no faltan comentarios que hacen mención a lo rico de la forma y tamaño de mi culo que hace juego con una pequeña y bien delineada cintura y de esta cintura es donde se aferró mi profesor para tomarme y poniéndome en cuatro darme con toda su fuerza y su potencia de macho unas embestidas deliciosas por mi conchita que me hacían gritar de placer y a ratos de un dolor riquísimo que me provoca más deseos de que me la hunda nuevamente.

Me la saqué de la chucha y la llevé a mi boca, es tan deliciosa para mamar esa verga larga y fuerte que no podía dejar de chuparla con todas las ganas, la sacaba y la volvía a meter en mi boca, le lamía la cabezota y le hacía delirar de placer, él me besaba con maestría, claro por algo tiene más de 20 años más que yo y tiene que ser mi maestro no solo de publicidad si no de sexo también.

Lo hicimos de todas las formas posibles y él todo el tiempo aferrado a mis grandes caderas y mamando mis tetas que ya estaban rojas de tanta succión.

Luego para poder mamarnos al mismo tiempo hicimos un 69 espectacular con el cual los dos terminamos casi al mismo tiempo uno en boca del otro. Reposamos un momento, abrazados y quedamos en vernos lo más rápido que podamos, claro que primero me hizo prometerle que la próxima vez que nos encontremos también debo darle una sorpresa igual o mejor que la que le di hoy, así que debo prepararla.